ENTREVISTAS
Conflicto en la UdeG; la rectora como factor clave: Diálogo y respeto, la ruta de la solución
– Por Mario Ávila
Nadie mejor para conocer a los alumnos, que sus maestros; por lo tanto, la opinión de los maestros es relevante para encontrar las vías de solución al conflicto interno en la Universidad de Guadalajara y en Conciencia Pública recurrimos a dos maestros con varias décadas de experiencia y trayectoria universitaria para conocer sus sugerencias sobre la dimensión del problema y las posibles soluciones.
Se trata de Juan Manuel Negrete, maestro desde 1974 en la carrera de Filosofía en el CUCSH y ahora ya jubilado; así como Jorge García Domínguez, maestro en activo en la facultad de Derecho, en el mismo centro universitario.
Ambos coinciden en que la única solución está en el diálogo, pero plantean que el ejercicio debe estar encabezado por la rectora Karla Planter y no por el secretario General, César Barba Delgadillo; además de entrada se debe aceptar que son válidas algunas de las exigencias de fondo de parte de los disidentes, como el hecho de no sentirse representados por la FEU, ni en el seno del Consejo General Universitario, pero de cualquier manera se les debe dar espacio de expresión a las minorías.
Recuerdan que, a nivel internacional, con la declaración de la cultura de paz a través de la UNESCO, ya tenemos una Ley General de Mecanismos Alternativos de Solución de Controversias en Jalisco, una buena opción que se trabaja desde el Instituto de Justicia Alternativa y esa experiencia se puede aprovechar para atender la problemática en la UdeG.
Particularmente, el maestro Jorge García Domínguez, hace un planteamiento central: “Yo creo que si no se hace un adecuado manejo del conflicto, que se puede hacer crecer el problema; si no son escuchados adecuadamente, si no se les da una representación a estas minorías, sin duda alguna el movimiento va a crecer y a mí sí me preocupa”, planteó.
Y abundó: “Me preocuparon esos momentos de violencia, me preocupó que hubiera encapuchados, porque esa es una señal de que va a haber violencia y así fue. Me preocupa también que detrás de esto pueda haber gente de la misma Universidad, haciendo estos movimientos como en el pasado”.
Pensemos -advierte-, que en nuestra universidad históricamente así ha sido, cómo se siguió el cambio de la transición de Ramírez Ludewig a Raúl Padilla, pues por las mismas razones, y entonces, también ahorita con ese vacío de poder que se está generando de quién llevaba las riendas de la universidad, se tiene que aprovechar ese cambio como ya lo dije, si queremos que sea positivo, tenemos que preocuparnos porque en este momento la rectora Karla Planter, ejerza la toma de decisiones directamente y tenga el respaldo del Consejo General Universitario y el Consejo de Rectores, de toda la red, que sea ella quien lleve las riendas, no alguien detrás del trono.
En el mismo sentido lo plantea el maestro jubilado Juan Manuel Negrete, quien apunta: “Yo creo que debemos respaldar a la rectora General, Karla Planter, ella debe sentir ese apoyo de su Consejo General Universitario, de su Consejo de Rectores y puede buscar entre los maestros, que sí los tiene, la gente más adecuada para poder manejar el conflicto, que escuche a los muchachos y que integre una comisión de diálogo para llegar a algunas conclusiones a través de un proceso restaurativo y no dejar crecer el problema”.
PIDEN RESPETO A LAS MINORÍAS
A la pregunta de qué tan válido o legítimo puede considerarse al pliego petitorio que entregaron los estudiantes disidentes en la manifestación del 23 de septiembre, en donde destacaban de fondo dos planteamientos que eran no sentirse representados por la FEU ni por el CGU y por lo tanto pedían la extinción de la primera y la cancelación de las elecciones para el segundo.
En respuesta, el catedrático, quien fue funcionario público en el gobierno de Francisco Ramírez Acuña dijo de entrada que se están viviendo tiempos de cambio en la UdeG, desde la muerte de Raúl Padilla “y esto se debe de tomar como una oportunidad”.
Y expuso: “La rectora Karla Planter llegó de manera correcta al cargo y se debiera hacer todo lo posible por respaldarla, si es que queremos hacer un cambio correcto, un cambio donde quien tenga las riendas en todos los aspectos del poder de la Universidad de Guadalajara, que debe de salvaguardar su autonomía que la rectora, que sea la única, no que haya alguien detrás, como era antes, como se manejó por mucho tiempo; esa era nuestra universidad, ya se terminaron esos tiempos y ahora queremos defender la madurez, para que quien esté de rector, se le apoye y se le respalden en todas las decisiones”.
Y sobre la problemática de que los muchachos no se sienten representados por la FEU y demandan algún espacio, el académico aseguró con claridad que “si nosotros nos vamos a ejercer la democracia conforme están los reglamentos de la FEU y la normatividad universitaria, nunca van a ganar una sola posición”.
Sin embargo, estableció: “Pero si ponemos mucha atención, tienen razón, porque los cambios que se están sintiendo en la sociedad, a raíz sobre todo de la segunda década de este siglo con la reforma en derechos humanos y muchas otras leyes, sobre todo el último párrafo del artículo primero Constitucional, el gobierno y las instituciones, sobre todo públicas, tienen una labor muy fuerte, una responsabilidad de salvaguardar los derechos humanos de las minorías a veces contra otras minorías».
«Es un paquete tremendo y por eso estamos viendo que, en todos los niveles de gobierno, están procurando cuidar la equidad de género, nos están representando las mujeres, se están abriendo espacios para personas con otra ideología de género, a los pueblos originarios se les está dando su lugar”.
Entonces -planteó-, si bien la normatividad universitaria no les permite conquistar alguna posición, el Consejo General Universitario lo puede resolver y puede darle espacio a estas personas que están pidiendo ser escuchadas y tener espacios en el propio CGU y en la FEU, para realmente ser escuchados y se sientan verdaderamente representados.
LOS TIEMPOS VIOLENTOS DEBEN SUPERARSE
Los hechos de violencia que se dieron desde la primera manifestación del 10 de septiembre a las puertas del edificio de la Rectoría preocuparon al maestro jubilado, Juan Manuel Negrete, quien tiene muy presentes en su memoria los hechos de violencia al interior de la Universidad.
Esa ha sido la característica propia de la UdeG -dijo-, yo tengo experiencia de violencia prácticamente desde que ingresé a estudiar en el año 1969, ya que en el año 1970 tuvimos la primera masacre a balazos en el Politécnico y de ahí para acá puede uno hablar desde muertes.
Yo lo que veo- abundó-, es que el movimiento va a crecer, yo veo que los muchachos están muy dispuestos a sostener esas banderas y hacerlas crecer, y aparte de eso, hay mucha expectativa también en la sociedad y al interior de la Universidad, porque no decirlo, hay miedo lo mismo entre el estudiantado como entre los maestros.
El propio maestro Juan Manuel Negrete hizo alusión a dos hechos que pueden considerase relevantes para deducir que no va por buen camino la solución al conflicto. Primero habló de la respuesta que dio a los manifestantes, el secretario General de la UdeG, el maestro César Barba “El Chicho”, cuando al entregar su pliego petitorio de entrada les descartó sus dos primeras peticiones que tiene que ver con la FEU y con el CGU.
Y ahí se acabó el diálogo -expuso-, es decir, simplemente no hubo diálogo, ya que los temas principales de entrada se los desechan y los asuntos menores ofrecen revisarlos, “entonces a qué venimos”, se podrían peguntar los manifestantes.
Eso a mi juicio -planteó-, revela una insensibilidad total del secretario General de la UdeG para tratar con esas ideas autoritarias a un grupo estudiantil que en efecto es una minoría, pero yo me pregunto, cómo se va a cerrar una institución educativa universitaria, a una postura de los propios muchachos a los que está formando.
Y el segundo tema que le causó cierto grado de expectación, al maestro Juan Manuel, fue una de las consignas principales que se gritaron en la marcha del 23 de septiembre, en donde en alusión al cambio de la FEG a la FEU, plantearon a grito abierto: “Nos prometieron que todo cambiaría: mentira, mentira, la misma porquería».
RECURRIR A DIÁLOGOS DE PAZ Y JUSTICIA RESTAURATIVA
Por la experiencia propia de la edad, pero además por su paso en cargo relevantes como la Dirección Jurídica en el rectorado de Carlos Briseño Torres y un cargo de primer nivel en el gabinete del gobernador, Francisco Ramírez Acuña, el maestro Jorge García Domínguez, planteó además la opción de atender el problema mediante los programas de diálogos de paz y la justicia restaurativa.
No nos olvidemos -dijo-, que se está publicitando mucho desde principios del siglo a nivel internacional, una declaración de la cultura de paz a través de la UNESCO y ya tenemos en la entidad una Ley General de Mecanismos Alternativos de Solución de Controversias, un tema que en Jalisco empezamos a trabajar desde el Instituto de Justicia Alternativa en el año 2011, incluso propiciamos que los particulares privados se certificaran como mediadores y por eso hoy por hoy, Jalisco está muy por encima de cualquier otro estado y cualquier otro país, porque la Ley General prevé herramientas muy importantes como son la justicia restaurativa.
En la universidad -abundó-, tenemos una defensoría de derechos universitarios, que para mi gusto con una disculpa para quienes han estado ahí que son mis amigos, nunca ha funcionado, los derechos universitarios son de todos académicos, administrativos y estudiantes, entonces quizá si un grupo considerable de estudiantes no se ven tan bien representados, se supone que tendrían que entrar ahí, porque es defender los derechos universitarios, y esos derechos son de todos.
Si hay un grupo -remató-, que está pidiendo ser escuchado, ser representado, creo que se tiene que manejar adecuadamente desde luego por la rectora, que es la que debe de dar la cara y después quizá, ya pueda señalar a los integrantes de alguna comisión, para que desarrollen sesiones de justicia restaurativa, de diálogos de paz, que los lleven a algunas soluciones, pero estos funcionarios universitarios deben de ser de un primer nivel y con facultades suficientes para llegar a acuerdos y aprobar soluciones que se puedan aplicar de inmediato.


