OPINIÓN
La crisis social que enfrentamos: Urge pacto por la democracia

Opinión, por Armando Morquecho //
Mi pasión por la escritura y la poca experiencia que hoy tengo en este ámbito me hace pensar y reflexionar mucho acerca del génesis de este gusto que he desarrollado por esta tan apasionante actividad.
He de confesarles que al inició creía que el 100% de esta afinidad por la escritura la había heredado de mi abuelo y de mi tío, quienes hicieron del periodismo y la comunicación su más grande pasión, pero después de reflexionarlo me di cuenta que no fue así en un 100% como creía, probablemente si así hubiera sido, no hubiera estudiado Derecho como mi papá y hubiera dedicado mi vida académica a las ciencias de la comunicación.
Después de un ejercicio de reflexión, el primer recuerdo que se vino a mi cabeza fue cuando estaba en la prepa y aprovechaba al máximo Facebook para escribir y dar mis opiniones sobre los temas, que en aquel entonces me generaban inquietud y cierto nivel de frustración; escribía sobre el Atlas la mayor parte del tiempo, y en algunas ocasiones y con mucha inexperiencia escribía de política, en especial de la política estudiantil que con sus famosos comités en las prepas suplantaba por completo la de las autoridades reales y administrativas de los planteles.
Gracias a ese recuerdo, logré entender que la génesis de esta afición no es solamente seguir con orgullo los pasos de mi tío o de mi abuelo, sino que el origen del gusto por esta actividad se encuentra en la pasión que sentía cuando transmitía y evidenciaba los problemas que rodeaban a mi preparatoria a través de Facebook.
Hoy, con más madurez de la que tenía hace ocho años, y con una mayor consciencia respecto a los problemas que nos rodean, he logrado regresar a los orígenes de esta pasión, encontrandole un mayor sentido y entendiendo que la escritura no solo es un espacio para hacer catarsis, sino que también puede ser un espacio para construir narrativas y para convertir las palabras en el eco de una serie de problemáticas.
El miércoles pasado, en el Blog de Legal 501 tuve la oportunidad de hablar acerca de lo importante que es regresar a los orígenes de la política, y hoy quiero hablar de un tema verdaderamente importante para nuestra sociedad: la democracia y su verdadero origen.
Hablar de democracia y participación ciudadana es fundamental en nuestra sociedad, y ciertamente, es también un deber que va más allá de votar cada tres años o de debatir sobre política durante los procesos electorales, tenemos que recordar que hablar de democracia es hablar del pilar que sostiene y fundamenta no solo nuestro sistema político, sino también nuestro sistema de justicia, nuestra idea y concepción de libertades y derechos humanos, y hasta nuestro sistema económico.
Asimismo cuando hablamos de este concepto tan importante en nuestra sociedad, es imposible desprendernos del romanticismo y no podemos dejar de mencionar un sinfín de personajes y documentos históricos, sin embargo, como probablemente jamás terminaría de citarlos, hoy me voy a enfocar en los cuatro que más han logrado atrapar mi atención: la fracción II, inciso a) del artículo 3° de nuestra Constitución y unas frases que dijeron los Presidentes de los Estados Unidos de Norteamérica número 16°, 26° y 34°: Abraham Lincoln, Theodore Roosevelt y Dwight D. Eisenhower.
Por su parte, nuestra constitución en la sección que mencioné en el párrafo anterior, establece que el criterio que orientará a la educación, además de enfocarse en el progreso científico y la lucha contra la ignorancia, tendrá que ser democrático, considerando a la democracia no solo como una estructura jurídica o un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico social y cultural.
Por otro lado, Theodore Roosevelt de una manera muy concreta dijo en algún momento que una gran democracia debe progresar o probablemente, pronto dejará de ser o grande o democracia, mientras que Dwight D. Eisenhower dijo la política, debería ser la profesión a tiempo parcial de todo ciudadano y Abraham Lincoln, en su discurso de asunción dijo que cuando el pueblo se canse de su derecho constitucional a enmendar su gobierno, entonces, ejercerá su derecho revolucionario a desarmar y derrocar a ese gobierno.
Pero ¿qué tiene que ver esto con el génesis de la democracia? Bueno, pues estas ideas y definiciones acerca de la democracia y la participación ciudadana, son reflexiones de gran valor porque dejan claro que el origen y la causa de la democracia somos nosotros, los ciudadanos, son las organizaciones que conforman la Sociedad Civil Organizada, son los partidos políticos y la colectividad en general quienes con su trabajo han fortalecido a lo largo de muchos años el valor y el significado de este ideal que le da forma a nuestra vida en sociedad.
Por ello, cuando se habla de emprender acciones para fortalecer la participación ciudadana a través de las cuales logremos proteger todo lo que representa la democracia liberal, es necesario regresar a los origenes de ésta, ya que solo así seremos capaces de entender que el primer paso para conseguirlo no está en diseñar estrategias que blinden o fortalezcan al Instituto Nacional Electoral, o en su defecto, al Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, ya que estos, son solamente una consecuencia directa del verdadero origen de todo este círculo de participación política directa e indirecta: nosotros, y si nosotros no comenzamos a cambiar, dificilmente seremos capaces de transformar una realidad institucional que se continúa deteriorando.
Ciertamente, los espacios públicos nos necesitan, enfrentamos una crisis social, política y de personas reamente compleja y esto, ha puesto en peligro el verdadero valor de la democracia, por eso, hoy más que nunca impulsar un pacto por la democracia cuyo pilar sea la participación ciudadana y la participación de los jóvenes en los espacios de toma de decisiones, no solamente es necesario, es una obligación cívica y es nuestro derecho a enmendar nuestro gobierno desde la raíz.
En la medida en la que la juventud continúe siendo apática e inactiva, se seguirán dejando espacios de opinión y liderazgo vacíos que posteriormente, serán ocupados por oportunistas que ven tanto en la política como en la democracia, un medio para alcanzar el poder per se, y no un medio de poder para transformar realidades y reivindicar narrativas.
Vivimos tiempos complejos, pero creo que, como generación, estamos a la altura de los retos que tenemos enfrente, hoy yo veo a cientos de jóvenes que como yo, trabajan por recuperar espacios que les permitan impulsar nuevas ideas que fortalezcan el valor de nuestra democracia, y es en ese esfuerzo individual y colectivo, donde se encuentran los primeros pasos para construir un pacto por la democracia.
JALISCO
La detención del alcalde de Teuchitlán

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
¿Hasta dónde llegará la Fiscalía General de la República en las acciones de denuncias y detenciones por el caso del campo de reclutamiento y entrenamiento del Rancho Izaguirre de Teuchitlán?
¿Quién seguirá después de la detención del presidente municipal de Teuchitlán, José Ascención Murguía Santiago?
¿Llegará a ex funcionarios de la Fiscalía de Jalisco? ¿Alcanzará algún funcionario importante de la administración alfarista? ¿Citarán al ex gobernador Enrique Alfaro?
Tal vez todo quede en la detención del alcalde de Teuchitlán. La hebra suele romperse por lo más delgado.
EL INFORME DE GERTZ MANERO
El informe del 29 de abril de Alejandro Gertz Manero sobre el Rancho Izaguirre en Teuchitlán parece un intento de la Fiscalía General de la República (FGR) por apagar un incendio que no deja de arder. Según el fiscal, no hay pruebas de que este lugar fuera un campo de exterminio del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Gertz Manero fue categórico en su posición: «no hay una sola prueba que acredite» que el rancho Izaguirre, localizado por madres buscadoras en Teuchitlán, Jalisco, era un sitio de cremación del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
«Tenemos ya totalmente probado que ese era un centro de reclutamiento, adiestramiento y operación del Cártel Jalisco Nueva Generación. Esto está aprobado por confesionales testimoniales documentales», aseguró en conferencia de prensa.
Al dar a conocer avances del caso en la sede de la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO), Gertz Manero aseguró que en el inmueble localizaron una pequeña vasija, con fragmentos muy pequeños de huesos de una antigüedad importante.
Y en contra partida tenemos la posición firme del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco que acusan al fiscal general de la república de “querer matar la verdad al negar la existencia de crematorios clandestinos y restos humanos calcinados en el rancho de Teuchitlán.
Y le recriminan que el fiscal desacredita su labor sin haber visitado el sitio, llamándolas “mentirosas” y causando revictimización institucional.
El colectivo afirma que existen pruebas contundentes en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF), donde se registran lotes de 17 restos óseos humanos recuperados del Rancho Izaguirre, que incluyen fragmentos de cráneos, fémur, cadera, falanges y piezas dentales, lo que consideran evidencia irrefutable que contradice la versión de Gertz Manero que únicamente encontró una vasija con restos antiguos.
Otro argumento que presentan el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco es el hallazgo de 400 prendas de vestir y otros indicios, como imágenes satelitales de la Agencia Espacial Europea que muestran concentraciones elevadas de ceniza y columnas de humo negro que son incompatibles con simples fogatas.
UN FISCAL CON ESCASA CREDIBILIDAD
Habrá que revisar lo que señalan el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, si esos 17 restos óseos humanos, que respuesta tiene la Fiscalía General de la República, así como de las 400 prendas de vestir.
La divergencia está entre las dos posiciones: era un campo de exterminio o un campo de reclutamiento y entrenamiento del crimen organizado. La Fiscalía sostiene que “no existe elemento alguno” que sustente que se tratara de un campo de cremación.
Gertz Manero explicó que los peritos de la Fiscalía analizaron tierra, piedras y materiales de construcción en las áreas donde se sospechaba actividad de cremación, sin hallar niveles de calentamiento superiores a 200°C. Ante las dudas sobre esta afirmación, la FGR solicitó a la UNAM un análisis de las pruebas recolectadas. El dictamen de la universidad confirmó que no se registraron temperaturas suficientes para incinerar cuerpos, descartando así la existencia de crematorios en el Rancho Izaguirre.
LA NARRATIVA DEL MONTAJE
La versión del montaje sobre el Rancho Izaguirre, que sugiere que las acusaciones de ser un «campo de exterminio» con hornos crematorios son exageradas o fabricadas, se sustenta en varios elementos según las investigaciones oficiales y declaraciones de autoridades, aunque estas han sido fuertemente cuestionadas por colectivos y activistas.
Recordemos que la Guardia Nacional intervino el rancho en septiembre de 2024, deteniendo a 10 personas, rescatando a dos secuestrados y encontrando un cadáver. Sin embargo, en esa primera inspección no se reportaron fosas masivas ni crematorios, lo que las autoridades usan para argumentar que los hallazgos posteriores de colectivos como Guerreros Buscadores podrían estar sobredimensionados o mal interpretados.
La Fiscalía de Jalisco, en un informe inicial, también descartó la existencia de estructuras que funcionaran como hornos crematorios, aunque confirmó el hallazgo de restos óseos calcinados, ropa, zapatos y áreas de adiestramiento táctico. Esto apoya la idea de que el rancho era un centro de entrenamiento, no un lugar de exterminio masivo, según la narrativa oficial.
La versión del montaje se basa principalmente en la narrativa oficial de la FGR y la Fiscalía de Jalisco, que minimizan los hallazgos y niegan la existencia de crematorios, enfocándose en el uso del rancho como centro de adiestramiento. Sin embargo, las pruebas presentadas por los colectivos, la alteración de la escena y el contexto de impunidad en la región sugieren que esta narrativa podría ser un intento de encubrir la magnitud del horror. La falta de transparencia y las contradicciones entre las autoridades y los buscadores alimentan la desconfianza, dejando más preguntas que respuestas sobre lo que realmente ocurrió en el Rancho Izaguirre.
Podemos anticipar que la credibilidad la tiene el colectivo Guerreros Buscadores, en cambio Gertz Manero tiene una imagen altamente deteriorada, propiciado por los escándalos en los que se ha visto involucrado, tiene una imagen muy deteriorada.
EL FONDO DE LA TRAGEDIA
Más allá de la disputa, el problema de fondo sigue sin resolverse: las desapariciones en Jalisco y México no se detienen. ¿Cuántos campos como el Rancho Izaguirre existen? ¿Cómo se engancha a los jóvenes en las redes del crimen? La “verdad histórica” de Gertz Manero no responde a estas preguntas, ni frena el dolor de miles de familias. Mientras las autoridades minimizan los horrores, las madres buscadoras, con su valentía, nos recuerdan que la justicia sigue siendo una deuda histórica. ¿Hasta cuándo seguiremos sin tocar fondo?
NACIONALES
El choque Sheinbaum-Zedillo: Pisarse la cola

Desde los Campos del Poder, por Benjamín Mora Gómez //
Claudia Sheinbaum ha evidenciado que su mente fría ante las amenazas arancelarias de Donald Trump es más retórica que esencia de su carácter al responder con enojo a las críticas de Ernesto Zedillo a los gobiernos y leyes emanados desde Morena y los impulsos de Andrés Manuel López Obrador. La verdadera Claudia Sheinbaum ha explotado.
Ernesto Zedillo escribió sobre lo que millones de mexicanos calificamos como peligros contra la democracia y nuestras libertades políticas, económicas, sociales y de acceso a la información. Zedillo no dijo nada que no hubiésemos leído en otros artículos o escuchado en otras voces; pero nadie antes lo dijo como expresidente.
La presidente Sheinbaum se puso guantes de boxeo sin antes prepararse y medir los alcances de subirse al cuadrilátero. Me recordó a los pleitos entre niños de kínder: “Mi papá es bombero y mojará al tuyo”. Quizá, buscando asustar a Ernesto Zedillo, Claudia Sheinbaum amenazó con abrir el caso Fobaproa. ¡Uy qué miedo! Dijera Chico Che.
Zedillo le acepta el reto y pide investigar los grandes desfalcos y obras sin sentido del gobierno del presidente Andrés Manuel “El Peje” López Obrador. Los congresistas aliados de Morena se subieron al pleito y tomaron al Fobaproa como letra de presión política; estos señores y señoras olvidaron que en derecho hay prescripción.
Aristóteles dijo: “El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice”; tal parece que los morenistas metidos al pleito, incluida la señora Sheinbaum, dicen muchas cosas sin pensar ni mirar sus consecuencias. En alguna parte de ellos no conectan sus cerebros con sus lenguas; éstas su sujetan a sus hígados.
En el Fobaproa estuvieron involucrados diputados y funcionarios públicos, del tiempo de Zedillo, que hoy están en Morena, y fueron salvados empresarios que hoy se declaran pro-Sheinbaum, como lo es Altagracia Gómez, hija de Raymundo Gómez Flores de Minsa. Altagracia es millonaria gracias a los rescates financieros de Zedillo a don Raymundo.
Me decía mi padre que con la lengua se tropiezan aquellos, hombres y mujeres, con pocas neuronas haciendo bien su trabajo intelectual.
Claudia Sheinbaum parecía de mente fría hasta que se topó con algo inesperado y se sintió obligada a responder de botepronto a un artículo que pudo ignorar y esperar a que el tiempo lo enterrase. Demostró que a sus mañaneras les hace falta serenidad y le sobran arrebatos y mentiras.
Es mentira que a las palabras se las lleva el viento; se quedan en nuestras mentes, y hoy se guardan en los archivos de los medios de comunicación. Las palabras de Claudia Sheinbaum no la nutren y si envenenan. Aun no se abren las carpetas del Fobaproa y ya ensucian a los suyos. Claudia Sheinbaum olvidó que el PRI, viejo y corrupto, hoy está en Morena.
El silencio es el mejor regalo que nos poder dar pues hay palabras que maldicen a quién las pronuncia. En política, antes de hablar, hay que preguntarse si es prudente, necesario e inevitable. A Claudia se le olvidó esta regla elemental; tampoco meditó en quienes, de los suyos, pronto podrían ser dañados. Por ello, quienes apoyaron y fueron beneficiados por el Fobaproa, hoy le revolotean, enojados y muy preocupados.
Por razones de edad, hoy, a la inmensa mayoría de los mexicanos no le dice nada el Fobaproa y si el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, la terminal aérea Felipe Ángeles, Segalmex, la macro farmacia, la casa gris, el huachicol en buques tanque, Mexicana de Aviación vuelta a quebrar… ¡Vaya torpeza! ¿Qué dirá ese pueblo mexicano, bueno y sabio, cuando conozca que los involucrados en aquel Fobaproa que aun todos pagamos, hoy son la cúpula de Morena y responsables de los nuevos desfalcos a la nación?
Quizá la oposición, desdibujada hasta hace unos días, hoy se sienta agradecida con la presidente Sheinbaum. Veamos si lo aprovechan. Cuentan de aquel que se decía rapidísimo en matemáticas y que aceptaría cualquier prueba.
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Alguien que estaba cerca le preguntó: ¿Cuándo es 4 por 25?
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Aquel, ufano, le respondió: 73.5.
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¡Falso! son 100.
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El del mal cálculo le aclaró: ¡Dije que era rapidísimo, mas no prometí exactitud!
Algo así sucede con la presidente de las neo mañanera. No nos prometió ser brillante ni veraz, solo que cada mañana nos hablaría de sus ocurrencias.
Como presidente, Claudia Sheinbaum debiera planificar mejor su futuro de gobierno. A Peña Nieto le costó caro la casa blanca de su esposa Angélica Rivera y los crímenes de Ayotzinapa, y de ellos podría haber sido no culpable. Al gobierno del segundo piso de la 4T podría costarle caro el pleito de la presidente con alguien que ya no era enemigo.
Sé que la presidente no es mujer de fe y si mujer que se mofa de nuestra Guadalupana, pero le recomiendo que, al despertar, pedir a Dios le indique qué decir, mostrarle cuándo decirlo y enseñarle cómo decirlo. De inicio lo dirá de mala gana y sin convencimiento, pero cuándo vea que Dios le escucha, quizá cambie. Luego, pedir a Dios que le muestre cómo gobernar bien y para el bien. Esto nos es urgente como pueblo y nación. Aún está a tiempo de ser mejor.
JALISCO
Caso Teuchitlán: El rancho del silencio y el alcalde que decía no temer

Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
El problema con la podredumbre es que rara vez avisa. Huele a tiempo pasado, a complicidad curtida, a pactos hechos entre cafés tibios y palmadas en la espalda. En Teuchitlán, ese pequeño municipio jalisciense de no más de 10 mil almas, la peste salió de un rancho: Izaguirre. Pero la hediondez, ahora nos dicen, ya había contaminado el palacio municipal.
La detención fue discreta y, para algunos, sorprendente. Su nombre es José Ascención Murguía Santiago, dos veces alcalde, dos veces investido por la confianza de Movimiento Ciudadano. Cayó un sábado, como los operativos que buscan el eco en la prensa del lunes.
Cayó por obra de la Agencia de Investigación Criminal de la FGR, trasladado a la capital del país por su presunta vinculación con la operación criminal del CJNG en el Rancho Izaguirre. Delitos: delincuencia organizada y abuso de autoridad.
Ahora, “Chon” es un nombre más en la lista de los que, con el escudo del servicio público en la solapa, nos dicen que terminaron sirviendo al crimen.
Pero lo que cayó el sábado no fue solo un alcalde. Cayó la simulación, el cuento de la «tranquilidad» en los pueblos de Jalisco, esa paz de ataúdes y pactos.
El titular de la FGR, Alejandro Gertz Manero, fue claro el 30 de abril: desde 2021 se sabía lo que pasaba en ese rancho. Reclutamiento, adiestramiento y ejecuciones. Las autoridades locales lo sabían, pero callaron. La Fiscalía de Jalisco lo aseguró en septiembre de 2024, pero después simplemente…se olvidó.
En marzo de este año, un grupo de madres buscadoras lo reabrió. Hallaron ropa, credenciales, huellas de un infierno. Ahí estaban las pruebas que la institución, con todos sus peritos y facultades, no pudo ver.
Y Murguía, el mismo que dijo en entrevista a Canal 13 que andaba sin escolta, que la gente lo conocía y confiaba en él, que estaba dispuesto a ser investigado, se volvió testigo de su propia caída. «Pues que me investiguen», dijo. Y lo hicieron. Y lo hallaron.
El alcalde aseguró no saber nada del rancho. «Es una zona muy alejada», dijo. «Nunca me enteré». Es curioso cómo la ignorancia se vuelve estrategia cuando la verdad comienza a cercar. Teuchitlán no es una megápolis. Es un municipio donde cuatro mil personas viven en la cabecera, donde todo se sabe.
Desde marzo, el Secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, ya había ventilado el modus operandi: falsas ofertas de empleo para enganchar a jóvenes, promesas de salarios de hasta 12 mil pesos semanales, adoctrinamiento criminal. Y cuando alguien se oponía, el castigo era inmediato: tortura, desaparición, muerte.
Gracias a la captura de José Gregorio Lastra Armida, alias «El Comandante Lastra», se supo de la cadena completa de reclutamiento. Una cadena que pasaba por el Rancho Izaguirre y por los silencios del poder local.
Junto con el alcalde, hay al menos catorce detenidos más. Policías municipales de Tala y Teuchitlán, incluyendo un excomisario, acusados de desapariciones forzadas y participación en el mismo esquema de reclutamiento.
La Fiscalía estatal justificó su omisión alegando que el rancho era demasiado grande. Que no se podía procesar todo. Como si la ley tuviera límites topográficos. Como si la justicia se rindiera ante el metraje.
Murguía es parte de la estructura de MC. No es un actor marginal. Dos veces alcalde, dos veces cobijado por las siglas naranjas. Y el partido calla. Ni un posicionamiento, ni una aclaración. La estrategia es el silencio, como si la vergüenza se resolviera con amnesia pública.
El problema no es solo Murguía. Es la tolerancia institucional al poder criminal. Es la normalización del terror como parte de la gobernabilidad. En Teuchitlán, gobernaba un alcalde que hablaba de transparencia mientras un cártel entrenaba sicarios a la vuelta del camino.
No es la primera vez que un municipio pequeño se vuelve epicentro del horror. Pero lo de Teuchitlán es simbólico. Ahí se junta todo: el abandono institucional, la corrupción policiaca, el oportunismo partidista, la simulación ministerial.
El rancho Izaguirre es más que un predio. Es el monumento al fracaso del Estado. Y Murguía, su administrador.
La caída de Murguía no resuelve nada si no se arranca la red entera. Porque el crimen organizado no se instala en un pueblo sin permiso, sin cómplices, sin acuerdos. Porque un rancho no se vuelve cuartel de adiestramiento sin ojos que miren hacia otro lado. Porque un alcalde no cae solo.
Y porque, al final, si el poder no se limpia de fondo, habrá más Teuchitlán. Más ranchos. Más presidentes municipales con cara de inocencia y manos manchadas.
La pregunta no es por qué lo detuvieron. La pregunta es: ¿por qué tardaron tanto?
En X @DEPACHECOS
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