OPINIÓN
Una historia de éxito

Entre Nos, por Alfredo Ponce //
Con el alta marcada en el ejército el 23 de enero de 1964 iniciaría una historia de éxito, hasta llegar a la cima mas alta. El niño nacido en una cuna militar, gracias a su padre que era teniente coronel del ejército y con un futuro prometedor, vuelca por primera vez su historia, cuando a los dos años de edad su padre fallece de un infarto repentino al corazón.
Dependiente de su madre, quien ante la viudez se dedica a ser costurera, con una infancia precaria, ve en el colegio militar, su mejor opción para ascender a sus sueños. Con toda una historia pública llena de éxitos, llega a ser el director del colegio, que alguna vez lo rechazó porque no cumplía con la edad. Obtiene todas las medallas y créditos posibles, comandante de regiones militares y logra entrar al grupo élite, resulta nombrado, para ser el jefe máximo del ej´rrcito. Era intachable. Indudable en su liderazgo.
VARIOS AÑOS DE SOLEDAD
El jueves 15 de octubre será otra fecha registrada en la página de vida de del General. La vida te va a acomodando en lugares a los que te vas adaptando y el militar, ya tenia muchos años adaptado, a la parte más alta de la cúpula del poder, desde donde no se ven, las necesidades de los simples mortales y quizá, tampoco se ve el sufrimiento y la desgracia. Dueño de una reputación sin mácula ante sus tropas y generador de un gran respeto, por los altos cargos militares que había desempeñado, parecía que era uno de esos hombres que está mas allá del bien y del mal.
Parecía simplemente intocable, pero el viaje de placer que había pensado al extranjero, sería el punto de quiebre entre una vida llena de satisfactores y perder todo. Ya lo estaban esperando en el aeropuerto de los Ángeles California, desde el momento que había abordado, los sistemas de inteligencia habían detectado su viaje y de manera casi secreta, se había desplegado un gran ejército para darle la mas amarga bienvenida que podría haber sufrido.
De pronto, se vio rodeado y, escuchó: «está usted detenido». Después, después, la soledad, después la autoflagelación, porqué vine, porqué acepté hacer este viaje, todo en signo de que se había cometido un gran error. El estratega, nunca pensó que estaba por emprender una batalla, lo tomaron por la retaguardia y a partir de ese momento, muchos momentos de soledad vendrían.
LA MALA HORA
Nadie supo en que momento, se le infiltró un judas, nadie creería que el pudiera manchar su record, hasta que alguien cercano al máximo poder, le indicara que por órdenes superiores, tendría que recibir a una persona, a quien se le debería de apoyar en todo lo que pidiera. Con las quijadas apretadas y sabiendo que obedecer órdenes era una de sus obligaciones, tuvo que aceptar.
Es por eso que los que le conocieron, incluso de forma cercana, no se dieron cuenta de cuando empezó la debacle. Con el tiempo, uno de sus interlocutores, perdió la cordura, lo volvió loco el poder, había sido nombrado procurador general de justicia de Nayarit, hasta que finalmente fue detenido y juzgado en Estados Unidos. Este mismo personaje sería el que en el ánimo de negociar una sentencia mas corta, empezaría a abrir la boca y en esa bocanada de información, entregó datos para interceptar una llamada, que fue la que finalmente dejó un testimonio, que sería la bomba que derrumbó todo lo construido con muchos esfuerzos desde los 15 años.
CRÓNICA DE UNA DETENCIÓN ANUNCIADA
Eran altas horas de la noche, cuando el ministro le llama a su jefe. Era código rojo, significaba que se tenía que detener cualquier cosa que estuviera planeada. El hombre mas cercano al Presidente requería, urgentemente, hablar a solas con la máxima autoridad. El gobernante más poderoso de la tierra mandaba un mensaje. Tenían un expediente criminal, para detener al militar de mas alto grado, hasta hace poco menos de dos años.
La respuesta fue tajante: «Yo no voy a entregar a nadie, yo no tengo ninguna evidencia de delitos para el general. Diles, que si ellos tienen evidencias, que lo detengan fuera del país». El ministro entendió el tono de su jefe y no argumentó nada, el señor presidente había quedado con la mirada perdida en una de las paredes del gran palacio . El mensajero emprendió la retirada del gran salón, hasta que escuchó un “buenas noches carnal, que descanses”. Quince días después, la noticia recorrió el mundo, por primera vez en la historia, el militar de más alto rango había sido detenido en el país del Tío Sam y las imputaciones, eran muy serias. La crónica anunciada se había cumplido.
EL GENERAL NO TIENE QUIEN LE ESCRIBA
De pronto, derrumbado todo el esfuerzo de casi seis décadas, parecía que pasaba como una película en cámara rápida, muy rápida. Él sabia, que aquí no había un gallo de pelea, al que se le pudiera prender una veladora de esperanza. Ahora, los corruptos, que alguna vez palmearon su espalda, se esfumarían sin siquiera enviar una misiva.
NOTA: Cualquier parecido con alguna historia real, es pura coincidencia.
Nos encontraremos en una próxima ocasión.
CARTÓN POLÍTICO
Edición 807: Magistrada Fanny Jiménez revoca rechazo de pruebas y defiende Bosque de Los Colomos
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LAS NOTICIAS PRINCIPALES:
Crónica de una semana tensa en la UdeG: La rebelión estudiantil que desafía a la FEU
NACIONALES
Buscan cubrir a AMLO en actos de corrupción

– De Primera Mano, por Francisco Javier Ruiz Quirrín
UNA DE LAS evidencias de que el sistema político del México de nuestros días es parecido al PRI hegemónico de hace 50 años es el combate a la corrupción de acuerdo a intereses políticos del grupo en el poder, con una gran diferencia ahora: Los funcionarios de primer nivel son intocables.
No hubo un solo presidente de la república de aquel viejo PRI, que no impusiera su voluntad y enviara un mensaje a la clase política de que había un nuevo líder en Los Pinos. Las demostraciones incluían cárcel para figuras de alto nivel. Así, estuvieron tras las rejas el senador Jorge Díaz Serrano, director de PEMEX, con el presidente José López Portillo, varios gobernadores y hasta un hermano del presidente Carlos Salinas, Raúl.
A partir del año 2018, el hombre que tuvo como lema de campaña presidencial el ataque a la corrupción, Andrés Manuel López Obrador, en los hechos cubrió a los corruptos de primerísimo nivel.
Solo dos botones de muestra: Ignacio Ovalle Fernández, director de SEGALMEX, y Manuel Bartlett Díaz, director de la Comisión Federal de Electricidad. Aplicó la máxima de Benito Juárez: “A los amigos, perdón y gracia; a los enemigos, la ley a secas”.
Entre los enemigos actuó contra Emilio Lozoya, director de PEMEX con el presidente Peña Nieto, acusado de haber recibido sobornos de una empresa petrolera del Brasil, pero al final del día su gobierno acordó y el acusado está en casa.
El cinismo de AMLO incluyó su admisión de la existencia de corrupción en Segalmex, cuyo desfalco rebasó los 15 mil millones de pesos, pero justificó a Ovalle diciendo que este último “había sido engañado por sus subalternos”.
Increíble lo anterior, sobre todo para quien, durante una “mañanera” del año 2019, aseguraba que no hay persona mejor informada que el presidente de la república y que si había corrupción entre los funcionarios, “era porque el jefe, el presidente, estaba enterado”.
En los días que vivimos, el caso del “huachicol fiscal” operado por altos mandos de la Marina Armada de México nos pone sobre la mesa la enorme probabilidad de que no solo el general secretario del ramo con López Obrador, sino también este último, pudieran haber sido enterados y haber permitido el enorme peculado.
Imposible no reparar en las declaraciones del titular de la Fiscalía General de la República, Alejandro Gertz Manero, quien el pasado domingo declaró que Rafael Ojeda Durán, titular de la Marina en el sexenio obradorista, había denunciado “problemas” y que por ese motivo la Fiscalía General de la República se había adentrado en la investigación que hoy tiene por resultado la persecución de cuando menos 200 personas, entre militares, servidores públicos y empresarios.
Los hechos sobre tal ilícito empezaron a trascender a los altos mandos militares cuando Rubén Guerrero Alcántar, vicealmirante y exdirectivo de una aduana en Tamaulipas, redactó una carta que llegó a manos del general secretario Ojeda Durán, en la que señalaba directamente a Manuel Roberto y Fernando Farías Laguna, de encabezar una red de “huachicoleo fiscal”.
Los hermanos Farías, originarios de Guaymas, Sonora, son sobrinos de Ojeda Durán. Guerrero Alcántar fue asesinado el 8 de noviembre del 2024 en Manzanillo, Colima. El volcán de corrupción denunciado hizo erupción al descubrirse un buque con diez millones de litros de combustible introducido sin pagar impuestos en Tampico, Tamaulipas, el pasado mes de mayo, seguido de otros descubrimientos similares en Ensenada, Baja California, y el trascendido de que ese combustible había tocado la bahía de Guaymas en Sonora.
En sus declaraciones sobre el tema, Gertz Manero subrayó que cuando el general secretario Ojeda denunció “problemas en la Marina”, lo hizo en términos generales sin hacer referencia a sus sobrinos. A su lado, en esa conferencia de prensa del pasado domingo, el titular de seguridad pública, Omar García Harfuch, dijo que no se podía condenar a toda una institución por los errores cometidos por algunos de sus integrantes.
Horas después, en su “mañanera”, la presidenta Claudia Sheinbaum refrendó la defensa. Para el general exsecretario, recordando que lo importante era la investigación y, sobre todo, las pruebas para demostrar los dichos.
La lógica indica una posibilidad de involucrar a Rafael Ojeda Durán en el escándalo mayúsculo de los hermanos Farías Laguna y otros implicados; golpearía directamente la humanidad de López Obrador.
Es mucho más conveniente enviar el mensaje de ataque a la corrupción, aprehendiendo y enjuiciando a “peces menores”. Ahí se registra una diferencia con el pasado reciente.
Durante el sexenio 2018-2024 se cubrió la corrupción en vez de combatirla. En este sexenio de la presidenta Sheinbaum sí se está combatiendo la corrupción pero cuidando la imagen de quien ahora vive en Palenque.
Lo anterior significa la imposibilidad de señalar y encarcelar a un exsecretario en cualquiera de sus ramos.
Para el lado oficial, resultan muy lejanas y “casi en el olvido” aquellas palabras de AMLO en una de sus “mañaneras” del año 2019: “El presidente de México está enterado de todo lo que sucede y de las tranzas grandes que se llevan a cabo”.
JALISCO
¿Legalidad? pero sin integridad

– Opinión, por Gabriel Torres Espinoza
¿Por qué se critica tanto al Tribunal de Justicia Administrativa (TJA)? Porque se ha transformado en fábrica de sentencias “ajustadas a derecho”, ¡pero profundamente injustas! Asisten al ‘indebido proceso’ y ceden al “daño patrimonial” causado por los ‘desarrolladores’.
Los derechos colectivos —aire limpio, agua, movilidad, biodiversidad— se reducen a bienes menores, sacrificables en nombre de una supuesta certeza jurídica para el ‘inversionista’.
Lo que la Corte Interamericana de Derechos Humanos recordó es que tienen la obligación jurídica de prevenir, mitigar y remediar daños ambientales por su impacto directo en los derechos humanos.
Bajo esa luz, cada fallo del TJA que antepone la rentabilidad de un fraccionamiento sobre la preservación de un bosque o de un área natural protegida, no es solo un despropósito local, sino una violación a compromisos internacionales y a los derechos fundamentales de la ciudadanía.
La prensa ha documentado el incremento de litigios contra la planeación urbana, hasta el punto de que este Tribunal se tornó en el espacio donde los corruptores desfilan a desmontar planes de desarrollo, debilitando la ordenación del territorio con fachada de legalidad. Se trata de un tribunal que privilegia la letra procesal, sobre el sentido integral de la planeación. Lo que se produce es una ciudad fragmentada, desigual, en la que cada vez es más difícil trasladarse y vivir.
La responsabilidad social de este Tribunal es mayor, pues el TJA es la última instancia. Las decisiones que dicta son definitivas y obligatorias. Sus resoluciones no pueden recurrirse, y sus magistrados no rinden cuentas a nadie. Allí donde se concentra el poder de decidir el futuro urbano, se concentra también la tentación de la corrupción.
Por eso el TJA no solo refleja, sino que encarna hoy el mayor riesgo estructural para el derecho a la ciudad y al medio ambiente, porque cada vez que dicta una sentencia que habilita lo prohibido, que desprotege los recursos naturales, destruye algo más que territorio; destruye la confianza en la idea misma de justicia. Su propia legitimidad social.
Los jueces no deben limitarse a aplicar reglas, sino decidir con base en principios que aseguren el bien superior a la ciudad. La legalidad, sin integridad, degrada la justicia. Básicamente, porque transforma el tribunal en una coraza de impunidad.
En este órgano jurisdiccional, hemos visto cómo se ha vuelto norma la confusión entre legalidad procedimental y justicia, con resoluciones fundadas y motivadas en lo formal, pero que producen resultados injustos y muy lesivos para la sociedad.
Sentencias “apegadas a derecho” que, sin embargo, devastan áreas naturales, desmantelan planes urbanos, causan más colapso vial y profundizan la desigualdad. No perdamos de vista que esa sociedad, la que sufre las consecuencias, es justamente la que dotó a estos magistrados de su investidura, y a la que debieran rendir cuentas, a través de los poderes constituidos de Jalisco.
La diferencia entre un tribunal de justicia y uno de derecho se vuelve aquí fundamental. El primero busca armonizar la norma con el desarrollo sustentable de la ciudad; el segundo la aplica sin importar que destruya bosques, colapse vialidades o afecte a comunidades enteras.
El primero protege a la ciudad; el segundo protege contratos y escrituras privadas. El primero es garante de ciudadanía; el segundo, como en Jalisco, es agente de plusvalía y el principal agente corruptor contra el ordenamiento territorial.
A la luz de las actuaciones del TJA, surge hoy una pregunta colectiva, inevitable y perturbadora: ¿Cuál es la utilidad social de un tribunal del que debemos defendernos todos para poder preservar la ciudad? Si el órgano llamado a garantizar justicia es el principal mecanismo de despojo legalizado; si en lugar de proteger a la colectividad protege a los desarrolladores; si en vez de equilibrar el interés privado con el bien común se ha dedicado a corroerlo, entonces su existencia no responde al poder público, sino a los negocios que lo corrompen.
Un tribunal así no es garante de derechos, ni de justicia administrativa; sino una auténtica amenaza permanente contra ellos, misma que estaríamos obligados a enfrentar como sociedad, y desde el gobierno.