OPINIÓN
¿Se avecinan cambios en la red del pajarito? Elon Musk, su nuevo socio mayoritario: ¿Twitter socaba la democracia?

Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
El pasado 26 de marzo el influyente y multimillonario Elon Musk escribió en su cuenta de Twitter… “reconociendo que Twitter sirve como una plaza pública de facto, el no respetar los principios de libertad de expresión, fundamentalmente socavan la democracia”.
Días antes había escrito “…la libertad de expresión es esencial para la democracia…” al tiempo que consultaba en su cuenta de Twitter si esa plataforma se adhería firmemente a esos principios de libertad de expresión como fundamentos de la democracia. A dicha pregunta abierta sus seguidores respondieron contundentemente: 70% dijeron que no y mientras que un 30% respondieron por la afirmativa.
Con esa idea, el pasado lunes se anunció que el también dueño de Tesla y de SpaceX había adquirido casi el 10% de la plataforma en cuestión, con lo que se convertía en su accionista mayoritario y también parte del consejo de administración de esa empresa.
EL TOQUE DE ELON MIDAS
Con dinero cualquiera es exitoso decía yo a mis amigos. El que logra el éxito económico a partir de un modesto capital o de incluso, sólo sus propias capacidades físicas, ese sí es un fregón. Pero uno debe reconocer que Elon Musk no es cualquiera. Ha habido muchos hombres con el título de “el más rico del mundo” pero no todos son genios o tan dedicados. El pasado lunes cuando se dio a conocer que el empresario sería el socio mayoritario de Twitter, las acciones de dicha empresa crecieron en un solo día más del 27%. Así las cosas, el viernes antepasado la empresa tenía un valor de poco menos de $32 mil millones de dólares, para el cierre del lunes pasado ya había logrado una valoración superior a los $40 mil millones de dólares.
Elon ha iniciado de inmediato con proyectos para la modernización de la plataforma, en especial para retomar la idea del libre flujo de ideas, que fue la piedra fundamental que en un principio desarrolló dicha red social, pero que poco a poco se convirtió en una herramienta para políticos que al lograr cautivar a los directivos de la empresa también lograban controlar el flujo de información, en particular en el codiciado mercado político-social de los EUA.
Musk tiene a 80 millones de seguidores en Twitter, lo que lo coloca en el lugar 6 del ranking mundial de usuarios con más seguidores por debajo de Barack Obama, Justin Bieber, Katy Perry, Christian Ronando, Robyn Rihanna, empatado con Ariana Grande y apenas por debajo de lo que era la cuenta de Donald Trump.
La lista de los más poderosos en Twitter nos da una idea de lo atractivo que es para un país el ser líder en dicha plataforma, por ejemplo de los diez personajes con más seguidores en el mundo, siete son de ciudadanía norteamericana, un canadiense, un portugués.
@elonmusk ha desarrollado varias de las empresas que hoy se pueden considerar del futuro. Tesla fue la primera empresa en construir y comercializar de manera exitosa autos eléctricos fundada en julio 1º de 2003, Musk era uno de los socios inversionistas, Space X fundada por Musk en el 2002 con el objeto de comercializar y colonizar el espacio y la menos conocida pero con mucho futuro llamada Neuralink que fue fundada en marzo 17 del 2017 enfocada en diseñar, fabricar e instalar implantes con interface cerebral para manipular, ampliar o modular funciones biológicas y biomecánicas en el cuerpo humano.
Pero el origen de la fortuna Musk fue la empresa de pagos electrónicos llamada PayPal que se fundó en el año 2000 siendo un gran éxito al ser utilizada principalmente por eBay para los pagos de las mercancías en línea.
EL PODER DE LA RED
En el mundo moderno, la mayoría de los seres humanos se nutren de información procedente de las llamadas redes sociales. Podemos decir que hoy por hoy Twitter es la más influyente. Ejemplos sobran. Pero para ser más claros durante los cuatro años de Trump en la Casa Blanca se investigó una supuesta colusión entre la campaña del magnate y Rusia, al final las investigaciones concluyeron que tal colusión nunca existió y que todo fue parte de una campaña de desinformación creada por el equipo de la candidata Hillary Clinton. Pero los miles de mensajes y de datos que de una forma u otra dieron forma al gobierno de Trump fluyeron por Twitter al grado que durante la campaña presidencial de Trump se decía que sin Twitter él nunca hubiese ganado y esto puede ser verdad tan lo puede ser que en la campaña del 2020 los directivos de Twitter casi todos aliados al Partido Demócrata de los EUA decidieron suspender la cuenta del entonces presidente de EUA. Más allá de lo justificado o no de la medida, el resultado fue que Trump ya no tuvo ese acceso instantáneo sin edición o filtro que le permitía llegar a sus seguidores o a sus adversarios motivando a unos y enloqueciendo a otros.
En Estados Unidos hay 76.9 millones de usuarios de Twitter mientras que en México hay más de 13 millones. Facebook sigue siendo el rey en números de cuentas pero el dinamismo de Twitter solo es rivalizado por Tik Tok.
El poder de Twitter es la razón por la que Musk decidió comprar en lugar de formar una nueva empresa para competir en ese mercado. Ahora se dice que Musk es un racista, machista y todo lo demás, porque los manejaban Twitter incluido su fundador Jack Dorsey habían aplicado una política de censura selectiva en contra de los que no opinaban como ellos.
Así se creó la política que hoy conocemos de cuentas suspendidas y de los mensajes borrados o bloqueados con información que se decía era falsa. Pero para muestras un botón. El mismo día que Musk compró la mayoría simple de acciones de Twitter, se pudo leer sin censura alguna el mensaje de un usuario –Jackson Mulholland-, quien decía ser empleado de la empresa y que se rehusaba a trabajar con Musk porque él cambiaría las políticas de usuarios insinuando que ahora Elon dejaría vulnerables a los usuarios por evitar que se sancionase a bullies, a los mentirosos, etc. En ese sentido -decía el supuesto empleado-, he decidido presentar mi renuncia porque no puedo trabajar con alguien como Elon Musk. Lo irónico es que ese mensaje que se difundió y retwitteó a más de 125 mil cuentas en unas cuantas horas, resultó ser falso, así es, era parte de una serie de mensajes escritos por una persona que no era empleado de Twitter y por ende era “fake news” pero la empresa no se dio cuenta o no quiso hacerlo, permitiendo la difamación del nuevo socio por días. ¿Error, coincidencia o tendencia ideológica de los empleados encargados de la fiscalización de los mensajes en dicha red?
Es evidente que los llamados expertos o árbitros de la información, no están al tanto ni de quién trabaja en su empresa, mucho menos podrían estar al tanto de la veracidad o no de toda la información del mundo.
Otro ejemplo de los errores de los llamados árbitros de la red fue la que llevó a Twitter en el 2020 a suspender las cuentas del periódico New York Post cuando éste publicó en medio de la campaña presidencial en los EUA. La razón por la que se suspendió la cuenta del prestigiado medio fue porque en la portada de ese día de octubre se daba a conocer una historia de probable corrupción, drogadicción, posible pederastia y abuso de poder del Sr. Hunter Biden, hijo del entonces candidato a presidente de EUA Joe Biden. Durante semanas se dijo que esa información era falsa y parte de una campaña rusa de desinformación con el fin de interferir en las elecciones de ese país para ayudar a Trump. Hoy a más de un año y medio de distancia los periódicos que en ese entonces siguieron el bloqueo de Twitter y negaron la veracidad de esa información han iniciado la difusión de esa misma información re-clasificando la misma como verdadera, es decir era real, Twitter dijo que era falsa y todos aceptaron lo que la plataforma decía a pesar de que ahora se sabe que era verdad y que por ende Twitter mintió.
De cualquier modo, “cuando el rio suena es que agua lleva” dice el refrán, por ello el CEO de Twitter Parag Agrawal y Elon Musk han acordado hacer en fecha próxima, una reunión de preguntas y respuestas abiertas con sus trabajadores para saber cuáles son las inquietudes de los empleados y de los directivos. No olvidemos que durante una época –no siempre fue así-, los encargados de reclutar personal en dicha empresa, se enfocaron en buscar no sólo en que los trabajadores fuesen eficaces sino que también buscaron a individuos con un perfil ideológico lo que poco a poco moldeó para bien o para mal las políticas de la plataforma.
EL OBJETIVO DE MUSK EN TWITTER
Se dice que Elon impulsará cambios en la plataforma para permitir el libre flujo de información al mismo tiempo que realizará encuestas en tiempo real para saber las preferencias de los usuarios en la red sin tener que contratar a expertos encuestadores que le digan lo que él puede preguntar directamente a sus clientes.
Por lo pronto, él ha logrado subir los valores de las acciones y seguramente podrá recuperar algo de la neutralidad política que obliga a las empresas de redes sociales. Recordemos que esas redes que son empresas privadas, gozan de algo que se conoce como inmunidad procesal por la modificación o la emisión del contenido de sus páginas. La condición de esa inmunidad es que sean una plaza pública no un medio con legítimos intereses para modificar o para inclinar el contenido en sus comentarios. Es decir, un periódico o una televisora pueden ser demandados por difamación o por discriminación si sus directivos deciden modificar o no publicar algún mensaje o si al publicarlo utilizan información falsa. Facebook, Twitter y esas plataformas gozan de inmunidad porque se supone que son neutrales.
La veracidad de la información no estriba en su popularidad, por eso si en Twitter se dice algo que no nos gusta uno puede responder o ignorar, pero Twitter no debiese tener el poder de decidir si lo que alguien dice vale la pena de ser dicho o de ser escuchado, eso debe ser determinado por leyes y por el libre mercado de las ideas en las que la gente debe ser libre a decidir lo que quiere o no escuchar, después de todo nadie lo obliga a uno a ser seguidor de otra persona en la “red”.
En Twitter se han respetado mensajes de los líderes de Irán en los que se dice que debe darse muerte a Israel, pero se han sancionado y borrado cuentas de individuos que dicen que la vacuna de Covid19 les cayó mal o que a pesar de estar vacunados les dio covid19. Se ha permitido usar esas mismas redes para la promoción de grupos dedicados al tráfico y la trata de personas, pero se ha cancelado la cuenta de quienes dicen que un niño menor de 12 años no debe recibir tratamiento para cambiar de sexo sin el permiso de sus padres. En fin, al tiempo veremos qué pasa con la apuesta de Musk.
JALISCO
Un comienzo con luces y sombras de Lemus en tragedia de desaparecidos

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
La crisis de desapariciones en México, y particularmente en Jalisco, es una herida abierta que refleja la descomposición del tejido social y la incapacidad del Estado para garantizar la seguridad y la justicia con gobernantes que han evadido su responsabilidad, minimizando el grave problema.
La llegada de Pablo Lemus al Gobierno de Jalisco despierta una mezcla de esperanza y escepticismo en un estado que carga con la vergüenza de ser líder nacional en desapariciones, con más de 15,000 personas perdidas en las sombras.
Lemus ha dado pasos iniciales que, al menos en el discurso, reconocen la gravedad del problema, algo que su predecesor, Enrique Alfaro, evitó con frases desafortunadas que culpaban a las víctimas, culpando a los medios de magnificar el problema.
La creación de la Secretaría de Inteligencia y Búsqueda de Personas Desaparecidas, aprobada en octubre de 2024 y jefaturada por Edna Montoya Sánchez, es una señal de intenciones. Promete centralizar esfuerzos, integrar tecnología forense y coordinarse con colectivos de buscadores, como Guerreros Buscadores de Jalisco. Reuniones con líderes como Indira Navarro, quien ha encontrado más fosas que muchas fiscalías, muestran una apertura que contrasta con el cerco de la administración anterior.
Sin embargo, las promesas no son nuevas. En 2018, Alfaro también anunció una “estrategia integral” que nunca llegó a puerto. La secretaría de Lemus, aunque bien intencionada, nace con dudas: el presupuesto de 65 millones 200 mil pesos se ve muy bajo si se trata de enfrentar y buscar solución al principal problema de Jalisco.
¿Evitará la burocracia que asfixia a la Comisión de Búsqueda? El anuncio de mesas de trabajo con la Universidad de Guadalajara y la FEU es positivo, pero suena a eco de iniciativas pasadas que se diluyeron en foros sin impacto.
Más preocupante es la falta de claridad sobre cómo enfrentará a la criminalidad tan poderosa en la entidad. Su respaldo a la investigación federal sobre el campo de entrenamiento y supuesto crematorio en el Izaguirre Ranch de Teuchitlán en marzo de 2025 sugiere disposición a colaborar con la Federación, pero delegar responsabilidades no basta en un estado donde la complicidad local es un secreto a voces.
Recursos, pero con condiciones
Jalisco no es cualquier estado. Con un presupuesto de 174 mil millones de pesos en 2024 y una economía pujante, Lemus tiene los medios para marcar una diferencia, pero solo si los usa con audacia. Puede transformar la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas, hoy un elefante blanco, con investigadores capacitados y libres de nexos con el crimen.
Puede invertir en un Centro Regional de Identificación Humana, como el de Coahuila, para procesar los restos de las más de 1,000 fosas clandestinas halladas en el estado desde 2018. Puede, también, liderar un esfuerzo legislativo que garantice derechos a las familias de los desaparecidos, desde permisos laborales hasta fondos de reparación, algo que estados como Chihuahua han implementado con éxito.
Un plan sin excusas
Si Pablo quiere ser recordado como el gobernador que enfrentó la crisis de desaparecidos, debe actuar con medidas concretas y medibles, no con discursos. Primero, dotar a la Secretaría de Inteligencia y Búsqueda de al menos 500 millones de pesos anuales, suficientes para contratar forenses, analistas de inteligencia y equipo de geolocalización. Esta secretaría debe rendir cuentas trimestrales, con metas claras: localizar 1,000 personas vivas o restos identificados en dos años. Los colectivos, que han hecho el trabajo del Estado, deben tener un asiento permanente en su consejo asesor, no solo reuniones protocolarias.
Auditar la Fiscalía Estatal y la Comisión de Búsqueda. Casos como el de Teuchitlán, donde colectivos hallaron restos ignorados por las autoridades, son una bofetada a la confianza ciudadana. Depurar a funcionarios corruptos o negligentes es impostergable.
Crear un fondo estatal de 100 millones de pesos para las familias de los desaparecidos, cubriendo asistencia psicológica, legal y económica, como lo pidió Blanca Yolanda, cuyo caso sigue sin respuesta desde 2024.
Las buscadoras, como Indira Navarro, necesitan escoltas en zonas de riesgo, tras episodios como la emboscada de Tlajomulco en 2023 que dejó seis policías muertos. Quinto, impulsar una campaña estatal que use estadios, escuelas y medios para educar y movilizar. Los Charros de Jalisco podrían dedicar juegos a las víctimas, y los artistas locales, como Alejandro Fernández, podrían sumarse a un mensaje de unidad.
El papel de la sociedad
La sociedad también tiene un rol. He visto cómo la indiferencia ciudadana perpetúa estas tragedias. Lemus debe convocar a los jaliscienses a romper el silencio, denunciando anónimamente fosas o apoyando a colectivos. Pero no puede cargar solo con la responsabilidad: la Comisión Estatal de Derechos Humanos, que dirige Luz del Carmen Godínez, designada en los tiempos del gobernador Enrique Alfaro, que ha sido tibia en el tema de los desaparecidos, debe asumir una actitud responsable y comprometida con las víctimas y un rol más protagónico, ya que se requiere su voz a favor de la justicia y poner un alto a esta tragedia que tanto dolor ha ocasionado entre las familias jaliscienses.
Pablo tiene mucho por hacer y sin duda este tema de los desaparecidos es su principal desafío: si logra resolverlo pasará a la historia como el mejor gobernador de los nuevos tiempos, un gobernador comprometido y responsable. Eso es lo que anhelan los jaliscienses, que hable menos y actúe con más determinación, con metas y resultados tangibles y medibles.
JALISCO
Simulación vestida de protocolo: Los balcones del poder y la tragedia de los desaparecidos

Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
Nada más ridículo, nada más infame, que la simulación vestida de protocolo. El jueves 10 de abril, mientras 20 rostros de estudiantes desaparecidos clamaban justicia desde las fichas pegadas en los muros del centro de Guadalajara, el equipo de comunicación del gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, montó su propio espectáculo desde el balcón del Palacio de Gobierno. No fue un acto de Estado. Fue un montaje. Un burdo teatro de crisis con telón de fondo, luces naturales y actores de reparto con cargo académico.
Allí estaban: la rectora general de la Universidad de Guadalajara, Karla Planter Pérez; la presidenta de la Federación de Estudiantes Universitarios, Zoé García Romero; y el secretario general universitario, César Barba Delgadillo. Todos ellos en fila, al sol, como si el guion les exigiera mostrar compromiso a base de insolación y sonrisa. Abajo, el dolor; arriba, la pose.
La escena no fue casual, fue deliberada. Y como suele ocurrir con las puestas en escena del poder, el tiempo fue el mejor cómplice. La cita originalmente pactada entre la rectora y el gobernador se iba a realizar en Casa Jalisco a las 11:30. Pero –¡oh divina coincidencia! – el encuentro se trasladó a Palacio de Gobierno a las 13:00 horas: justo cuando los estudiantes y familiares, con lágrimas y pancartas, tenían planeada su concentración frente al mismo edificio… ¡pura coincidencia!
¿Quién cree en coincidencias en política? Nadie con tres neuronas activas. Lo que vimos no fue la interrupción de una reunión para atender una protesta, sino la escenificación planeada de una falsa atención.
Lemus salió al balcón solo después de que los gritos desde la plaza lo obligaran. “¡gobernador, escúchanos, por favor!”, “¡somos estudiantes, no somos delincuentes!”, clamaban. Pero Lemus no se bajó a la plaza. En cambio, montó una mesa de trabajo a cielo abierto, en pleno balcón, como si los rayos del sol purificaran la hipocresía. ¿A quién carajos se le ocurrió ese patético espectáculo?
¿Y qué resultó de ese bochornoso espectáculo? La promesa de que habrá mesas de trabajo. Que habrá información. Que habrá coordinación con los tres niveles de gobierno. Palabrería hueca, reciclada de las promesas que no han impedido que Jalisco sea epicentro nacional de desapariciones. Que lo diga Teuchitlán. Que lo griten las familias que ya no duermen, que buscan en fosas y hospitales, en redes sociales y servicios forenses sobrepasados de cuerpos.
Lo más triste no fue Lemus. Fue ver a la rectora Karla Planter, a la dirigente estudiantil Zoé García y al secretario César Barba prestarse para semejante pantomima. ¿Qué hace una rectora sentada en un balcón mientras sus estudiantes exigen respuestas desde la calle? ¿A quién representa una líder estudiantil que se deja retratar como ornamento de la simulación institucional? ¿Dónde está la autonomía universitaria si el rectorado y su representación estudiantil se convierten en comparsa del Ejecutivo?
Planter, en un tuit posterior, habló de “coincidencias”. García Romero no cuestionó el cambio de sede ni de hora. Barba, en silencio. Y mientras tanto, la FEU difundía en sus redes: “¡Nos faltan estudiantes!”. ¿Nos faltan? Sí. Pero también nos sobran funcionarios indiferentes y dirigentes estudiantiles obedientes.
Los manifestantes pedían justicia, no una sesión de fotos. Exigían presencia del Estado, no una escena grotesca de conciliación ficticia. Lemus, experto en manejar el escaparate político, hizo lo que mejor sabe: montarse en una crisis para aprovechar una oportunidad. Nada nuevo. Así gobernó Zapopan. Así deslumbró en Guadalajara. Así inaugura su sexenio en Jalisco: entre cortinas, cámaras y balcones.
El mensaje no fue para las familias. Fue para los likes, para los reels, para los medios. Lo que logró el equipo de comunicación del gobierno de Jalisco fue una producción de redes sociales disfrazada de política pública. Una respuesta oportunista a una crisis estructural.
Pero lo más ofensivo fue que todo ocurrió unos días antes de Semana Santa, cuando los estudiantes están de vacaciones, cuando las escuelas están cerradas, cuando los pasillos universitarios están vacíos.
Este es el fondo del problema: mientras el dolor se expresa con marchas, el poder responde con puestas en escena. Mientras los familiares pegan fichas de búsqueda, el equipo de comunicación del gobernador pega frases hechas. Mientras se juega con el sufrimiento ajeno, se manipula a los medios con imágenes producidas desde Casa Jalisco.
Y no se engañen. Esto no es un error de cálculo, ni una falla de protocolo. Es estrategia. Es una narrativa de control que busca normalizar el horror con mesas, actas, sillas al sol y comunicados institucionales.
Pero hay cosas que no se maquillan. La ausencia de 20 estudiantes no se borra con videos. La responsabilidad del Estado no se elude con balconazos. La dignidad de una universidad pública no se entrega por un lugar en la escenografía oficial, olvidando que el líder moral del Grupo Universidad prefirió morir antes que claudicar… precisamente aprovechando las vísperas de una Semana Santa.
La gran pregunta que queda es: ¿hasta dónde están dispuestos los actores universitarios a prestarse al juego del Ejecutivo? Porque hoy, frente a todo Jalisco, su papel no fue el de contrapeso, sino el de patiños. Y si ese será el tono de los próximos seis años, entonces el guion está claro: los balcones seguirán llenos de sonrisas vacías, mientras las calles se llenan de nombres, rostros y ausencias.
Y ahí sí, ni con todos los reflectores del mundo podrán ocultar el vacío.
En X @DEPACHECOS
NACIONALES
Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.
Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.
Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.
Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.
Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.
La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.
El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.
Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.
Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.
Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.
Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.
Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.
Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.
Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.
A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.
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