OPINIÓN
La transición vertiginosa a una política digital: Reconstrucción, el reto para el 2024

Opinión no pedida, por Armando Morquecho //
Después del fuerte golpe que sufrieron muchos partidos políticos en las elecciones del 2018, muchos creían que este debacle sería la oportunidad perfecta para que los pocos espacios de representación obtenidos se usaran para construir una oposición crítica y constructiva que fuera capaz de desarrollar, de la mano de sus respectivos partidos, un proyecto político renovado que puediera reivindicar narrativas.
Lamentablemente para los partidos, del 2018 a la fecha mucho ha pasado, y la oposición, ha tenido que dejar en la congeladora esta misión de reconstrucción por muchas razones.
Primero, la condición humana ha jugado un factor en contra de los partidos políticos, que desde el 2018 no ha logrado encontrar un punto de estabilidad, ya que lo que comenzó meses antes de las elecciones, como una ola de renuncias, hoy se ha convertido en un tsunami que sigue arrasando con sus estructuras, demostrando así que este problema no fue solamente algo coyuntural, sino que es un fenómeno con raíces ideológicas ya que es cada vez más frecuente ver cómo un gran número de políticos utilizan a los partidos para continuar con un proyecto de alcanzar el poder per se, sin proyectos, sin ideologías y sin causas.
Pero probablemente uno de los factores que más afectó a los partidos fue la pandemia, ya que este fenómeno sanitario cambió la dinámica de prácticamente todas las actividades profesiones, sociales, culturales, académicas, y obviamente, también las actividades políticas.
La pandemia generada por el SARS-Cov-2, impulsó lo que yo considero uno de los cambios modernos y tecnológicos más bruscos de nuestra historia, ya que de la noche a la mañana un gran número de personas que apenas comenzaban a adaptarse a las nuevas tecnologías, se vieron obligadas a atender juntas online, a dar clases online y a desahogar conferencias y/o ponencias online, a través de una plataforma desconocida por muchos.
Asimismo, la pandemia cambió por completo nuestros hábitos sociales, ya que ahora, cualquier reunión presencial tiene un cierto grado de riesgo que pone en peligro la vida no solo de nosotros, sino también de nuestros seres queridos, obligando así a que la transición digital no se limitará únicamente a lo profesional, sino también a lo social, y en su defecto, a lo político.
Ahora, para muchos, puede que hablar de transicionar a una política digital sea un gran avance, ya que a través de Zoom, Facebook, Twitter e Instagram no solo puedes llegar a más personas, sino que puedes seleccionar las colonias y los rangos de edad a los que quieres dirigir un mensaje, pero claro, esto no es un gran avance para todos, ya que para muchos partidos ha sido un reto bastante grande debido a que sus estructuras, sus discursos y sus mecanismos de operación política están estancados en las herramientas del pasado, que si bien es cierto, aun no son obsoletas, también es cierto que hoy, en el contexto de una pandemia que ha costado la vida de 200 mil personas, no son viables.
Aunado a lo anterior, también ha significado un reto para algunos partidos por cuestiones de infraestructura, cuestiones económicas y de capital humano, ya que para los comités de los partidos y sus militantes en algunos municipios, hablar de llevar a cabo su labor política a través de medios digitales no es tan sencillo como parece, ya que la realidad del estado de Jalisco y obviamente, la realidad de México, va más allá de la realidad de zonas como Andares, la Condesa o San Pedro.
Estos han sido algunos de los fenómenos que han dificultado los procesos de renovación y reconstrucción de muchos partidos políticos que hoy llegan a las campañas con mucha improvisación y con trabajo que simplemente no logró penetrar en una sociedad que hoy en día, además de exigir nuevas formas de hacer política, exige también soluciones a problemas sociales para los que muchos partidos políticos, no están listos para enfrentar.
Es así, que tal y como lo mencioné en la columna en la que hablo acerca de la leyenda de Ícaro, este 2021 será un proceso para depurar pero no solo partidos del sistema, sino también, será un proceso para depurar estructuras, discursos, proyectos y al mismo tiempo, este proceso electoral puede ser el inicio de un verdadero proceso de transformación política para los partidos en todos y cada uno de los sentidos.
Sin embargo, no será sencillo, ya que este proceso de transformación va más allá de una transición digital que facilite las formas de hacer política y que permita innovar en el medio, de la misma manera, el proceso de transformación obliga a los jóvenes que forman parte de las instituciones políticas con más historia de México, a que se planteen muy seriamente las siguientes preguntas: ¿Qué partido quieren? ¿Qué partido necesitan? ¿Qué partido necesita la sociedad? y la más importante: ¿Cómo se puede transformar una institución que carga con un pasado oscuro?
Cuando hablamos de reconstrucción, no basta con agregar la palabra a todos los discursos que pronuncian los candidatos o los dirigentes, cuando hablamos de reconstruir, se necesita entender que implica un proceso a través del cual se suman esfuerzos para levantar aquello que ha sido deteriorado o dañado y también, se debe entender que la reconstrucción implica un proceso de autocrítica e introspección que permita recordar y tener presentes todos y cada uno de los hechos que han afectado a las instituciones políticas que se encargan de fortalecer tanto los valores democráticos de nuestro país, como nuestro sistema de participación ciudadana.
Por ello, la clave para lograr abordar los retos políticos del 2021-2024, la militancia juvenil, irreverente, disruptiva, accionaria y revolucionaria de los partidos políticos que hoy necesitan reconstruirse, tendrá que abordar este trabajo con mucha madurez tanto personal como política, sobre todo, porque deberán entender que el primer paso para iniciar con una verdadera reconstrucción es aceptar y asimilar que su institución está dañada y que sus cimientos son débiles, por no decir, que estos han desaparecido.
Posteriormente, y para cerrar la pinza, la juventud tendrá que entender que la clave para la reconstrucción no siempre está en la calle, sino que también, está en la literatura y en los grandes pensadores de nuestra era.
En virtud de lo anterior, quiero despedir esta columna con una reflexión de Yuval Noah Harari, que si no me equivoco, ya he compartido con anterioridad, solo que está vez, me parece muy ad hoc a los retos que están por venir.
A la hora de tomar las decisiones más importantes en la historia de la vida, yo personalmente confiaría más en quienes admitan su ignorancia, que en los que proclamen su infalibilidad. Si alguien quiere que su religión, su ideología o su visión de la vida guíen el mundo, la primera pregunta que le haría sería: ‘’ ¿Cuál es el mayor error que tu religión, tu ideología o tu visión de la vida han cometido? ¿En que se equivocaron?‘’. Si no es capaz de contestarme algo serio, yo, al menos, con confiaría en él.
JALISCO
Consejos para la jubilación

Opinión, por Arturo Pérez Díaz //
Cumplir 55 años no solo marca un nuevo capítulo en la vida, también enciende una alerta: es momento de pensar con seriedad en el retiro. Muchas personas posponen esta reflexión, confiadas en que aún hay tiempo.
Sin embargo, el marco legal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), establece requisitos que no se cumplen de la noche a la mañana y que, de no gestionarse oportunamente, pueden traducirse en la pérdida de derechos adquiridos durante toda una vida laboral.
Acorde al Consejo Nacional de Población (CONAPO), hasta el año 2024 el 12.3% de la población total del estado eran personas adultas mayores de 60 años o más, lo que equivale a 1 millón 085 mil 609 habitantes.
Así de grande es el problema de las jubilaciones en Jalisco, que en la mayoría de los casos se concibe como problema, dado que reciben pagos mensuales de miseria, en caso de que todo adulto de este grupo de edad haya logrado una jubilación.
Para entender el tema hay que revisar el artículo 138 de la Ley del Seguro Social, que indica requisitos para obtener una jubilación: para la pensión por vejez se necesitan 65 años de edad y al menos 500 semanas cotizadas (diez años de trabajo formal). Pero también existe la opción de cesantía en edad avanzada, disponible de 60 a 64 años de edad, si se cuenta con las mismas semanas cotizadas y ya no se tiene trabajo remunerado.
Aun así, ningún beneficio es automático: hay que solicitarlos y acreditar los requisitos ante el IMSS, lo cual puede ser confuso para muchos, además de que toma tiempo.
La decisión de pensionarse debe ser estratégica y no dejarla al tiempo porque equivale al olvido. Dejar pasar los años sin revisar cotizaciones, sin confirmar la situación laboral, sin conocer los montos aproximados de cesantía o jubilación por vejez, puede poner en riesgo no solo la pensión, sino también las asignaciones familiares, ayuda asistencial y servicios médicos a los que se tiene derecho (arts. 137 y 145).
Por ello, quienes cumplen 55 años deben comenzar ya el proceso de revisión de jubilación, analizando: semanas cotizadas, modalidades de retiro, documentación, trámites y requisitos ante el IMSS. Ser omiso y no hacerlo a tiempo puede llevar a perder beneficios irrecuperables. La vejez no llega de golpe, pero cuando lo hace, no perdona la omisión. Es mejor prevenir que lamentar.
Toda una vida de trabajo puede llevar el riesgo de jubilarse con montos injustos de 9 mil quinientos pesos mensuales. Sin embargo, la mayoría de la gente debería saber que hay opciones de incrementar las jubilaciones hasta montos mayores de 80 mil pesos, mediante una estrategia legal acorde a la propia ley del IMSS.
Una pensión justa es aquella que brinda los medios adecuados para pagar los servicios de salud, alimentación y cuidado del jubilado, pero muchas personas adultas no lograron una pensión, y los que sí tuvieron derecho recibieron pensiones de hambre.
Muestra de ello es que, a pesar de tener edad de retiro, la gente sigue trabajando. Así lo demuestra el INEGI, a través de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Según resultados del primer trimestre de 2024, el 19.5% de la población de 65 años y más en Jalisco era económicamente activa, es decir, 182 mil 375 personas; de las cuales 64.2% (117,108) eran hombres y 35.8% (65,267) mujeres. Destaca que, el cien por ciento de las personas adultas mayores económicamente activas se encontraba ocupado.
Una jubilación justa se debe empezar a trabajar a los 55 años de edad, en las próximas colaboraciones expondremos las estrategias para lograr pensiones mayores a lo que le tiene programado el IMSS a quienes caminan ya rumbo al sexto piso.
Lograr una vejez tranquila, sin tener necesidad de seguir trabajando hasta una edad muy avanzada, es posible, pero hay que informarse de los derechos laborales y de las prestaciones.
El mayor problema es el de personas que tienen más de 50 años de edad y hoy laboran sin seguridad social, sin los beneficios de una AFORE, INFONAVIT y sobre todo sin cotizar para una jubilación, que con una adecuada información, toda esta gente estaría a tiempo de rescatar una jubilación digna. La informalidad provoca daños en el futuro de los trabajadores, porque, llegado el tiempo, vivirán una vejez sin protección social, sin dinero.
La gente debería saber que existen mecanismos legales para regularizar su situación en cualquier giro laboral, logrando la protección del IMSS con servicios médicos, cirugías y medicamentos en el presente y una pensión para el futuro.
Algunos ejemplos de incorporación al IMSS son los trabajos domésticos, en donde miles de mujeres trabajan para un patrón que no les brinda hasta hoy la afiliación al seguro social que puede realizarse de una forma sencilla. Otro caso son los trabajadores de aplicaciones móviles como Uber y Didi, que a partir de junio de este año ya se deben inscribir por ley al IMSS.
También existen trabajadores independientes de alto nivel, como los dentistas, que siempre por tradición han sido independientes y no tienen patrón que los incorpore al seguro social. Para ellos también existen modalidades de afiliación al IMSS, y aunque muchos creen que la población de escasa formación es la víctima de la injusticia de las jubilaciones, esto no es así, también profesionistas están descobijados en su futuro laboral.
Si toda persona inscrita en el IMSS, que tiene ahora más de 55 años de edad y que pertenece a la Ley 73, se preocupara hoy por informarse, estaría a tiempo de evitar una jubilación injusta con montos bajos que empobrecen a los jubilados.
A la población que pertenece a la ley 73 del IMSS, le asiste la ley con varios beneficios que, sin embargo, no son ejercidos por ignorancia. El mayor beneficio es poder continuar cotizando para una jubilación a pesar de que se hayan quedado sin empleo, y por su edad, ya nadie quiso brindarles empleo formal.
El beneficio se conoce como continuación voluntaria, con lo que, al contribuir directamente y pagar su afiliación, podrán asegurar su retiro aun cuando se hayan quedado sin patrón y un empleo formal. Pero, adicionalmente, tienen el derecho de enriquecer su cotización, elevando el salario base, lo cual repercute en una pensión que puede ser en 2025 superior a 80 mil pesos mensuales.
Es tiempo de prepararse para el futuro y no dejarlo al día a día, el tiempo y el futuro están más cerca de lo que parece, infórmese.
E-mail: amper61@hotmail.com
Arturo Pérez Díaz es periodista independiente, ha sido docente de política, opinión pública y mercadotecnia política, así como asesor profesional de comunicación pública.
NACIONALES
Grupo Salinas y la erosión de la justicia fiscal

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
La posibilidad de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) falle a favor de Grupo Salinas, eximiendo al conglomerado de Ricardo Salinas Pliego de pagar más de 74 mil millones de pesos en impuestos, trasciende un simple revés fiscal: representa un agravio directo al pueblo de México.
Esta cifra colosal, que supera el presupuesto anual de 25 estados y el financiamiento de programas sociales esenciales como salud y educación, pone en evidencia una verdad incómoda: el poder económico puede doblegar las instituciones diseñadas para velar por el interés colectivo. En un país donde las desigualdades persisten, este caso no es solo un debate legal, sino un reflejo de cómo las élites financieras influyen en la democracia y erosionan la confianza ciudadana.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha calificado un fallo favorable como “la injusticia llevada a la máxima expresión”, y su afirmación encuentra eco en los números. Con 74 mil millones de pesos se podrían construir hospitales como el Agustín O’Horán en Mérida, cuyo costo estimado es de 3 mil millones, financiar el programa de apoyo a mujeres de 60 a 64 años, con un presupuesto de 54 mil millones, o sostener la beca universal para estudiantes de secundaria, beneficiando a millones de jóvenes.
Estos recursos representan una oportunidad perdida para mejorar la calidad de vida de las mayorías, en contraste con el accionar de Grupo Salinas. Este conglomerado, que incluye gigantes como Elektra y TV Azteca, ha acumulado 32 litigios fiscales durante 16 años, retrasando desde 2008 el pago de impuestos que, según la Procuraduría Fiscal, debió saldarse. ¿Es esto justicia o un privilegio camuflado tras tecnicismos legales que solo los poderosos pueden costear?
El trasfondo de esta situación revela una relación alarmante entre el poder económico y el judicial. Durante casi dos décadas, Grupo Salinas ha empleado estrategias como amparos y maniobras dilatorias para evadir sus obligaciones fiscales, una práctica que ha escalado hasta llegar a la SCJN.
Reportes sugieren que ministros como Luis María Aguilar Morales han retrasado resoluciones, dejando expedientes congelados por meses, lo que alimenta sospechas de influencias indebidas. Este problema no es un fenómeno aislado ni reciente; tiene raíces en las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, cuando el emporio comenzó a litigar para eludir impuestos, acumulando una deuda que hoy alcanza niveles escandalosos.
La pregunta se impone: ¿quién protege los intereses de la nación cuando las instituciones ceden ante la presión de unos pocos magnates? La respuesta parece diluirse en un sistema donde la balanza de la justicia se inclina hacia quienes pueden pagar por su defensa.
Sheinbaum ha vinculado las críticas de TV Azteca —un brazo mediático de Grupo Salinas— contra la reforma judicial y su gobierno con un interés claro: preservar un sistema que permita a corporativos evadir responsabilidades fiscales. Este señalamiento no puede tomarse a la ligera. La cadena ha intensificado su narrativa en contra de las iniciativas del Ejecutivo, lo que refuerza la percepción de un conflicto de intereses.
Un fallo favorable a Grupo Salinas no solo legitimaría una deuda impaga, sino que enviaría un mensaje devastador: en México, la justicia se doblega ante quienes tienen los recursos para litigar eternamente, mientras el pueblo carga con las consecuencias económicas y sociales. Este precedente podría abrir la puerta a más empresas para seguir el mismo camino, agravando la erosión fiscal y la desigualdad.
Estos excesos del poder económico, respaldados por complicidades en el ámbito judicial, justifican la urgente necesidad de reformar el sistema. Millones de mexicanos, sin los recursos ni el acceso a un ejército de abogados como el de Salinas Pliego, quedan desprotegidos frente a un sistema que favorece a las élites.
A nivel local, la situación no es distinta. En Jalisco y otras entidades, se han documentado casos de jueces coludidos con funcionarios políticos para reprimir a ciudadanos que denuncian corruptelas, utilizando su autoridad para aplastar voces disidentes. Algunos de estos actores judiciales incluso buscaron el voto popular para perpetuarse en el poder, pero su pasado de complicidad ha sido expuesto, desmantelando su fachada de imparcialidad.
La reforma judicial propuesta por el gobierno actual busca romper con este ciclo de impunidad. Sin embargo, su éxito dependerá de la voluntad política y de la presión ciudadana para garantizar que los nuevos mecanismos no sean cooptados por los mismos intereses que hoy se cuestionan. Se espera que esta nueva etapa trace un horizonte donde la justicia sea verdaderamente igualitaria, sin distinción de clases ni influencias económicas.
En México y Jalisco, urge un sistema renovado donde el poder político y el económico no dicten el rumbo de la justicia, sino que esta responda a los principios de equidad y transparencia.
Este debate sigue vigente, reflejando las tensiones entre poder político y el económico, y el papel que el poder judicial ha asumido en un país en transformación. La ciudadanía debe mantenerse vigilante, exigiendo que la SCJN actúe con integridad y que las reformas prometidas se traduzcan en un sistema judicial que sirva a todos, no solo a unos pocos. Solo así se podrá cerrar el capítulo de los “juegos del poder” y abrir uno donde la justicia fiscal sea un pilar de la democracia mexicana.
JALISCO
Uribe y su circunstancia

De Frente al Poder, por Óscar Ábrego //
Hay cuatro asignaturas en la agenda de Guadalajara que están fastidiando al gobierno de Movimiento Ciudadano: Inseguridad, agua, movilidad y basura.
En todas las evaluaciones brotan esos temas de manera consistente.
Personalmente creo que Verónica Delgadillo hace –como puede y con lo que tiene- un esfuerzo que merece un alto reconocimiento.
Y aunque no tenemos condiciones para afirmar que su labor pinta para lograr la postulación naranja con miras a nuestro próximo encuentro con las urnas, lo cierto es que nadie puede negar que le pone seriedad y esfuerzo a su función como presidenta.
En un contexto así, a Morena se le presenta una oportunidad única para conquistar el triunfo en menos de dos años.
Hay cartas con nombre y apellido en la baraja guinda.
Cito algunos con verdaderas posibilidades de alcanzar la nominación:
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Merilyn Gómez Pozos, presidenta de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara Federal de Diputados.
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Claudia Delgadillo González, ex diputada federal y ex candidata al gobierno del Estado.
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Carlos Lomelí Bolaños, ex candidato al gobierno de Jalisco y actual senador de la República.
Sin embargo debemos colocar en la primera línea a quien ya ha sido alcalde, Alberto Uribe.
Hombre de las confianzas de Marcelo Ebrard, es titular de la Dirección General de Contenido Nacional y Fomento en el Sector Energético y Coordinador del Corredor del Bienestar del Pacífico (Jalisco, Michoacán, Colima y Nayarit) de la Secretaría de Economía, posición que lo coloca en inmejorables condiciones para vincularse con sectores estratégicos que si bien no definen una elección, sí inciden en ella.
Por una extraña razón, distinguidos opinantes se resisten a suponer que a Uribe Camacho le aguarda un futuro prometedor en la escena electoral.
Yo difiero. Lo conozco, y si alguien sabe sortear el oleaje del impredecible e implacable mar de la política, es Alberto.
Por eso, para aquellos que sostienen que la historia sobre la designación de la candidatura de Morena rumbo a la alcaldía tapatía ya se escribió, vale la pena recordarles esa máxima que dice que en la política, como en la vida misma, la circunstancia lo es todo.
En X: @DeFrentealPoder
*Óscar Ábrego es empresario, consultor en los sectores público y privado, activista, escritor y analista político.
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