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NACIONALES

Desigualdad a la baja…pero

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Opinión, por Luis Manuel Robles Naya //

Los últimos datos que arroja la Encuesta Nacional sobre Ingresos y Gastos en los Hogares ENIGH, son oxígeno fresco para la administración de López Obrador, especialmente en su último tramo y de frente al proceso electoral que se avecina y sus adelantadas campañas.

Según esta encuesta, la desigualdad en cuanto al ingreso corriente promedio de los hogares disminuyó. En términos generales el ingreso promedio trimestral, creció 4.6% respecto a los niveles que tenía en 2018 y 11.0 en relación con 2020, sin embargo, tomando el dato de 2016 al 2022, la diferencia se reduce a solo 0.2%. El ingreso trimestral de una familia era de 63,565 pesos en 2016 y en 2022 fue de 63,695 pesos, una diferencia de solo 130 pesos, de ahí la importancia del contexto.

Como toda cifra positiva, su manejo descontextualizado puede dar lugar al triunfalismo o cuando menos a la exaltación arrogante de los méritos o aciertos de las políticas públicas. Para no caer en excesos, lo más saludable es hacer un balance objetivo y llegar a conclusiones realistas sin caer en la peligrosa complacencia ni en la crítica tendenciosa y pesimista.

Esta encuesta se realiza cada dos años y por tanto, los datos presentados están siendo comparados con los de 2020, año de pandemia, pero al referirlos a 2016 no da lugar al festejo o la exaltación. Lo resaltable no es el crecimiento del ingreso, que medido en 6 años es mínimo, sino la distribución del ingreso que mejoró, pues la brecha entre los que más ganan era 18.6 veces superior al ingreso de los que menos ganan y esta redistribución del ingreso redujo la brecha a solo 15 veces.

Ahora bien, las razones para que esta distribución del ingreso haya cambiado tienen que ver mayormente con la composición del ingreso. Dos terceras partes de este provinieron del trabajo, y en esto seguramente impactó el incremento de los salarios mínimos, el resto provino de otras fuentes como las transferencias por pensiones, programas sociales y remesas, que repercuten principalmente en los deciles de más bajos ingresos. No sucede lo mismo con los ingresos por arrendamiento, intereses y regalías que disminuyeron afectando principalmente a los deciles de mayores ingresos. Conclusión: la brecha se acorta porque los más favorecidos reciben menos, 3%, mientras los de menores ingresos solo aumentan 0.2%.

Pero así como el ingreso se distribuye diferente, también el comportamiento del gasto se ha modificado. Como se dijo, la tónica de la encuesta ha sido comparar respecto a 2020 sin embargo, la objetividad se obtiene si se compara con 2016, disminuyendo la distorsión por los factores de la pandemia. Así, los principales incrementos en el gasto entre esos años fueron: alimentos, bebidas y tabaco 16%; transporte y comunicaciones 3.9; vivienda y servicios 3.7; cuidados personales 8.3; cuidados de la casa 7.3; cuidados de la salud 29.7. En cambio el gasto se reduce en Educación y esparcimiento 18% y vestido y calzado 14.3%. El gasto pues se concentra en lo básico para la subsistencia, sacrificando apariencia y preparación.

No es para nada desdeñable que la brecha de los ingresos se haya acortado, es un avance mínimo pero avance al fin, sin embargo aún falta mucho por hacer pues la desigualdad por ingreso es solamente un aspecto de la gran desigualdad imperante y es necesario un mayor esfuerzo para combatir en serio la pobreza.

Los números resultantes podrán modificar levemente la estadística en el índice de Gini, pero eso no es consuelo para las mujeres que aún perciben sueldos menores que los hombres, ni tampoco refleja la disparidad en el acceso a mejores niveles de educación o de atención a la salud, entre otras desigualdades que son obvias en nuestra sociedad.

El gobierno actual optó por redistribuir el ingreso gubernamental y transfirió a los programas sociales recursos que eran necesarios para reforzar los niveles de atención institucional, aumentó por decreto los salarios mínimos y eso es lo que refleja la ENIGH 2022, pero eso solo logró crecer el ingreso 0.2% respecto a 2016. Logro insuficiente para tan grande sacrificio pues las capacidades institucionales requerirán más recursos para evitar que la población siga gastando más en salud y se preocupe más por comer que por educarse, que es lo que arroja el estudio del gasto.

La realidad y la evaluación objetiva de lo alcanzado no deben llevar a la complacencia a nadie, mucho menos al triunfalismo o al aprovechamiento electoral. Lo cierto es que el promedio de ingreso solo creció 130 pesos en 6 años y los gastos, la inflación, la falta de satisfactores en el sector público lo ha superado. La desigualdad y la pobreza requieren para su combate de mayor imaginación que estirar la cobija presupuestal ya muy tensa. Intentar seguir reduciendo desigualdad con transferencias es insostenible con poca recaudación y bajo crecimiento económico.

Poco tiempo le queda a esta administración que llegó con más prejuicios que ideas y los mexicanos seguiremos esperando que quien lo suceda piense en políticas públicas eficaces y no en estrategias electorales.

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ENTREVISTAS

Francisco Reséndiz Neri, candidato a juez de distrito: Juzgar con pasión, servir con independencia

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Por Francisco Junco //

“Quiero seguir siendo juez porque es mi vocación y mi pasión. No busco poder, sino servir”, afirma con convicción Francisco Reséndiz Neri, Juez Séptimo de Distrito en Jalisco, mientras enfrenta un proceso inédito en México: la elección popular de jueces el 1 de junio de 2025.

Con más de 20 años en el Poder Judicial y nueve como titular en materia penal, Reséndiz, identificado con el número 25, defiende su trayectoria y su amor por los derechos humanos como su principal carta de presentación.

Un camino desde abajo

Reséndiz comenzó en los escalones más bajos del sistema judicial, como meritorio, haciendo copias y aprendiendo desde la base. Su carrera incluye roles como actuario penal, secretario del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y juez federal en materia de cateos y arraigos en la Ciudad de México, hasta llegar a la titularidad del Juzgado Séptimo de Distrito.

“Me mueve, el hecho de que creo que esto tiene que mejorar en la selección y que se requerirán personas de experiencia, personas independientes, que contribuyan a que subsista lo que es propiamente la división de poderes, la democracia como la conocemos actualmente, porque la defensa más cercana que tiene el ciudadano y todas las personas contra cualquier acto arbitrario, es precisamente el juicio de amparo, único en el mundo que permite anular cualquier acto”, señala, destacando su compromiso con la división de poderes y la democracia.

Retos de una elección sin precedentes

En entrevista con Conciencia Pública, Reséndiz aborda con franqueza los desafíos de esta elección. “Será difícil que la gente vote con cientos de nombres en una boleta, sin partidos ni propuestas tangibles”, admite. Reconoce riesgos, como la posible influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, pero insiste en que la solución es simple: “Apegarse a la ley, al caso concreto y a la Constitución”. Su experiencia, dice, es su escudo contra presiones externas.

Dilemas judiciales

Francisco Reséndiz Neri reconoce que uno de los grandes dilemas actuales en la labor jurisdiccional es la falta de una postura clara de la Suprema Corte respecto a la jerarquía entre los tratados internacionales y la Constitución.

“Muchos jueces, actuando de manera fundada, han establecido que debe prevalecer el tratado sobre la Constitución en ciertos casos, especialmente cuando se trata de derechos humanos”, explica. Sin embargo, esa práctica ha generado reacciones del poder legislativo, que habla de afectaciones a la soberanía nacional. “El problema es que cuando un juez aplica el tratado por encima de la Constitución, aunque sea para proteger derechos humanos, puede ser señalado o etiquetado, y eso no debería pasar”, señala.

Una justicia humana y equitativa

Cuenta cómo, en un caso de abuso sexual contra un menor, “coincidía la edad con la de mi hija. Estás tentado a echarle más cosas, pero no puedes. Tienes que ser objetivo. No puedes decidir por lo que sientes” y reafirmó que la objetividad no lo aleja de la empatía, “hay que ponerse en los zapatos de los otros. Todos tienen un proyecto de vida, todos merecen respeto”.

Propuestas claras

¿Por qué votar por él? Reséndiz enumera tres razones:

“Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona capacitada. Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona que ha administrado justicia y que tiene noción de lo que es o son los actos injustos. Y, tres, quiero que votes por mí porque siempre dialogaré por la protección de los derechos de las personas. Esa es mi directriz”, subraya.

Deuda histórica con las víctimas

Para Reséndiz Neri, el sistema penal mexicano tiene una deuda histórica con las víctimas, “el sistema ha privilegiado la forma sobre el fondo”, lamenta. Y pone un ejemplo elocuente, “no es lo mismo liberar a alguien porque no se leyó un derecho a tiempo, que porque no se comprobó su responsabilidad. Hay que cuidar las formas, sí, pero sin perder de vista la justicia de fondo”, apunta. Desde esa visión, Francisco Reséndiz cree necesario revisar la legislación para que no se convierta en un laberinto que sirva como impunidad.

El juez habla con firmeza sobre temas que no todos tocan con tanta claridad, por ejemplo, aseguró que la diversidad llegó para quedarse. “No puede haber discriminación por preferencia sexual, por origen étnico o por discapacidad. Es una deuda histórica que tenemos con los grupos vulnerables”. Defiende los protocolos para juzgar con perspectiva de género, y asegura que su compromiso es procurar una justicia que no sólo sea formalmente igual, sino sustantivamente justa.

En un México donde la desconfianza hacia las instituciones prevalece, Reséndiz ofrece su trayectoria: nueve años como titular del Juzgado Séptimo de Distrito y una carrera forjada en la experiencia.

En la inédita elección de jueces del 1 de junio de 2025, lamenta no poder prometer resultados tangibles como un político que ofrece obras públicas. “Solo prometo proteger los derechos de quienes lleguen a mi juzgado, porque así lo manda la Constitución”, asegura con convicción. “No lo hago por poder, sino por deber”.

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CARTÓN POLÍTICO

Herida abierta

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NACIONALES

Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

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Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //

Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.

Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.

Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.

Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.

Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.

La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.

El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.

Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.

Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.

Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.

Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.

Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.

Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.

Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.

A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.

 

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