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Beisbol

Luis Alberto González, director general de Charros: El objetivo es el campeonato, tenemos todo para ser finalistas

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Por Gabriel Ibarra Bourjac //

¿Qué ha sucedido con la transición de accionistas de Charros que se dio en la actual temporada con la llegada de la familia González Iñigo al frente del conjunto de beisbol? Charros tiene un pie en los play-offs, superando las vicisitudes de las lesiones de sus jugadores que se han agudizado esta temporada.

La nueva directiva de Charros de Jalisco que encabezan la familia González Iñigo en dos puntos ha puesto atención especial en el proceso de reorientación del equipo: imprimirle una filosofía al conjunto sobre el valor de la persona; y dos, darle un orden a la organización.

Entrevistamos al Director General de Charros de Jalisco, Luis Alberto González González, quien nos habla de la experiencia que han vivido estos últimos meses del año. “Ha sido una experiencia extraordinaria, la familia González Íñigo estamos muy involucrados en el beisbol desde hace muchos años, siempre tuvimos en el radar ser propietarios de un equipo, cuando se abre la posibilidad que sea Charros con más razón”.

La familia González Íñigo tiene sus raíces en Guadalajara, es casi un sueño que se cumple en realidad día a día, es una situación en la que entramos con complejidades porque desafortunadamente en los últimos dos años la realidad del equipo y de la administración se fue descomponiendo, eso nos ha enfrentado a procesos complicados, sin embargo, sabíamos desde el inicio que a eso estábamos entrando, pero con satisfacción puedo decir que estamos avanzando bien”.

En dos campos prestaron atención especial en esta reingeniería que vienen realizando del club:

Primero, precisar la filosofía que querían imprimirle al equipo, que es darle un toque humano a todo lo que hacen, con la convicción de que el centro de toda organización, incluyendo a un equipo de beisbol, es la persona, ya que aun siendo deportistas tienen familia, tienen cansancio, tienen lesiones, tienen aspiraciones, es responsabilidad de la organización ser sensible a esas necesidades, en la búsqueda que la persona trabaje en un ambiente agradable para sentirse superado.

Segundo, darle un orden a la organización. “Sentíamos que era necesario para que toda la organización, incluyendo los socios comerciales, supieran que esta es una empresa ordenada, con procesos, con la intención de hacer las cosas controladas”.

Luis Alberto González explica que en estos primeros meses esto ha venido a permear en todos los sentidos, en el deportivo pero también en el administrativo. “Afortunadamente nos encontramos con una plantilla de jugadores y cuerpo técnico de primer nivel, estoy consciente que Charros en el papel es el mejor equipo de la Liga del Pacífico, superior a todos los demás, pero la realidad en una temporada como ésta es que tienes lesiones, así es la realidad del beisbol, el chiste es embonar a los jugadores jóvenes para que sustituyan, es lo que hace atractiva la administración del equipo”.

En lo deportivo destaca la contratación que hicieron del lanzador ligamayorista mexicano Roberto Osuna y que la pasada temporada se negó a jugar con Charros, provocado por la ruptura que se había registrado entre los accionistas fundadores del equipo.

Roberto es el jugador más importante que tiene la Liga Mexicana del Pacífico, con trayectoria en Grandes Ligas, protagonista. El que esté jugando en México, con Charros de Jalisco, fue un logro. Hubo que sentarse con él, exponerle la visión de equipo que teníamos, Roberto nos dio su palabra, estaba comprometido a ser parte de esta organización y ser protagonista”.

Otra decisión fundamental que tomaron fue que continuara al frente del equipo Roberto “Chapo” Vizcarra. “La personalidad de Roberto en el beisbol es respetada, un hombre que no entra en conflicto”, subraya el Director General de Charros.

Cuando empezamos a explorar las posibilidades de adquirir el equipo, evaluamos la profundidad del equipo y el cuerpo técnico, evaluamos jugador por jugador, estamos en frente de una organización de primer nivel, nuestra intención era asegurar que esa plantilla se quedara con nosotros. Lógicamente hubo momentos de negociación, que tuvimos que sentarnos de manera personal con algunas personas”.

La personalidad de Roberto en el beisbol es respetada, un hombre que no entra en conflicto, pero es un hombre de decisión, determinado, con un estilo prudente de comunicación, no tiene sobresaltos. Nosotros le hemos dado toda la confianza, hemos tenido altibajos, puede haber momentos donde alguien ponga en duda el actuar del equipo, pero Roberto ha estado en comunicación permanente con nosotros y seguro del espacio que tiene con nosotros”.

LA MERCADOTECNIA SOCIAL

Charros venía con una mercadotecnia social, “Todos Somos Charros”, un concepto incluyente y que fue clave para el posicionamiento del equipo y que fuera abrazado por todos. ¿Sigue vigente este concepto?

Sin duda Charros es un referente de la comunidad de Guadalajara y de Jalisco. Desde que explorábamos adquirir la franquicia, nos propusimos respetar esa filosofía de Charros, estábamos frente a una franquicia que tiene que respetar lo construido en la comunidad. Tenemos vistas a niños, a academias de beisbol, a hospitales, es obligación de una organización como ésta el estar presente en la comunidad, no solamente por el beisbol, es mucho más, tenemos una presencia importante en el medio artístico, donde han venido a dar clínicas de arte a los muchachos en el estadio, se han pintado obras a favor del beisbol, Santoscoy comparte las emociones con la persona, ese empate nos ayuda mucho. La familia González Íñigo siempre ha sido sensible a estos temas, una parte importante de Charros es que contribuya a Jalisco a ser una mejor sociedad y estar presentes”.

No hubo cambios fuertes en el equipo, respetaron la estructura como estaba, decisión clave…

Cuando empezamos a explorar las posibilidades de adquirir el equipo, evaluamos la profundidad del equipo y el cuerpo técnico, evaluamos jugador por jugador, estamos en frente de una organización de primer nivel, nuestra intención era asegurar que esa plantilla se quedara con nosotros. Lógicamente hubo momentos de negociación, que tuvimos que sentarnos de manera personal con algunas personas”.

LA CONTRATACIÓN DE ROBERTO OSUNA

Trajeron a Roberto Osuna, una inversión que no es pequeña…

Roberto es el jugador más importante que tiene la Liga Mexicana del Pacífico, con trayectoria en Grandes Ligas, protagonista. El que esté jugando en México, con Charros de Jalisco, fue un logro. Hubo que sentarse con él, exponerle la visión de equipo que teníamos, Roberto nos dio su palabra, estaba comprometido a ser parte de esta organización y ser protagonista, no ha hecho más que cumplir con su palabra, se ha fajado, respondiendo en situaciones que ni siquiera en Grandes Ligas le piden, es poco común para un pitcher de su categoría. Así se hizo con el resto de la plantilla, vimos que había necesidad de fortalecer el cuerpo de pitcheo. Tenemos a Javier Solano, que venía de ser protagonista, cuando exploramos la posibilidad de traerlo, se nos abre la posibilidad y la aprovechamos, ha venido a responder de manera impresionante”.

¿Cómo convencieron a Roberto Osuna?

Se había resistido a venir, es un jugador que por su misma trayectoria en Grandes Ligas su necesidad económica no es como el jugador mexicano que se mueve en estas ligas, Roberto tiene su vida resuelta varias veces, el tema económico no le mueve, pero sí le mueve mucho la competitividad, lo que siempre nos pidió es asegurar que el equipo se mantuviera competitivo siempre, que Charros fuera protagonista y eso fue, dar la cara junto a él, sentarnos, abrir toda la filosofía que tenemos. No fue difícil, fue en una conversación que tuvimos con él, muy agradable, no más de una hora, expusimos lo que queríamos, expuso lo que quería del equipo, nos pusimos de acuerdo y ambos lo hemos cumplido”.

EL LIDERAZGO Y AUTORIDAD DE VIZCARRA

Una decisión importante fue la permanencia de Roberto Vizcarra al frente de Charros, ¿cómo se dio esa decisión?

Tuvimos dos o tres reuniones muy completas, porque necesitamos compartir la visión que teníamos de la organización. A final de cuentas, es él quien nos imprime la visión día a día en el campo de juego con sus jugadores, es un hombre hecho del beisbol, que ha sido protagonista, nosotros teníamos mucho que aprender y respetar de él, pero también nos interesaba que conociera nuestra postura como organización, hemos ido empatando bien.

La personalidad de Roberto en el beisbol es respetada, un hombre que no entra en conflicto, pero es un hombre de decisión, determinado, con un estilo prudente de comunicación, no tiene sobresaltos. Nosotros le hemos dado toda la confianza, hemos tenido altibajos, puede haber momentos donde alguien ponga en duda el actuar del equipo, pero Roberto ha estado en comunicación permanente con nosotros y seguro del espacio que tiene con nosotros”.

¿Cómo ves al equipo? Hay jugadores experimentados, hay una buena cantera de novatos que han estado jugando…

Para Charros, es un privilegio tener esa combinación. No es fácil lograr mantener a esos jugadores experimentados con una cantera de jóvenes que están empujando, no es fácil la convivencia, puedes tener la tentación de dar oportunidad a los jóvenes, o la tentación de jugar solo con experimentados, armonizar las dos cosas ha sido el talento de Roberto Vizcarra y su cuerpo técnico.

HAY CAMBIO GENERACIONAL

Nos queda claro que hay ese cambio generacional que se va a dar, tenemos jugadores como Manny Rodríguez o Agustín Murillo que saben que están en los últimos años de su carrera, pero que han sido jugadores que se han entregado al cien por ciento a su preparación física, que todos los días están entrenando para estar físicamente al cien”.

Pero también están estos jugadores jóvenes que han sacado la chamba bien, que serán el futuro del equipo. Tenemos cinco o seis jugadores nuevos que si administramos bien su carrera pueden ser quienes le den identidad al equipo en los próximos años, como ha sido con Agustín Murillo, Amadeo Zazueta, que han dado identidad al equipo”.

¿Ya está listo Orlando Lara para playoffs?

Sí, esperamos que pueda lanzar 50 lanzamientos, será clave para que nos demuestre que sí puede, ya ha estado tirando bullpen sin dolor. También tenemos a Cristian Villanueva, ha estado bateando en el campo, no ha tenido dolor, el doctor le recomienda que siga practicando, esperamos que ya pueda tomar turnos al bat, esa será otra gran ayuda. Julián Ornelas ya no, si seguía en la temporada iba a pelear por ser el jugador de la liga, un muchacho con grandes capacidades, sé que le puede muchísimo no concluir la temporada que traía, pero primero está su salud, que regrese al cien por ciento, él va a regresar en verano y el año que entra lo esperamos de regreso”.

¿Cómo ves al equipo para estos playoffs?

No me siento todavía como quisiera estar, tenemos que cerrar mejor aún, tenemos que asegurar que los pitcher abridores cumplan con sus 5 o 6 entradas, asegurar que los relevistas estén consistentes, que puedan tirar su entrada sin altibajos, mejorar la defensiva, hemos tenido juegos de varios errores, eso al pitcher le afecta mucho. No estamos donde quisiera que estemos, pero reconozco que un equipo veterano, con experiencia como el que tenemos, normalmente llega bien a playoffs, son jugadores que saben que es el momento clave y entregan el cien por ciento, confío que esa experiencia que tienen nos sacará adelante.

Por supuesto que el campeonato es el objetivo, desde la rueda de prensa donde nos anunciamos así lo dijimos, sabemos que en el beisbol a veces se gana y a veces se pierde, el beisbol así es, pero creo que tenemos todo para estar en la final y estando en la final podemos ser los campeones. Creo que el pitcheo, sobre todo con la recuperación de Orlando Lara, será la clave para que podamos trascender en playoffs”.

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La hazaña para la historia de Ronnie Camacho: 27 jonrones hace 62 años en la Liga del Pacífico

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Por Gabriel Ibarra Bourjac //

El sol se alzaba implacable sobre Empalme, Sonora, aquel febrero de 1963, tiñendo de dorado las calles polvorientas que conducían al estadio de los Rieleros. Ronaldo “Ronnie” Camacho, el “roperón de Empalme”, caminaba hacia el diamante con el peso de su pueblo sobre los hombros.

En su mirada se mezclaban la determinación y el nerviosismo: sabía que la penúltima serie del rol regular en la Liga Mexicana del Pacífico sería su prueba de fuego.

Los Naranjeros de Hermosillo, líderes de la liga, llegaban a retarlo, y con ellos, dos titanes del bateo, Héctor Espino, el “Supermán de Chihuahua”, y Saúl Villegas. Ronnie cargaba 24 jonrones; Espino y Villegas, empatados con 23, acechaban su corona. El aire vibraba con la expectativa de 15 mil fanáticos que abarrotaban las gradas, ansiosos por presenciar una batalla que pasaría a la historia.

Desde el primer juego, el estadio se convirtió en un caldero de emociones. Ronnie, con su bat al hombro, sentía cada mirada mientras se paraba en la caja de bateo. El pitcher de los Naranjeros lanzó una recta alta, y el sonido del impacto resonó como un trueno: jonrón 25. La multitud estalló en un rugido que hizo temblar las gradas de madera.

Al día siguiente, en el segundo juego, otro cuadrangular surcó el cielo, el 26, y la afición ya soñaba con la gloria. Pero fue en el cuarto y último juego de la serie cuando Ronnie selló su leyenda. Con un swing poderoso, la bola voló más allá de las bardas, marcando su jonrón 27. El récord estaba hecho, y Empalme se rindió a sus pies. Ese récord, implantado hace 61 años, sigue intacto, solo igualado por Bob Darwin en 1971-1972 con Hermosillo.

El sonido que nunca se olvida

Días atrás, sentado frente a mí en una tarde cálida de junio de 2025, le pregunté a Ronnie cuál de esos jonrones había gozado más. Sus ojos, cargados de nostalgia, se iluminaron mientras respondía: “Nada es más hermoso que escuchar el sonido del impacto del bat con la bola y verla viajar arriba de las bardas”. Su voz temblaba al recordar aquel invierno del 63, cuando en su tierra natal, con los Rieleros, superó a Espino y Villegas para conquistar la corona de jonrones. “Fue una emoción inmensa”, añadió, “sentir que no le fallé a mi gente”.

Ronnie, junto a Espino, fue uno de los bateadores más temidos de México, un bombardero que acumuló 457 jonrones en su carrera: 317 en la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) y 140 en la del Pacífico, un poder que aún resuena en la memoria colectiva.

Una vida dedicada al diamante

Ronnie Camacho nació el 26 de octubre de 1935 en Empalme, un pueblo ferroviario de Sonora donde el béisbol era más que un deporte: era un rito. A los 17 años, en 1953, debutó con Fresno en la Liga de California, sucursal de los Cardenales de San Luis, siendo el más joven del equipo. En 1958, ya con los Rieleros, ganó la triple corona de bateo en la Liga Invernal de Sonora, preludio de lo que sería su gloriosa carrera.

Durante más de 20 años y 2,200 juegos, Ronnie brilló en México y Estados Unidos, jugando para equipos como Águilas de Mexicali, Tecolotes de Nuevo Laredo y Pericos de Puebla, hasta su retiro en 1975 con Aguascalientes. En 1983, su nombre ingresó al Salón de la Fama del Béisbol Profesional de México, un reconocimiento a su legado inmortal.

Un homenaje que une pasiones

El eco de sus hazañas llegó hasta Guadalajara, donde tuve el privilegio de rendirle homenaje en el Palacio Municipal, durante el último año de la administración de Enrique Alfaro, con Enrique Ibarra como alcalde interino.

Como relató Diego Morales Heredia en Conciencia Pública, destaqué a Ronnie como un ícono mexicano, un ejemplo de profesionalismo y entrega que inspira a la juventud. “Cuando hay talento, pasión y vocación, se puede lograr”, dije, emocionado, mientras recordaba mis inicios en el periodismo, nacidos de mi amor por el béisbol.

Rodeado de la peña beisbolera más apasionada del occidente, con 150 miembros, celebramos a este sonorense que encarna la grandeza del rey de los deportes. Su récord de 27 jonrones en la Liga del Pacífico, y los 39 en la LMB, lo convierten en el protagonista de las mayores proezas cuadrangulares del béisbol mexicano, un legado que sigue motivando a generaciones.

Un faro para los nuevos peloteros

Ronnie Camacho no es solo un nombre en los libros de récords; es un faro para las nuevas generaciones de peloteros que sueñan con el éxito. Su historia enseña que el talento, forjado con disciplina y amor por el juego, puede romper barreras y conquistar hazañas eternas.

En cada swing de un joven bateador, en cada grito de la afición, resuena el eco de aquellos 27 jonrones de 1963, un recordatorio de que, con pasión y entrega, el diamante siempre recompensa a quienes lo honran. Ronnie, el “roperón de Empalme”, sigue siendo la chispa que inspira a los futuros campeones del béisbol mexicano.

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Julio Urías y el sueño guinda: ¿Un regreso triunfal a Tomateros?

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Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //

¿Es posible que en octubre veamos a Julio Urías, el talentoso pitcher mexicano, lanzar con los Tomateros de Culiacán en la Liga Arco Mexicana del Pacífico? ¿O es solo un anhelo de los aficionados que soñamos con ver al monticulista sinaloense retomar su carrera tras la sanción impuesta por la MLB, que concluirá el 17 de julio de 2025, después del Juego de Estrellas?

La afición guinda, reconocida como una de las más apasionadas de México, vibraría con el regreso de su hijo pródigo al montículo. Urías podría encabezar un roster estelar junto a ex grandes ligas como el relevista Víctor González y el poderoso Joey Meneses, formando un equipo competitivo que elevaría el espectáculo de la Liga Arco y atraería a más aficionados al estadio.

A sus 28 años, Julio Urías sigue siendo un talento excepcional. Su recta, que supera las 97 millas por hora, y su variado repertorio de pitcheos lo consolidaron como una pieza clave en la Serie Mundial de 2020 con los Dodgers de Los Ángeles. Sin embargo, su carrera se vio opacada por un caso de violencia doméstica que derivó en cinco cargos menores en Los Ángeles. Aunque la Fiscalía del Condado no presentó cargos graves, Urías se declaró no culpable a uno de los delitos, mientras que los otros cuatro fueron desestimados tras aceptar un programa de tratamiento de un año.

La MLB, tras su investigación, determinó que Urías violó la Política Conjunta de Violencia Doméstica, Agresión Sexual y Abuso Infantil, imponiéndole una suspensión que finalizará a mitad de la temporada 2025. Aunque esto le permitirá recuperar su elegibilidad, el estigma y el «pacto no escrito» entre los dueños de equipos de Grandes Ligas podrían complicar su retorno al béisbol estadounidense.

Aquí es donde surge la posibilidad de verlo en la Liga Arco con los Tomateros, el equipo de sus amores desde niño. Vestir el uniforme guinda en Culiacán, su ciudad natal, sería más que un regreso al béisbol: sería una oportunidad para reconectar con sus raíces, donde brilló en categorías infantiles y juveniles antes de ser firmado por los Dodgers a los 16 años.

La afición culichi, conocida por su lealtad, recibiría a Urías con los brazos abiertos, ofreciéndole el apoyo que necesita tras los momentos difíciles. Este retorno cumpliría un sueño que el propio pitcher expresó en 2021: jugar con el equipo de su tierra. Más allá de lo deportivo, sería un capítulo de redención personal, un mensaje de que los errores no definen el futuro de un talento generacional.

Si Urías demuestra un cambio genuino y compromiso, su incorporación a los Tomateros no solo revitalizaría su carrera, sino que también inspiraría a peloteros y aficionados, mostrando que la perseverancia puede superar los tropiezos. Su llegada sería un hito para la Liga Arco, un impulso para el béisbol mexicano y una narrativa de superación que combina datos, pasión y emoción.

Aunque no hay certeza de que Urías juegue con los Tomateros, la posibilidad existe. Todo dependerá de si un equipo de MLB lo contrata tras el fin de su sanción o si decide regresar a casa para escribir un nuevo capítulo en su historia. La pelota está en el aire, y los aficionados guindas ya sueñan con verla cruzar el plato.

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Lecciones del diamante: La redención de Urías y Osuna

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Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //

Será el El 17 de julio de 2025, cuando el comisionado de las Grandes Ligas, Rob Manfred, levantará la suspensión impuesta al lanzador sinaloense Julio Urías por violar la política de violencia doméstica de la MLB. Esta decisión abre la puerta para que “El Culichi” pueda ser firmado por cualquier equipo de la Gran Carpa, pero su camino de regreso al estrellato está lejos de ser claro.

Hace apenas unos años, hablábamos de un talento generacional, un pitcher mexicano que lideró la Liga Nacional en victorias (2021) y efectividad (2022), y que se perfilaba para firmar un contrato histórico cercano a los 200 millones de dólares, un hito para un pelotero latinoamericano. Sin embargo, su comportamiento fuera del diamante ha opacado su brillo en el montículo.

Urías, quien fue clave en el título de los Dodgers en 2020, ha demostrado ser un diamante en bruto desde los 16 años, cuando Los Ángeles lo firmó. Su talento es innegable: una recta que roza las 97 millas, un cambio y curva devastadores, y una habilidad para el pickoff que lo hizo destacar desde su debut en 2016. Pero las decisiones personales han sido su talón de Aquiles.

Dos incidentes de violencia doméstica, el primero en 2019 y el segundo en 2023, lo llevaron a ser el primer jugador suspendido dos veces bajo la política de la MLB. El video de 2023, donde se le ve agrediendo a su pareja, fue un golpe duro para su imagen y su carrera. La sanción hasta el Juego de Estrellas de 2025 refleja la gravedad de sus acciones, pero también le da una nueva oportunidad.

¿Qué sigue para Julio Urías?

La pregunta no es solo si un equipo apostará por su brazo, sino si él ha aprendido de sus errores. En 2022, escribí que un contrato de 200 millones estaba al alcance de su mano, pero advertí que su futuro dependía de mantener el enfoque dentro y fuera del campo.

Hoy, esa proyección parece lejana. Equipos como los Yankees o los Mets podrían considerar su talento, pero el riesgo reputacional es alto, como lo demuestra el caso de Trevor Bauer, quien tras una suspensión similar no ha regresado a MLB y ha optado por ligas en Japón y México. Urías, a sus 28 años, aún tiene tiempo para redimirse, pero deberá cumplir con el programa de tratamiento ordenado por la MLB y demostrar un cambio genuino.

En México, especialmente en Culiacán, esperan que “El Culichi” retome el camino. Los Tomateros de Culiacán podrían ser una opción para mantenerse activo si la MLB no le abre las puertas de inmediato. Pero más allá del béisbol, Urías debe sanar como persona. Su historia es un recordatorio de que el talento no basta si no va acompañado de responsabilidad. Ojalá, por el bien del béisbol mexicano y de él mismo, que esta segunda oportunidad no sea la última.

Son dos grandes talentos mexicanos que pareciera haber tropezado con la misma piedra para truncar sus carreras en el mejor beisbol del mundo. Los dos son sinaloenses. En su momento fueron considerados entre los mejores cinco lanzadores de Grandes Ligas, uno como inicialista y el otro como relevista.

Roberto Osuna, con su recta de fuego, ostentaba 39 salvamentos con Toronto en 2017 y parecía destinado a ser el mexicano con más juegos salvados en la historia. Sin embargo, sus errores fuera del campo los llevaron al ostracismo, dejando lecciones cruciales para los jóvenes peloteros que sueñan con brillar en la MLB.

¿Qué salió mal?

Ambos sucumbieron a la presión de un sistema ferozmente competitivo, como señaló el periodista Mario Villagrán: la MLB es una maquinaria que exprime no solo el físico, sino también la mente y el carácter.

Osuna, acusado de agresión a su pareja en 2018, fue suspendido 75 juegos y, tras una lesión en 2020, no volvió a la MLB, encontrando refugio en Japón. Sus actos no solo mancharon su reputación, sino que cerraron puertas que su talento había abierto de par en par.

La lección para las nuevas generaciones es clara: el éxito en la MLB no se mide solo en ponches o salvamentos, sino en la capacidad de administrar la fama, el dinero y las tentaciones. Urías y Osuna, con contratos millonarios en el horizonte, dejaron que decisiones personales los traicionaran.

Como escribí en 2021, cuando Urías alcanzó 20 victorias, el talento debe ir acompañado de madurez. La presión de ser figura pública, como señaló Esteban Loaiza, es inmensa, y los errores se magnifican bajo la lupa de los medios y los aficionados. Los jóvenes como Alejandro Osuna, quien debutó con Texas en 2025, o Isaac Paredes, estrella en ascenso, deben aprender a navegar este entorno.

Primero, la disciplina personal es innegociable. La MLB tiene una política estricta contra la violencia doméstica desde 2015, y casos como los de Urías, el primero en ser suspendido dos veces, muestran que no hay excepciones. Segundo, rodearse de un círculo de apoyo sólido es vital. Urías contó con su padre, Carlos, como guía en sus inicios, pero las malas decisiones lo alejaron de ese respaldo.

Osuna, por su parte, habló de ansiedad en 2017, un tema que los prospectos deben abordar con profesionales para no derrumbarse bajo presión. Tercero, entender que el béisbol mexicano depende de sus embajadores.

Cada error de un pelotero azteca no solo afecta su carrera, sino la percepción de los prospectos mexicanos en la Gran Carpa.

Para los jóvenes que hoy entrenan en Culiacán, Hermosillo o Tijuana, el mensaje es contundente: el talento los llevará a la puerta de la MLB, pero solo la integridad los mantendrá dentro (…) Urías y Osuna son un espejo donde los prospectos deben mirarse: no para imitar sus errores, sino para aprender de ellos.

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