OPINIÓN
Notables en política, derechos humanos y arquitectura: Reconocimientos reveladores a Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez, Miguel Concha y Gabriel Chávez

Opinión, por Pedro Vargas Avalos //
Recientemente se otorgaron varios reconocimientos a personajes mexicanos destacados en distintas áreas. Ellos son la economista Ifigenia Martínez Hernández, el arquitecto Fr. Gabriel Chávez de la Mora, el humanista Miguel Concha y el político Porfirio Muñoz Ledo.
A la primera, actualmente senadora de la república por el partido MORENA, pero en cuya hoja de servicios destaca que fue fundadora del PRD, importante política y economista, es egresada de la UNAM. Primera economista mexicana que obtuvo una maestría en la Universidad de Harvard. En 1950 fue cofundadora de la CEPAL. Asesora del Secretario de Educación Pública Jaime Torres Bodet. Además, ha sido varias veces diputada federal. Por tan relevantes merecimientos, se le concedió por el Senado la medalla “Belisario Domínguez”, galardón que se otorga a hombres y mujeres que, guiados por los valores de libertad, solidaridad, justicia, democracia y respeto a las libertades humanas, han actuado para contribuir en grado eminente al mejoramiento de nuestra Patria o de la humanidad.
LA MAESTRA IFIGENIA
La maestra Ifigenia (así llamada con gran afecto en todo México) ganadora de la medalla que lleva el nombre del ilustre chiapaneco que murió por luchar contra la tiranía de Huerta, recibió ese honor (correspondiente al año 2019) apenas hace unas semanas, debido a la pandemia; pero lo obtuvo porque se consideró que “representa con su persona y su trayectoria, los valores necesarios que la hacen acreedora a esta medalla, por su férrea defensa de los derechos humanos y su lucha por la igualdad de derechos, además que con su ejemplo nos convoca para que las mexicanas y mexicanos sigamos construyendo un México mejor para todos”. Ella tiene ya 91 años de edad y sigue colaborando para el bien de los mexicanos.
En su mensaje, doña Ifigenia, entre otras cosas dijo que “La democratización de la vida pública del país debe significar el respeto pleno a la democracia representativa y a sus instituciones”; manifestó su apoyo a la reforma en materia eléctrica y calificó al presidente de la república como cabeza de un gobierno “democrático de izquierda transformadora”.
ARQUITECTO GABRIEL CHÁVEZ
Por lo que ve al arquitecto Gabriel Chávez de la Mora, a quien se le entregó el premio nacional de arquitectura 2020, es tapatío, hijo del notable historiador sobre temas de Guadalajara, Dr. Arturo Chávez Hayhoe. Tiene en la actualidad 92 años de edad, y al leerse el 9 de diciembre reciente, en Palacio Nacional, parte de sus méritos, se expresó que “La selección del premio proviene de un ejercicio democrático e impecable, donde únicamente pueden ser propuestos y seleccionados profesionistas ampliamente destacados y reconocidos con una trayectoria de excepción”, conforme el estatuto de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México, organización gremial que data de 1868, por lo que es la primera en América Latina; era presidente de nuestro país el Benemérito Benito Juárez.
Según el notable Octavio Paz, la arquitectura es el testigo insobornable de la historia. Bajo ese concepto, el gobierno de la República honró a través de la más antigua organización profesional del gremio de los Ingenieros y Arquitectos de México, propuesto por la Academia Nacional de Arquitectura, “a un hombre heredero de la mística tradicional medieval y del espíritu renacentista y comprometido con sus raíces prehispánicas y profundamente mexicanas: Gabriel Chávez de la Mora”. A él, se deben “grandes aportaciones artísticas, culturales y sociales, no sólo en edificaciones religiosas, pues ha construido escuelas y recintos culturales para la educación, atendiendo comunidades de niños y jóvenes de escasos recursos y en donde además se ha desempeñado como un reconocido artista en el campo de la pintura, la escultura y el grabado. Su conocimiento de las disciplinas técnicas y humanísticas trasciende su profesión, pues también es un filósofo que en su creatividad intelectual y material entiende a las mujeres y a los hombres para satisfacer sus necesidades de espacio para habitar poniendo su capacidad al servicio integral de la sociedad”. No cabe duda de que este jalisciense es un excepcional ejemplo de conocimiento, entrega y mística al servicio de sus connacionales.
Cuando agradeció el homenaje, pidió al presidente López Obrador que “robustezca, los presupuestos destinados a las entidades que velan por la protección, restauro, reconstrucción o mantenimiento de tantos edificios del amplio patrimonio cultural de nuestra historia, edificios que han sufrido afectaciones por el tiempo, los años, el clima, la naturaleza y hasta por los sismos”.
PORFIRIO MUÑOZ LEDO
El tercer personaje de que nos ocupamos en este desfile de laureados, es el licenciado Porfirio Muñoz Ledo (PML), nacido en la Ciudad de México en 1933. En su currícula se puede ver que es político, diplomático, columnista de periódicos y organizador de agrupaciones con carga ideológico-política. En cuanto a su militancia de partidos, a partir de 1954 fue priísta, hasta llegar a presidir dicho instituto de 1975 a 1976. Luego jefaturó la SEP (1976-1977) con López Portillo, pero con Luis Echeverría se había desempeñado como Secretario del Trabajo (1972-1975). En el ritual del tricolor, fue considerado precandidato presidencial en 1976, cuando él mismo confiesa que Echeverría le dijo que su casa era muy pequeña, y Porfirio dice: “En ese instante creí que el dedo me había iluminado. Y compré el terreno de atrás”; pero el afortunado del dedo fue José López Portillo. En la sucesión de éste (1982), también fue visto como serio aspirante a presidente, pero finalmente salió avante Miguel de la Madrid. Fungió como representante de México en la ONU, presidió el Consejo de Seguridad y fue integrante de la UNESCO.
En 1986 fue uno de los intelectuales que dirigió la Corriente Democrática, misma que se escindió del PRI, colaborador en el Frente Democrático Nacional que postuló a Cuauhtémoc Cárdenas, y finalmente es cofundador del PRD, con Cuauhtémoc y la maestra Ifigenia Martínez. Senador en 1988 por el perredismo, en 1991 fue candidato a la gubernatura de Guanajuato invocando la gran falacia de los “derechos de sangre”, pues no reunía los requisitos para abanderar a la oposición y aspirar a gobernador; se dice que entonces acordó algunos aspectos con Vicente Fox. De 1993 a 1996 fue líder (presidente) del PRD, entregando la dirigencia a Andrés Manuel López Obrador.
En 1999, siempre queriendo ser el número uno donde militara, sostuvo gran contienda interna en el PRD para ser candidato a la presidencia, frente a Cuauhtémoc Cárdenas (CC), a quien acusó de caudillismo (en mayo 24 del año siguiente lo llamó cobarde histórico). Habiendo salido avante el michoacano Cárdenas, el 25 de agosto aceptó Muñoz Ledo, ser candidato presidencial del PARM (Partido Auténtico de la Revolución Mexicana). Encabezaba un grupo llamado Nueva República, con el cual Muñoz Ledo buscaba una alianza nacional opositora, que desde luego pretendía liderar.
Empero, en vez de competir internamente, siguió atacando a CC: este es “candidato más auditable que debatible”. Y lo acusó de tener más fortuna que todos los candidatos presidenciales juntos. (El Informador. 20 dic.1999) Entonces renunció al PRD (9 de diciembre) y se declaró diputado “Independiente”. El comentarista local Francisco Baruqui Michel, escribió: PML, tiene experiencia y saber, pero “No tiene credibilidad”, antes del debate de candidatos del 25 de abril de 2000, y luego afirma, “quedó como simple acompañante”, pues decepcionó. Otro periodista (Ricardo Medina) anotó que, “fue la decepción: Grandilocuente, no elocuente, casi leyó todo lo que expresó”.
El sábado 13 de mayo de 2000, el PARM realizó una asamblea que acordó sustituir a PML como candidato. Este acusó de malos manejos a la dirigencia, y Carlos Guzmán Pérez (presidente del Partido) señalo que pedirían cuentas a Muñoz sobre los 13.5 millones que le entregaron para su campaña. La causa de denunciarlo fue por agravio al partido, daño a su imagen y búsqueda de apoyo de autoridades para ir contra el partido. Presentada la denuncia ante la PGR, la ratificó el 22 de mayo. Sin importarle a Muñoz Ledo eso, el 23 de mayo anunció que creó con Fox un bloque “para actuar juntos ¡tope donde tope!” y después firmó un acuerdo “Convergencia” y dijo que estudiaba como hacer que sus votos contaran por Fox.
Unos versos de Anflopo, en El Informador del 26 de mayo dicen: “La postura de Porfirio/me recuerda al camaleón,/que se cambia de color/de acuerdo a la situación.” El lunes 12 de junio, en Guadalajara, el líder del PARM (Guzmán Pérez) dijo que PML “es un traidor: traicionó a sus propios principios y a los de nuestro partido…pasará a la historia bajo la figura del gran traidor.” El 13 de junio en la UAM Xochimilco, en conferencia que dictó sobre el gobierno de Zedillo, los estudiantes lo acusaron de traidor por aliarse a Fox. El miércoles 14 de junio anunció su renuncia de candidato del PARM, a favor de Fox, a quien elogió, y este le dio un nombramiento de Coordinador para la Transición, dentro de su campaña.
Para el analista Ángel Trejo (22 mayo 2000) PML: “proyecta una imagen de truculencia, mentira y traición”, pues decía, que ya lleva tres militancias en sus 40 años de político. Y eso que todavía se afiliaría al PT años después, para pasar enseguida a Morena, donde asegura que aún milita.
En marzo de 2000 se le preguntó si se sumaría PML a FOX, y contestó Muñoz: “primero hablamos de un proyecto y luego vemos”. Sin embargo, el 11 de junio en un mitin panista en ciudad de México, dijo: “Esta transición ya se coció, pero hay que sazonarla y que servirla.” Marcos Arana, respetable periodista y escritor jalisciense, escribió el 20 de junio: PML como presidente del PRI “manejo la elección de Nayarit en la que hizo ganar a Flores Curiel y perder a Gascón Mercado”, dando como premio una senaduría a Jorge Cruickshank, del PPS. Y agrega Marcos: PML “olvidó su papel preponderante en el echeverrismo y en los cargos de gobierno dentro y fuera del país, que le otorgaron los presidentes priístas Echeverría, López Portillo y De la Madrid.” (Ni más ni menos, 20 jun. 2000). Y remató nuestro tonalteca recientemente fallecido: Muñoz Ledo “Tiene proclividad a cambiar de partido como cambiar de corbata”.
Pasadas las elecciones del 2 de julio, formó parte del equipo de transición de Fox; con ese motivo Ángel Trejo lo denominó “demócrata o burócrata de nómina”. En este gobierno fue Representante de México ante la Unión Europea.
Y así continuó el señor Muñoz Ledo, en busca de puestos y siempre criticando hasta a sus amigos o compañeros, sino se pliegan a sus ambiciones. Como diputado de MORENA, fue premiado con la presidencia de la Cámara de Diputados, y al término de su período intentó ser reelecto de manera irregular, por lo que dimitió al final de cuentas a tal aspiración. Pero poco a poco se convirtió en el más acervo impugnador del gobierno de la Cuarta T, y aún más cuando no pudo ser nominado de nuevo como diputado plurinominal. Asimismo, se enfrascó con Mario Delgado en una contienda por dirigir a MORENA, y por todos los medios buscó obstruir el triunfo de su adversario, lo cual no lo pudo evitar. Con ese motivo intensificó sus críticas a los morenistas y al gobierno, incluyendo a veces al propio presidente AMLO.
Por lo anterior es que no sorprendió que el hábil Dante Delgado, dueño-dirigente de Movimiento Ciudadano (MC), lo reconociera “en un acto en el que, además, le entregaron la medalla Benito Juárez por su contribución a la democratización de México y por ser un referente de la socialdemocracia. Nada habría de extraño si no fuera porque Muñoz Ledo milita en las filas de Morena, todavía”. (Carmen Morán Breña, El País, 6-dic.2021). Y allí mismo, llamó “zocalazo” al gran mitin que convocó el presidente de la república el uno de este mes, organizado porque según Muñoz, AMLO “siente el vacío del abandono del poder”; además pronosticó que, en dos años, el “Gobierno actual se desgajará”. Ahora, PML aceptó ser flamante colaborador de MC. Quizás sea su siguiente partido, conforme su habilidad de cambio.
PADRE MIGUEL CONCHA
Finalmente, diremos que los Periodistas de México, reconocieron al jalisciense Miguel Concha, por su gran labor en pro de los derechos humanos, como baluarte de la libertad de expresión y del derecho a la información. Este dominico colaborador de La Jornada, es cofundador y presidente del Centro de Derechos Humanos “Fray Francisco de Vitoria, O.P.”, y ha encabezado distintos consejos y asociaciones de ese rubro en México como el Consejo de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos.
Generoso, sapiente, amable y a la par entusiasta ciudadano, Don Miguel Concha contribuye a diario y sin descanso, para enaltecer a la libertad y consolidar la democracia mexicana. Es un enorme ciudadano que honra a sus compatriotas.
Usted amable lector, saque conclusiones sobre el reconocimiento a estos cuatro compatriotas, sus merecimientos y lo revelador de cada galardón que han recibido.
JALISCO
Un comienzo con luces y sombras de Lemus en tragedia de desaparecidos

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
La crisis de desapariciones en México, y particularmente en Jalisco, es una herida abierta que refleja la descomposición del tejido social y la incapacidad del Estado para garantizar la seguridad y la justicia con gobernantes que han evadido su responsabilidad, minimizando el grave problema.
La llegada de Pablo Lemus al Gobierno de Jalisco despierta una mezcla de esperanza y escepticismo en un estado que carga con la vergüenza de ser líder nacional en desapariciones, con más de 15,000 personas perdidas en las sombras.
Lemus ha dado pasos iniciales que, al menos en el discurso, reconocen la gravedad del problema, algo que su predecesor, Enrique Alfaro, evitó con frases desafortunadas que culpaban a las víctimas, culpando a los medios de magnificar el problema.
La creación de la Secretaría de Inteligencia y Búsqueda de Personas Desaparecidas, aprobada en octubre de 2024 y jefaturada por Edna Montoya Sánchez, es una señal de intenciones. Promete centralizar esfuerzos, integrar tecnología forense y coordinarse con colectivos de buscadores, como Guerreros Buscadores de Jalisco. Reuniones con líderes como Indira Navarro, quien ha encontrado más fosas que muchas fiscalías, muestran una apertura que contrasta con el cerco de la administración anterior.
Sin embargo, las promesas no son nuevas. En 2018, Alfaro también anunció una “estrategia integral” que nunca llegó a puerto. La secretaría de Lemus, aunque bien intencionada, nace con dudas: el presupuesto de 65 millones 200 mil pesos se ve muy bajo si se trata de enfrentar y buscar solución al principal problema de Jalisco.
¿Evitará la burocracia que asfixia a la Comisión de Búsqueda? El anuncio de mesas de trabajo con la Universidad de Guadalajara y la FEU es positivo, pero suena a eco de iniciativas pasadas que se diluyeron en foros sin impacto.
Más preocupante es la falta de claridad sobre cómo enfrentará a la criminalidad tan poderosa en la entidad. Su respaldo a la investigación federal sobre el campo de entrenamiento y supuesto crematorio en el Izaguirre Ranch de Teuchitlán en marzo de 2025 sugiere disposición a colaborar con la Federación, pero delegar responsabilidades no basta en un estado donde la complicidad local es un secreto a voces.
Recursos, pero con condiciones
Jalisco no es cualquier estado. Con un presupuesto de 174 mil millones de pesos en 2024 y una economía pujante, Lemus tiene los medios para marcar una diferencia, pero solo si los usa con audacia. Puede transformar la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas, hoy un elefante blanco, con investigadores capacitados y libres de nexos con el crimen.
Puede invertir en un Centro Regional de Identificación Humana, como el de Coahuila, para procesar los restos de las más de 1,000 fosas clandestinas halladas en el estado desde 2018. Puede, también, liderar un esfuerzo legislativo que garantice derechos a las familias de los desaparecidos, desde permisos laborales hasta fondos de reparación, algo que estados como Chihuahua han implementado con éxito.
Un plan sin excusas
Si Pablo quiere ser recordado como el gobernador que enfrentó la crisis de desaparecidos, debe actuar con medidas concretas y medibles, no con discursos. Primero, dotar a la Secretaría de Inteligencia y Búsqueda de al menos 500 millones de pesos anuales, suficientes para contratar forenses, analistas de inteligencia y equipo de geolocalización. Esta secretaría debe rendir cuentas trimestrales, con metas claras: localizar 1,000 personas vivas o restos identificados en dos años. Los colectivos, que han hecho el trabajo del Estado, deben tener un asiento permanente en su consejo asesor, no solo reuniones protocolarias.
Auditar la Fiscalía Estatal y la Comisión de Búsqueda. Casos como el de Teuchitlán, donde colectivos hallaron restos ignorados por las autoridades, son una bofetada a la confianza ciudadana. Depurar a funcionarios corruptos o negligentes es impostergable.
Crear un fondo estatal de 100 millones de pesos para las familias de los desaparecidos, cubriendo asistencia psicológica, legal y económica, como lo pidió Blanca Yolanda, cuyo caso sigue sin respuesta desde 2024.
Las buscadoras, como Indira Navarro, necesitan escoltas en zonas de riesgo, tras episodios como la emboscada de Tlajomulco en 2023 que dejó seis policías muertos. Quinto, impulsar una campaña estatal que use estadios, escuelas y medios para educar y movilizar. Los Charros de Jalisco podrían dedicar juegos a las víctimas, y los artistas locales, como Alejandro Fernández, podrían sumarse a un mensaje de unidad.
El papel de la sociedad
La sociedad también tiene un rol. He visto cómo la indiferencia ciudadana perpetúa estas tragedias. Lemus debe convocar a los jaliscienses a romper el silencio, denunciando anónimamente fosas o apoyando a colectivos. Pero no puede cargar solo con la responsabilidad: la Comisión Estatal de Derechos Humanos, que dirige Luz del Carmen Godínez, designada en los tiempos del gobernador Enrique Alfaro, que ha sido tibia en el tema de los desaparecidos, debe asumir una actitud responsable y comprometida con las víctimas y un rol más protagónico, ya que se requiere su voz a favor de la justicia y poner un alto a esta tragedia que tanto dolor ha ocasionado entre las familias jaliscienses.
Pablo tiene mucho por hacer y sin duda este tema de los desaparecidos es su principal desafío: si logra resolverlo pasará a la historia como el mejor gobernador de los nuevos tiempos, un gobernador comprometido y responsable. Eso es lo que anhelan los jaliscienses, que hable menos y actúe con más determinación, con metas y resultados tangibles y medibles.
JALISCO
Simulación vestida de protocolo: Los balcones del poder y la tragedia de los desaparecidos

Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
Nada más ridículo, nada más infame, que la simulación vestida de protocolo. El jueves 10 de abril, mientras 20 rostros de estudiantes desaparecidos clamaban justicia desde las fichas pegadas en los muros del centro de Guadalajara, el equipo de comunicación del gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, montó su propio espectáculo desde el balcón del Palacio de Gobierno. No fue un acto de Estado. Fue un montaje. Un burdo teatro de crisis con telón de fondo, luces naturales y actores de reparto con cargo académico.
Allí estaban: la rectora general de la Universidad de Guadalajara, Karla Planter Pérez; la presidenta de la Federación de Estudiantes Universitarios, Zoé García Romero; y el secretario general universitario, César Barba Delgadillo. Todos ellos en fila, al sol, como si el guion les exigiera mostrar compromiso a base de insolación y sonrisa. Abajo, el dolor; arriba, la pose.
La escena no fue casual, fue deliberada. Y como suele ocurrir con las puestas en escena del poder, el tiempo fue el mejor cómplice. La cita originalmente pactada entre la rectora y el gobernador se iba a realizar en Casa Jalisco a las 11:30. Pero –¡oh divina coincidencia! – el encuentro se trasladó a Palacio de Gobierno a las 13:00 horas: justo cuando los estudiantes y familiares, con lágrimas y pancartas, tenían planeada su concentración frente al mismo edificio… ¡pura coincidencia!
¿Quién cree en coincidencias en política? Nadie con tres neuronas activas. Lo que vimos no fue la interrupción de una reunión para atender una protesta, sino la escenificación planeada de una falsa atención.
Lemus salió al balcón solo después de que los gritos desde la plaza lo obligaran. “¡gobernador, escúchanos, por favor!”, “¡somos estudiantes, no somos delincuentes!”, clamaban. Pero Lemus no se bajó a la plaza. En cambio, montó una mesa de trabajo a cielo abierto, en pleno balcón, como si los rayos del sol purificaran la hipocresía. ¿A quién carajos se le ocurrió ese patético espectáculo?
¿Y qué resultó de ese bochornoso espectáculo? La promesa de que habrá mesas de trabajo. Que habrá información. Que habrá coordinación con los tres niveles de gobierno. Palabrería hueca, reciclada de las promesas que no han impedido que Jalisco sea epicentro nacional de desapariciones. Que lo diga Teuchitlán. Que lo griten las familias que ya no duermen, que buscan en fosas y hospitales, en redes sociales y servicios forenses sobrepasados de cuerpos.
Lo más triste no fue Lemus. Fue ver a la rectora Karla Planter, a la dirigente estudiantil Zoé García y al secretario César Barba prestarse para semejante pantomima. ¿Qué hace una rectora sentada en un balcón mientras sus estudiantes exigen respuestas desde la calle? ¿A quién representa una líder estudiantil que se deja retratar como ornamento de la simulación institucional? ¿Dónde está la autonomía universitaria si el rectorado y su representación estudiantil se convierten en comparsa del Ejecutivo?
Planter, en un tuit posterior, habló de “coincidencias”. García Romero no cuestionó el cambio de sede ni de hora. Barba, en silencio. Y mientras tanto, la FEU difundía en sus redes: “¡Nos faltan estudiantes!”. ¿Nos faltan? Sí. Pero también nos sobran funcionarios indiferentes y dirigentes estudiantiles obedientes.
Los manifestantes pedían justicia, no una sesión de fotos. Exigían presencia del Estado, no una escena grotesca de conciliación ficticia. Lemus, experto en manejar el escaparate político, hizo lo que mejor sabe: montarse en una crisis para aprovechar una oportunidad. Nada nuevo. Así gobernó Zapopan. Así deslumbró en Guadalajara. Así inaugura su sexenio en Jalisco: entre cortinas, cámaras y balcones.
El mensaje no fue para las familias. Fue para los likes, para los reels, para los medios. Lo que logró el equipo de comunicación del gobierno de Jalisco fue una producción de redes sociales disfrazada de política pública. Una respuesta oportunista a una crisis estructural.
Pero lo más ofensivo fue que todo ocurrió unos días antes de Semana Santa, cuando los estudiantes están de vacaciones, cuando las escuelas están cerradas, cuando los pasillos universitarios están vacíos.
Este es el fondo del problema: mientras el dolor se expresa con marchas, el poder responde con puestas en escena. Mientras los familiares pegan fichas de búsqueda, el equipo de comunicación del gobernador pega frases hechas. Mientras se juega con el sufrimiento ajeno, se manipula a los medios con imágenes producidas desde Casa Jalisco.
Y no se engañen. Esto no es un error de cálculo, ni una falla de protocolo. Es estrategia. Es una narrativa de control que busca normalizar el horror con mesas, actas, sillas al sol y comunicados institucionales.
Pero hay cosas que no se maquillan. La ausencia de 20 estudiantes no se borra con videos. La responsabilidad del Estado no se elude con balconazos. La dignidad de una universidad pública no se entrega por un lugar en la escenografía oficial, olvidando que el líder moral del Grupo Universidad prefirió morir antes que claudicar… precisamente aprovechando las vísperas de una Semana Santa.
La gran pregunta que queda es: ¿hasta dónde están dispuestos los actores universitarios a prestarse al juego del Ejecutivo? Porque hoy, frente a todo Jalisco, su papel no fue el de contrapeso, sino el de patiños. Y si ese será el tono de los próximos seis años, entonces el guion está claro: los balcones seguirán llenos de sonrisas vacías, mientras las calles se llenan de nombres, rostros y ausencias.
Y ahí sí, ni con todos los reflectores del mundo podrán ocultar el vacío.
En X @DEPACHECOS
NACIONALES
Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.
Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.
Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.
Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.
Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.
La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.
El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.
Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.
Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.
Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.
Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.
Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.
Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.
Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.
A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.
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