MUNDO
En busca del poder estratégico y minerales: Groenlandia, la obsesión del presidente Donald Trump

Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
La mayoría de la población de EUA y de Dinamarca no quieren que Groenlandia sea de EUA. En ese gran territorio se come ballena como en Asia y otros alimentos poco comunes para nosotros. Algunos integrantes del parlamento de Dinamarca han dicho que la actitud o comentarios de Trump sobre adueñarse de “Greenland” (como se dice en inglés), es inmadura infantil y casi pervertida.
Como hemos dicho, Estados Unidos quiere recuperar el control de Panamá y tener a Groenlandia. La razón es simple, poder estratégico y muchos, muchos minerales. En lo territorial es prácticamente del tamaño de México. Así es, pero sin gente. Algo así como Canadá, un gran territorio con mucha tierra y poca gente. Groenlandia es más de tres veces el tamaño de todo Ucrania.
Por ejemplo, ese gigante tiene petróleo, gas, tierras raras, pero sobre todo tiene la ruta del mar del norte que usa China con Rusia para llegar a Europa y al Atlántico de forma más rápida y económica que los viajes por África. Groenlandia tiene reservas de petróleo y gas equivalentes a 6 veces las que tiene México, algo así como 31 mil millones de barriles.
Tiene 1.5 millones de Toneladas de tierras raras en reservas estratégicas para los sistemas y tecnologías modernas lo que la coloca por arriba de dos mares, el polo norte y 20% de los recursos naturales del mundo. Mucho más que lo que tienen la mayoría de los países.
Y claro Groenlandia es vecina del polo norte al que EUA tiene un acceso limitado solo por Alaska. El polo norte es básicamente controlado por Canadá y Rusia, pero este microcontinente o isla gigante podría ser la llave para el dominio del hemisferio norte en manos de una potencia.
Groenlandia ha ido creciendo en autonomía política y de ser una colonia de Dinamarca después de haber sido parte de Noruega hace menos de 100 años, pasó a tener un gobierno casi autónomo en los años recientes ahí por el 1979. Es decir que el territorio que ha ido creciendo en población muy despacio está casi vacío y con muy poca historia como zona de uno u otro país de la historia moderna.
Por decir algo el gobierno de la isla es autodeterminado con el control de Dinamarca para asuntos de política exterior y defensa. Dinamarca es un lugar hermoso y Groenlandia también, pero sabemos que en una guerra esas regiones vacías serán ocupadas y creo que EUA está preparándose para una guerra o de menos tratando de advertir los lugares en los que otras potencias rivales pueden crecer.
Groenlandia es uno de esos lugares que en un pleito alguien se puede quedar sin mucho riesgo ya que la población total es de 56 mil personas con una tasa de natalidad de menos del 0.3% algo así como 20 veces menos que el promedio de Europa.
China, Rusia, EUA y seamos claros también Alemania y otras potencias saben esto, pero no lo dicen. Imagine un territorio lleno de riquezas con el tamaño de toda la república mexicana, pero con los habitantes de una colonia de Zapopan o de una colonia de la alcaldía Miguel Hidalgo.
China tiene el poder de la coerción económica y Rusia la militar que podrían hacer a Dinamarca ceder, pero EUA tiene ya bases militares en la zona por lo que parece ser un modelo como el de Ucrania que se repartirán de manera oficial o extraoficial las potencias. EUA le ha dicho a Dinamarca que no tienen los medios para defender un ataque de China o de Rusia y por eso deben vender el territorio o permitir un referéndum como en su momento lo tuvo el nacimiento de Panamá que era de Colombia. Así es Groenlandia podría ver un movimiento separatista como tantos que han sido incitados por las potencias en la historia de la humanidad.
El caso Groenlandia es uno más de la larga lista de asuntos en los que estratégicamente grosero Trump tiene algunos puntos de razón, pero su forma arruina la conversación. De hecho, Rusia y China han estado cortejando la región y casi militarizado la zona con barcos que cualquier día podrían marchar sobre la región. Así las cosas, tal vez no se vea, pero Groenlandia está en riesgo de ser controlada por el mayor postor y Europa estaría en manos de cualquier potencia que controle esa zona.
¿Será que EUA ya aceptó partir Ucrania, ceder Taiwán y quedarse a cambio con Groenlandia? EUA, China o Rusia y tal vez hasta Alemania que ha estado muy cayada podrían controlar ese territorio con inversión y algo de miel en lugar de la hiel que envía Trump o del abandono de Dinamarca.
Nuevamente le recuerdo que tienen un territorio como el de México, pero con solo poco más de 56 mil habitantes que no tienen carreteras ni autos sino trineos para viajar de un lado a otro jalados por hermosos perros y fue denominada como colonia de Dinamarca hasta los años 50’s cuando alcanzó el lugar de Estado de dicho Reino y 30 años después le fue reconocido un gobierno autónomo algo así como Hong Kong para China.
MUNDO
Rechaza ser deportado Hernán Bermúdez Requena de Paraguay

– Por Francisco Junco
Hernán Bermúdez Requena, el ex secretario de Seguridad Pública, nombrado por el entonces Gobernador de Tabasco, Adán Augusto López, ahora senador de la República, rechazó ser extraditado a México.
Durante la audiencia inicial, donde un juez dictó prisión preventiva, se le ofreció la extradición voluntaria, pero Bermúdez Requena, presunto líder del cartel de “La Barredora”, no aceptó.
Ahora se iniciará un proceso ordinario, que podría tardar hasta 60 días, en tanto, Bermúdez Requena, continuará bajo la custodia de la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay.
En tanto, en México se informó que la Fiscalía General de la República ya presentó la solicitud de extradición contra Hernán Bermúdez Requena al gobierno guaraní.
“El Abuelo” o “El Comandante H”, como se le conoce al exfuncionario del gobierno del morenista Adán Augusto López en Tabasco, e identificado como el presunto líder del Cártel de “La Barredora”, fue detenido la madrugada del sábado, en Paraguay, en una residencia ubicada en la zona exclusiva de Marino Roque Alonso, donde permanecía escondido.
Este fin de semana, el presidente Santiago Peña, dio a conocer, en un pequeño video de 45 segundos, cómo fue el arresto de Bermúdez Requena.
En las imágenes, primero se ven aspectos de la residencia, se ve cómo las fuerzas especiales, revisaron la finca y derribaron la puerta, suben una escalera y someten a ex secretario de seguridad, lo encañonaron y lo tiraron al suelo, donde lo tenían sometido, bocabajo y un elemento le pone un pie en la espalda.
Después, el presunto líder de La Barredora, quien cuenta con una ficha roja activa de la Interpol, aparece sentado en un sillón con ropa deportiva, pelo más largo y canoso, barba larga.
Cuenta con una orden de captura en México por asociación delictuosa, extorsión y secuestro exprés.
En el video, se muestra que en la residencia, donde permanecía escondido, había fajos de dólares y guaraníes, moneda uruguaya, así como joyas, tarjetas bancarias, identificaciones y una camioneta de alta gama.
Manuel Doltane, titular de Asuntos Internacionales de la Fiscalía de Paraguay, reveló que Bermúdez, entró de manera ilegal al país.
Y es que en febrero de este año, después de hacer pública la orden de aprehensión en su contra, el ex funcionario estatal huyó del país.
De acuerdo con las autoridades, viajó primero a Panamá, después a España, más tarde a Brasil, para terminar en Paraguay.
En medios locales del país sudamericano, como el diario ABC, informaron que la detención del ex funcionario de Adán Augusto López, se logró, gracias a que en el mes de julio se detuvo a Gerardo Bermúdez Arreola, sobrino del presunto líder de “La Barredora”.
CARTÓN POLÍTICO
Edición 807: Magistrada Fanny Jiménez revoca rechazo de pruebas y defiende Bosque de Los Colomos
Si prefiere descargar el PDF en lugar de leer online: CLICK AQUÍ
Lectores en teléfono celular: Para una mejor lectura online, girar a la posición horizontal.
LAS NOTICIAS PRINCIPALES:
Crónica de una semana tensa en la UdeG: La rebelión estudiantil que desafía a la FEU
MUNDO
Tolerancia en tiempos de algoritmos

– Opinión, por Miguel Anaya
¿Qué significa ser conservador en 2025? La etiqueta, lejos de significar a una persona o grupo de ellas, aglutinadas en torno a la Biblia o valores cristianos, se ha vuelto un acto de rebeldía. El conservadurismo pareciera significar a una nueva minoría (o una mayoría silenciosa) que enfrenta un prejuicio constante en redes sociales.
En sociedades donde la corrección política dicta el guion, ser conservador implica defender valores tradicionales —para algunos valores anacrónicos— en medio de un mar de redefiniciones. La sociedad dio un giro de 180 grados en tan solo 20 años y aquellos que señalaban hace dos décadas, hoy son señalados.
¿Y ser liberal? El liberalismo que alguna vez defendió la libertad frente al Estado hoy se ha transformado en progresismo militante: proclamar diversidad, reivindicar minorías, expandir derechos. Noble causa, sin duda.
El problema comienza cuando esa nobleza se convierte en absolutismo y se traduce en expulsar, callar o cancelar a quien no repite las consignas del día. El liberal de hoy se proclama abierto, pero con frecuencia cierra la puerta al que discrepa. Preocupante.
He aquí la contradicción más notable de nuestro tiempo: vivimos en sociedades que presumen de “abiertas”, pero que a menudo resultan cerradas a todo lo que incomoda. Lo que antes era normal hoy puede costar reputación, trabajo o, en casos extremos, la vida. Hemos reemplazado la pluralidad por trincheras y el desacuerdo por el linchamiento mediático (“funar” para la generación Z).
La polarización actual funciona como un espejo roto: cada bando mira su fragmento y cree que posee toda la verdad. Los conservadores se refugian en la nostalgia de un mundo que quizá nunca existió, mientras que los liberales se instalan en la fantasía de que el futuro puede aceptar todo, sin limitantes.
Ambos lados olvidan lo esencial: que quien piensa distinto no es un enemigo para destruir, sino un ciudadano con derecho a opinar, a discernir y, por qué no, a equivocarse humanamente.
La violencia y la polarización que vivimos, no son fenómenos espontáneos. Son herramientas. Benefician a ciertas cúpulas que viven de dividir, a las plataformas digitales que lucran con cada insulto convertido en tema del momento.
El odio es rentable; la empatía, en cambio, apenas genera clics. Por eso, mientras unos gritan que Occidente se derrumba por culpa de la “ideología woke”, otros insisten en que el verdadero peligro son los “fascistas del siglo XXI”. Y en el ruido de esas etiquetas, el diálogo desaparece.
Lo más preocupante es que ambos discursos se han vuelto autorreferenciales, encerrados en su propia lógica. El conservador que clama por libertad de expresión se indigna si un artista satiriza sus valores; el liberal que defiende la diversidad se escandaliza si alguien cuestiona sus banderas.
Todos piden tolerancia, pero solo para lo propio. Lo vemos en el Senado, en el país vecino, tras el triste homicidio de Charlie Kirk y hasta en los hechos recientes en la Universidad de Guadalajara.
En buena medida, este mal viene precedido de la herramienta tecnológica que elimina todo el contenido que no nos gusta para darnos a consumir, solo aquello con lo que coincidimos: EL ALGORITMO.
El algoritmo nos muestra un mundo que coincide totalmente con nuestra manera de pensar, de vivir, de vestir, nos lleva a encontrarnos únicamente con el que se nos parece, creando micromundos de verdades absolutas, haciendo parecer al que piensa un poco distinto como ajeno, loco e incluso peligroso. Algo que debe ser callado o eliminado.
Occidente, en 2025, parece olvidar que lo que lo hizo fuerte no fue la homogeneidad, sino la tensión creativa y los equilibrios entre sus diferencias. Quizá el desafío es rescatar el principio básico de que la idea del otro no merece la bala como respuesta.
Solo la palabra, incluso aquella que incomoda, puede mantener vivo un debate que, aunque imperfecto, sigue siendo el único antídoto contra el silencio y la complicidad impuestos por el miedo o la ignorancia.