MUNDO
COVID-19 provoca descubrimientos de la ciencia: La necesidad, madre de la inventiva
Por Jorge López Portillo //
Una semana muy nutrida con información positiva, que nos muestra lo valiosa que es la imaginación y la inventiva bien orientados, en especial en tiempos de urgencia. De enero a la fecha ha habido un avance tecnológico muy acelerado.
En este espacio tratamos de dar noticias positivas para informar sobre asuntos de interés global y sus posibles impactos locales. En ese contexto y a pesar de los múltiples datos funestos, creo que podemos tomar un respiro en algunos datos científicos de reciente publicación que permitirían un cierre de año más optimista en cuanto al COVID19 se refiere.
CONOCIMIENTO VS COVID19…
Cuando la inteligencia humana es desafiada, en lugar de sentarse a esperar o de encerrarse en un cuarto a llorar, se hace preguntas nuevas, así de Oriente a Occidente muchos especialistas han creado tecnologías o adaptado algunas ya existentes para poder encontrar métodos de detección, prevención y cura vs el nefasto COVID19.
Durante la Segunda Guerra Mundial revolucionaron en tiempo récord tecnologías que hoy sirven para casi todos los aspectos de nuestra vida cotidiana como el internet, el radar para los aviones, el uso masivo de vacunas, la aplicación masiva de la penicilina, medicina nuclear, avance de la medicina química, las turbinas, el inicio de los cohetes que luego nos llevaron al espacio exterior y muchas otras cosas más nacieron de esa necesidad urgente vencer al enemigo.
Sin duda alguna esta crisis impulsará el desarrollo tecnológico, marcando un antes y un después. En marzo en este mismo espacio, comentamos las oportunidades que esta crisis abría para México y para el mundo, comparándolas con las que se dieron en los años 40´s.
A la fecha existen más de 100 vacunas contra el COVID19 en proceso de investigación, algunas emplean tecnologías que llevaban una década esperando su momento “estelar” y que por falta de demanda no eran aceleradas –¡increíble!-. Por ejemplo, la tecnología para la fabricación de proteínas artificiales que “educarían” a nuestro cuerpo a reconocer un virus o infección en particular y a generar sus propios anticuerpos o curas sin necesidad de que nos inyecten el virus “atenuado” como todas las vacunas de la actualidad. Esta tecnología llamada “mRNA” está siendo utilizada en cuando menos tres de las 20 vacunas que ya están en pruebas humanas vs el COVID19. Lo maravilloso de esta tecnología es que puede usarse para casi todas las infecciones y condiciones patológicas incluidas las enfermedades cardiacas, que representan más del 30% de todas las muertes del mundo.
Cuando menos Alemania, Israel y EUA en este semestre culminaron el desarrollo de dicha tecnología y ahora se enfocan en los estudios clínicos con personas para confirmar el éxito que indicó la fase 1 de dichas pruebas en las que el 100% de los vacunados mostraron inmunidad. Cada una de las tres fases normalmente tarda años, pero ahora están durando dos meses, por lo que la siguiente etapa debe concluir en julio y la última en septiembre. Los laboratorios “Moderna” en los EUA llevan una ligera delantera, cabe señalar que el área Bioquímica de dicha empresa es dirigida por Melissa Moore quien se dice orgullosa por ser desde enero la primer mujer a cargo de un laboratorio tan importante.
Con respecto a las famosas pruebas para detectar al COVID19 podemos decir que hay al menos 4 grupos de científicos y empresarios en Canadá, Israel y EUA que han probado con eficiencia un pequeño aditamento – una ya está a la venta-, aunado a una App que desde cualquier teléfono celular podría decirle a usted si tiene o no tiene el virus u otros virus en el futuro. Esta tecnología será algo muy interesante para los tratamientos médicos personales utilizando el olor de su aliento, saliva o el sonido de sus pulmones ¡fascinante!
Las posibles curas van desde los medicamentos tradicionales hasta nuevas tecnologías que por la urgencia están siendo probadas en respetables hospitales como Cedros-Sinaí en USA, con la aplicación de luz UV emitida por un tubo que se introduciría a los pulmones a través de la garganta, algo muy similar a lo que dijo Trump en público en abril causando muchas burlas; aunque es un tratamiento en vías de experimentación, muestra lo increíble que será el avance científico de las curas vs ésta y otras enfermedades.
Otra posible cura es la proteína encontrada por el Dr. Henri Ji de la Escuela de Medicina Mt. Sinaí en NY quien comprobó que pruebas de laboratorio la misma protege al 100% contra el ingreso del COVID19 a nuestras células y que puede estar disponible en el mercado meses antes que la vacuna.
Desde enero varios países del mundo iniciaron algo similar al “proyecto Manhattan de 1942” en el que los aliados invirtieron $2 mil millones de dólares para desarrollar tecnologías y capacidades logísticas para la famosa energía nuclear. En esta ocasión, nuestro vecino del norte lanzó desde el 27 de enero una convocatoria a varios laboratorios internacionales y fábricas para poder tener la capacidad de encontrar cura contra el nuevo virus, empresas como Moderna y Johnson & Johnson lograron recibir millones de dólares para pruebas y junto con Pfizer en Inglaterra y Alemania y el Laboratorio del Ejercito Israelí quienes tienen sus propios planes similares, dicen que para septiembre u octubre estarán en condiciones iniciar fabricación y distribución de miles de millones de dosis de cualquier vacuna que sea autorizada. Verdaderamente ¡increíble! Todo esto sin contar con la capacidad de los laboratorios chinos que pueden producir a escala un volumen sin precedentes en la historia de la humanidad. Actualmente hay 5 millones de personas detectadas con el virus a nivel mundial, por lo que cientos de millones de vacunas para finales del 2020 deberían ser más que suficientes para regresarnos a la normalidad.
STAR WARS 2020, DESTINO MARTE
A pesar de que muchos estábamos en encierros forzados, la industria “Espacial” parece haber estado en “esteroides”, acelerando programas de las súper-potencias para reactivar y proyectar bases orbitales o lunares como escala en la carrera a Marte.
China no forma es parte de varios tratados que hace años habían firmado Rusia y EUA para el desarme nuclear, el control de armas de destrucción masiva y el uso de equipos espaciales. En este sentido EUA y Rusia habían compartido con otros países su capacidad espacial e incluso desde 2010 usaban naves rusas para enviar a científicos y militares norteamericanos y de muchos países a la estación espacial internacional que era originalmente de propiedad norteamericana.
Algunos accidentes en los equipos rusos y el riesgo de que China se adelante a los EUA -¿más?-, en sus capacidades tecnológicas, ha fomentado que el “Tío Sam” retome su programa espacial con equipos nacionales y lanzados desde suelo gabacho por lo que este miércoles desde Florida saldrá el primer lanzamiento tripulado desde 2011, año en que cerró la era de los transbordadores. La empresa privada “SpaceX”, es dueña de la nave que EUA utilizará para estrenar la era de su “fuerza espacial” como sexto brazo de sus fuerzas armadas –es decir el Pentágono será el Hexágono-.
Más allá del uso militar y de la seguridad nacional, las aplicaciones civiles de los conocimientos y tecnologías espaciales son evidentes. Antes su desayuno diario usted, ¡sí usted! ya estuvo virtualmente en el espacio con el uso de su celular, la lectura de algunas noticias o el envío de mensajes en redes sociales.
La Unión-Europea, Rusia, la India y EUA han logrado enviar satélites al cuarto planeta del sistema solar, pero únicamente los estadounidenses y Rusia han logrado “amartizar” en dicho lugar. En menos de 30 días China lanzará un equipo capaz de arribar a la superficie marciana con lo que se convertirá en el tercer país en lograr dicho objetivo. La Unión Europea y Rusia quienes también lanzaría exploradores este verano, ha tenido problemas técnicos por lo que demoraran el viaje hasta el 2022. Incluso Arabia Saudita lanzará desde Japón su primera misión no tripulada para orbitar el planeta rojo el próximo día 14 de julio.
El interés tecnológico es complementado por el interés de continuar nuestra civilización en otro planeta en caso de que por alguna razón el nuestro sea contaminado o destruido. En este sentido el primero que domine la luna y marte será el domine las condiciones de dicha colonización.
CUMBRE MUNDIAL SIN LÍDERES
Desde 1952 se realiza anualmente en la ciudad de Nueva York la Asamblea General de la ONU con la presencia de los Jefes de Estado de casi todos los países del mundo, incluidos los representantes de las principales religiones del planeta.
En esta ocasión el escenario parece distinto y se ha propuesto que los dignatarios invitados a la 75th Asamblea General de la ONU envíen mensajes vía satélite y en el Salón principal estén presentes únicamente la mesa directiva y los embajadores acreditados ante dicho organismo mundial y el nuevo presidente de dicha asamblea que al parecer será el legislador y diplomático Turco Mr. Bozkir. Caso similar a la Asamblea de la Organización Mundial de la Salud de la semana pasada en la que por cierto 120 países mandataron una investigación para evaluar la reacción inicial y eficacia de dicho organismo frente al COVID19, poniendo en riesgo la permanencia de su director general Tédros, quien de momento logró –en su beneficio- que dicho acuerdo fuese ejecutado una vez que se controle la pandemia, lo que puede ser más allá de noviembre ya que EUA tenga otro presidente, a lo que apuesta China y el director de la OMS.
¡FALTA UN DÍA MENOS PARA ACABAR CON ESTA PESADILLA!
Recordemos que muchos humanos están sufriendo esta pandemia por no poder trabajar, incluso médicos o enfermeras que al suspenderse otros tratamientos en clínicas y hospitales han perdido su trabajo, por lo que las buenas nuevas de la semana serán un bálsamo en la angustia ciudadana que con miedo se atreve a preguntar cuándo podrá tener una vida más parecida a lo normal.
Dicho sea de paso, el Dr. Fauci, director de epidemiologia de los EUA y quien ha ocupado el cargo desde los 80´s, recientemente declaró que “el encierro prolongado puede causar daños irreparables” por lo que debemos “tratar de reabrir la economía , reabrir el país, tratando de regresar a cierto grado de normalidad” con “precauciones muy significativas”. Ese mismo sentimiento se esta repitiendo en muchos países.
MUNDO
El nacionalismo de Donald Trump: ¿Una solución o un riesgo?
Opinión, por Samantha Contreras Guerrero //
La victoria de Donald Trump, basada en un mensaje de fuerte nacionalismo, marca un cambio que impactará tanto a Estados Unidos como al resto del mundo. Sus promesas de traer empleos de vuelta y proteger la economía estadounidense responden al descontento de muchos de sus votantes.
Su idea de “América Primero” busca hacer que Estados Unidos sea más independiente y fuerte, pero en un mundo tan conectado, esta visión enfrenta muchos retos y posibles problemas.
Para los estadounidenses, en un mercado donde casi todo se produce a través de cadenas internacionales, enfocarse en lo nacional podría hacer que los precios aumenten y haya menos opciones para los consumidores. Este tipo de enfoque proteccionista no solo implica costos altos para las empresas, sino que podría dar una falsa idea de seguridad económica, ya que el crecimiento estaría limitado solo al mercado interno, dejando de lado oportunidades con otros países.
En el ámbito internacional, el enfoque nacionalista de Estados Unidos genera preocupación entre sus aliados. Países como México, que dependen en gran medida del comercio y la inversión estadounidense, ven en riesgo la posibilidad de mantener relaciones estables e igualitarias.
El decremento en sectores como el nearshoring —donde América Latina ha visto una oportunidad de crecimiento— podrían ser afectados con este tipo de políticas. Además, al alejarse de acuerdos internacionales, Estados Unidos podría debilitar el sistema de cooperación global, necesario para enfrentar problemas complejos como el conflicto en Oriente Medio o la crisis climática.
La gran pregunta es si este regreso al proteccionismo es una solución real a los problemas económicos actuales. La inflación y la desigualdad están en aumento en todo el mundo, y Estados Unidos no es la excepción. En lugar de cerrarse, podría beneficiarse de una política que tome en cuenta las necesidades de todos sus sectores, buscando reducir las diferencias internas como la acumulación de riquezas, sin renunciar a los beneficios del comercio global.
El nacionalismo de Trump es una reacción a los problemas de un sistema económico que ha dejado atrás a muchas personas en Estados Unidos. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, el aislamiento no puede evitar generar preocupación. Aunque la intención de proteger a los ciudadanos es válida, esta ideología corre el riesgo de afectar a largo plazo a aquellos mismos sectores que busca ayudar, reduciendo la capacidad de Estados Unidos para influir y crecer en la economía global.
E-mail: samcg2002@gmail.com
MUNDO
Querámoslo o no, Donald Trump ha vuelto
Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //
Lo recuerdo, era mi cumpleaños 20 y también domingo, y corría el año de 1973, y mi padre me regalaba “El Gran Gatsby”, la muy apasionante novela de F. Scott Fitzgerald, dos de sus ejes contenidos me cautivaron: La alienación y el impulso de Jay Gatsby por sentirse aceptado por una alta sociedad segregante, aun y a pesar de ser inmensamente rico, realidad que quizá se expresa más claramente en una frase de la obra: “La vida es una lucha de apariencias, una lucha de lograr y de tener más de lo que uno merece”.
Donald Trump es un claro ejemplo, muy actual y presente en el mundo, de la fuerza del impulso de tenerlo todo: Poder económico y poder político. Donal Trump está entre los hombres más ricos de Estados Unidos, y fue el 45º y será el 47º presidente de aquella nación.
Donald, quien perdió en 2020 ante Joe Biden al buscar reelegirse como presidente de Estados Unidos, cuatro años después descarriló a Biden en su también anhelada reelección, obligándolo a abandonar la carrera presidencial, y derrotó ampliamente a Kamala Harris, la relevo en el Partido Demócrata.
Donald Trump ha vuelto al poder más fuerte de lo jamás imaginado para cumplir con sus planes de preeminencia y grandeza norteamericana e imponer su visión conservadora de Estados Unidos ante sí mismo y ante el mundo. Trump es un hombre transparente; jamás deja nada a la imaginación y dudas de sus seguidores y detractores. Así, por ejemplo, para él, la Teoría de Género tiene los días contados en EEUU y sus promotores sabrán que tienen ante sí a su peor pesadilla.
El presidente Donald Trump, a partir del 20 de enero próximo, actuará con todo el poder para poner orden en su frontera con México en dos temas fundamentales, las acciones de los cárteles de la droga, declarándolos terroristas, y el tráfico humano, ambos vistos como gravísimas omisiones del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Marco Rubio, próximo secretario de Estado norteamericano, lo ha acusado públicamente, y nos lo recordará todos los días. Rubio es de palabra dura y mano aún más dura. Para Trump y Rubio los narcotraficantes son terroristas y los perseguirá con toda la fuerza del Estado norteamericano.
La esperanza nunca debería sustentarse en la venganza. No entiendo a quiénes cifran la satisfacción de su venganza hacia López Obrador en Marco Rubio. Sea cual fuere el resultado de la dureza del nuevo secretario de Estado norteamericano, es mi deseo que México vuelva, de mutuo propio, al orden y la paz, y que el gobierno y el congreso mexicanos no nos convoquen a rasgarnos las vestiduras ante las exigencias norteamericanas. Son justas.
En México, muchos de quienes estaban a favor de Kamala Harris, hoy se muestran muy a favor de Donald Trump. Su nacionalismo se mantiene muy firme; sin embargo, aceptan que ya es tiempo de poner en orden las cosas en México pues el estado mexicano, sin duda, está doblegado y resquebrajado ante los cárteles de la droga. Claudia Sheinbaum no ha demostrado estar dispuesta a cumplir a cabalidad con su mandato presidencial en materia de seguridad a pesar de los buenos oficios de Omar García Harfuch pues, peor, no desea tomar el mando que aun detenta López Obrador.
Sheinbaum deberá entender que solo tiene de dos sopas, o se arma de valor ante los cárteles y los traficantes de gente y los combate con toda la fuerza del Estado mexicano, o los gringos cumplirán con esa su obligación constitucional, interviniendo aun en nuestro territorio. Que de nada le valdrán las bravatas de Marcelo Ebrard en materia económica ante los gobiernos norteamericano y canadiense.
Que esto nos es pleito entre escolapios en donde uno echará al otro a su padre que es bombero y lo mojará con su manguera, y el otro a su padre que es policía y lo llevará a la cárcel. Que en cosas de gobierno se actúa conforme a la ley y se cumple con los tratados internacionales. Que Naciones Unidas tiene un centro en contra del terrorismo que a México obliga.
Un adelanto de la presión internacional que el gobierno de México enfrentará en los años próximos ya lo recibimos en esta semana. La calificadora Moody’s cambió de estable a negativa la perspectiva económica de México por el debilitamiento de nuestro Estado de derecho por la reforma judicial y el deteriorado entorno institucional gubernamental, el esperado aumento en el costo de la deuda internacional de México y la mayor rigidez del gasto público, que podrían socavar nuestros resultados fiscales y económicos.
Tanto Moody’s, como los principales analistas de los futuros económicos en el mundo, coinciden en calificar como de muy alto riesgo la reciente reforma aprobada por Morena, PT y Verde al Poder Judicial. Sheinbaum, obedeciendo a López Obrador, ha decidido alterar los controles y equilibrios del poder político y económico en México, y eso se le, se nos, cobrará muy caro.
Quiero invitarte a pensar en que Trump no está para salvarnos, ni Rubio para vengarnos. Ellos tienen sus tareas más allá del Rio Bravo. De este lado, todo depende de nosotros. Vamos, ni Sheinbaum hará nada para salvarnos; a ella solo le interesa obedecer a López.
MUNDO
En riesgo la hegemonía estadounidense: El retorno de Donald Trump; retos económicos y sociales
Actualidad, por Alberto Gómez R. //
En los últimos cuatro años, la economía y la cohesión social de Estados Unidos han enfrentado un deterioro significativo, marcando uno de los periodos más complicados en su historia reciente.
La administración de Joe Biden, aunque intentó implementar políticas para estimular la recuperación tras la pandemia de COVID-19, dejó profundas brechas económicas y sociales que ahora desafían al presidente electo Donald Trump. Con un escenario global en transformación y un entorno interno polarizado, Estados Unidos se encuentra en un momento crítico de redefinición de su papel como potencia mundial.
LA ECONOMÍA BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE BIDEN
La inflación se convirtió en uno de los mayores retos durante la administración Biden. La epidemia de Covid-19 dejó tras de sí trastornos económicos; en junio de 2022, la inflación alcanzó un pico histórico del 9.1%, las tasas más altas que los estadounidenses han experimentado en 40 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) lo que, por supuesto, en la práctica suponía un recorte salarial. La explosión del gasto militar para apoyar las guerras en Ucrania y Gaza también ha alimentado la inflación.
Como resultado, el nivel de vida de las y los trabajadores estadounidenses ha disminuido bajo la administración Biden, mientras que el auge del mercado de valores ha ayudado a las y los estadounidenses más ricos a hacerlo bastante bien. Este fenómeno, impulsado por interrupciones en las cadenas de suministro globales, estímulos fiscales masivos y el aumento de los precios de la energía, erosionó el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. Aunque las medidas de la Reserva Federal lograron reducir la inflación a un 3.7% al cierre de 2024, esta cifra seguía por encima del objetivo del 2%, lo que refleja un entorno económico aún frágil.
El aumento del costo de vida se manifestó en productos esenciales. Según la Administración de Información Energética (EIA), el precio promedio de la gasolina aumentó un 40% entre 2020 y 2024. Asimismo, los alimentos básicos experimentaron un incremento promedio del 25%, afectando especialmente a las familias de ingresos medios y bajos. Esta situación exacerbó la desigualdad, ya que los salarios reales apenas crecieron un 3% durante el mismo periodo, según el Economic Policy Institute.
DÉFICIT FISCAL Y DEUDA PÚBLICA
El déficit fiscal alcanzó los $1.7 billones en 2024, mientras que la deuda pública superó los $36 billones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un incremento alarmante respecto a los $27 billones reportados al inicio de la administración Biden. Este nivel de endeudamiento, alimentado por programas de estímulo económico y políticas de infraestructura, limita la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas. Además, el creciente costo del servicio de la deuda, derivado del aumento de las tasas de interés, se ha convertido en una carga significativa para el presupuesto federal.
La brecha económica continuó ampliándose durante la administración Biden. El 1% más rico de la población concentró el 38% de la riqueza total en 2023, mientras que los sectores más vulnerables enfrentaron mayores dificultades para acceder a empleos estables, y apenas aumentaron un 4% en términos reales, según un informe de la Oficina del Censo. Según el Departamento de Trabajo, el empleo precario representó el 30% de los nuevos puestos creados entre 2020 y 2024, con un aumento notable en los contratos temporales y trabajos a tiempo parcial. Esto ha exacerbado la pobreza en comunidades vulnerables, con un índice de pobreza que aumentó del 11.4% en 2020 al 14.7% en 2024.
En 2016, Hillary Clinton demostró su desprecio por los partidarios de Trump, entonces abrumadoramente blancos, etiquetándolos como “los deplorables”, en lugar de tratar de reconocer la fuente de su ira: la gran desigualdad en el statu quo económico. Ocho años después, con un apoyo a Trump mayor en prácticamente todos los grupos demográficos, es imposible ignorar la desesperación económica que alejó del Partido Demócrata a las y los electores, cuando Biden seguía presumiendo de que la economía estadounidense durante su mandato es “la más fuerte del mundo”.
FACTORES SOCIALES: POLARIZACIÓN Y RADICALIZACIÓN
La polarización política se ha intensificado, dando lugar a movimientos separatistas que, aunque minoritarios, representan una amenaza para la unidad del país. Uno de los fenómenos más alarmantes es el resurgimiento de movimientos secesionistas en estados como Texas y California.
Líderes locales y organizaciones políticas han planteado referendos para separarse de la unión federal, alegando incompatibilidades políticas y económicas. Aunque estos movimientos no tienen un apoyo mayoritario, su existencia refleja una fragmentación preocupante en la unidad nacional. Grupos como «Texit», que abogan por la independencia de Texas, han ganado tracción en sectores conservadores descontentos con las políticas federales. Estas iniciativas reflejan el creciente desencanto con el sistema político.
La radicalización ideológica también se ha intensificado. Los crímenes de odio aumentaron un 18% entre 2020 y 2024, según el FBI, afectando principalmente a comunidades afroamericanas, asiáticas, judías y musulmanas. Este aumento está vinculado al resurgimiento de grupos extremistas y al uso de las redes sociales como plataformas para propagar discursos de odio.
RETOS ECONÓMICOS Y SOCIALES
Con la reelección de Donald Trump, Estados Unidos se adentra en un periodo de grandes desafíos. Su promesa de «recuperar la grandeza estadounidense» enfrenta múltiples obstáculos, tanto internos como externos.
Trump ha anunciado un ambicioso plan para reindustrializar Estados Unidos y reducir la dependencia de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, implementar esta estrategia requerirá superar barreras como la resistencia de aliados comerciales y la necesidad de inversiones masivas en infraestructura. También deberá manejar las tensiones con China, el principal socio comercial de Estados Unidos, en un momento en que las relaciones bilaterales están en su punto más bajo en décadas.
El presidente electo ha prometido recortes de impuestos para estimular el crecimiento económico, pero esta medida podría agravar el déficit fiscal si no se acompaña de reducciones en el gasto público. Además, la capacidad de implementar estas políticas dependerá de su habilidad para negociar con un Congreso dividido, donde los demócratas probablemente resistirán cualquier iniciativa que reduzca programas sociales.
El enfoque de Trump en políticas ultraderechistas, incluida la restricción de la inmigración y la eliminación de regulaciones ambientales, podría generar más divisiones. Aunque estas medidas cuentan con el apoyo de su base electoral, enfrentan la oposición de sectores progresistas y moderados, lo que podría derivar en mayores tensiones sociales.
EL FIN DE LA HEGEMONÍA ESTADOUNIDENSE
El bloque BRICS+ ha emergido como un desafío significativo para la hegemonía estadounidense. Con la inclusión de nuevos miembros como Arabia Saudita, este grupo busca crear un sistema financiero alternativo que reduzca la dependencia del dólar. Según el Banco Mundial, el comercio intrabloque creció un 15% anual durante los últimos cuatro años, fortaleciendo su influencia económica y política.
El dólar, pilar del sistema financiero internacional, está perdiendo su posición dominante. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción de reservas globales en dólares cayó del 61% en 2020 al 55% en 2024. Este descenso refleja una creciente diversificación hacia monedas como el yuan chino y el euro, impulsada por iniciativas del BRICS+ y otros bloques emergentes.
En el ámbito militar y geopolítico, Estados Unidos enfrenta el ascenso de China como potencia dominante en el Pacífico y la reactivación de Rusia en Europa del Este. Además, la influencia de potencias regionales como Irán y Arabia Saudita en el Medio Oriente limita la capacidad de Estados Unidos para mantener su dominio en esta región estratégica.
El futuro socioeconómico de Estados Unidos dependerá en gran medida de la capacidad de la administración Trump para manejar una economía debilitada, una deuda insostenible y una sociedad fracturada. La reconciliación política y la creación de un camino inclusivo para el desarrollo serán cruciales para evitar una crisis prolongada.
Aunque Trump tiene un historial de promover el crecimiento económico, los riesgos asociados con su estilo confrontacional y sus políticas divisivas no pueden ser ignorados. El equilibrio entre reformar el status quo y evitar una mayor radicalización será la prueba definitiva para su liderazgo.
Estados Unidos enfrenta uno de los periodos más complejos de su historia contemporánea. La administración Biden dejó un legado de desafíos económicos y sociales que el presidente electo Donald Trump deberá abordar en un contexto de polarización interna y competencia internacional.
El éxito o fracaso de las políticas de Trump determinará no solo el rumbo de Estados Unidos, sino también el equilibrio de poder en el mundo. Sin embargo, para superar estos retos, será necesario un liderazgo que trascienda la retórica divisiva y busque soluciones inclusivas y sostenibles. En un mundo cada vez más multipolar, el destino de Estados Unidos dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas realidades globales sin perder de vista los principios democráticos y la cohesión interna que alguna vez lo definieron como nación.
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