OPINIÓN
Mitos y realidades sobre la donación de órganos: «Jalisco le apuesta irracionalmente al donador vivo», Milagros Naveja

Por Mario Ávila //
En Jalisco se está apostando de una manera irracional al trasplante del donador vivo, en el caso del riñón, según lo expuso la activista social pro donador de órganos, Milagros Naveja, quien asegura que hoy día el 80% de los procedimientos se realizan con donador vivo y apenas el 20% con donador cadavérico.
Y esto no es lo ideal -dijo-, la Organización Mundial de la Salud advierte que lo ideal es la donación de muerte encefálica (cadavérica), no el donador vivo y están apostando a esto porque nadie lo hace. En los países de primer mundo las donaciones son 80% de cadáver y 20% de donador vivo y aquí es al revés y es muy peligroso porque de por sí ya tenemos un alto índice de insuficiencia renal y esa es una bomba de tiempo, ya que en lugar de ser 17 mil pacientes renales, se le pueden sumar los que vayan saliendo de donadores y en este caso de donadoras, la gran mayoría mujeres.
Es decir -abundó-, el donante tiene una alta posibilidad de convertirse en paciente porque a final de cuentas no deja de ser un órgano que cumplía con una función y habrá cuerpos que respondan bien y otros que no; porque además solo hay tratamientos y cuidados para el receptor, el donador entrega el órgano, pero ya no se le sigue cuidando, no hay tratamientos, incluso la incapacidad laboral para el donador es de solo un mes, si bien les va. Están apostándole a la donación de vivos, cuando no es lo ideal.
Incluso lamentó que extrañamente se les olvida en el Congreso del Estado, en donde la mayoría de los legisladores son mujeres, “que las cuidadoras de los enfermos en un 90% son mujeres, que además después se convierten en donadoras y a su vez tienen un alto riesgo en convertirse en pacientes.
Este planteamiento lo hizo la activista social en pro de los trasplantes de órganos, al participar en el foro “Los mitos y realidades sobre la donación de órganos”, al que asistieron profesionales de la salud y expertos en la materia con el objeto de presentar diversas propuestas para fortalecer y enriquecer la reglamentación que regula estos procesos.
Con este foro se dio comienzo al proceso de parlamento abierto mediante el que se buscará enriquecer la propuesta de reforma a la Ley de Salud en el Estado de Jalisco, planteada por el diputado Enrique Velázquez, integrante de la fracción parlamentaria de Hagamos.
Milagros Naveja, lamentó que abiertamente en la Secretaría de Salud y en el organismo estatal que tienen que ver con el trasplante de órganos, los que deberían ser expertos en el tema, están en contra de esta iniciativa.
Incluso comentó que en lo corto, tuvo discrepancias con el doctor Francisco Javier Monteón Ramos, director del Centro de Trasplantes de Órganos y Tejidos del Estado de Jalisco (CETRAJAL), “porque está en contra de esta iniciativa, al igual que la Secretaría de Salud y su argumento es porque la gente desconoce el tema de las donaciones cadavéricas”.
Yo le dije -planteó Mily Naveja-, pues qué bueno que desaparecieron el Consejo Estatal de Trasplantes de Órganos y Tejidos (CETOT) porque tú tenías 15 años manejándolo y dices que la gente no tiene conocimiento, cuando tú pudiste hacer una campaña de un año con tres anuncios a la semana, diciendo con claridad cual es la única manera de donar órganos y ahí podrías utilizar debidamente el presupuesto de 8 millones de pesos que tenían por año, o bien podías haber echado mano de los tiempos oficiales que tiene el Estado en los medios masivos de comunicación, particularmente en radio y televisión.
Recuerda Mily Naveja que el Consejo Estatal de Trasplantes de Órganos y Tejidos (CETOT), lo desaparecen en la legislatura pasada porque decían que no hacía nada, lo cual era cierto y tenía un presupuesto asignado en vano, ya que el recurso no se aplicaba. Hoy el doctor Fernando Petersen Aranguren, forma un ente nuevo llamado Centro de Trasplantes de Órganos y Tejidos del Estado de Jalisco (CETRAJAL). que es prácticamente el mismo equipo humano, incluyendo al titular, al doctor Francisco Javier Monteón Ramos, lo que significa que servirá para lo mismo que el anterior organismo.
Calificó como alarmante el grado de desconocimiento que hay de parte de los diputados y diputadas sobre el proceso de donación y procuración de órganos, “pero es mucho más alarmante que sea de parte de los directivos de la Secretaría de Salud y las demás instituciones”, sentenció.
Por ello -dijo-, la sociedad no tiene claro cómo se da la donación y la procuración de órganos y sobre todo no tienen claro que solo se procura con muerte encefálica, siguen creyendo que van a llegar y van a sacarle los órganos a la gente, y piensan que en los accidentes te van a dejar morir, si en tu licencia dice que eres donador.
Por otro lado planteó que les habla mucho en el Congreso y en la Secretaría de Salud, “que no se puede aprobar la ley por la corrupción que existe en las instituciones, entonces yo les dije que no es posible que si ellos saben en donde se encuentra la corrupción y aducen que la ley no se aprueba por ello, es muy grave y no me explico qué están haciendo los organismos de salud y qué están haciendo las autoridades si saben en dónde está la corrupción y en cómo se realiza el tráfico de órganos; es muy grave que en las mismas instituciones se diga que hay corrupción, o que piensan que hay corrupción, si tienen certeza y si lo pueden asegurar, lo que deben hacer es presentar las denuncias correspondientes y actuar, no solo decirlo”.
Refirió que uno de los argumentos de los diputados, es que hay mucho tabú religioso y no sabían a ciencia cierta cual era la postura. Ante ello lo que se dijo es que “si alguien está en contra por el tema religioso, está bien se vale según tus creencias, pero lo ideal es que salgan y díganlo”.
“Hay diputados como la doctora Ana Degollado, que llega y nos dice que acaban de aprobar un instituto de cancerología con un área de hemodiálisis… y nuestra respuesta fue, qué pena diputada que usted considere que ese sea un apoyo para nosotros, una hemodiálisis solo es un tratamiento sustitutivo a la hora que te mueras, mientras no haya trasplante. Nosotros no necesitamos hemodiálisis, necesitamos una solución de fondo por la cantidad de pacientes y porque no dimensionan el grave problema que tenemos en Jalisco de insuficiencia renal.
“La iniciativa del diputado Enrique Velázquez, de la semana pasada para que se hiciera examen general a los niños de prescolar, una medida que se tomó en Japón hace muchos años y disminuyó un 80% el problema renal, pero aquí no hay políticas públicas de salud, ni de prevención, ni de capacitación, por ejemplo no es posible que le procurador haya dicho que tienen que trabajar días y horas inhábiles… no pues perdón, porque déjame le digo a la persona que va a donar en muerte cadavérica que procuren no morir en sábado, porque tú descansas ese día”, estableció en tono de molestia por la falta de compromiso de los funcionarios públicos.
PROPONE EL DIPUTADO ENRIQUE VELÁZQUEZ EL TÉRMINO “DONACIÓN PRESUNTA”
El diputado Enrique Velázquez González, organizador del foro sobre “Los mitos y realidades sobre la donación de órganos”, al que asistieron profesionales de la salud y expertos en la materia con el objeto de presentar diversas propuestas para fortalecer y enriquecer la reglamentación que regula estos procesos, detalló que este análisis se deriva de una iniciativa que presentó para reformar la Ley de Salud, en la que plantea la necesidad de elaborar un registro de personas que no son donadores de órganos; incorpora el término “donación presunta”, que permitirá asumir que “todos son donadores a menos que manifiesten lo contrario por escrito”; pretende también, que ya no sea necesaria la autorización de terceros cuando el paciente en cuestión haya expresado en vida su voluntad de hacerlo.
En el ejercicio de parlamento abierto, la legisladora Mara Nadiezhda Robles Villaseñor, afirmó que este diálogo tiene como objetivo lograr una reglamentación que salve vidas; así como, eliminar los prejuicios que se toman como pretextos y que han impedido que se debata este tema.
Durante el evento, especialistas en el área de la salud y asociaciones civiles, abordaron temas en los que se refleja la necesidad de optimizar los programas de donación de órganos y trasplantes, a fin de beneficiar a un mayor número de pacientes; de fomentar la cultura de la donación entre la población; sobre todo, porque Jalisco ocupa el primer lugar de personas que padecen insuficiencia renal.
Coincidieron en promover la donación cadavérica por sobre la vida, para evitar que más personas sanas continúen siendo donadores y posteriormente, se conviertan en pacientes con algún problema de salud; lo ideal, afirman, es que el 75 por ciento sea de donación cadavérica, y solamente el 25 por ciento de donación viva.
Detallan que la tasa de donadores cadavéricos es baja, se pronunciaron por analizar los problemas que fragmentan el sistema de salud en lo concerniente a los donantes potenciales, dicen que se asigna el órgano al paciente en espera que depende del hospital donde se encuentra el donante y no a quien sigue en la lista de espera. Explican también, que se debe reconsiderar que las personas de 60 años son aptas para considerarse como donadores.
En el foro, Ponchito, un pequeño de seis años, comentó que está en espera un riñón, expresó su deseo de tomar agua y de acudir a la escuela; por su parte, Blanca Arreola, en representación de los pacientes que se encuentran en lista de espera, detalló que ellos no cuentan con un donador vivo que les salve la vida. También comentaron sus experiencias Katerine Tovar Bueno, Mily Naveja y Fernanda Valenzuela.
Estuvieron presentes las diputadas Ana Angelita Degollado González, presidenta de la Comisión de Higiene, Salud Pública y Prevención de las Adicciones, concordó con la propuesta de realizar un listado de los niñas y niños que requieren un trasplante para darles prioridad de atención médica; Mirelle Alejandra Montes Agredano, y los legisladores Óscar Vásquez Llamas y Abel Hernández Márquez.
JALISCO
Un comienzo con luces y sombras de Lemus en tragedia de desaparecidos

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
La crisis de desapariciones en México, y particularmente en Jalisco, es una herida abierta que refleja la descomposición del tejido social y la incapacidad del Estado para garantizar la seguridad y la justicia con gobernantes que han evadido su responsabilidad, minimizando el grave problema.
La llegada de Pablo Lemus al Gobierno de Jalisco despierta una mezcla de esperanza y escepticismo en un estado que carga con la vergüenza de ser líder nacional en desapariciones, con más de 15,000 personas perdidas en las sombras.
Lemus ha dado pasos iniciales que, al menos en el discurso, reconocen la gravedad del problema, algo que su predecesor, Enrique Alfaro, evitó con frases desafortunadas que culpaban a las víctimas, culpando a los medios de magnificar el problema.
La creación de la Secretaría de Inteligencia y Búsqueda de Personas Desaparecidas, aprobada en octubre de 2024 y jefaturada por Edna Montoya Sánchez, es una señal de intenciones. Promete centralizar esfuerzos, integrar tecnología forense y coordinarse con colectivos de buscadores, como Guerreros Buscadores de Jalisco. Reuniones con líderes como Indira Navarro, quien ha encontrado más fosas que muchas fiscalías, muestran una apertura que contrasta con el cerco de la administración anterior.
Sin embargo, las promesas no son nuevas. En 2018, Alfaro también anunció una “estrategia integral” que nunca llegó a puerto. La secretaría de Lemus, aunque bien intencionada, nace con dudas: el presupuesto de 65 millones 200 mil pesos se ve muy bajo si se trata de enfrentar y buscar solución al principal problema de Jalisco.
¿Evitará la burocracia que asfixia a la Comisión de Búsqueda? El anuncio de mesas de trabajo con la Universidad de Guadalajara y la FEU es positivo, pero suena a eco de iniciativas pasadas que se diluyeron en foros sin impacto.
Más preocupante es la falta de claridad sobre cómo enfrentará a la criminalidad tan poderosa en la entidad. Su respaldo a la investigación federal sobre el campo de entrenamiento y supuesto crematorio en el Izaguirre Ranch de Teuchitlán en marzo de 2025 sugiere disposición a colaborar con la Federación, pero delegar responsabilidades no basta en un estado donde la complicidad local es un secreto a voces.
Recursos, pero con condiciones
Jalisco no es cualquier estado. Con un presupuesto de 174 mil millones de pesos en 2024 y una economía pujante, Lemus tiene los medios para marcar una diferencia, pero solo si los usa con audacia. Puede transformar la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas, hoy un elefante blanco, con investigadores capacitados y libres de nexos con el crimen.
Puede invertir en un Centro Regional de Identificación Humana, como el de Coahuila, para procesar los restos de las más de 1,000 fosas clandestinas halladas en el estado desde 2018. Puede, también, liderar un esfuerzo legislativo que garantice derechos a las familias de los desaparecidos, desde permisos laborales hasta fondos de reparación, algo que estados como Chihuahua han implementado con éxito.
Un plan sin excusas
Si Pablo quiere ser recordado como el gobernador que enfrentó la crisis de desaparecidos, debe actuar con medidas concretas y medibles, no con discursos. Primero, dotar a la Secretaría de Inteligencia y Búsqueda de al menos 500 millones de pesos anuales, suficientes para contratar forenses, analistas de inteligencia y equipo de geolocalización. Esta secretaría debe rendir cuentas trimestrales, con metas claras: localizar 1,000 personas vivas o restos identificados en dos años. Los colectivos, que han hecho el trabajo del Estado, deben tener un asiento permanente en su consejo asesor, no solo reuniones protocolarias.
Auditar la Fiscalía Estatal y la Comisión de Búsqueda. Casos como el de Teuchitlán, donde colectivos hallaron restos ignorados por las autoridades, son una bofetada a la confianza ciudadana. Depurar a funcionarios corruptos o negligentes es impostergable.
Crear un fondo estatal de 100 millones de pesos para las familias de los desaparecidos, cubriendo asistencia psicológica, legal y económica, como lo pidió Blanca Yolanda, cuyo caso sigue sin respuesta desde 2024.
Las buscadoras, como Indira Navarro, necesitan escoltas en zonas de riesgo, tras episodios como la emboscada de Tlajomulco en 2023 que dejó seis policías muertos. Quinto, impulsar una campaña estatal que use estadios, escuelas y medios para educar y movilizar. Los Charros de Jalisco podrían dedicar juegos a las víctimas, y los artistas locales, como Alejandro Fernández, podrían sumarse a un mensaje de unidad.
El papel de la sociedad
La sociedad también tiene un rol. He visto cómo la indiferencia ciudadana perpetúa estas tragedias. Lemus debe convocar a los jaliscienses a romper el silencio, denunciando anónimamente fosas o apoyando a colectivos. Pero no puede cargar solo con la responsabilidad: la Comisión Estatal de Derechos Humanos, que dirige Luz del Carmen Godínez, designada en los tiempos del gobernador Enrique Alfaro, que ha sido tibia en el tema de los desaparecidos, debe asumir una actitud responsable y comprometida con las víctimas y un rol más protagónico, ya que se requiere su voz a favor de la justicia y poner un alto a esta tragedia que tanto dolor ha ocasionado entre las familias jaliscienses.
Pablo tiene mucho por hacer y sin duda este tema de los desaparecidos es su principal desafío: si logra resolverlo pasará a la historia como el mejor gobernador de los nuevos tiempos, un gobernador comprometido y responsable. Eso es lo que anhelan los jaliscienses, que hable menos y actúe con más determinación, con metas y resultados tangibles y medibles.
JALISCO
Simulación vestida de protocolo: Los balcones del poder y la tragedia de los desaparecidos

Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
Nada más ridículo, nada más infame, que la simulación vestida de protocolo. El jueves 10 de abril, mientras 20 rostros de estudiantes desaparecidos clamaban justicia desde las fichas pegadas en los muros del centro de Guadalajara, el equipo de comunicación del gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, montó su propio espectáculo desde el balcón del Palacio de Gobierno. No fue un acto de Estado. Fue un montaje. Un burdo teatro de crisis con telón de fondo, luces naturales y actores de reparto con cargo académico.
Allí estaban: la rectora general de la Universidad de Guadalajara, Karla Planter Pérez; la presidenta de la Federación de Estudiantes Universitarios, Zoé García Romero; y el secretario general universitario, César Barba Delgadillo. Todos ellos en fila, al sol, como si el guion les exigiera mostrar compromiso a base de insolación y sonrisa. Abajo, el dolor; arriba, la pose.
La escena no fue casual, fue deliberada. Y como suele ocurrir con las puestas en escena del poder, el tiempo fue el mejor cómplice. La cita originalmente pactada entre la rectora y el gobernador se iba a realizar en Casa Jalisco a las 11:30. Pero –¡oh divina coincidencia! – el encuentro se trasladó a Palacio de Gobierno a las 13:00 horas: justo cuando los estudiantes y familiares, con lágrimas y pancartas, tenían planeada su concentración frente al mismo edificio… ¡pura coincidencia!
¿Quién cree en coincidencias en política? Nadie con tres neuronas activas. Lo que vimos no fue la interrupción de una reunión para atender una protesta, sino la escenificación planeada de una falsa atención.
Lemus salió al balcón solo después de que los gritos desde la plaza lo obligaran. “¡gobernador, escúchanos, por favor!”, “¡somos estudiantes, no somos delincuentes!”, clamaban. Pero Lemus no se bajó a la plaza. En cambio, montó una mesa de trabajo a cielo abierto, en pleno balcón, como si los rayos del sol purificaran la hipocresía. ¿A quién carajos se le ocurrió ese patético espectáculo?
¿Y qué resultó de ese bochornoso espectáculo? La promesa de que habrá mesas de trabajo. Que habrá información. Que habrá coordinación con los tres niveles de gobierno. Palabrería hueca, reciclada de las promesas que no han impedido que Jalisco sea epicentro nacional de desapariciones. Que lo diga Teuchitlán. Que lo griten las familias que ya no duermen, que buscan en fosas y hospitales, en redes sociales y servicios forenses sobrepasados de cuerpos.
Lo más triste no fue Lemus. Fue ver a la rectora Karla Planter, a la dirigente estudiantil Zoé García y al secretario César Barba prestarse para semejante pantomima. ¿Qué hace una rectora sentada en un balcón mientras sus estudiantes exigen respuestas desde la calle? ¿A quién representa una líder estudiantil que se deja retratar como ornamento de la simulación institucional? ¿Dónde está la autonomía universitaria si el rectorado y su representación estudiantil se convierten en comparsa del Ejecutivo?
Planter, en un tuit posterior, habló de “coincidencias”. García Romero no cuestionó el cambio de sede ni de hora. Barba, en silencio. Y mientras tanto, la FEU difundía en sus redes: “¡Nos faltan estudiantes!”. ¿Nos faltan? Sí. Pero también nos sobran funcionarios indiferentes y dirigentes estudiantiles obedientes.
Los manifestantes pedían justicia, no una sesión de fotos. Exigían presencia del Estado, no una escena grotesca de conciliación ficticia. Lemus, experto en manejar el escaparate político, hizo lo que mejor sabe: montarse en una crisis para aprovechar una oportunidad. Nada nuevo. Así gobernó Zapopan. Así deslumbró en Guadalajara. Así inaugura su sexenio en Jalisco: entre cortinas, cámaras y balcones.
El mensaje no fue para las familias. Fue para los likes, para los reels, para los medios. Lo que logró el equipo de comunicación del gobierno de Jalisco fue una producción de redes sociales disfrazada de política pública. Una respuesta oportunista a una crisis estructural.
Pero lo más ofensivo fue que todo ocurrió unos días antes de Semana Santa, cuando los estudiantes están de vacaciones, cuando las escuelas están cerradas, cuando los pasillos universitarios están vacíos.
Este es el fondo del problema: mientras el dolor se expresa con marchas, el poder responde con puestas en escena. Mientras los familiares pegan fichas de búsqueda, el equipo de comunicación del gobernador pega frases hechas. Mientras se juega con el sufrimiento ajeno, se manipula a los medios con imágenes producidas desde Casa Jalisco.
Y no se engañen. Esto no es un error de cálculo, ni una falla de protocolo. Es estrategia. Es una narrativa de control que busca normalizar el horror con mesas, actas, sillas al sol y comunicados institucionales.
Pero hay cosas que no se maquillan. La ausencia de 20 estudiantes no se borra con videos. La responsabilidad del Estado no se elude con balconazos. La dignidad de una universidad pública no se entrega por un lugar en la escenografía oficial, olvidando que el líder moral del Grupo Universidad prefirió morir antes que claudicar… precisamente aprovechando las vísperas de una Semana Santa.
La gran pregunta que queda es: ¿hasta dónde están dispuestos los actores universitarios a prestarse al juego del Ejecutivo? Porque hoy, frente a todo Jalisco, su papel no fue el de contrapeso, sino el de patiños. Y si ese será el tono de los próximos seis años, entonces el guion está claro: los balcones seguirán llenos de sonrisas vacías, mientras las calles se llenan de nombres, rostros y ausencias.
Y ahí sí, ni con todos los reflectores del mundo podrán ocultar el vacío.
En X @DEPACHECOS
NACIONALES
Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.
Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.
Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.
Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.
Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.
La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.
El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.
Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.
Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.
Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.
Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.
Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.
Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.
Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.
A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.
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