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OPINIÓN

Para disminuir brecha de desigualdad: Gobierno inteligente en un mundo global; el camino es la tecnología

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Opinión, por Armando Morquecho Camacho //

Si algo ha dejado claro la crisis que enfrenta el mundo debido a la pandemia de la COVID-19, así como la crisis ambiental y política que vivimos, es que urge repensar y rediseñar la agenda legislativa, así como los temas que se suben al debate público.

En un mundo globalizado como en el que nos está tocando vivir y desarrollarnos política, profesional y socialmente, resulta fundamental entendernos como parte de un todo, como parte del mundo y por ello, debemos entender que para solucionar los problemas actuales, necesitamos comenzar a construir soluciones globales.

Es en virtud de lo anterior, que tanto el próximo año, como en el 2024 tenemos que ver quiénes plantean soluciones a los problemas modernos, tenemos que voltear a ver a aquellos que buscan construir una agenda con políticas públicas pensadas para responder a las necesidades de las generaciones presentes y futuras atendiendo aspectos económicos, sociales, ambientales y culturales utilizando de forma eficiente los recursos disponibles. Pero esto solamente serán capaces de construirlo los políticos que tengan una visión global y que volteen a ver lo que pasa en otras partes del mundo.

¿A que quiero llegar con esto? El mundo está cambiando y lo seguirá haciendo, ya que ese proceso evolutivo es, junto a la muerte y al pago de impuestos, una de las cosas seguras en esta vida y no nos va a esperar, por ello, las opciones son claras: o cambiamos y nos adaptamos legislativa y socialmente a este proceso de modernización, o las crisis que enfrentamos serán aún más graves y la brecha de desigualdad continuará creciendo.

A lo largo de este mes, me enfoqué en hablar de los retos de las redes sociales, la modernización y las diferentes tecnologías de la información y si bien, este rubro tiene grandes retos, también tiene muchas ventajas, pero para poder analizar y estudiar a fondo estas ventajas, necesitamos una visión política global que vaya más allá de lo que ocurre en nuestro entorno.

EL EJEMPLO DE SINGAPUR

Este ejercicio de reflexión global es lo que nos permitirá a nosotros como generación romper esquemas y cambiar paradigmas en todos los sentidos, tal y como lo hizo Singapur.

Este país insular de Asia es el ejemplo perfecto de cómo podemos explotar la tecnología y todos los beneficios de la modernidad para poder construir políticas públicas capaces de responder a las necesidades de la modernidad con una perspectiva no solo global, sino también, de derechos humanos. En otras palabras, Singapur es el claro ejemplo de que los problemas modernos requieren soluciones modernas.

Desde que Singapur obtuvo su independencia, su economía se ha ido fortaleciendo más y más, hasta llegar hoy en día, a ocupar las primeras plazas del índice de Competencia Global, pero como dicen, no todo es miel sobre hojuelas, ya que también, su población ha reflejado un crecimiento importante convirtiéndose así en uno de los países más densamente poblados del mundo.

Este crecimiento poblacional, desencadenó una serie de problemas que iban desde lo administrativo como la saturación de servicios públicos, hasta lo ambiental con el aumento desmedido de emisiones de gases contaminantes, esto, aunado a la corrupción, la desigualdad y la ineficiencia de las autoridades para atender las problemáticas ciudadanas así como los enormes muros burocráticos para realizar trámites, y gestiones llevaron a las autoridades a impulsar una serie de políticas públicas para revolucionar no solo su modelo de ciudad, sino el rol del gobierno en su interacción con la ciudadanía.

Por ello, en el 2014, lanzaron el proyecto ‘’Smart Nation Singapore (SNS)’’, el cual representa un esfuerzo nacional para transformar tecnológicamente los servicios públicos, la economía y el gobierno a través de la simplificación de procesos, digitalizando y automatizando el trabajo gubernamental para así brindar soluciones eficientes a los problemas reales de su población.

En el caso de Singapur, el uso de la tecnología ha impulsado la construcción de un verdadero gobierno abierto que está cada vez más cerca y más al pendiente de las necesidades, en todos los sentidos, de su población. A través de estas políticas se implementaron, entre otras cosas, la instalación de una enorme red de cámaras y sensores que aunque a primera vista podría parecer una medida autoritaria que busca controlar a sus ciudadanos, lo que en realidad se busca con esta red de monitoreo es estar al pendiente de las necesidades de servicios públicos de todo el país, esto con la finalidad de dar pronta respuesta y atención a estos problemas.

Otro de los pilares de este proyecto en términos gubernamentales es la digitalización de los servicios públicos a través de un servicio civil computarizado y programado, que día a día busca no solo tener servicios eficientes sino también integrales en su relación con la ciudadanía.

También se impulsó la implementación de una de las redes inalámbricas de internet más grandes y más rápidas del mundo, esto para garantizar a los ciudadanos acceso público y gratuito a internet en cualquier zona.

El programa ‘’National Information Infraestructure’’ bajo el lema ‘’Una red para TODOS’’, instaló una red de alta velocidad y banda ancha para así conectar a cualquier persona en cualquier lugar y en el 2015, se hizo un gran avance en el tema, ya que se instaló una red de fibra por 200 millones de dólares para introducir áreas ‘hotstop’ gratis en la ciudad.

En resumen, Singapur ha construido un gobierno conectado con los problemas sociales que trabaja por encontrar soluciones que simplifiquen la vida, que reduzcan costos y que contribuyan en el bienestar de todos a través de herramientas digitales.

EL IMPACTO DE LA PANDEMIA

Ciertamente la pandemia está cambiando por completo el mundo, su impacto en la economía, en la política y en la sociedad ha sido grande y nos obliga a cambiar y a repensar nuestros sistemas. Sin embargo, con una perspectiva global podemos observar como el mundo lleva años cambiando y trabajando por mejorar su capacidad de adaptación a situaciones de emergencia como la que vivimos.

Si bien es cierto que la pandemia les ha pagado a todos, también es cierto que a unos les va a pegar más que a otros. Hoy por hoy, al menos en Singapur, el gobierno no tiene que preocuparse por cómo tendrán que trabajar sus dependencias para que la gente pueda seguir haciendo sus trámites sin contagiarse, todo está digitalizado; mientras aquí, tenemos que pegar anuncios en el suelo para marcar la sana distancia.

En Singapur tampoco tienen que debatir sobre la falta de internet y de cómo le tendrán que hacer ciertos sectores de la población para acceder a clases en línea, ya que la red es amplia y de acceso público.

Al ver el desarrollo tecnológico de Singapur, el desarrollo ambiental y económico de Finlandia e Islandia es inevitable preguntarnos: ¿Qué están haciendo nuestros legisladores? ¿En qué estamos perdiendo el tiempo? ¿En realidad estamos subiendo a la agenda pública los temas relevantes?

Como país tenemos muchas riquezas y por lo tanto, tenemos grandes oportunidades, pero tenemos que comenzar a trabajar, tenemos que comenzar a repensar nuestro sistema de ciudad, nuestros servicios públicos y la manera en la que el gobierno interactúa con sus ciudadanos. Una vez que se hago esto, estaremos listos para comenzar el trabajo legislativo para adaptar nuestra legislación y los trabajos para construir pactos que nos permitan alcanzar un verdadero desarrollo.

La brecha de desigualdad, la inseguridad, la falta de oportunidades y la corrupción son fenómenos que debemos atender con una perspectiva global. Apostar por un modelo económico sustentable y por una nación inteligente, es apostar por las oportunidades, por el crecimiento y por el desarrollo.

Tenemos la oportunidad de cambiar nuestros servicios públicos agilizando y transparentando los trámites de licencias de construcción o permisos de cualquier otro tipo. También, tenemos la oportunidad de rediseñar nuestro sistema de justicia apostando por un modelo electrónico y disminuyendo el uso de papel, también, tenemos la oportunidad de garantizar que los programas sociales de apoyo a personas vulnerables e incluso emprendedores, puedan llegar a todos los rincones del país digitalizando los servicios y disminuyendo de esa manera los muros burocraticos.

Y en temas de oportunidades para los jóvenes, apostar por estos modelos, es apostar por los jóvenes, ya que la construcción de un gobierno inteligente, requiere de recursos humanos que estén a la altura de las exigencias del nuevo sistema. Esto significa que la formación de nuevos profesionales debe trascender.

Así se construye un verdadero estado de bienestar: con una perspectiva global de las cosas e implementando estrategias que permitan a toda la población tener no solo las mismas oportunidades sino también la posibilidad de acceder a los mismos servicios públicos que los demás.

En la teconología está el camino para disminuir la brecha de desigualdad.

JALISCO

Elección del Poder Judicial: Democracia o fachada

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

Tras meses de polarización, el 1 de junio de 2025 México elegirá, por primera vez, 881 cargos judiciales, incluyendo nueve ministros de la Suprema Corte, mediante seis boletas y sin campañas mediáticas intensas. La participación ciudadana, limitada por la complejidad del proceso y el desconocimiento general, difícilmente superará el 20 % del padrón electoral.

Morena domina el proceso, respaldando a candidatos afines, especialmente para ministros, así como para el Tribunal de Disciplina Judicial y el Tribunal Electoral, prioridades de la presidenta Claudia Sheinbaum. Mientras tanto, jueces y magistrados buscan alianzas con sindicatos y organizaciones civiles, en un proceso que despierta dudas sobre su verdadera independencia.

La elección del 1 de junio promete democratizar el Poder Judicial, pero se tambalea en un laberinto de confusión. Elegir entre 2,682 y 881 cargos mediante seis boletas por votante es una hazaña titánica. Sin financiamiento público ni respaldo partidista, las campañas son prácticamente invisibles: los y las aspirantes son poco conocidos.

El desconocimiento del rol del Poder Judicial, sumado a una educación cívica prácticamente inexistente, augura apatía. ¿Democracia o fachada? Morena apuesta por controlar la justicia, mientras los ciudadanos, desorientados, podrían quedarse al margen.

La falta de financiamiento público para campañas y la prohibición de que los partidos promuevan candidatos limitan la difusión de plataformas, lo que podría generar aún más confusión o desinterés entre los votantes.

La legitimidad del nuevo Poder Judicial Federal dependerá de la participación ciudadana en la elección del 1 de junio de 2025.

Estimaciones generales de participación

A diferencia de elecciones previas, en esta ocasión no existen encuestas específicas de opinión pública que detallen con precisión el porcentaje de participación esperado. Sin embargo, diversas fuentes ofrecen estimaciones.

Se espera una participación de entre el 8 % y el 24 % del padrón electoral (95-98 millones de votantes), según proyecciones del Instituto Nacional Electoral (INE) y de analistas independientes.

La presidenta del INE, Guadalupe Taddei, estimó una participación de entre 8 % y 15 %, considerando la reducción en el número de casillas (85,000 frente a 170,000 en 2024) y la ausencia de conteo de votos en las mismas, lo que podría desincentivar a los votantes.

Pronósticos optimistas

Morena y sus aliados proyectan hasta 20 millones de votos, equivalente al 20-21 % del padrón. Operadores políticos del partido promueven en todo el país lo que han llamado una “elección ejemplar”, aprovechando su supermayoría en la Cámara de Diputados y la popularidad de Claudia Sheinbaum (80 % de aprobación, Pew Research, febrero-marzo de 2025).

La movilización de bases, sindicatos y organizaciones afines podría acercar la participación al 20-25 %, aunque sin alcanzar los niveles de la elección presidencial de 2024 (61.05 %, es decir, 60 millones de votantes).

La consultora Poder y Estrategia, citada en redes, estima una participación del 20 %, reflejo de un escenario en el que el entusiasmo por la “democratización” judicial y el respaldo a Morena impulsen a sus votantes leales, pese a la complejidad del proceso.

Pronósticos pesimistas

Analistas independientes sugieren que la participación podría caer al 10-15 % si únicamente votan los ciudadanos más informados o movilizados, dadas el desconocimiento sobre el Poder Judicial y la falta de campañas visibles.

Algunos escenarios extremos mencionan estimaciones aún más bajas por estado (Mass Behavior Research) o incluso un 9 %, si se cumple el pronóstico de abstención del 91 % elaborado por Appting Corp. Estos reflejan un escepticismo profundo, alimentado por la desconfianza en el voto tras eventos políticos recientes y la complejidad logística del proceso.

INE y WOLA: La estimación más baja del INE (8 %) coincide con las advertencias de la Washington Office on Latin America (WOLA), que alerta sobre la confusión entre funciones judiciales y persecutorias, lo cual refuerza un escenario pesimista donde la apatía y la falta de educación cívica podrían limitar la participación a un mínimo histórico.

Según WOLA, la participación en esta elección podría situarse entre el 8 % y el 15 %, de acuerdo con su análisis del 12 de mayo de 2025. La organización destaca la complejidad de las boletas, la falta de campañas financiadas, la exclusión de personas en prisión preventiva y la ausencia de conteo en casillas como factores clave que reducirán la afluencia.

Ambos pronósticos coinciden en señalar una participación limitada, influida por la falta de educación cívica, la logística reducida y la percepción de politización del proceso. No obstante, Morena espera alcanzar un 20-25 % con su estrategia de movilización.


Reflexión final

Este 1 de junio, México enfrenta un dilema: ¿puede una elección judicial, envuelta en confusión y dominada por Morena, ser el faro de la democracia que promete? Con proyecciones de apenas 8-24 % de participación, según el INE y WOLA, el riesgo es claro: un Poder Judicial legitimado por pocos podría convertirse en un apéndice del poder político. La apatía ciudadana, alimentada por boletas laberínticas y campañas invisibles, amenaza con ceder la justicia a los designios del partido en el poder.

La historia nos juzgará por lo que hagamos —o dejemos de hacer— este domingo. Si los ciudadanos, desorientados, optan por el silencio, Morena tendrá vía libre para moldear la Suprema Corte y los tribunales a su imagen. Pero si despertamos, si exigimos claridad y participación, aún podemos rescatar la independencia judicial. El voto, aunque titánico, es nuestra última trinchera.

¿Democratización o sumisión? La respuesta está en nuestras manos.

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Beisbol

Brilla Alejandro Osuna en su debut con Rangers y semana de oro para Muñoz y Paredes

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Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //

En el diamante de las Grandes Ligas, donde los sueños se forjan a golpe de recta y batazo, dos mexicanos han izado la bandera tricolor con una semana para la historia. Del 19 al 25 de mayo de 2025, Andrés Muñoz e Isaac Paredes no solo brillaron; incendiaron el escenario con actuaciones que resuenan desde Seattle hasta Los Mochis y Hermosillo.

Pero, ¿es este fulgor un destello aislado o el amanecer de una nueva era para el béisbol azteca?

Andrés Muñoz, el sinaloense de 26 años, se ha convertido en el guardián implacable de los Marineros de Seattle. Esta semana, sumó su 17º salvamento de la temporada, consolidándose como líder de la MLB en rescates. Con una efectividad de 0.00 en 22.2 entradas y 28 ponches, su recta de 100 millas y slider quirúrgico son un martirio para los bateadores. Contra los Angels el 22 de mayo, cerró la novena con tres outs fulminantes, asegurando una victoria 3-2.

Por su parte, Isaac Paredes, el orgullo del barrio de La Mosca en Hermosillo, de 26 años, desató una tempestad ofensiva con los Astros de Houston. En una semana de ensueño, conectó cuatro jonrones, elevando su total a 11 en la temporada. Con un promedio de .285, 7 dobles, 1 triple y 31 impulsadas, Paredes es el corazón de la alineación texana. Su versatilidad en la tercera base y su ojo clínico para el pitcheo lo confirman como un All-Star en potencia.

El clímax llegó el 24 de mayo, cuando Muñoz y Paredes se enfrentaron en un duelo épico en el T-Mobile Park. Con los Marineros liderando 4-3 en la novena, Paredes enfrentó a Muñoz. Tras una recta de 98 millas, Isaac conectó una línea que Randy Arozarena atrapó, sellando el salvamento de Muñoz. Este choque, con 25,000 gargantas conteniendo el aliento, fue más que un turno al bat; fue un himno al talento mexicano, con Arozarena como testigo de un tridente azteca en el escenario mayor.

Pero no todo es euforia. Mientras Muñoz y Paredes brillan, el béisbol mexicano enfrenta sombras. La Liga Mexicana carece de reflectores, y talentos como Alejandro Kirk, con un jonrón esta semana para los Blue Jays, apenas se mencionan. ¿Por qué celebramos a unos y olvidamos a otros? La falta de apoyo estructural y la dependencia de la MLB para visibilizar a nuestros peloteros son grietas que no podemos ignorar. Muñoz y Paredes, que jugaron juntos en un mundial infantil en 2009, son excepciones forjadas en el sacrificio, no productos de un sistema.

Esta semana, México vibró con sus hazañas. Muñoz, el cerrojo indomable; Paredes, el cañonero incansable. Son más que atletas: son espejos de un país que sueña grande. Pero su brillo nos interpela: ¿cuándo construiremos un béisbol propio que no dependa de las luces de la MLB? Por ahora, celebremos. El diamante es suyo, y el orgullo, nuestro.

EL DEBUT DE ALEJANDRO OSUNA

El pasado domingo 25 de mayo de 2025, Alejandro Osuna, jardinero mexicano de 22 años, debutó en la MLB con los Texas Rangers, venciendo 5-4 a los Chicago White Sox en el Guaranteed Rate Field.

Osuna, prospecto número 7 de los Rangers, fue convocado desde Triple-A Round Rock tras la fractura de Joc Pederson el 24 de mayo. Nacido en Ahome, Sinaloa, y hermano de Roberto Osuna, firmó en 2020 por $125,000. En 2024, fue Jugador del Año de Ligas Menores de los Rangers, bateando .292 con 18 jonrones. En 2025, bateó .283 en Double-A Frisco y .259 en Triple-A, con 9 bases por bolas en 8 juegos.

En su primer turno al bat, Osuna negoció una base por bolas tras un conteo completo de 8 o 9 lanzamientos, demostrando gran disciplina en el plato, luego fue sorprendido intentando robar segunda base. En turnos posteriores, no conectó hit, pero su enfoque en el plato fue destacado como prometedor.

A la defensiva: Osuna brilló con una atrapada espectacular en el jardín izquierdo, calificada como “joya defensiva” por @Liga_Arco y “tremenda” por @MLB_Mexico. Videos compartidos en X mostraron su habilidad para cubrir terreno y hacer jugadas clave, consolidándolo como un defensor versátil.

El debut entusiasmó a México, con Excélsior celebrándolo. Comparado con Alex Verdugo por su contacto y velocidad (34 robos en 2024), Osuna es un “table-setter” para los Rangers (25-28 en la División Oeste). Su rol es incierto, posiblemente alternando en los jardines, pero podría descansar contra zurdos (.594 OPS en 2024). Scouts lo ven como futuro jardinero central si mejora su consistencia.

Junto a Andrés Muñoz (17 salvamentos) e Isaac Paredes (11 jonrones), Osuna resalta el auge mexicano en la MLB.

 

 

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JALISCO

Ecos de un viejo conflicto: Entre banquetas y autonomía, el presupuesto como arma política

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Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //

En Jalisco, el conflicto por el presupuesto universitario no es nuevo. Lo que sí ha cambiado es la escena, los personajes y, acaso, el tono. La guerra fría entre Casa Jalisco y la Universidad de Guadalajara vuelve a calentar motores, esta vez bajo la batuta del gobernador Pablo Lemus Navarro y la recién llegada rectora general Karla Planter Pérez, la primera mujer que asume el timón de la máxima casa de estudios jalisciense.

La historia, aunque adornada de discursos de buena voluntad, tiene más fondo que forma. Durante la ceremonia de toma de protesta de Planter, Lemus se desvivió en promesas de respeto, trabajo conjunto y coordinación institucional. Pero como bien sabemos quiénes hemos narrado los entretelones del poder: las palabras del político valen lo que el siguiente boletín.

Apenas semanas después de aquel acto solemne, Lemus propone —como quien sugiere pintar la fachada ajena— que parte del presupuesto de la Universidad se destine a iluminar banquetas, podar árboles, poner señalética y mejorar calles. ¿La razón? Blindar los “Senderos Seguros” para los estudiantes. Una propuesta tan cándida como impertinente. Porque más allá del ropaje técnico, lo que se plantea en el fondo es simple: que la Universidad financie tareas que le corresponden al Estado. Y eso, señoras y señores, tiene nombre y apellido: intervención indebida.

Pero la Universidad no se quedó callada, ni lo hará. No la de Guadalajara, con su vieja escuela forjada entre golpes presupuestales y roces ideológicos. La rectora Planter —con voz firme y pausada, pero con la precisión de quien ha leído la Ley Universitaria más de una vez— puso las cosas en su lugar: “La única instancia que decide y define el destino de los recursos de la Universidad de Guadalajara es el Consejo General Universitario, nadie más”. Punto.

A esa declaración se sumó un comunicado institucional -no sería la UdeG si sus liderazgos no desperdiciaran el presupuesto universitario en desplegados que nadie lee, pero que permiten a los abajo firmantes ver su nombre en el listado y sentirse destacados-, en el que se recuerda que la seguridad pública no es función de una casa de estudios.

Que no tiene facultades policiacas ni de mejoramiento urbano. Que su labor es publicar desplegados, educar, investigar y formar personas íntegras. Y que, aun así, ha invertido más de mil 089 millones de pesos en seguridad interna desde 2013, aunque no explican si eso incluye el pago de seguridad privada en instalaciones y eventos que, beneficia a un exfuncionario público.

En los hechos, lo que pretende Karla Planter es marcar límites, trazar una línea en la arena que dice: hasta aquí llega el Ejecutivo, y de aquí para adentro manda la autonomía universitaria. Y esa postura, tan necesaria para el grupo Universidad como incómoda para la rectora, parece haber irritado al gobernador, quien salió en medios a declarar que le “extraña” la molestia.

El desencuentro no es menor. Lo que se disputa no son solo luminarias o banquetas, sino el principio mismo de la autonomía universitaria frente al poder político. La historia nos ha mostrado —en Jalisco y fuera de él— que los gobernantes suelen querer rectores obedientes, no críticos; instituciones agradecidas, no independientes.

Pero los agravios se acumulan. En poco más de un mes de gestión, Planter ya ha enfrentado señalamientos sobre deudas con el SIAPA de las anteriores administraciones, tensiones por los nombramientos en los Hospitales Civiles por presentar candidatos inadecuados para los puestos y choques sobre la crisis de desapariciones, tema donde la Universidad ha sido más incisiva que el propio Ejecutivo, aunque la última manifestación frente al Palacio de Gobierno por parte de Zoé y la FEU hubiera sido una vacilada.

Hay que recordar que, con Enrique Alfaro, el pleito por el reetiquetado de recursos del Museo de Ciencias Ambientales fue el epítome de un sexenio de confrontación. Y aunque Lemus prometió no repetir esa historia, sus acciones recientes hacen pensar en lo contrario. Porque cuando un gobernador intenta dictar en qué debe gastar una universidad autónoma, está minando las bases de una convivencia democrática.

Ahora, no se trata de negar que las banquetas, luminarias o señalética sean necesarias. Pero pretender financiarlas con dinero destinado a publicar desplegados y la educación superior es torcer la ley.

El gobernador, por su parte, insiste en que no hay confrontación y que su propuesta fue malinterpretada. Invita al diálogo, mientras sus acciones indican otra cosa. Porque firmar convenios sin hablar, como ocurrió esta semana en Casa Jalisco, es el equivalente político a sonreír mientras se clava la daga.

¿Y qué sigue? A juzgar por los antecedentes, la tensión irá en aumento. Porque lo que está en juego no es sólo un presupuesto, sino un modelo de relación entre poderes. Y eso, en cualquier arena política, no puede resolverse con declaraciones suaves ni acuerdos firmados de prisa.

A los universitarios no les queda más que mantenerse firmes. Porque si algo ha demostrado la UdeG es que no se doblega fácil. Y al gobernador y sus asesores, les vendría bien recordar que la autonomía universitaria no es un favor, es un derecho. Uno que se ha ganado con décadas de lucha, no con oficios ni discursos.

Como decía el viejo refrán jurídico: “Lo que no está dentro de la ley, está fuera del presupuesto”. Y si el presupuesto universitario está en la ley, entonces su uso no debe estar en manos del capricho político.

En X @DEPACHECOS

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Tendencias

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