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NACIONALES

Ecos de la Reforma Judicial: De presidenta a presidenta, crónica de un forcejeo presentido

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Opinión, por Pedro Vargas Ávalos //

Se ha convenido por todos los mexicanos, o casi, que el actual es tiempo de mujeres. Y como cabal ejemplo se trae a colación el hecho de que tenemos dos primeras presidentas en esferas esenciales del poder público nacional: Claudia Sheinbaum Pardo, científica y política quien es titular del Poder Ejecutivo Federal, o sea presidenta de la República, y Norma Lucía Piña Hernández, jurista y ministra, quien funge como presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación -SCJ-, es decir, simboliza al Poder Judicial Federal.

Proverbialmente, los poderes constitucionales deben ser armónicos, pero debemos admitir que, durante el priiato, las Cámaras (Diputados y Senadores) fueron muy obsecuentes del Ejecutivo, y no se diga el Poder Judicial, tratado siempre como un apéndice del presidencialismo vigente.

A partir de 2018, cuando arribó al gobierno general la posición de izquierda representada por Morena y sus aliados -PT y PVEM- los tres poderes constitucionales actuaron con más o menos independencia. Sin embargo, luego de las elecciones de junio de este feneciente 2024, cuando la ciudadanía votante le dio enorme ventaja al Lopezobradorismo, por lo que los morenistas y asociados obtuvieron mayoría calificada y en consecuencia el gobierno de la Cuarta Transformación -4T- pudo cristalizar lo que llamó Plan C, que había sustituido a los planes A y B que contenían diversas iniciativas de reformas constitucionales, y que habían fracasado en el legislativo durante la segunda parte del periodo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) o en su caso, cuando eran leyes secundarias, se frenaron en la Suprema Corte de Justicia, motivada para actuar por partidos de la oposición o por organismos no gubernamentales de inspiración prianista o empresarial, es decir de la llamada derecha política.

Por cierto, desde el 2 de enero de 2023, había llegado a la presidencia de la SCJ, por primera vez en la historia del Poder Judicial, una mujer: la ministra Licenciada Norma Lucía Piña Hernández. Con su arribo, los juzgadores federales multiplicaron sus acciones de amparo sobre operaciones de la 4T, todo ello festejado por los oposicionistas y con desabrida actitud gobiernista.

Con singular visión, el 5 de febrero de este año, el ahora expresidente AMLO, presentó un paquete de 20 propuestas reformatorias, la mayoría de índole constitucional, y pocas sobre normas de corte secundario. La meta era alcanzar la mayoría calificada en el Congreso de la Unión, en los comicios de junio y así poder concretar legislativamente esas iniciativas. Celebrada la jornada electoral, triunfó arrolladoramente el Lopezobradorismo, logrando mayorías calificadas en las Cámaras, y dando la presidencia de la república a la ilustrada Claudia Sheinbaum Pardo, la primera mujer que desempeñaría tan alto cargo a lo largo de 200 años de historia independiente mexicana. De esa manera quedaron frente a frente dos distinguidas damas y presidentas, una de la Corte -prácticamente del Poder Judicial- y otra del Poder Ejecutivo.

Si desde el segundo trienio del período de AMLO, se habían distanciado los intereses de la 4T y del Poder Judicial Federal, se vio con expectativa como actuaría la sucesora de AMLO. Desde el momento inicial -1 de octubre reciente- del sexenio Claudista, se advirtió que su titular no actuaría contra su antecesor. Por lo tanto, eran de esperarse constantes jaloneos entre las dos presidentas. Y la ocasión se dio a propósito de la reforma del Poder Judicial.

La primera mandataria sugirió y así se hizo, que hubiese en el Congreso de la Unión una etapa o especie de parlamento abierto para escuchar a todos los interesados en la comentada iniciativa judicial. Fueron muchas las sesiones llevadas a cabo, y a ellas concurrieron desde los miembros de la SCJ, magistrados y juzgadores tanto de índole federal como estatal, como académicos y abogados de diversas instituciones. Hubo varias modificaciones a la original proposición de reforma constitucional, finalmente los críticos de ella quedaron inconformes desatando una áspera refutación mediática; comentócratas y los miembros de la justicia federal, fueron el alma de esa férrea impugnación, contando con la anuencia de la presidenta de la SCJ.

En esa ríspida contienda, en julio de este año, en un Encuentro Nacional por una Agenda de Seguridad y Justicia, expresó la guía de la SCJ: la reforma judicial es “… un retroceso en la protección de los derechos humanos de las personas, poniendo en riesgo la continuidad de la impartición de justicia en nuestro País» (El Mañana, 8-VII-2024). Luego a principios de septiembre la presidenta Piña Hernández planteó un proyecto de reforma, muy diferente al que tenía el Poder Legislativo. Una frase de ella lo dice todo: “la demolición del Poder Judicial no es la vía, como se pretende”.

A esos cuestionamientos, la presidenta electa declaró el mes de la Patria: con la reforma judicial “habrá más y mejor estado de derecho y más democracia para todas y todos”. Enseguida, ante diputados de su partido, agregó: “La propuesta aspira a poner fin a la corrupción y el tráfico de influencias que permea a ese poder autónomo y que ha posibilitado la liberación de delincuentes y otras irregularidades, una denuncia en la que coincide la mayoría de los ciudadanos”. (Prensa Latina, sep.4/2024).

Así transcurrieron los días, hasta que el 15 de septiembre se publicó en el Diario Oficial de la Federación la multicitada reforma constitucional. El siguiente episodio pasmoso, fue cuando la SCJ discutió si era posible echar atrás la susodicha reforma, y en dramático acto, faltó un voto para que el pleno de la Corte aprobara esa proposición: con visible nerviosismo, la ministra Piña intentó que, en vez de 8 votos, solo se requirieran seis para declarar que si podía revertirse la modificación constitucional que nos ocupa, pero de nueva cuenta fue derrotada. Y así se selló que la Carta Magna y su reforma en materia judicial, quedaba firme. (Sesión 5 de noviembre, SCJ). Al respecto la presidenta del país afirmó el miércoles 6 de noviembre: “el día de ayer triunfó el pueblo de México y ganó la fuerza de la razón, la cordura frente a la irracionalidad”. (Aristegui noticias, 6-11-2024).

El asalto final, se verificó el pasado 10 de diciembre, con motivo del que será el postrero informe de la presidenta Norma Lucía Piña Hernández. El evento se vio desairado por muchas personalidades, destacando desde luego las ausencias de la presidenta Sheinbaum, de los presidentes de las Cámaras de Diputados y de Senadores, así como de la presidenta del Tribunal Federal Electoral.

La ministra presidenta señaló en un comunicado oficial, que entre el 16 de noviembre de 2023 y el 15 de noviembre de 2024, el Poder Judicial Federal enfrentó un contexto sin precedentes, marcado por la discusión en todos los ámbitos de la vida nacional e incluso internacional, de las implicaciones de la reforma judicial. En un párrafo -, aludiendo asuntos que contravinieron intenciones gubernamentales, dijo la presidenta: «Cada vez que la Suprema Corte resolvió uno de esos casos, los ministros que votamos en contra de lo que el gobierno percibió como contrario a su proyecto político, fuimos acusados de traidores, corruptos, aliados de minorías rapaces y de la delincuencia organizada y de cuello blanco». Incluso, se dice recibieron amenazas.

En la mañanera del 11 del mes decembrino, sobre lo dicho por Piña Hernández, estipuló la presidenta de México: es falso que haya habido amenazas desde el Ejecutivo; ni del “presidente López Obrador, ni de nuestra parte ha habido ninguna amenaza”.

La jefa del Ejecutivo Federal agregó que todo integrante del Poder Judicial, particularmente, jueces, juezas, magistrados, magistradas, ministras y ministros, “son servidores públicos y requieren transparencia. No se puede, … ser oscuros”, y por ello, se deben “hacer públicas algunas decisiones que se toman,…y que se manifiestan en “La Mañanera”, de casos en donde, por ejemplo, se dan amparos a delincuentes de la delincuencia organizada; o casos, por ejemplo, que mantuvieron durante meses y meses, y meses, para poder determinar una resolución de la Corte, por intereses personales o mercantiles; o casos en donde la Corte decidió legislar, contrario a todas sus funciones establecidas en la Constitución”.

En base a lo anterior, “en realidad el fondo es que el Poder Judicial y, particularmente, una parte de los ministros y ministras de la Corte, representan el régimen de corrupción y privilegios que había antes. Y eso es lo que están defendiendo”.

Por otra parte, aseveró Sheinbaum que la Transformación llegó también al Poder Judicial, por voluntad del pueblo de México, “un pueblo consciente, activo, empoderado, en el sentido de que sabe lo que representa la historia” y contra lo que dicen los detractores de la reforma, “los adversarios políticos o la propia ministra, la presidenta de la Corte, de que “esto va a representar menos autonomía, que no va a haber Estado de derecho,… es todo lo contrario, ahora, va a haber autonomía del Poder Judicial por una sencilla razón: van a ser electos o elegidos por el pueblo”.

Si —lo he dicho varias veces, lo dije en mi toma de protesta—, si el objetivo hubiera sido que la presidenta controlara a la Corte, pues hubiéramos hecho una reforma como la que hizo Zedillo: en donde desapareció la anterior Corte, nombró a nuevos ministros y ministras que fueron nombrados prácticamente por él en un acuerdo entre el PRI y el PAN…” Por consiguiente, asegura la mandataria, “lo que hay es dos proyectos de nación: Uno, regresar al régimen de corrupción y privilegios. Y, otro, avanzar con la Transformación. Entonces, ¿qué está defendiendo ayer -la presidenta de la Corte- con su informe? Pues el viejo régimen”.

De esta forma, prácticamente concluye este jaloneo entre presidentas, que como intitulamos esta colaboración, no fue sino la crónica de un forcejeo presentido.

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ENTREVISTAS

Miguel Ángel Monraz: La llamada «ley censura» está por discutirse en Cámara de Senadores; convocarán a periodo extraordinario

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Por Mario Ávila //

El diputado Miguel Ángel Monraz Ibarra, presidente de la Comisión de Radio y Televisión de la Cámara de Diputados, calificó la propuesta de ley de telecomunicaciones de la presidenta Claudia Sheinbaum como una “ley censura” plagada de anomalías que pone en riesgo la libertad de expresión y el acceso a la información.

El gobierno busca cerrar espacios de expresión ciudadana”, denunció en entrevista con Conciencia Pública, criticando el artículo 109 como un “torito distractor” dentro de una reforma más amplia.

Control del gobierno sobre instituciones

Monraz, del PAN, acusó al gobierno de Morena de apoderarse de instituciones clave, como la Comisión Nacional de Derechos Humanos y el Instituto Nacional Electoral, mientras intenta controlar el Poder Judicial y limita la Ley de Amparo. “Quieren regular lo que se dice en radio, televisión y medios públicos, coartando las libertades de los mexicanos”, afirmó, señalando que la reforma viola tratados internacionales como el T-MEC.

Llamado a la acción y conversatorios

El legislador urgió a Sheinbaum a retirar la iniciativa hasta lograr un consenso en el Congreso, aunque anticipó un periodo extraordinario en junio para su aprobación. “Convocamos a la sociedad a defender la libertad de expresión y los derechos humanos”, dijo, destacando que la Cámara de Diputados realizó 10 mesas temáticas con académicos, medios y sociedad civil, enviando sus conclusiones al Senado, donde los conversatorios fueron limitados. “En el Senado solo escucharon a quienes querían; nosotros daremos voz a todos”, prometió.

Para el legislador jalisciense el artículo 109 de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, fue simplemente un “torito distractor”, denunció que la propuesta de ley de la presidenta Claudia Sheinbaum, está plagada de anomalías que hacen evidente el riesgo que corren las libertades de expresión y de acceso a la información en México.

El diputado Miguel Ángel Monraz Ibarra, del PAN, calificó la iniciativa de telecomunicaciones del gobierno federal como “ley censura” en Conciencia Pública. Denunció que, más allá del artículo 109, busca limitar la libertad de expresión al controlar radio, televisión y medios públicos. Criticó la desaparición de siete organismos autónomos, la intervención en la CNDH, el INE y el Poder Judicial, y reformas a la Ley de Amparo que restringen la justicia ciudadana, coartando el acceso a la información y la libre expresión.

El diputado federal, Monraz Ibarra, expuso que lo mejor sería que la presidenta retirara su iniciativa hasta que no haya un consenso real y auténtico en las dos cámaras del Poder Legislativo, sin embargo, auguró que como lo han manifestado, se convocará a un periodo extraordinario de sesiones, en la primera quincena de junio, para aprobar esta y otras muchas leyes que tienen prisa por aprobar.

Ante la reforma de telecomunicaciones, Miguel Ángel Monraz Ibarra, diputado del PAN, convocó a la sociedad a defender la libertad de expresión, el derecho a la información y los derechos humanos. “En el Congreso, protegemos el acceso a contenidos y conectividad”, afirmó. Criticó el intento del Senado de aprobar rápidamente una iniciativa con 283 artículos que viola el T-MEC, exigiendo un debate amplio para evitar un “albazo” que afecte sectores clave de México.

Reaccionaron ante ello -abundó-, diversas organizaciones de la sociedad civil, de medios de comunicación y se empiezan a detectar algunos artículos como el famoso artículo 109 que buscaba regular las plataformas; entonces la sociedad civil alza la voz porque se buscaba controlar lo que se ve y lo que se escucha.

Expuso que esencialmente el PAN se empeñó en dar a conocer lo que llamaron “la ley censura” y ante ello, el Senado se ve obligado a convocar a unos conversatorios para escuchar a los expertos.

Esta semana terminaron los conversatorios en el Senado de la República y lo ideal sería, por supuesto, escuchar y atender lo que se dice en esos conversatorios, pero habrá que ver si realmente se hacen reformas que permitan seguir defendiendo la libertad de expresión y el derecho a la información, pero la pelota en este momento está en el Senado de la República y nosotros actuaremos en la Cámara de Diputados como Cámara revisora”, planteó.

Celebran en la Cámara de Diputados 10 mesas temáticas

El diputado Miguel Monraz resaltó que la Cámara de Diputados organizó 10 mesas temáticas para fortalecer medios en la era digital, promoviendo libertad de expresión, información y conectividad equitativa. “Hoy, todos acceden a información global desde su teléfono”, afirmó.

Y una vez presentada la iniciativa por parte del Gobierno Federal en la Comisión se convocó a la celebración de 10 mesas temáticas a las que asistieron académicos, universidades, medios públicos, independientes, especialistas, ex comisionados del IFT y diversas organizaciones de la sociedad civil, lo mismo que defensores de las audiencias.

Las conclusiones de las 10 mesas temáticas de la Cámara de Diputados se enviarán esta semana al Senado para enriquecer el dictamen de la iniciativa presidencial. Miguel Monraz destacó que, a diferencia de los conversatorios del Senado, limitados a 5 minutos por participante, las mesas ofrecieron 15-20 minutos para expresarse libremente. Criticó que Morena en el Senado ignoró voces diversas, mientras la Cámara dará espacio a más opiniones en un foro adicional el próximo miércoles.

En México, el espectro más caro del mundo

El diputado Miguel Monraz destacó en las mesas temáticas de la Cámara de Diputados que el espectro radioeléctrico en México es el más caro del mundo. “Radiodifusores pagan mucho más que en otros países”, afirmó. Ejemplificó que una estación en La Barca paga entre 2 y 4 millones de pesos, mientras en Los Ángeles solo se cubren 10 a 20 mil dólares anuales por licencias. Propuso que, para ser competitivos, los concesionarios paguen contraprestaciones de radio y televisión anualmente, no de golpe, como las licencias.

Abundan las estaciones “pirata”

En las mesas del Congreso, Miguel Monraz denunció la existencia de unas 800 estaciones de radio “piratas” en México, muchas controladas por la delincuencia organizada, especialmente en Chiapas y Oaxaca. Estas extorsionan negocios y alcaldes, afectando a radiodifusoras independientes. También criticó a los medios públicos por ideologizar en lugar de educar o informar, sirviendo al gobierno en turno. Propuso fortalecer su autonomía editorial para que informen con veracidad, promoviendo contenidos culturales y reflejando la realidad del país.

Las empresas del Estado y la libre competencia

El diputado Miguel Monraz criticó la propuesta de ley de telecomunicaciones por no generar certidumbre para inversionistas. “El Estado debe regular, no competir, asegurando accesibilidad donde el sector privado no llega”, afirmó. Propuso que las empresas estatales lleven internet, telefonía y televisión a zonas remotas con reglas claras, promoviendo competencia equitativa. “Queremos más acceso a medios y conectividad, pero con condiciones transparentes para el Estado y la iniciativa privada”, subrayó, destacando la necesidad de revisar el rol estatal.

Del IFT a la agencia y la violación al T-MEC

El entrevistado criticó la transferencia de funciones del Instituto Federal de Telecomunicaciones a la Agencia de Transformación Digital, dependiente del gobierno federal. “Pasamos de un organismo autónomo a una agencia controlada por una sola persona, bajo la presidenta”, señaló en Conciencia Pública. Advirtió que el artículo 65 permite a la Agencia modificar o rescatar frecuencias por “interés público”, amenazando la autonomía y las libertades. Monraz destacó que la reforma incumple el T-MEC y no garantiza independencia, poniendo en riesgo la regulación imparcial de telecomunicaciones.

LA POSTURA DE LA PRESIDENTA CLAUDIA SHEINBAUM

Nosotros censura, nunca jamás, nosotros no creemos en eso, un artículo que tenía una orientación para coadyuvar con el SAT y otras instituciones frente a cosas que están en otras leyes, lo pusieron así los compañeros que redactaron la ley, pero para quitar cualquier cosa de censura desde el primer día dijimos que se elimine ese artículo, entonces ya dijimos cuál es el objetivo de esa ley, que pueda haber una empresa (CFE) que en igualdad de circunstancias públicas pueda proveer de internet, que haya derechos de las audiencias, que las radios comunitarias, particularmente indígenas, tengan todas las posibilidades para desarrollarse, en fin todo esto que planteamos sobre la ley. No he visto la redacción final porque la están elaborando en el Senado de la República y espero poder tenerla pronto.

La facultad que se otorga concesionarios para que guarden datos hasta por dos años, tiene que ver con lo que viene también en la Ley de Seguridad, que todavía está en el Senado; hoy para comprar un chip uno no tiene que dar su nombre y la propuesta es que para comprar un chip, ahora te registres con tu nombre, dado que la delincuencia usa mucho distintos chips, que le va cambiando al teléfono, entonces lo que viene en esa ley también viene en la Ley de Seguridad, que se registre tu CURP con tu identificación”.

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JALISCO

Elección del Poder Judicial: Democracia o fachada

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

Tras meses de polarización, el 1 de junio de 2025 México elegirá, por primera vez, 881 cargos judiciales, incluyendo nueve ministros de la Suprema Corte, mediante seis boletas y sin campañas mediáticas intensas. La participación ciudadana, limitada por la complejidad del proceso y el desconocimiento general, difícilmente superará el 20 % del padrón electoral.

Morena domina el proceso, respaldando a candidatos afines, especialmente para ministros, así como para el Tribunal de Disciplina Judicial y el Tribunal Electoral, prioridades de la presidenta Claudia Sheinbaum. Mientras tanto, jueces y magistrados buscan alianzas con sindicatos y organizaciones civiles, en un proceso que despierta dudas sobre su verdadera independencia.

La elección del 1 de junio promete democratizar el Poder Judicial, pero se tambalea en un laberinto de confusión. Elegir entre 2,682 y 881 cargos mediante seis boletas por votante es una hazaña titánica. Sin financiamiento público ni respaldo partidista, las campañas son prácticamente invisibles: los y las aspirantes son poco conocidos.

El desconocimiento del rol del Poder Judicial, sumado a una educación cívica prácticamente inexistente, augura apatía. ¿Democracia o fachada? Morena apuesta por controlar la justicia, mientras los ciudadanos, desorientados, podrían quedarse al margen.

La falta de financiamiento público para campañas y la prohibición de que los partidos promuevan candidatos limitan la difusión de plataformas, lo que podría generar aún más confusión o desinterés entre los votantes.

La legitimidad del nuevo Poder Judicial Federal dependerá de la participación ciudadana en la elección del 1 de junio de 2025.

Estimaciones generales de participación

A diferencia de elecciones previas, en esta ocasión no existen encuestas específicas de opinión pública que detallen con precisión el porcentaje de participación esperado. Sin embargo, diversas fuentes ofrecen estimaciones.

Se espera una participación de entre el 8 % y el 24 % del padrón electoral (95-98 millones de votantes), según proyecciones del Instituto Nacional Electoral (INE) y de analistas independientes.

La presidenta del INE, Guadalupe Taddei, estimó una participación de entre 8 % y 15 %, considerando la reducción en el número de casillas (85,000 frente a 170,000 en 2024) y la ausencia de conteo de votos en las mismas, lo que podría desincentivar a los votantes.

Pronósticos optimistas

Morena y sus aliados proyectan hasta 20 millones de votos, equivalente al 20-21 % del padrón. Operadores políticos del partido promueven en todo el país lo que han llamado una “elección ejemplar”, aprovechando su supermayoría en la Cámara de Diputados y la popularidad de Claudia Sheinbaum (80 % de aprobación, Pew Research, febrero-marzo de 2025).

La movilización de bases, sindicatos y organizaciones afines podría acercar la participación al 20-25 %, aunque sin alcanzar los niveles de la elección presidencial de 2024 (61.05 %, es decir, 60 millones de votantes).

La consultora Poder y Estrategia, citada en redes, estima una participación del 20 %, reflejo de un escenario en el que el entusiasmo por la “democratización” judicial y el respaldo a Morena impulsen a sus votantes leales, pese a la complejidad del proceso.

Pronósticos pesimistas

Analistas independientes sugieren que la participación podría caer al 10-15 % si únicamente votan los ciudadanos más informados o movilizados, dadas el desconocimiento sobre el Poder Judicial y la falta de campañas visibles.

Algunos escenarios extremos mencionan estimaciones aún más bajas por estado (Mass Behavior Research) o incluso un 9 %, si se cumple el pronóstico de abstención del 91 % elaborado por Appting Corp. Estos reflejan un escepticismo profundo, alimentado por la desconfianza en el voto tras eventos políticos recientes y la complejidad logística del proceso.

INE y WOLA: La estimación más baja del INE (8 %) coincide con las advertencias de la Washington Office on Latin America (WOLA), que alerta sobre la confusión entre funciones judiciales y persecutorias, lo cual refuerza un escenario pesimista donde la apatía y la falta de educación cívica podrían limitar la participación a un mínimo histórico.

Según WOLA, la participación en esta elección podría situarse entre el 8 % y el 15 %, de acuerdo con su análisis del 12 de mayo de 2025. La organización destaca la complejidad de las boletas, la falta de campañas financiadas, la exclusión de personas en prisión preventiva y la ausencia de conteo en casillas como factores clave que reducirán la afluencia.

Ambos pronósticos coinciden en señalar una participación limitada, influida por la falta de educación cívica, la logística reducida y la percepción de politización del proceso. No obstante, Morena espera alcanzar un 20-25 % con su estrategia de movilización.


Reflexión final

Este 1 de junio, México enfrenta un dilema: ¿puede una elección judicial, envuelta en confusión y dominada por Morena, ser el faro de la democracia que promete? Con proyecciones de apenas 8-24 % de participación, según el INE y WOLA, el riesgo es claro: un Poder Judicial legitimado por pocos podría convertirse en un apéndice del poder político. La apatía ciudadana, alimentada por boletas laberínticas y campañas invisibles, amenaza con ceder la justicia a los designios del partido en el poder.

La historia nos juzgará por lo que hagamos —o dejemos de hacer— este domingo. Si los ciudadanos, desorientados, optan por el silencio, Morena tendrá vía libre para moldear la Suprema Corte y los tribunales a su imagen. Pero si despertamos, si exigimos claridad y participación, aún podemos rescatar la independencia judicial. El voto, aunque titánico, es nuestra última trinchera.

¿Democratización o sumisión? La respuesta está en nuestras manos.

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ENTREVISTAS

Marco Antonio Fuerte Tapia: Candidato a magistrado del Tercer Circuito en materia mixta

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Por Gabriel Ibarra Bourjac //

“La justicia debe ser un puente, no una barrera”, afirma Marco Antonio Fuerte Tapia, candidato a magistrado federal del Tercer Circuito en Materia Mixta, encapsulando una filosofía que guía cada una de sus decisiones.

Con más de 20 años de experiencia en el ámbito jurídico, Fuerte se presenta como un candidato cuya trayectoria combina rigor técnico, compromiso ético y una visión clara para acercar la justicia a la ciudadanía en el contexto de la histórica reforma judicial de 2024.

En esta entrevista con Conciencia Pública ofrece una ventana a la mente y el corazón del servidor público que aspira a ser magistrado no por ambición, sino por vocación, conforme recalca.

Enfrentando la reforma judicial

La reforma judicial de 2024, que permite elegir jueces por voto popular, es vista por Fuerte con cautela y optimismo. “Es una oportunidad, pero peligrosa sin preparación”, dice. La legitimidad del magistrado está en resoluciones justas, no en popularidad, haciendo de la justicia un puente hacia los derechos, sin tecnicismos ni influencias.

A través de sus palabras, Marco Antonio Fuerte nos invita a imaginar un Poder Judicial más humano, inclusivo y confiable, capaz de responder a las necesidades de un México en transformación. En un momento donde cada voto cuenta, su trayectoria y propuestas son un recordatorio de que la justicia no se construye con discursos, sino con hechos.

La reforma judicial ha sacudido los cimientos del Poder Judicial Federal, generando tanto expectativas como inquietudes. Por un lado, promete acercar la justicia a la ciudadanía; por otro, plantea el riesgo de que la popularidad eclipse la idoneidad.

En este contexto, Marco Antonio Fuerte se presenta como un candidato que no busca reflectores, sino resultados. Su carrera, forjada en las aulas y en los tribunales, refleja un compromiso inquebrantable con la ley y con las personas.

El aspirante a magistrado no es ajeno a los desafíos tanto de la justicia penal, donde deben ponderarse con enorme cuidado los derechos de los acusados y de las víctimas; como en la materia civil, que es un campo en el que los conflictos entre particulares —desde disputas contractuales hasta casos con profundas implicaciones sociales— demandan equilibrio y sensibilidad.

Su experiencia como juez en casos complejos, demuestra su capacidad para escuchar más allá de los expedientes y encontrar soluciones que respeten tanto la ley como la dignidad humana. Este enfoque, que combina conocimiento técnico con empatía, lo distingue en un proceso electoral donde la preparación es más crucial que nunca.

Resolución de asuntos que involucran la libertad personal y la reparación del daño.

Los casos que han definido la carrera de Fuerte Tapia son aquellos en los que se debe decidir respecto de la condena de una persona, sin olvidar los derechos de la víctima, como la reparación del daño; es ahí donde la formación, experiencia y sensibilidad deben conjugarse para lograr una decisión justa. Como magistrado han sido múltiples los asuntos en los que se debe ver más allá del expediente para buscar que el derecho ayude a cambiar la realidad de las personas.

Mediante un enfoque restaurativo, también se pueden resolver los conflicto sin necesidad imponer una sanción, por lo que, afirma, deben utilizarse cuando proceda, ese tipo de salidas alternas, que pueden resarcir en gran medida el daño que pudo ocasionarse con el delito, pero sin olvidar los intereses de las víctimas; es conjugar sensibilidad y empatía, con legalidad y sentido común.

En un sistema judicial donde la percepción de corrupción y lejanía ha erosionado la confianza ciudadana, Fuerte propone un camino claro: transparencia absoluta y accesibilidad. Desde el uso de tecnología para visibilizar los procesos judiciales hasta la redacción de sentencias en lenguaje claro, su visión busca derribar las barreras que separan a la justicia de la gente.

Su campaña, financiada con recursos propios y centrada en el contacto directo con la ciudadanía, refleja una autenticidad poco común en tiempos de promesas fáciles.

Propuestas para una justicia accesible y social

Marco Antonio Fuerte propone transformar la justicia como magistrado con tres ejes concretos. Primero, simplificar las sentencias en un lenguaje claro, inspirándose en la Corte Interamericana de Derechos Humanos: “Una sentencia no debe ser un acertijo, sino clara para todos”, afirma. Segundo, buscar soluciones de fondo y no de mera forma. Finalmente, justicia social e incluyente con apego a la cultura de la legalidad “todos deben estar incluidos en el acceso a la justicia, sin privilegios”, asegura.

“Tengo una visión donde la Justicia se acerque cada vez más al pueblo, con procedimientos más entendibles que beneficien a la gente; no más una justicia de escritorio, sino que se debe buscar el acercamiento con la sociedad, donde impere la transparencia y la rendición de cuentas. No más una justicia retardada que se limite a soluciones de forma, se debe privilegiar la solución de fondo, con procedimientos ágiles y sencillos, para que el cambio que reclama la sociedad se materialice”, resalta en sus propuestas.

Marco Antonio Fuerte Tapia no se presenta como un candidato más, sino como un magistrado que ya ha demostrado su capacidad para impartir justicia con rigor y empatía. En un momento crucial para el Poder Judicial, su experiencia y visión ofrecen una promesa sólida: una justicia que no solo resuelve, sino que une. “La justicia es un acto de servicio, y estoy listo para dar el siguiente paso”, expresa, con la mirada fija en un futuro donde el derecho sea un derecho para todos.

Voten por el magistrado en la boleta rosa No. 15”

Antes de concluir invitó a los ciudadanos del Tercer Circuito a participar en la elección del 1 de junio. “Voten con confianza por el magistrado en la boleta rosa, número 15, Distrito Judicial 2, para materia mixta (civil, penal y amparo). Su participación legitima la justicia y fortalece nuestra democracia. No permitan que la apatía decida; cada voto cuenta para construir un México más justo. Elijan a quienes garanticen un Poder Judicial cercano y transparente”.

“La campaña concluye el 28 de mayo, seguida por la veda electoral; la votación es el 1 de junio. Esta experiencia transformó mi perspectiva, al conocer Jalisco y dialogar con su gente. Agradezco la oportunidad de conectar con tantas personas, cuyas historias me enriquecieron y me motivan a servir con mayor compromiso en el futuro”.

¿QUIÉN ES MARCO ANTONIO FUERTE?

Marco Antonio Fuerte Tapia es un jurista con 23 años de experiencia en el Poder Judicial de la Federación, actualmente magistrado federal en Jalisco en el Tercer Circuito, en un tribunal colegiado de apelación que aborda materias civil, penal y amparo. Inició como oficial judicial, ascendió a actuario, fue secretario de tribunal por casi una década y, tras un concurso, se convirtió en juez de distrito especializado en el sistema penal acusatorio.

Cuento con Licenciatura en Derecho, con especialidades en Juicio de Amparo y Justicia para Adolescentes, Maestría en Ciencias Penales y Doctorado en Derecho, mi formación ha sido clave para desempeñarme con excelencia como magistrado de circuito en el Poder Judicial de la Federación, revisando casos civiles, penales y de amparo con un enfoque técnico y ético”.

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