MUNDO
La explosión anti-racista en EEUU: Justicia… ¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre!

Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
En 1793 Madame Roland al poner su cuello en la guillotina dijo… “Libertad, ¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre!”. Mujer valiente quien denunció públicamente los excesos de la monarquía y participó en la revolución francesa patrocinando reuniones y publicaciones a personajes tan relevantes como Robespierre; fue sentenciada por radicales de esa misma revolución que ahora autoritarios cometían abusos como el Rey, lo que ella valientemente denunció.
Murió por ser congruente, señalar las conductas despóticas de quienes sin importar régimen, ideología, país, raza, causa o era, son adictos a la violencia y al abuso. Algunos dicen que “El Poder los hace iguales”; creo que el poder les da rienda suelta e impunidad, exponiendo sus más íntimas y corruptas pasiones.
REVUELTAS Y DISTURBIOS USA-2020
El muy exitoso basquetbolista LeBron James usa su libertad para criticar La bandera de su país y hace bulling contra quienes se atreven a disentir, pero el mismo jugador decidió que criticar a China por las golpizas a los manifestantes en Hong Kong era un acto de ignorancia. LeBron sabe que en su país goza de libertad de expresión, pero si lo hace lo mismo en contra de China, además de perder los millones de dólares, podría terminar en prisión.
La conducta inhumana del ahora procesado ex policía Derek Chauvin, fue el detonante de legítimas protestas multitudinarias en el país vecino, sin embargo poco importan a los manifestantes más radicales los homicidios y abusos cometidos diariamente en contra de cientos de hispanos, asiáticos, mujeres, afroamericanos y claro, de blancos, todos ellos inocentes que padecieron saqueos y violencia encubierta e impune.
Pareciera que “#Black Lives matter” sólo importa si un policía asesina a un hombre de color; las manifestaciones hacen caso omiso de los afroamericanos David Dorn, asesinado por 7 hombres de color que asaltaron la tienda que él custodiaba, Patrick Underwood asesinado en Oakland como guardia de la Corte Federal y Miosotis Familia oficial de policía en NY, atacada por la espalda al estar cuidando zona de tiendas durante las protestas. En Chicago fueron asesinados 2 mexicoamericanos durante saqueo a licorería, en California murieron 3 y 1 más en Minneapolis, todos víctimas de los anarquistas. Espero que al menos aquí sí les demos seguimiento, porque las vidas de los nuestros también valen aunque no mueran a manos de la policía o de migración.
“LA IGNORANCIA VIENE EN TODOS LOS COLORES”
Una mujer de color recorre las calles de su colonia con un letrero que dice… “no todos los negros son criminales, no todos los blancos son racistas, no todos los policías son malos, pero “la ignorancia viene en todos los colores”.
Muchos ciudadanos especialmente de color, han salido a protestar en contra de los abusos cometidos por los delincuentes, lamentablemente han tenido poco eco en los medios e incluso son acusados de traición a su raza por el delito de decir lo que están viendo y padeciendo. Los ciudadanos pueden y deben participar en defender los derechos y la aplicación igual de la ley a hombres, mujeres, pobres o ricos, civiles o policías. Eso es la verdadera igualdad, el que dice que un asesinato cometido por protestantes es menos importante que otros, está siendo clasista y racista.
En las protestas multitudinarias que iniciaron demandando justicia por Goerge Floyd y que han evolucionado en eventos políticos, el número de personas blancas e hispanas es claramente mayoritario al de los afroamericanos, lo que indica que en su mayoría los ciudadanos gabachos no son racistas. Reflexionemos, EUA está formada en su mayoría por inmigrantes de varias naciones y razas, entonces tendríamos que admitir que todas esas naciones –mayormente racistas-, llevaron sus costumbres a ese país. Si por el contrario vemos que en ese país el racismo se da por minorías de cualquier color en contra de otras, habría que reconocer que un porcentaje de cada raza es racista y por ende esa conducta debe atenderse a favor de la igualdad de todas las personas y clases sociales sin provocar estigmas idénticos a los que acusan.
El programa de NASA que llevó al primer hombre a la luna tenía a muchas mujeres negras como calculistas e incluso ingenieras, no por su color sino por su inteligencia. La meta es que a la gente se le de un espacio para crecer basados en sus capacidades y empeños personales y no discriminados o privilegiados por su color, status o género.
Muchas celebridades y políticos gringos dicen que los saqueos no importan porque están robando a grandes tiendas como Target pero eso no excusa ni es verdad, hay muchos pequeños negocios de hispanos, asiáticos, afroamericanos, de mujeres y claro gente blanca devastados por estos delincuentes que en EUA aprovechan la oportunidad para sacar sus más bajas pasiones cobijados por el legítimo derecho de protesta que ejercen ciudadanos en especial de piel blanca –como se ve en videos- que salen a protestar por la violencia policiaca.
La experiencia me dice que en México los gringos tratan mucho mejor a los indígenas que nosotros mismos y en EUA las zonas indígenas gozan de excepciones fiscales que les permiten ingresos que los nuestros soñarían, aún así hay racismo que debe ser corregido día a día así como el clasismo que a mi parecer es mucho mayor y que afecta a todas las razas del mundo, porque hasta los burgueses buscaron ser “Nobleza”.
Hacer caso omiso a un delito por razones de raza o status es tan criminal o racista como si éste se perdona a un policía, a un político o a un hombre rico, es como decir que las llamadas minorías que en EUA son mayoría, deben ser tratadas con una ley especial por su incapacidad de cumplir la que los asiáticos y europeos siguen. Perdonar a un hispano, a un negro o a cualquiera cuando saquean o matan a personas inocentes, bajo el argumento de que las minorías deben ser toleradas al manifestar sus protestas, ¡es absurdo, estúpido e incluso insultante!
LA GUARDIA NACIONAL Y EL EJERCITO EN LAS CALLES DE EUA
Algunos gobiernos estatales en EUA decidieron no usar la Guardia Nacional para evitar saqueos, lo que alargó la curva de robos y violencia que afortunadamente ha disminuido por una mezcla de uso policiaco y de conciencia cívica de muchos manifestantes que han iniciado labores de auto vigilancia y limpieza, tanto en las protestas como en las calles para evitar a los ladrones y anarquistas. Cuando la ciudadanía evita los abusos las cosas mejoran y eso les deseo a nuestros vecinos del norte y claro a nuestras propias ciudades en las que hemos visto abusos similares.
La Guardia Nacional depende de los gobernadores y es usada en desastres naturales para controlar protestas de manera cotidiana y puede ser atraída por el Presidente si así lo requiere. En cambio el “Acta de Insurrección” permite al Presidente gabacho utilizar al Ejército, misma que ya ha sido invocada en 19 ocasiones para controlar a grupos violentos o anarquistas que sobrepasan a las fuerzas civiles. Eisenhower –republicano-, la usó en 1957 para defender los Derechos Civiles de afroamericanos en contra de la propia Guardia Nacional en Arkansas; Kennedy -demócrata- usó la Guardia Nacional en 1963 y Johnson en 1968 para controlar revueltas que usaban el asesinato de Martin Luther King como pretexto para saquear y en 1992 George Bush con el apoyo del candidato Bill Clinton, la usó para controlar a grupos delictivos que aprovechaban protestas en California meses antes de las elecciones.
Trump dijo que usaría dicha Acta si los alcaldes no ponían orden, pero fue apabullado por propios y extraños ante su incapacidad de comunicación empática, él es tan sutil como “chivo en cristalería”, lo que le ha costado muchos puntos en un año electoral impulsando a Biden quien toma la delantera. ¿Qué será más repulsivo para el electorado?, ¿la muy mala retórica de Trump o la radicalización del Partido Demócrata que no se parece en nada al de Bill Clinton o John F. Kennedy?
DESMANTELAR A LA POLICÍA
Entrados en la demagogia electoral, alcaldes y regidores de NY, LA, Minneapolis y Chicago, así como el ex vocero de Hillary Clinton, piden que las policías municipales desaparezcan o sean eliminadas del presupuesto público, olvidando que en esas ciudades se registraron la mayoría de los saqueos y actos más violentos de los últimos años. En contraste alcaldes de Detroit y Miami – demócrata y republicano- usan a la policía para mantener la Ley y ven en los ciudadanos a un aliado de la propia policía dando ejemplo de civilidad y aminorando daños en una semana de revueltas.
¿Desaparecer las policías? Este experimento lo vimos por TV en las ciudades de EUA cuando la policía se mantuvo al margen durante varios días. Me parece que podrían repetir el error de popularizar a las escoltas particulares como aquí en México lo que asegura que la seguridad sea selectiva y por ende injusta.
“Violencia es cuando un oficial de la ley presiona con su rodilla el cuello de una persona, pero no es violencia cuando se destruye la propiedad que puede ser reemplazada”, dijo Nicole Jones de CNBC-TV. Yo creo que agresores policías o saqueadores, son criminales y deben ser tratados como merecen. Ahora comprendo el derecho a tener armas –en EUA-, para defenderse cuando el gobierno no llega a tiempo a cumplir su primera obligación. Aquí en México las armas están prohibidas pero los delincuentes no lo saben, ojalá y alguien les avise.
En el ánimo electoral proponen pagar “reparación” de $305 mil dólares por cabeza a cualquier afroamericano, ¿pero lo pagarían los hispanos y los blancos aunque no sean racistas o no hayan estado en la época de la esclavitud? ¿No es esto racismo e injusto?
Arrestan por abrir salones de belleza o por ir a misa pero no por saquear. Según el jefe de Servicios Médicos de NY las protestas no aumentarán el riesgo de contagio. ¿será? Durante la cuarentena en Israel hubo protestas contra su primer Ministro y respetaron las reglas de sana distancia ¡eso es orden!, pero en EUA eso no aplica.
MUNDO
Cónclave: Ganan terreno los moderados ante los radicales

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
Este miércoles 7 de mayo inicia el Cónclave para elegir al nuevo Papa, cumpliendo con las normas vaticanas que establecen que debe comenzar entre 15 y 20 días después del fallecimiento del Papa, ocurrido el pasado 21 de abril de 2025.
El Cónclave arranca con una misa en la Basílica de San Pedro, seguida del ingreso de los cardenales electores a la Capilla Sixtina, donde quedarán aislados bajo estrictas medidas de secreto. Actualmente, 133 cardenales menores de 80 años participarán en las votaciones, que requieren una mayoría de dos tercios para elegir al nuevo Pontífice. ¿Quiénes son los favoritos para suceder a Francisco?
Entre los perfiles que dividen al Colegio Cardenalicio, los progresistas tienen ventaja numérica, ya que Francisco nombró al 80% de los electores, pero los conservadores y moderados también buscan influir. La gran interrogante es qué tipo de Papa buscan los cardenales: un perfil radical, ya sea progresista o conservador, podría fracturar a la Iglesia Católica, por lo que los moderados ganan terreno como opción de consenso.
El favorito es el cardenal italiano Pietro Parolin, de 70 años, actual secretario de Estado del Vaticano. Considerado un candidato de continuidad moderada respecto al legado de Francisco, Parolin destaca por su experiencia diplomática y su capacidad para unir facciones, aunque algunos cuestionan su falta de carisma y experiencia pastoral directa. Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de Sant’Egidio, lo señala como el principal contendiente y un «candidato de unidad» por su enfoque pragmático.
Otro nombre destacado es el cardenal filipino Luis Antonio Tagle, de 67 años, apodado «el Francisco asiático». Exarzobispo de Manila y actual jefe del Dicasterio para la Evangelización, Tagle es popular entre los progresistas por su apertura hacia la comunidad LGBTQ+ y su énfasis en la justicia social. Con el respaldo de los cinco cardenales filipinos, su candidatura podría hacer historia al convertirse en el primer Papa asiático.
Del lado conservador, el cardenal húngaro Péter Erdő, de 72 años, arzobispo de Esztergom-Budapest, emerge como favorito. Respetado intelectual con doctorados en teología y derecho canónico, Erdő defiende la ortodoxia doctrinal, oponiéndose a las bendiciones de parejas del mismo sexo y a la comunión para divorciados vueltos a casar. Su experiencia en dos cónclaves previos y sus conexiones con cardenales europeos y africanos lo posicionan como un posible candidato de compromiso para los conservadores.
Otros nombres que resuenan entre los 133 cardenales electores son el cardenal francés Jean-Marc Aveline, de 66 años, arzobispo de Marsella, y el cardenal italiano Matteo Zuppi, de 69 años, arzobispo de Bolonia. Aveline, considerado el favorito de Francisco, destaca por su enfoque en la inmigración y el diálogo interreligioso, aunque su cautela sobre las bendiciones a parejas del mismo sexo podría limitar su apoyo entre los progresistas. Zuppi, por su parte, es un progresista conocido por su labor como enviado de paz de Francisco en Ucrania y su inclusividad hacia parejas del mismo sexo, además de su trabajo con los marginados.
Desde África, el cardenal ghanés Peter Turkson, de 76 años, y el cardenal congoleño Fridolin Ambongo Besungu, de 65 años, representan opciones con posturas más tradicionales. Turkson, defensor de la justicia social y el medio ambiente, podría convertirse en el primer Papa negro en siglos. Ambongo, un líder outspoken en África, critica abiertamente la corrupción y el statu quo, pero su conservadurismo en temas como las bendiciones a parejas homosexuales podría generar división.
Pronto conoceremos al nuevo Papa y líder de la Iglesia Católica, que representa a más de 1,400 millones de fieles en el mundo. La fumata blanca y el anuncio del «Habemus Papam» marcarán el inicio de un nuevo capítulo para la Iglesia.
MUNDO
La moderación sobre el radicalismo

Opinión, por Miguel Anaya //
Durante años, en muchos rincones del mundo, la política pareció perder el centro. Ante el desencanto con partidos tradicionales y líderes que parecían cada vez más desconectados de las necesidades reales de la población, surgieron figuras que ofrecían rupturas radicales. Hombres y mujeres que hablaban con fuerza, que desafiaban las reglas, que prometían sacudir el sistema.
Y durante un tiempo, muchos ciudadanos, cansados de discursos acartonados que no resolvían de fondo las cosas, votaron candidaturas radicales.
El fenómeno no fue exclusivo de una región. En Estados Unidos, Donald Trump desafió el statu quo con un estilo confrontativo que rompió moldes. En Argentina, Javier Milei llegó a la presidencia con un discurso antisistema que canalizó la frustración de millones. En Italia, Giorgia Meloni representó un giro radical con raíces nacionalistas profundas, incluso en Nuevo León se eligió a Samuel García. Estas victorias compartían un mismo origen: la idea de que la política tradicional había fallado.
No solo fueron los errores de gestión o la corrupción los que abrieron paso a este péndulo hacia los extremos. También influyó la imposición de ciertas visiones ideológicas que no terminaron de convencer a la mayoría. Muchos ciudadanos sintieron que los discursos públicos dejaron de reflejar sus inquietudes reales, que los gobiernos se ocupaban más de debates abstractos que de cosas concretas: el precio de los alimentos, la calidad de la educación, la inseguridad en las calles. Ante eso, muchos decidieron voltear al extremo, al que gritaba más fuerte, al que prometía barrer con todo, al que hacía más espectáculo.
Pero esa misma fuerza que los llevó al poder, en muchos casos, también los expuso. Las promesas imposibles, el tono agresivo, la falta de resultados tangibles, los shows montados cada vez más vacíos, terminaron desilusionando a buena parte de sus electores. Poco a poco comenzó el retorno a la moderación. No como una vuelta nostálgica al pasado, sino como una necesidad práctica.
La reciente elección en Canadá es un reflejo claro de este giro. Contra lo impensable hace apenas unas semanas, el liberal Mark Carney, un tecnócrata sin experiencia electoral, venció al conservador Pierre Poilievre, quien había liderado las encuestas durante meses con un discurso duro, directo y populista.
Carney no es un político de carrera, es un economista de prestigio internacional, exgobernador de los bancos centrales de Canadá y del Reino Unido. Su estilo no es carismático ni electrizante. Pero en un momento en que el país enfrenta incertidumbres económicas y tensiones diplomáticas, su figura representó algo muy valioso: confianza, estabilidad y claridad.
Poilievre, por su parte, apostó por una narrativa confrontativa. Atacó al gobierno saliente, prometió recortes masivos y se mostró abiertamente cercano a la agenda trumpista. En tiempos recientes, eso había sido una receta ganadora. Pero esta vez la estrategia no funcionó. La gente no quiso más ruido.
Esa reacción del electorado canadiense no es un hecho aislado. En Francia, el presidente Macron logró frenar a los radicales. En España, el PSOE logró mantener el poder pese a la presión de una coalición entre conservadores y extremistas. Incluso en países donde estas opciones si ganaron las elecciones, hoy enfrentan desgaste acelerado.
¿Por qué? Porque la gente quiere vivir en paz. Quiere que la política se ocupe de lo importante: la salud pública, la educación, la seguridad en las calles, la posibilidad de tener un empleo digno. Ni la revolución constante ni el inmovilismo absoluto ofrecen eso. El equilibrio sí.
La mesura no es una debilidad. Es una forma de reconocer la complejidad del mundo. Gobernar así es difícil, porque implica negociar, escuchar, ceder a veces. Pero también es la única forma sostenible de liderar sociedades diversas y modernas sin vivir en conflicto permanente. Las sacudidas son importantes, pero no se puede vivir en la incertidumbre constante (las caídas de las bolsas de Nueva York nos lo muestran claramente).
Lo de Canadá es una historia que vale la pena contar, no porque sea espectacular, sino precisamente porque no lo es. Es el relato de una sociedad que eligió con la cabeza fría, que prefirió a alguien que no buscó incendiar el país, sino repararlo. Cuando se apagan los gritos y las luces de la espectacularidad, lo que queda son las decisiones y acciones que realmente cambian la vida de las personas.
Quitemos el show de la política, de las decisiones públicas. Pensemos en sociedad, en agendas que favorezcan a la mayoría a largo plazo, seamos empáticos, construyamos desde la comunidad y desde el entendimiento. No es una receta mágica, es un remedio lógico.
MUNDO
God bless you, Mr. Trumpapa

Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
A quienes los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco, sentenciaron los griegos antiguos. Si aunamos la soberbia, la locura a la estupidez, podremos comprender la foto que la cuenta oficial del presidente Donald Trump publicó, en la que aparece como el nuevo Papa.
Burlarse de las creencias de la gente, sea cual fuere su religión, no es cualquier cosa. La reacción de los católicos a lo que se considera una blasfemia es una de las primeras manifestaciones de rechazo.
¿En qué cabeza cabe hacer este tipo de “chistosadas”? No es un meme que “alguien” publicó. Proviene de una cuenta oficial de Trump. En momentos donde todavía la grey católica mundial llora la muerte del Papa Francisco y en espera que se nombre al nuevo Vicario de Cristo, se antoja que, efectivamente, lo haya confeccionado y aprobado un loco, ensoberbecido por el poder del imperio otrora amo del mundo.
Roma comenzó su decadencia con los emperadores insanos, con Tiberio a la cabeza; enseguida otro no menos “zafado” como lo fue Calígula; Nerón, el piromaníaco incestuoso con su propia madre; Cómodo, el narcisista, también incestuoso con su propia hermana y el adolescente Heliogábalo, señalado como pedófilo, homosexual, sátiro y que se propuso imponer a su Dios (él nació en Siria y fue proclamado emperador a los 14 años) por encima de los dioses romanos.
¿A qué viene todo esto? Al imperio yanqui, otrora dueño del planeta, sólo le faltaba un “emperador” de la talla de los antes señalados para comprobar la decadencia que vive este “reino” en estos tiempos.
Esta pifia no va a pasar desapercibida. No es una “bromita” cualquiera. Es una declaración de guerra en contra de los católicos y en Estados Unidos de Norteamérica hay millones, sobre todo los de origen irlandés, italiano y latinoamericano.
José Saramago, escritor portugués, escribió en uno de sus geniales textos: “Los dioses, pienso yo, sólo existen en el cerebro humano, prosperan o se deterioran dentro del mismo universo que los ha inventado, pero ‘el factor Dios’ está presente en la vida como si, efectivamente, fuese dueño y señor de ella. No es un Dios, sino ‘el factor Dios’ el que se exhibe en los billetes de dólar y se muestra en los carteles que piden la bendición divina para América (la de Estados Unidos, no la otra).
Y fue el factor Dios lo que se transformó el dios islámico, que lanzó contra las torres del World Trade Center los aviones suicidas contra los desprecios y en venganza por las humillaciones sufridas por creer en ese dios.
Ese factor Dios es terriblemente igual en todos los seres humanos, dondequiera que estén y sea cual fuere la religión que profesen. Ese que ha intoxicado el pensamiento y abierto las puertas a la intolerancia más sórdida, que solo respeta aquello que se le manda creer; el que, después de presumir haber hecho de la bestia un hombre, terminó por hacer del hombre una bestia.
Esa “bestialidad” del hombre surge al volverse irracional y una de las condicionantes para perder la mesura es que “alguien” se atreva a burlarse de su dios, de su religión, de su clero.
Ahmed Salman Ruashdie, escritor hindú, de nacionalidad inglesa, sufrió por años el claustro obligado, luego de la sentencia de muerte que le fue proferida por los altos clérigos islámicos, quienes consideraron que su libro Versos Satánicos atentaba en contra del Islam.
En México no cantamos mal las rancheras. La guerra cristera se dio por varios y variados factores que motivaron a los católicos, sobre todo a los de la zona de Los Altos de Jalisco y el Bajío.
Muerte, destrucción, barbarie, fueron los resultados de esta guerra en la que participaron incluso sacerdotes católicos que desestabilizó la paz social en los años 20.
Donald Trump no es ningún comediante. Adolece de humor y no tiene vis cómica. Por tanto, su gracejada no será sólo anecdótica. Tendrá consecuencias políticas, sociales y quizá hasta económicas.
La grey católica no dejará pasar la oportunidad de arremeter contra Donald. Esa irreverencia, esa blasfemia (así la consideran los católicos) ha dolido en lo más profundo de la sensibilidad de los creyentes.
Entonces, bajo esa óptica, el imperio de los Estados Unidos de Norteamérica ya tiene su “emperador” demente. Ya solo falta ver cómo y cuándo se derrumba, y no por el escándalo que ha generado su meme donde aparece como el Papa, sino por las “locuras” económicas que ha impuesto “su majestad” y que -dicen los enterados de la economía- habrán de regresarse con creces y de manera destructiva a su nación.
¿No tendrá Donald Trump alguien con mediana inteligencia en su staff de asesores como para que le adviertan que su soberbia, su demencia le acarreará la perdición, no solo a su persona, sino a su país? Ahí se deja esa interrogante.
God bless you, Mr. Trumpapa.
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Jorge López-Portillo Basave
8 de junio de 2020 at 10:47
Buenos Días por un error de edición personal se eliminó parte del párrafo relacionado a Kennedy. Debiendo decir que Kennedy usó la Guardia Nacional en 1963 y Johnson en 1968