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Beisbol contra el racismo: Días históricos en la gran carpa, la MLB sube la voz y baja los bats

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Vuelacercas, por Salvador Cosío Gaona //

No es un asunto menor lo que está ocurriendo con el deporte espectáculo en el contexto de las protestas por el prevaleciente racismo que se ha venido acentuando en los Estados Unidos de América del Norte bajo la administración de Donald Trump.

En la semana que recién concluyó vimos a equipos de la NBA (National Basketball Association), de la MLS (Major League Soccer)  y de MLB (Major League Baseball) expresar su rechazo a este fenómeno mediante la suspensión de juegos en sus respectivas ligas. “No es necesario ser activista para defender lo correcto”, es una de las frases más recurrentes que se han dejado escuchar entre los peloteros de la Gran Carpa que simpatizan con el movimiento “Black Lives Matter”, siendo que el objetivo es responder a la injusticia racial desde cualquier plataforma y es significativo que el béisbol haya decidido estar en los temas centrales de una nación que ahora mismo, se revela como en décadas anteriores  contra la discriminación y la violencia racial.

Tony Kemp, de Oakland, dijo al respecto: “Esto está a la vanguardia ahora. Al no participar en el juego de esta noche, siento que es solo un pequeño bloque de construcción de lo que queremos ver. Estos dos días son tiempos históricos en el deporte. Un día, nuestros hijos mirarán hacia atrás y nos preguntarán qué estaba pasando y qué hicimos para ayudar a crear conciencia sobre estos problemas en el mundo y vamos a decir: «Un juego que decidimos no jugar».

Esta vez no solo han sido los ciudadanos quienes han mostrado su inconformidad como ocurrió en mayo pasado con la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco, sino que el movimiento ‘Black Lives Matter’ sumó a tres de las Ligas más importantes del deporte norteamericano para manifestar su rechazo al racismo tras la brutal agresión sufrida por Jacob Blake, un afroamericano de 29 años que recibió siete disparos por la espalda por parte de un policía el domingo en Kenosha, Wisconsin.

Inicialmente los jugadores de la NBA fueron los primeros en revelarse y contando con en apoyo de sus clubes anunciaron la cancelación de juegos hasta que los propios directivos de la Liga oficializaron la suspensión de toda la jornada de playoffs del miércoles.

LeBron James, la Estrella de Lakers y de la NBA, ha venido encabezando la causa ya de tiempo atrás y ha dicho:

«Esto es una forma de vida. Cuando te despiertas eres negro, eso es lo que eres. Sabemos que un paso para otra gente significa que nosotros tengamos que dar cinco. Lo sabemos y es lo que nos hace estar tan unidos y ser tan poderosos, tan únicos, después de todos los obstáculos que hemos superado en la vida. Pero es desolador igualmente. Y no se entiende si no eres una persona de color. Es normal que lo sientan por ellos, pero los blancos nunca van a entender realmente lo que es ser negro en Estados Unidos».

A la liga de baloncesto se sumaron equipos de la MLS que suspendieron todos los encuentros  de la séptima jornada de la temporada.

La noche del 26 de agosto trascendió en medios de EE. UU. que el Futbol soccer había tomado postura y había franquicias que no deseaban volver a la cancha pues preferían que la atención se enfocase en el tema racial que sigue siendo principal foco de alerta en el país.

SUSPENDEN JUEGOS DE MLB

En la MLB ( Major League Baseball), fueron Cerveceros de Milwaukee y Rojos de Cincinnati, los primeros equipos que decidieron unirse y no jugar el partido de la noche del miércoles en el Miller Park, de Milwaukee. A ellos se sumaron y pospusieron sus duelos Dodgers y Gigantes, así como Marineros y Padres. Al día siguiente otros equipos se unieron a las voces de protesta quedando suspendidos los juegos: Rockies-Diamondbacks, Atléticos-Rangers, Mellizos-Tigres, Medias Rojas-Azulejos, Orioles-Rays, Filis-Nacionales y Marlins-Mets.

En tanto, la Major League Baseball emitió la siguiente declaración:

Ante el dolor en las comunidades de Wisconsin y más allá después del incidente en el que Jacob Blake fue baleado, respetamos las decisiones de un gran número de jugadores de no saltar al terreno esta noche. Major League Baseball permanece unido a favor de un cambio en nuestra sociedad y seremos aliados en la lucha para terminar con el racismo y la injusticia”.

En el encuentro de Marlins de Miami vs Mets de Nueva York, todos los jugadores se quitaron sus gorras y guardaron silencio durante 42 segundos en honor a Jackie Robinson, primer afroamericano en MLB, y se retiraron dejando una camisa de Black Lives Matter sobre home. Lo mismo hicieron Astros y Atléticos la noche del viernes. 

Cabe señalar que en Ligas Mayores cada 15 de abril se recuerda a Jackie Robinson, pero en esta ocasión, siendo una campaña atípica debido a la pandemia por Coronavirus, se decidió cambiar de fecha para rendir el correspondiente homenaje el 28 de agosto.

Se eligió esta fecha alternativa porque representa el aniversario de la Marcha sobre Washington de 1963, en la que Martin Luther King pronunció su famoso discurso de «Yo tengo un sueño». Asimismo, en un día como hoy pero de 1945, Branch Rickey, gerente general de los Dodgers, se reunió con Robinson para plantearle la posibilidad de llegar al equipo.

En Boston, los jugadores de los Medias Rojas y de los Nacionales de Washington se colocaron en los senderos antes del encuentro. Se mostró un video que muestra a Robinson hablando en St. Augustine, Florida, en 1964.

Durante una grabación de Ruth Pinter, interpretando el himno nacional, el jardinero Jackie Bradley Jr., único pelotero negro de los Medias Rojas, se arrodilló, lo mismo que el mexicano Alex Verdugo.

«Creo que Robinson hubiera querido que nosotros habláramos del cambio», dijo Matt Kemp, jardinero de los Rockies quien es negro”, consignó El Siglo de Torreón.

Para Rocco Baldelli, mánager de los Mellizos, participar en estas protestas ha sido un honor.

«Sí me pareció una locura y al mismo tiempo algo grandioso, después de todo lo que pasó ayer en el beisbol, en el deporte y en nuestra organización, que volvamos directamente a jugar hoy y usemos todos el número 42 y salgamos a celebrar a Jackie Robinson y todo lo que él ha hecho para nuestro deporte y para nuestra nación», comentó Baldelli

El que se anotó un punto negativo y seguramente tendrá que aclararlo, fue el comisionado de Grandes Ligas, Robert Manfred, quien habría propuesto a los equipos una especie de simulación, que quedó evidenciada cuando después de una conferencia de prensa se mantuvieron abiertos los micrófonos y se escuchó una conversación del gerente de los Mets, Van Wagenen, expresando lo siguiente:

El beisbol está tratando de tener una solución para decir, ¿Sabes que sería muy poderoso? ¿Sabes que sería genial? Si haces que salgan al terreno de juego, lo dejan y luego regresan a jugar a las 8:10 p.m., y yo me quedé de ¿QUE?

Rob (Manfred) dijo eso y con la agenda de Jeff (Wilpon, dueño de Mets) eso va a ser una pesadilla, hay mucho en juego, le dije a Jeff ‘eso no va a pasar’. No están en contacto con la realidad, pero ese es el instinto de Rob, y Rob, exactamente de lo que tu y yo estamos hablando, realmente no lo entiende, simplemente no entiende nada”.

De esta manera, a la ya suigéneris campaña 2020 de Grandes Ligas, habrá que añadir este episodio histórico: esos tres días en que el rey de los deportes paró para defender a sus peloteros afroamericanos, pero principalmente, se solidarizó con una causa social alzando la voz y bajando los bats.

E-mail: opinion.salcosga@hotmail.com

Twitter: @salvadorcosio1

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La hazaña para la historia de Ronnie Camacho: 27 jonrones hace 62 años en la Liga del Pacífico

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Por Gabriel Ibarra Bourjac //

El sol se alzaba implacable sobre Empalme, Sonora, aquel febrero de 1963, tiñendo de dorado las calles polvorientas que conducían al estadio de los Rieleros. Ronaldo “Ronnie” Camacho, el “roperón de Empalme”, caminaba hacia el diamante con el peso de su pueblo sobre los hombros.

En su mirada se mezclaban la determinación y el nerviosismo: sabía que la penúltima serie del rol regular en la Liga Mexicana del Pacífico sería su prueba de fuego.

Los Naranjeros de Hermosillo, líderes de la liga, llegaban a retarlo, y con ellos, dos titanes del bateo, Héctor Espino, el “Supermán de Chihuahua”, y Saúl Villegas. Ronnie cargaba 24 jonrones; Espino y Villegas, empatados con 23, acechaban su corona. El aire vibraba con la expectativa de 15 mil fanáticos que abarrotaban las gradas, ansiosos por presenciar una batalla que pasaría a la historia.

Desde el primer juego, el estadio se convirtió en un caldero de emociones. Ronnie, con su bat al hombro, sentía cada mirada mientras se paraba en la caja de bateo. El pitcher de los Naranjeros lanzó una recta alta, y el sonido del impacto resonó como un trueno: jonrón 25. La multitud estalló en un rugido que hizo temblar las gradas de madera.

Al día siguiente, en el segundo juego, otro cuadrangular surcó el cielo, el 26, y la afición ya soñaba con la gloria. Pero fue en el cuarto y último juego de la serie cuando Ronnie selló su leyenda. Con un swing poderoso, la bola voló más allá de las bardas, marcando su jonrón 27. El récord estaba hecho, y Empalme se rindió a sus pies. Ese récord, implantado hace 61 años, sigue intacto, solo igualado por Bob Darwin en 1971-1972 con Hermosillo.

El sonido que nunca se olvida

Días atrás, sentado frente a mí en una tarde cálida de junio de 2025, le pregunté a Ronnie cuál de esos jonrones había gozado más. Sus ojos, cargados de nostalgia, se iluminaron mientras respondía: “Nada es más hermoso que escuchar el sonido del impacto del bat con la bola y verla viajar arriba de las bardas”. Su voz temblaba al recordar aquel invierno del 63, cuando en su tierra natal, con los Rieleros, superó a Espino y Villegas para conquistar la corona de jonrones. “Fue una emoción inmensa”, añadió, “sentir que no le fallé a mi gente”.

Ronnie, junto a Espino, fue uno de los bateadores más temidos de México, un bombardero que acumuló 457 jonrones en su carrera: 317 en la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) y 140 en la del Pacífico, un poder que aún resuena en la memoria colectiva.

Una vida dedicada al diamante

Ronnie Camacho nació el 26 de octubre de 1935 en Empalme, un pueblo ferroviario de Sonora donde el béisbol era más que un deporte: era un rito. A los 17 años, en 1953, debutó con Fresno en la Liga de California, sucursal de los Cardenales de San Luis, siendo el más joven del equipo. En 1958, ya con los Rieleros, ganó la triple corona de bateo en la Liga Invernal de Sonora, preludio de lo que sería su gloriosa carrera.

Durante más de 20 años y 2,200 juegos, Ronnie brilló en México y Estados Unidos, jugando para equipos como Águilas de Mexicali, Tecolotes de Nuevo Laredo y Pericos de Puebla, hasta su retiro en 1975 con Aguascalientes. En 1983, su nombre ingresó al Salón de la Fama del Béisbol Profesional de México, un reconocimiento a su legado inmortal.

Un homenaje que une pasiones

El eco de sus hazañas llegó hasta Guadalajara, donde tuve el privilegio de rendirle homenaje en el Palacio Municipal, durante el último año de la administración de Enrique Alfaro, con Enrique Ibarra como alcalde interino.

Como relató Diego Morales Heredia en Conciencia Pública, destaqué a Ronnie como un ícono mexicano, un ejemplo de profesionalismo y entrega que inspira a la juventud. “Cuando hay talento, pasión y vocación, se puede lograr”, dije, emocionado, mientras recordaba mis inicios en el periodismo, nacidos de mi amor por el béisbol.

Rodeado de la peña beisbolera más apasionada del occidente, con 150 miembros, celebramos a este sonorense que encarna la grandeza del rey de los deportes. Su récord de 27 jonrones en la Liga del Pacífico, y los 39 en la LMB, lo convierten en el protagonista de las mayores proezas cuadrangulares del béisbol mexicano, un legado que sigue motivando a generaciones.

Un faro para los nuevos peloteros

Ronnie Camacho no es solo un nombre en los libros de récords; es un faro para las nuevas generaciones de peloteros que sueñan con el éxito. Su historia enseña que el talento, forjado con disciplina y amor por el juego, puede romper barreras y conquistar hazañas eternas.

En cada swing de un joven bateador, en cada grito de la afición, resuena el eco de aquellos 27 jonrones de 1963, un recordatorio de que, con pasión y entrega, el diamante siempre recompensa a quienes lo honran. Ronnie, el “roperón de Empalme”, sigue siendo la chispa que inspira a los futuros campeones del béisbol mexicano.

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Julio Urías y el sueño guinda: ¿Un regreso triunfal a Tomateros?

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Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //

¿Es posible que en octubre veamos a Julio Urías, el talentoso pitcher mexicano, lanzar con los Tomateros de Culiacán en la Liga Arco Mexicana del Pacífico? ¿O es solo un anhelo de los aficionados que soñamos con ver al monticulista sinaloense retomar su carrera tras la sanción impuesta por la MLB, que concluirá el 17 de julio de 2025, después del Juego de Estrellas?

La afición guinda, reconocida como una de las más apasionadas de México, vibraría con el regreso de su hijo pródigo al montículo. Urías podría encabezar un roster estelar junto a ex grandes ligas como el relevista Víctor González y el poderoso Joey Meneses, formando un equipo competitivo que elevaría el espectáculo de la Liga Arco y atraería a más aficionados al estadio.

A sus 28 años, Julio Urías sigue siendo un talento excepcional. Su recta, que supera las 97 millas por hora, y su variado repertorio de pitcheos lo consolidaron como una pieza clave en la Serie Mundial de 2020 con los Dodgers de Los Ángeles. Sin embargo, su carrera se vio opacada por un caso de violencia doméstica que derivó en cinco cargos menores en Los Ángeles. Aunque la Fiscalía del Condado no presentó cargos graves, Urías se declaró no culpable a uno de los delitos, mientras que los otros cuatro fueron desestimados tras aceptar un programa de tratamiento de un año.

La MLB, tras su investigación, determinó que Urías violó la Política Conjunta de Violencia Doméstica, Agresión Sexual y Abuso Infantil, imponiéndole una suspensión que finalizará a mitad de la temporada 2025. Aunque esto le permitirá recuperar su elegibilidad, el estigma y el «pacto no escrito» entre los dueños de equipos de Grandes Ligas podrían complicar su retorno al béisbol estadounidense.

Aquí es donde surge la posibilidad de verlo en la Liga Arco con los Tomateros, el equipo de sus amores desde niño. Vestir el uniforme guinda en Culiacán, su ciudad natal, sería más que un regreso al béisbol: sería una oportunidad para reconectar con sus raíces, donde brilló en categorías infantiles y juveniles antes de ser firmado por los Dodgers a los 16 años.

La afición culichi, conocida por su lealtad, recibiría a Urías con los brazos abiertos, ofreciéndole el apoyo que necesita tras los momentos difíciles. Este retorno cumpliría un sueño que el propio pitcher expresó en 2021: jugar con el equipo de su tierra. Más allá de lo deportivo, sería un capítulo de redención personal, un mensaje de que los errores no definen el futuro de un talento generacional.

Si Urías demuestra un cambio genuino y compromiso, su incorporación a los Tomateros no solo revitalizaría su carrera, sino que también inspiraría a peloteros y aficionados, mostrando que la perseverancia puede superar los tropiezos. Su llegada sería un hito para la Liga Arco, un impulso para el béisbol mexicano y una narrativa de superación que combina datos, pasión y emoción.

Aunque no hay certeza de que Urías juegue con los Tomateros, la posibilidad existe. Todo dependerá de si un equipo de MLB lo contrata tras el fin de su sanción o si decide regresar a casa para escribir un nuevo capítulo en su historia. La pelota está en el aire, y los aficionados guindas ya sueñan con verla cruzar el plato.

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Lecciones del diamante: La redención de Urías y Osuna

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Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //

Será el El 17 de julio de 2025, cuando el comisionado de las Grandes Ligas, Rob Manfred, levantará la suspensión impuesta al lanzador sinaloense Julio Urías por violar la política de violencia doméstica de la MLB. Esta decisión abre la puerta para que “El Culichi” pueda ser firmado por cualquier equipo de la Gran Carpa, pero su camino de regreso al estrellato está lejos de ser claro.

Hace apenas unos años, hablábamos de un talento generacional, un pitcher mexicano que lideró la Liga Nacional en victorias (2021) y efectividad (2022), y que se perfilaba para firmar un contrato histórico cercano a los 200 millones de dólares, un hito para un pelotero latinoamericano. Sin embargo, su comportamiento fuera del diamante ha opacado su brillo en el montículo.

Urías, quien fue clave en el título de los Dodgers en 2020, ha demostrado ser un diamante en bruto desde los 16 años, cuando Los Ángeles lo firmó. Su talento es innegable: una recta que roza las 97 millas, un cambio y curva devastadores, y una habilidad para el pickoff que lo hizo destacar desde su debut en 2016. Pero las decisiones personales han sido su talón de Aquiles.

Dos incidentes de violencia doméstica, el primero en 2019 y el segundo en 2023, lo llevaron a ser el primer jugador suspendido dos veces bajo la política de la MLB. El video de 2023, donde se le ve agrediendo a su pareja, fue un golpe duro para su imagen y su carrera. La sanción hasta el Juego de Estrellas de 2025 refleja la gravedad de sus acciones, pero también le da una nueva oportunidad.

¿Qué sigue para Julio Urías?

La pregunta no es solo si un equipo apostará por su brazo, sino si él ha aprendido de sus errores. En 2022, escribí que un contrato de 200 millones estaba al alcance de su mano, pero advertí que su futuro dependía de mantener el enfoque dentro y fuera del campo.

Hoy, esa proyección parece lejana. Equipos como los Yankees o los Mets podrían considerar su talento, pero el riesgo reputacional es alto, como lo demuestra el caso de Trevor Bauer, quien tras una suspensión similar no ha regresado a MLB y ha optado por ligas en Japón y México. Urías, a sus 28 años, aún tiene tiempo para redimirse, pero deberá cumplir con el programa de tratamiento ordenado por la MLB y demostrar un cambio genuino.

En México, especialmente en Culiacán, esperan que “El Culichi” retome el camino. Los Tomateros de Culiacán podrían ser una opción para mantenerse activo si la MLB no le abre las puertas de inmediato. Pero más allá del béisbol, Urías debe sanar como persona. Su historia es un recordatorio de que el talento no basta si no va acompañado de responsabilidad. Ojalá, por el bien del béisbol mexicano y de él mismo, que esta segunda oportunidad no sea la última.

Son dos grandes talentos mexicanos que pareciera haber tropezado con la misma piedra para truncar sus carreras en el mejor beisbol del mundo. Los dos son sinaloenses. En su momento fueron considerados entre los mejores cinco lanzadores de Grandes Ligas, uno como inicialista y el otro como relevista.

Roberto Osuna, con su recta de fuego, ostentaba 39 salvamentos con Toronto en 2017 y parecía destinado a ser el mexicano con más juegos salvados en la historia. Sin embargo, sus errores fuera del campo los llevaron al ostracismo, dejando lecciones cruciales para los jóvenes peloteros que sueñan con brillar en la MLB.

¿Qué salió mal?

Ambos sucumbieron a la presión de un sistema ferozmente competitivo, como señaló el periodista Mario Villagrán: la MLB es una maquinaria que exprime no solo el físico, sino también la mente y el carácter.

Osuna, acusado de agresión a su pareja en 2018, fue suspendido 75 juegos y, tras una lesión en 2020, no volvió a la MLB, encontrando refugio en Japón. Sus actos no solo mancharon su reputación, sino que cerraron puertas que su talento había abierto de par en par.

La lección para las nuevas generaciones es clara: el éxito en la MLB no se mide solo en ponches o salvamentos, sino en la capacidad de administrar la fama, el dinero y las tentaciones. Urías y Osuna, con contratos millonarios en el horizonte, dejaron que decisiones personales los traicionaran.

Como escribí en 2021, cuando Urías alcanzó 20 victorias, el talento debe ir acompañado de madurez. La presión de ser figura pública, como señaló Esteban Loaiza, es inmensa, y los errores se magnifican bajo la lupa de los medios y los aficionados. Los jóvenes como Alejandro Osuna, quien debutó con Texas en 2025, o Isaac Paredes, estrella en ascenso, deben aprender a navegar este entorno.

Primero, la disciplina personal es innegociable. La MLB tiene una política estricta contra la violencia doméstica desde 2015, y casos como los de Urías, el primero en ser suspendido dos veces, muestran que no hay excepciones. Segundo, rodearse de un círculo de apoyo sólido es vital. Urías contó con su padre, Carlos, como guía en sus inicios, pero las malas decisiones lo alejaron de ese respaldo.

Osuna, por su parte, habló de ansiedad en 2017, un tema que los prospectos deben abordar con profesionales para no derrumbarse bajo presión. Tercero, entender que el béisbol mexicano depende de sus embajadores.

Cada error de un pelotero azteca no solo afecta su carrera, sino la percepción de los prospectos mexicanos en la Gran Carpa.

Para los jóvenes que hoy entrenan en Culiacán, Hermosillo o Tijuana, el mensaje es contundente: el talento los llevará a la puerta de la MLB, pero solo la integridad los mantendrá dentro (…) Urías y Osuna son un espejo donde los prospectos deben mirarse: no para imitar sus errores, sino para aprender de ellos.

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