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MUNDO

Cuando los inventos se salen de control: Nuevas tecnologías, ¿más de lo que podemos masticar?

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Política Global, por Jorge López Portillo Basave //

Como en las películas de ciencia ficción, cada que hay un brinco tecnológico o una revolución, es decir un cambio acelerado, la gente tarda tiempo en comprender sus alcances. Incluso los promotores y creadores de dichas revoluciones no comprenden lo que puede causar la revolución por ellos deseada.

Si los que desean, promueven y dan vida a una revolución tecnológica no alcanzan a comprender sus alcances, los que no saben de la misma o solo ven desde afuera algunos de sus efectos son mucho más vulnerables a sufrir para bien o para mal las consecuencias de estos cambios y ni siquiera poder prevenirlos o conducirlos.

Durante la semana pasada hubo cuatro sucesos que ponen de manifiesto que el cambio que iniciamos está de momento fuera de control y con alcances inesperados. Los humanos estamos obsesionados por que la inteligencia artificial haga tareas que hacíamos nosotros y cada día le damos más independencia a la misma y cada día le damos más acceso a nuestra vida íntima.

El tema de las fake news es poco comparado con los efectos de un accidente sin malas intenciones, ya no digamos una rebelión de dichos equipos o el secuestro de dichas tecnologías por actores criminales. Ojo no es que podamos regresar al genio adentro de la lámpara por decirlo de alguna forma, la caja de pandora ya se abrió y debemos, como decía Musk, tratar de dirigir cuando menos los efectos más obvios o ahora obvios y potencialmente dañinos.

Como sabemos, hace meses un supuesto globo espía de origen chino, recorrió todo el territorio de los EUA, de Alaska en el norte del pacifico a Carolina del Sur en el Atlántico, apenas arriba de Florida. Ahora dicen que no fue un ataque sino un error de los controladores del globo. Bueno yo no creo eso, pero pues parece que esa será la versión oficial para que no haya más pleitos entre esos dos países. Pero si eso es verdad, entonces un globo espía puede decidir hacer algo que francamente parecía un ataque. ¿Dónde está toda esa fuerza militar y tecnológica que supuestamente prevendría un hecho así en el país más rico y poderoso del mundo?

La semana pasada mientras México veía el grito, Francia prohibió el uso de ciertos equipos de Apple. La acusación fue simple. Los teléfonos iPhone 12 emitían mucha más radiación de la que se permite para la exposición diaria. Esto según el gobierno francés es corregible con una modificación del sofware. Sí, muy fácilmente se podría corregir, pero si no se hace, el gobierno ordenaría no solo parar las ventas sino remover del mercado esos equipos.

¿Qué? El i12 ¡pero si ya estamos estrenando el i15!, el i12 lleva años en el mercado.

¿Cómo es posible que nadie lo haya detectado? Y si la solución es fácil y es software, ¿qué evita que el sofware se desconfigure de nuevo o en otros muchos de los que le siguieron? Según Francia el cell excede los niveles aceptables del SAR o Specific Absortion Rate. El equipo excede la frecuencia y el monto de radiación que legalmente se permite por seguridad para que el cuerpo humano absorba. Es decir que la misma radiación puede ser tóxica en volúmenes y tiempos prolongados. Obviamente nadie usa su cell todo el día ni muy cerca del cuerpo. ¿o sí?

Bueno según estos y otros estudios cuando menos estos errores pueden causar daño a tejido humano por el calentamiento que generan las radio ondas emanadas, pero según la Organización Mundial de la Salud no se puede descartar que causen aumento en cáncer o tumores, claro, para esto se ha pedido elaborar otros estudios.

De momento usted y yo pues a seguirle como gorda en tobogán. Ya listos para el i15 de tan solo unos $40 mil pesos. Ojo, no solo es Apple pero si en el 2023 nos enteramos que el cell que se puso a la venta en el 2020 es dañino, ¿qué tan rápido estamos entendiendo las tecnologías antes de que las mismas nos puedan afectar de forma negativa? Ah y claro, el i12 fue probado sin añadir las otras ondas que emiten muchos de los demás equipos que se utilizan en conjunto.

Siguiendo con las penas de nuestra falta de control sobre las tecnologías que inventamos sigue el turno para el avión stealth o invisible del ejército de EUA que se ha vendido a todos sus aliados. Bueno, empecemos por lo simple. El super avión de combate es el F35, modelo que sustituyó a los F16 de la película Top Gun; es un super jet con capacidades de despegue vertical es decir sin pista, misiles de todo tipo y claro, puede volar misiones sin ser detectado por los radares gracias a su cubierta que absorbe las ondas de los radares lo que se llama stealth.

El juguete de guerra cuesta más de 100 millones de dólares y Estados Unidos tiene casi 500 de esos equipos, pero espera llegar a tener 2,700. Bueno, uno de esos juguetes se les perdió por más de 24 horas la semana pasada. ¿Qué? ¿cómo que se les perdió? pues así como lo escucha, en una misión que salió mal, el piloto saltó del equipo en vuelo y después de caer en un jardín, el piloto llamó a la policía local para advertir de un posible accidente de dicho avión en la zona.

Pasaron 24 horas hasta que los militares de ese país y locales voluntarios encontraron el choque a más de 100 kilómetros de distancia. El tema no es que un avión tenga un accidente, lo que es raro. El tema es que el avión siguió volando por 100 kilómetros en piloto automático y claro que pudo haber chocado contra civiles inocentes, claro, a esto hay que sumar que el dueño del avión (la Fuerza Aréa de EEUU) tuvo que pedir a la población civil ayudar a localizarlo en el cielo o en la tierra porque no podían encontrarlo y no sabían si horas después del incidente seguía en vuelo con sus armas y todo. 24 horas después, ¡sí!

Un día después se encontró el equipo despedazado pero ahora se sabe que dichos equipos solo pueden volar y completar sus horas de funcionamiento en un 50% ya que las reparaciones y partes para su buen funcionamiento son escazas y el gobierno estadounidense no las ha comprado a pesar de gastar como loco en miles de proyectos y de tener presupuestos para todo tipo de programas, no gastan en mantenimiento lo que deben pero siguen comprando más y más.

Y ¿por qué no? Ya entrados en esto de que usamos mal lo que tenemos, la FDA (Food and Drugs Administration) es decir la agencia del gobierno de Estados Unidos que autoriza los medicamentos y los aparatos relacionados con la salud, da luz verde para que la empresa Neuralink instale el primer nanochip en el cerebro de personas para iniciar pruebas en busca de que dichos equipos puedan ayudar a caminar a personas con problemas de ese tipo, y claro para poder conectar el cerebro humano directo a una computadora o máquina sin necesidad de las manos.

Esto es lo que dice Elon Musk puede ayudar a los humanos a no ser superados por los robots y la inteligencia artificial. Así es, si no podemos vencerlos con nuestro cerebro orgánico, habrá que darnos una ayudada convirtiendo al ser humano en parte máquina, parte computadora.

De verdad una semana llena de este tipo de notas. Vamos a ver qué sucede en una década, pero lo seguro es que los excesos serán pagados por todos. Mientras algunas tecnologías se ponen a prueba solicitando voluntarios como lo es Neuralink, otras son lanzadas al mundo y ya veremos qué pasa cuando se estrellen en nuestro jardín.

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El nacionalismo de Donald Trump: ¿Una solución o un riesgo?

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Opinión, por Samantha Contreras Guerrero //

La victoria de Donald Trump, basada en un mensaje de fuerte nacionalismo, marca un cambio que impactará tanto a Estados Unidos como al resto del mundo. Sus promesas de traer empleos de vuelta y proteger la economía estadounidense responden al descontento de muchos de sus votantes.

Su idea de “América Primero” busca hacer que Estados Unidos sea más independiente y fuerte, pero en un mundo tan conectado, esta visión enfrenta muchos retos y posibles problemas.

Para los estadounidenses, en un mercado donde casi todo se produce a través de cadenas internacionales, enfocarse en lo nacional podría hacer que los precios aumenten y haya menos opciones para los consumidores. Este tipo de enfoque proteccionista no solo implica costos altos para las empresas, sino que podría dar una falsa idea de seguridad económica, ya que el crecimiento estaría limitado solo al mercado interno, dejando de lado oportunidades con otros países.

En el ámbito internacional, el enfoque nacionalista de Estados Unidos genera preocupación entre sus aliados. Países como México, que dependen en gran medida del comercio y la inversión estadounidense, ven en riesgo la posibilidad de mantener relaciones estables e igualitarias.

El decremento en sectores como el nearshoring —donde América Latina ha visto una oportunidad de crecimiento— podrían ser afectados con este tipo de políticas. Además, al alejarse de acuerdos internacionales, Estados Unidos podría debilitar el sistema de cooperación global, necesario para enfrentar problemas complejos como el conflicto en Oriente Medio o la crisis climática.

La gran pregunta es si este regreso al proteccionismo es una solución real a los problemas económicos actuales. La inflación y la desigualdad están en aumento en todo el mundo, y Estados Unidos no es la excepción. En lugar de cerrarse, podría beneficiarse de una política que tome en cuenta las necesidades de todos sus sectores, buscando reducir las diferencias internas como la acumulación de riquezas, sin renunciar a los beneficios del comercio global.

El nacionalismo de Trump es una reacción a los problemas de un sistema económico que ha dejado atrás a muchas personas en Estados Unidos. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, el aislamiento no puede evitar generar preocupación. Aunque la intención de proteger a los ciudadanos es válida, esta ideología corre el riesgo de afectar a largo plazo a aquellos mismos sectores que busca ayudar, reduciendo la capacidad de Estados Unidos para influir y crecer en la economía global.

E-mail: samcg2002@gmail.com

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Querámoslo o no, Donald Trump ha vuelto

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Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //

Lo recuerdo, era mi cumpleaños 20 y también domingo, y corría el año de 1973, y mi padre me regalaba “El Gran Gatsby”, la muy apasionante novela de F. Scott Fitzgerald, dos de sus ejes contenidos me cautivaron: La alienación y el impulso de Jay Gatsby por sentirse aceptado por una alta sociedad segregante, aun y a pesar de ser inmensamente rico, realidad que quizá se expresa más claramente en una frase de la obra: “La vida es una lucha de apariencias, una lucha de lograr y de tener más de lo que uno merece”.

Donald Trump es un claro ejemplo, muy actual y presente en el mundo, de la fuerza del impulso de tenerlo todo: Poder económico y poder político. Donal Trump está entre los hombres más ricos de Estados Unidos, y fue el 45º y será el 47º presidente de aquella nación.

Donald, quien perdió en 2020 ante Joe Biden al buscar reelegirse como presidente de Estados Unidos, cuatro años después descarriló a Biden en su también anhelada reelección, obligándolo a abandonar la carrera presidencial, y derrotó ampliamente a Kamala Harris, la relevo en el Partido Demócrata.

Donald Trump ha vuelto al poder más fuerte de lo jamás imaginado para cumplir con sus planes de preeminencia y grandeza norteamericana e imponer su visión conservadora de Estados Unidos ante sí mismo y ante el mundo. Trump es un hombre transparente; jamás deja nada a la imaginación y dudas de sus seguidores y detractores. Así, por ejemplo, para él, la Teoría de Género tiene los días contados en EEUU y sus promotores sabrán que tienen ante sí a su peor pesadilla.

El presidente Donald Trump, a partir del 20 de enero próximo, actuará con todo el poder para poner orden en su frontera con México en dos temas fundamentales, las acciones de los cárteles de la droga, declarándolos terroristas, y el tráfico humano, ambos vistos como gravísimas omisiones del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Marco Rubio, próximo secretario de Estado norteamericano, lo ha acusado públicamente, y nos lo recordará todos los días. Rubio es de palabra dura y mano aún más dura. Para Trump y Rubio los narcotraficantes son terroristas y los perseguirá con toda la fuerza del Estado norteamericano.

La esperanza nunca debería sustentarse en la venganza. No entiendo a quiénes cifran la satisfacción de su venganza hacia López Obrador en Marco Rubio. Sea cual fuere el resultado de la dureza del nuevo secretario de Estado norteamericano, es mi deseo que México vuelva, de mutuo propio, al orden y la paz, y que el gobierno y el congreso mexicanos no nos convoquen a rasgarnos las vestiduras ante las exigencias norteamericanas. Son justas.

En México, muchos de quienes estaban a favor de Kamala Harris, hoy se muestran muy a favor de Donald Trump. Su nacionalismo se mantiene muy firme; sin embargo, aceptan que ya es tiempo de poner en orden las cosas en México pues el estado mexicano, sin duda, está doblegado y resquebrajado ante los cárteles de la droga. Claudia Sheinbaum no ha demostrado estar dispuesta a cumplir a cabalidad con su mandato presidencial en materia de seguridad a pesar de los buenos oficios de Omar García Harfuch pues, peor, no desea tomar el mando que aun detenta López Obrador.

Sheinbaum deberá entender que solo tiene de dos sopas, o se arma de valor ante los cárteles y los traficantes de gente y los combate con toda la fuerza del Estado mexicano, o los gringos cumplirán con esa su obligación constitucional, interviniendo aun en nuestro territorio. Que de nada le valdrán las bravatas de Marcelo Ebrard en materia económica ante los gobiernos norteamericano y canadiense.

Que esto nos es pleito entre escolapios en donde uno echará al otro a su padre que es bombero y lo mojará con su manguera, y el otro a su padre que es policía y lo llevará a la cárcel. Que en cosas de gobierno se actúa conforme a la ley y se cumple con los tratados internacionales. Que Naciones Unidas tiene un centro en contra del terrorismo que a México obliga.

Un adelanto de la presión internacional que el gobierno de México enfrentará en los años próximos ya lo recibimos en esta semana. La calificadora Moody’s cambió de estable a negativa la perspectiva económica de México por el debilitamiento de nuestro Estado de derecho por la reforma judicial y el deteriorado entorno institucional gubernamental, el esperado aumento en el costo de la deuda internacional de México y la mayor rigidez del gasto público, que podrían socavar nuestros resultados fiscales y económicos.

Tanto Moody’s, como los principales analistas de los futuros económicos en el mundo, coinciden en calificar como de muy alto riesgo la reciente reforma aprobada por Morena, PT y Verde al Poder Judicial. Sheinbaum, obedeciendo a López Obrador, ha decidido alterar los controles y equilibrios del poder político y económico en México, y eso se le, se nos, cobrará muy caro.

Quiero invitarte a pensar en que Trump no está para salvarnos, ni Rubio para vengarnos. Ellos tienen sus tareas más allá del Rio Bravo. De este lado, todo depende de nosotros. Vamos, ni Sheinbaum hará nada para salvarnos; a ella solo le interesa obedecer a López.

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En riesgo la hegemonía estadounidense: El retorno de Donald Trump; retos económicos y sociales

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Actualidad, por Alberto Gómez R. //

En los últimos cuatro años, la economía y la cohesión social de Estados Unidos han enfrentado un deterioro significativo, marcando uno de los periodos más complicados en su historia reciente.

La administración de Joe Biden, aunque intentó implementar políticas para estimular la recuperación tras la pandemia de COVID-19, dejó profundas brechas económicas y sociales que ahora desafían al presidente electo Donald Trump. Con un escenario global en transformación y un entorno interno polarizado, Estados Unidos se encuentra en un momento crítico de redefinición de su papel como potencia mundial.

LA ECONOMÍA BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE BIDEN

La inflación se convirtió en uno de los mayores retos durante la administración Biden. La epidemia de Covid-19 dejó tras de sí trastornos económicos; en junio de 2022, la inflación alcanzó un pico histórico del 9.1%, las tasas más altas que los estadounidenses han experimentado en 40 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) lo que, por supuesto, en la práctica suponía un recorte salarial. La explosión del gasto militar para apoyar las guerras en Ucrania y Gaza también ha alimentado la inflación.

Como resultado, el nivel de vida de las y los trabajadores estadounidenses ha disminuido bajo la administración Biden, mientras que el auge del mercado de valores ha ayudado a las y los estadounidenses más ricos a hacerlo bastante bien. Este fenómeno, impulsado por interrupciones en las cadenas de suministro globales, estímulos fiscales masivos y el aumento de los precios de la energía, erosionó el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. Aunque las medidas de la Reserva Federal lograron reducir la inflación a un 3.7% al cierre de 2024, esta cifra seguía por encima del objetivo del 2%, lo que refleja un entorno económico aún frágil.

El aumento del costo de vida se manifestó en productos esenciales. Según la Administración de Información Energética (EIA), el precio promedio de la gasolina aumentó un 40% entre 2020 y 2024. Asimismo, los alimentos básicos experimentaron un incremento promedio del 25%, afectando especialmente a las familias de ingresos medios y bajos. Esta situación exacerbó la desigualdad, ya que los salarios reales apenas crecieron un 3% durante el mismo periodo, según el Economic Policy Institute.

DÉFICIT FISCAL Y DEUDA PÚBLICA

El déficit fiscal alcanzó los $1.7 billones en 2024, mientras que la deuda pública superó los $36 billones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un incremento alarmante respecto a los $27 billones reportados al inicio de la administración Biden. Este nivel de endeudamiento, alimentado por programas de estímulo económico y políticas de infraestructura, limita la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas. Además, el creciente costo del servicio de la deuda, derivado del aumento de las tasas de interés, se ha convertido en una carga significativa para el presupuesto federal.

La brecha económica continuó ampliándose durante la administración Biden. El 1% más rico de la población concentró el 38% de la riqueza total en 2023, mientras que los sectores más vulnerables enfrentaron mayores dificultades para acceder a empleos estables, y apenas aumentaron un 4% en términos reales, según un informe de la Oficina del Censo. Según el Departamento de Trabajo, el empleo precario representó el 30% de los nuevos puestos creados entre 2020 y 2024, con un aumento notable en los contratos temporales y trabajos a tiempo parcial. Esto ha exacerbado la pobreza en comunidades vulnerables, con un índice de pobreza que aumentó del 11.4% en 2020 al 14.7% en 2024.

En 2016, Hillary Clinton demostró su desprecio por los partidarios de Trump, entonces abrumadoramente blancos, etiquetándolos como “los deplorables”, en lugar de tratar de reconocer la fuente de su ira: la gran desigualdad en el statu quo económico. Ocho años después, con un apoyo a Trump mayor en prácticamente todos los grupos demográficos, es imposible ignorar la desesperación económica que alejó del Partido Demócrata a las y los electores, cuando Biden seguía presumiendo de que la economía estadounidense durante su mandato es “la más fuerte del mundo”.

FACTORES SOCIALES: POLARIZACIÓN Y RADICALIZACIÓN

La polarización política se ha intensificado, dando lugar a movimientos separatistas que, aunque minoritarios, representan una amenaza para la unidad del país. Uno de los fenómenos más alarmantes es el resurgimiento de movimientos secesionistas en estados como Texas y California.

Líderes locales y organizaciones políticas han planteado referendos para separarse de la unión federal, alegando incompatibilidades políticas y económicas. Aunque estos movimientos no tienen un apoyo mayoritario, su existencia refleja una fragmentación preocupante en la unidad nacional. Grupos como «Texit», que abogan por la independencia de Texas, han ganado tracción en sectores conservadores descontentos con las políticas federales. Estas iniciativas reflejan el creciente desencanto con el sistema político.

La radicalización ideológica también se ha intensificado. Los crímenes de odio aumentaron un 18% entre 2020 y 2024, según el FBI, afectando principalmente a comunidades afroamericanas, asiáticas, judías y musulmanas. Este aumento está vinculado al resurgimiento de grupos extremistas y al uso de las redes sociales como plataformas para propagar discursos de odio.

RETOS ECONÓMICOS Y SOCIALES

Con la reelección de Donald Trump, Estados Unidos se adentra en un periodo de grandes desafíos. Su promesa de «recuperar la grandeza estadounidense» enfrenta múltiples obstáculos, tanto internos como externos.

Trump ha anunciado un ambicioso plan para reindustrializar Estados Unidos y reducir la dependencia de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, implementar esta estrategia requerirá superar barreras como la resistencia de aliados comerciales y la necesidad de inversiones masivas en infraestructura. También deberá manejar las tensiones con China, el principal socio comercial de Estados Unidos, en un momento en que las relaciones bilaterales están en su punto más bajo en décadas.

El presidente electo ha prometido recortes de impuestos para estimular el crecimiento económico, pero esta medida podría agravar el déficit fiscal si no se acompaña de reducciones en el gasto público. Además, la capacidad de implementar estas políticas dependerá de su habilidad para negociar con un Congreso dividido, donde los demócratas probablemente resistirán cualquier iniciativa que reduzca programas sociales.

El enfoque de Trump en políticas ultraderechistas, incluida la restricción de la inmigración y la eliminación de regulaciones ambientales, podría generar más divisiones. Aunque estas medidas cuentan con el apoyo de su base electoral, enfrentan la oposición de sectores progresistas y moderados, lo que podría derivar en mayores tensiones sociales.

EL FIN DE LA HEGEMONÍA ESTADOUNIDENSE

El bloque BRICS+ ha emergido como un desafío significativo para la hegemonía estadounidense. Con la inclusión de nuevos miembros como Arabia Saudita, este grupo busca crear un sistema financiero alternativo que reduzca la dependencia del dólar. Según el Banco Mundial, el comercio intrabloque creció un 15% anual durante los últimos cuatro años, fortaleciendo su influencia económica y política.

El dólar, pilar del sistema financiero internacional, está perdiendo su posición dominante. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción de reservas globales en dólares cayó del 61% en 2020 al 55% en 2024. Este descenso refleja una creciente diversificación hacia monedas como el yuan chino y el euro, impulsada por iniciativas del BRICS+ y otros bloques emergentes.

En el ámbito militar y geopolítico, Estados Unidos enfrenta el ascenso de China como potencia dominante en el Pacífico y la reactivación de Rusia en Europa del Este. Además, la influencia de potencias regionales como Irán y Arabia Saudita en el Medio Oriente limita la capacidad de Estados Unidos para mantener su dominio en esta región estratégica.

El futuro socioeconómico de Estados Unidos dependerá en gran medida de la capacidad de la administración Trump para manejar una economía debilitada, una deuda insostenible y una sociedad fracturada. La reconciliación política y la creación de un camino inclusivo para el desarrollo serán cruciales para evitar una crisis prolongada.

Aunque Trump tiene un historial de promover el crecimiento económico, los riesgos asociados con su estilo confrontacional y sus políticas divisivas no pueden ser ignorados. El equilibrio entre reformar el status quo y evitar una mayor radicalización será la prueba definitiva para su liderazgo.

Estados Unidos enfrenta uno de los periodos más complejos de su historia contemporánea. La administración Biden dejó un legado de desafíos económicos y sociales que el presidente electo Donald Trump deberá abordar en un contexto de polarización interna y competencia internacional.

El éxito o fracaso de las políticas de Trump determinará no solo el rumbo de Estados Unidos, sino también el equilibrio de poder en el mundo. Sin embargo, para superar estos retos, será necesario un liderazgo que trascienda la retórica divisiva y busque soluciones inclusivas y sostenibles. En un mundo cada vez más multipolar, el destino de Estados Unidos dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas realidades globales sin perder de vista los principios democráticos y la cohesión interna que alguna vez lo definieron como nación.

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