OPINIÓN
Someterse a la revocación de mandato: No hay acuerdo entre AMLO y Alfaro
Con todo respeto, por Jorge Zul de la Cueva //
En una charla con periodistas en conocido punto de encuentro en Guadalajara, Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, dejó claro que no hay ningún acuerdo entre Palacio Nacional y Casa Jalisco para hacer frente conjunto contra el Grupo Universidad. Muy por el contrario, el mandatario estatal no inspira confianza en Palacio Nacional.
“El arte de la guerra es el arte del engaño; cuando estés cerca pretende estar lejos; cuando sean numerosos pretendan debilidad; cuando sean pocos pretendan ser multitud”, reza, palabras más, palabras menos El Arte de la Guerra.
Pero esto no es un manual perfecto para proceder en todas las circunstancias. La negación, las fintas y los ardides no pueden sostenerse para siempre, ni son una estrategia, sólo una parte para ser usada en ciertas circunstancias.
Sí, los aliados hicieron tanques de cartón y los posicionaron para que los alemanes no supieran que la invasión sería en Normandía. La finta era simple: el peligro estaba en otra parte. Esta excelente estrategia no funcionaría si la llevaran al absurdo, porque todo exceso es mucho, como decía Echeverría.
Si los aliados se hubieran conformado con el susto y la confusión que generaban los ejércitos de utilería, más temprano que tarde el secreto se hubiera esparcido y sin un plan en acción para esta circunstancia, la derrota sería inminente. No se puede invadir Normandía con tanques de cartón.
Todo esto para decir que la estrategia original de Alfaro al enfrentar a la UdeG era una finta y en buena medida funcionó: dar un golpe al grupo universidad quitándole recursos al Museo de Ciencias Ambientales, usando la fuerza pública en el Parque Huentitán porque ahí participaba la FEU, quitarle a Enrique Velázquez de la Comisión de Seguridad y Justicia del Congreso; todo eso indicaba que efectivamente había o debía haber un acuerdo con AMLO, de lo contrario no se habría aventado, sería una locura abrirse ese frente solo.
La UdeG, en mi opinión, reaccionó con cautela midiendo esta posibilidad y considerándola seriamente. La finta estaba funcionando.
Vuelvo a Sun Tzu “si eres fuerte ataca, si las fuerzas contrarias son abrumadoras, atrinchérate en la defensa”. Y así, la Universidad hizo todo para no elevar el tono del conflicto y de haber existido una alianza de Alfaro con la Federación, este se habría notado en un ataque conjunto y coordinado, pero no fue así. Por el contrario, desde la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados se mandó un exhorto al Gobierno de Jalisco para que regresara los recursos a la UdeG y si bien esta iniciativa no surgió de Morena, habría que ser bastante distraídos para creer que no tuvo nada que ver y que el presidente no opinó.
El mensaje es de la Federación, como lo es la no asignación de recursos a las obras del sexenio como la línea cuatro.
Es muy claro AMLO en la última mañanera que menciona por nombre a Raúl Padilla como mandamás en la UdeG: Sí, eso está mal y no lo soporto, pero no me voy a meter.
La finta de Alfaro se desmoronaba, pero en política la gente es muy desconfiada porque nada suele ser como parece ser, entonces, ¿qué tal que están fingiendo, habrá acuerdo?
Pasaron más cosas, la elección extraordinaria en Tlaquepaque, el Congreso del Estado modificando las reglas de paridad violentando leyes y reglamentos, la dichosa consulta sobre el Pacto Fiscal fue presentada con bombo y platillo en el Degollado y Mario Delgado vino a la ciudad a decir que el gobernador tenía que sacar las manos de la elección de Tlaquepaque y que con gusto le entraba Morena a la consulta del Pacto Fiscal, siempre y cuando Alfaro se sometiera, como prometió, a un ejercicio de revocación de mandato.
Aún así, a pesar de todo, quedaba la sospecha de que fuera un conjunto de finteos, de que Alfaro tuviese un acuerdo para ser un candidato de oposición acomodaticio en el 24 para dividir el voto y otra serie de teorías de la conspiración que seguramente usted ha escuchado y que no vale la pena repetir.
Es en este contexto que coincidí con Mario Delgado en lo que fue una sesión de preguntas y respuestas donde él, cauteloso, sondeaba a los contertulios sobre sus opiniones en torno a uno u otro personaje local de Morena, enterándose del pulso y a cambio respondía nuestras dudas.
Sobre si hay acuerdo con Alfaro, fue prístino. No lo hay y si lo hubiera sería irrelevante porque los acuerdos con él no dan ninguna garantía de cumplimiento.
Los tanques eran de cartón. ¿Qué seguirá en el tablero de Alfaro ahora que el humo se ha disipado?
