OPINIÓN
En política, del amor al odio, ni medio paso: El discurso de choque de Lilly Téllez en el Senado
Opinión, por Pedro Vargas Ávalos //
En días recientes se ha discutido mucho a nivel nacional, el asunto de que las fuerzas armadas federales, estén autorizadas hasta el año 2028, para coadyuvar en labores de seguridad pública en toda la república. Presentada la iniciativa por una diputada priista, se avaló por la bancada tricolor en la Cámara de Diputados, y como a esa iniciativa la respaldó el partido en el poder (Morena y sus aliados, PT y PVEM), sin mayores dificultades se logró la votación calificada (dos tercios de los diputados asistentes) para aprobar toda reforma constitucional, pasando al Senado para su debate y refrendo semejante al de la Colegisladora.
Ya en la Cámaras Alta (la de Senadores) tras acalorada sesión de las dos Comisiones (Puntos Constitucionales y Estudios Legislativos Segunda), que dictaminaron, sobre la minuta recibida de los diputados, ser favorables a la propuesta. Pasó al Pleno para ser discutida y votada; pero en el debate, presintió el líder de los morenistas y de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) senatorial, el zacatecano Ricardo Monreal, que les faltaría uno o dos sufragios para lograr la mayoría calificada (85 votos), con espectacular viraje parlamentario y sin votación, se regresó a Comisiones la minuta aprobada en la Cámara de Origen. Esto ante incoherente efervescencia de la oposición (especialmente del PAN, el PRD y MC), pues unos festejaban radiantes haber evitado la aprobación, mientras que otros, sin dejar de mostrar recatada satisfacción, advertían la estrategia del partido en el poder.
Por una semana participaron, reconstruyendo la minuta de la Cámara de Diputados, muchos senadores de todos los partidos, incluyendo ese espectro que surgió no hace mucho y que se autodenominó “grupo plural”, en el cual destaca Germán Martínez, el expanista que rescató Andrés Manuel López Obrador (ya lo había apoyado para ser candidato a senador por Morena) cuando lo hizo director del IMSS, cargo al cual renunció, regresando a su escaño senatorial. En nota difundida por Ricardo Monreal, comunicó que se reunió con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien le manifestó el acuerdo del Ejecutivo a las modificaciones de la iniciativa.
Así llegó el franciscano 4 de octubre, en que el Pleno del Senado definiría tan delicada reforma. En esta sesión fue notoria la participación de muchos oradores, en pro y en contra, despuntando dos principios y un par de actitudes: en el primer tema, vimos como la Cámara Alta tiene políticos con calidad oratoria e ideas proporcionadas, adecuadas a la ocasión y el asunto que trataban: por la oposición, es destacable el sonorense Damián Zepeda, exlíder panista; los oradores de MC, estuvieron a bajo nivel, y en cuanto a los priistas, Silvana Bretones fue convincente, y, Beatriz Paredes, con gran experiencia y estilo; por los morenistas, sobresalió la categoría de su coordinador Ricardo Monreal. El segundo aspecto: que mal se vieron muchos miembros de esta Cámara, especialmente los que siempre lanzan sapos y alimañas verbales (Lily Téllez, Kenia López Rabadán y Xóchitl Gálvez) acusando sin pruebas, pero más que hablando, despotricando contra lo que huela a Cuatro T y López Obrador.
En este lamentable papel, los blanquiazules en general, pero Lily Téllez en particular, se llevaron la tarde, reduciendo a la vulgaridad sus intervenciones. No se crea que los ataques se debían a compra de votos o apoyos oficiales, amagos u otro tipo de presiones supuestas, no, el meollo del hablar de esta señora, son los insultos, mofas, denuestos e insolencias; y todo con actitud de actriz en show.
Al hacer uso de la palabra, su saludo la cataloga: “Buenas tardes -y con ademán hacia su izquierda- bola de corruptos”, que remacha con “Buenas tardes, ceros a la izquierda”. Luego etiquetó a los morenistas: “personas malas, de mala entraña”; con motivo de la creación de la Guardia Nacional (GN), toca a los secretarios de Seguridad Federal, (Alfonso Durazo -su amigo que la recomendó para candidata- y Rosa Icela Rodríguez, la actual Secretaria) tildándolos de “mascotas” y fingidores que ni para “decoración” servían al Ejército.
La GN afirma, es un “fracaso personal del Presidente” porque el pueblo no lo ha apoyado en ese organismo. Señala que Amlo ha llenado de dinero, “cash, de lana” a la elite militar, que ahora está enriquecida, mientras al soldado raso lo traen de albañil, en retenes como abre cajuelas de coches de familias, persiguiendo a migrantes.
Téllez enfatizó: AMLO desaprecia a tal grado a los soldados, “que permite que los insulten, les digan groserías, los apedreen, los correteen” y salgan corriendo cuando se enfrentan a los criminales (¡!). Luego, dándose teatral golpe de pecho, proclama que son “nuestros soldados” no de la Cuatro T. Enseguida, sentenció: Morena no puede luchar contra el crimen organizado, porque es parte de ese crimen.
Prosiguiendo con su flamígero discurso, aduce que los muertos que van en el sexenio, son culpa del primer mandatario, y éste busca zafarse de ese cargo para que se adjudique al ejército, por lo cual la lenguaraz senadora califica al tabasqueño de “perverso presidente”. También dijo que militariza al país, no para dar seguridad pública, sino para intimidar al pueblo para las elecciones presidenciales, y entonces “el presidente pisa la elite militar de hojalata para beneficiar a su corcholata”. Ya desbocada, agrega: el Secretario de la Defensa, “habla como chairo”, hace política y viola la ley; en eso pidió el uso de la palabra el senador Napoleón Gómez Urrutia, para enunciar una pregunta, la señora Téllez no acepta con gritos que remata con ofensivo “¡sentado y callado, y espere sus croquetas! Como los senadores panistas aplaudían a rabiar a su adalid en la tribuna, la simple lectora de noticias (en agosto de 2014, luego de que Krause, Ciro Gómez Leyva, Pablo Hiriart y otros alabaron las “reformas estructurales” que realizaba Enrique Peña Nieto, ella atinó en formular la siguiente pregunta: «Pero, Sr. Presidente, ¿cómo fue usted tan, pero tan valiente para lograr esto?»), redoblaba sus frases incendiarias y exponía a sus oyentes: como se iban a sentir cuando los militares asesinen estudiantes, repriman manifestaciones, violen a sus hijas, a las mujeres indígenas, a sus madres, hermanas y esposas. A un reclamo de una senadora, voltea colérica, y le lanza la frase: “tú vas a andar llorando, cuando a tu hija la golpeen los militares”, y así le ripostó a otra senadora, pero peor porque ya no será legisladora y no tendrá a quien recurrir, y “el ejército los irá a aplastar”.
Para concluir esta dramatización lilitellezca, a los miembros de MORENA les dijo, “que no iban a votar como perros por huesos y croquetas”, sino que votarían como “hienas, a la espera de las sobras apestosas que les avienta el presidente que pudre todo lo que toca”, recomendándoles que den sus medicinas a Amlo, para curar sus achaques, “porque lo quiero vivo, vivo, para cuando la nación mexicana le demande haber creado un Estado Narco Militar”.
Por fin vino la votación de la nueva minuta y de esa manera se vio cumplida la tarea del Secretario de Gobernación y el Coordinador morenista en el senado: con el voto de su partido, sus aliados y la mayoría de los legisladores del PRI, más dos del Partido de la Revolución Democrática, se aprobó la reforma constitucional que amplía hasta 2028 la presencia de las Fuerzas Armadas en labores de seguridad pública en el país. Fueron 87 sufragios a favor, contra 40 del Partido Acción Nacional, Movimiento Ciudadano y Grupo Plural. Es de hacer notar que se introdujo la etiquetación de recursos para fortalecer Policías estatales y municipales desde el año venidero, creándose una comisión bicameral para la estimación y seguimiento de las actividades de las Fuerzas Armadas permanentes en labores de seguridad pública, exigiendo aplicar criterios objetivos con indicadores cuantificables y verificables, así como imponiendo la obligación de comparecer los miembros del Gabinete de seguridad y la entrega de información semestral. Un buen avance sin lugar a dudas.
Pero de todo lo sucedido en el Senado y la conducta de sus integrantes, advienen populares expresiones, como: “del amor al odio solo hay un paso”, así como la de “amor y aborrecimiento no quitan conocimiento”.
El amor es un sentimiento sublime que caracteriza al ser humano. Toda persona tiene a otra o muchas gentes, para quien desea abundancia de bienes. En la humanidad, practicar el amor al prójimo es una regla suprema. Pero debemos admitir que existen motivos por el cual ese noble afecto se deteriora, llegando en su caminar adverso, al desinterés y a medio paso, a lo peor, odiar.
La antipatía y aborrecimiento hacia algo, o hacia alguien, a quien se le desea lo más negativo, es el odio. Comúnmente, suele asociarse con alteraciones del ánimo, generadas por la aversión, la ira, el coraje, la angustia o los errores.
La sabiduría popular ha incorporado esos dos conceptos para darnos lecciones valiosas a base de locuciones coloquiales, he aquí algunas: Del amor al odio, solo media un paso. Amor con amor se paga. Amor que vale, el del padre (o madre) que lo demás al aire. De mil amores. Donde hay amor, hay dolor. Amor primero no es olvidadero. Amor de suegra y nuera, de dientes para afuera. Para el amor y la muerte no hay cosa fuerte. Por amor de Dios. Amor no correspondido, amor perdido. Amor y paz.
Los intelectuales, políticos y celebridades, han legado excelentes frases sobre el tema: la poetisa estadounidense Ella Wilcox, (1850-1919) escribió: El amor enciende más el fuego que el odio extingue. Su compatriota, el enorme luchador pro derechos civiles, Martin Luther King (1929-1968) subrayó: “El odio paraliza la vida, el amor la libera. El odio confunde la vida, el amor la armoniza. El odio oscurece la vida, el amor la ilumina”. Lo cual coincide con el pensamiento del colosal Mahatma Gandhi (India,1869-1948): “El odio siempre mata, el amor nunca muere”.
“Allí donde la amistad se estrella sale a veces triunfante el odio” declaró una vez el novelista inglés Charles Dickens (1812-1870). Al respecto debemos tener presente lo que describe la antropóloga neoyorkina (1945) Helen Elizabeth Fisher: “el amor y el odio tienen mucho en común. Cuando odiamos, concentramos nuestra atención tanto como cuando amamos. Cuando amamos o cuando odiamos, nos obsesiona pensar en ello. Tenemos una gran cantidad de energía, nos cuesta comer y nos cuesta dormir”.
Acumular amor significa suerte, acumular odio significa calamidad, nos enseña el muy leído autor de El Alquimista, Paulo Coelho de Souza (1947). Pero el amor tiene que ser más fuerte que el odio, de lo contrario no habrá futuro para nosotros, conforme la norteamericana Kristin Hannah (1967). De allí que su paisano, el ameritado siquiatra Brian Weiss (1944) considere: Si logramos abandonar una relación con amor, empatía y compasión, sin deseo alguno de venganza, sin miedo y sin odio, lograremos pasar página.
Alcanzar esa meta, no se puede, padeciendo políticos, que como Téllez y German Martínez, son saltimbanquis y simuladores, hablan a base de injurias, diatribas y farsas; la verdad es que, esa clase de Judas, deberían mandarlos al siquiatra o cuando menos no ser postulados por instituciones que dicen, luchan para servir al pueblo, pero que, al sostenerlos, traicionan al ciudadano, debilitan la democracia y desprestigian la política.
NACIONALES
La presidenta Sheinbaum: ¿Acatará tratados internacionales?
De primera mano, por Francisco Javier Ruiz Quirrín //
EL CLAROSCURO de la reforma judicial. Por un lado, los opositores a esta reforma promovida por López Obrador y consumada por Claudia Sheinbaum, tienen en el Artículo Primero de la Constitución y en la actuación de los organismos internacionales que vigilan el cumplimiento de los ordenamientos jurídicos para la defensa de los derechos humanos, un argumento más de lucha.
Por el lado oficial, dueña de los tres poderes del Estado Mexicano y seguidora de la “cuarta transformación” -que ha hecho a un lado los criterios de organizaciones internacionales que exponen sus opiniones con respecto al gobierno de México-, la presidenta Sheinbaum podría promover de una vez por todas las reformas constitucionales que harían a un lado el actual ordenamiento contemplado en la Carta Magna para dejar de considerar todo tratado internacional como Ley Suprema.
No podemos olvidar que en el paquete de reformas constitucionales para establecer la “Ley Suprema” del Congreso de la Unión por encima del Poder Judicial Federal, se contemplaba una reforma para hacer a un lado del texto lo relativo a los “tratados internacionales”, pero al final del día no se contempló.
Hasta ahora, el Artículo 1 de la Constitución se contempla así:
“En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece”.
Por parte de los organismos internacionales dedicados a la defensa de los derechos humanos, hay un tema neurálgico en relación a México, luego de la reforma judicial y la expectativa de una posible violación a los derechos humanos ante la selección de los jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial Federal a través del voto popular, porque los nuevos juzgadores podrían sujetarse a las consignas políticas y no a la Ley.
Una abogada experta en el sistema interamericano de derechos humanos –Tamara Taraciuk-, dijo a “Proceso” lo siguiente:
“Si el Estado Mexicano ignora las eventuales recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, este organismo se transforma en una suerte de Fiscalía y lleva el caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos con sede en San José, Costa Rica y este tribunal inicia un proceso que podría culminar en una sentencia condenatoria vinculante que el Estado Mexicano tendría la obligación de cumplir como firmante de la Convención Interamericana de Derechos Humanos”
Aparte, de forma paralela, en la Organización de las Naciones Unidas se desarrolla un proceso en el que el Estado mexicano tiene que responder. La reforma también está en la mira de la relatora especial de la ONU para la Independencia de Jueces y Abogados y de la Comisión de Venecia, un organismo de la Unión Europea que vela por el constitucionalismo y el Estado de derecho y del cual México forma parte. De parte de estas organizaciones no hay sentencias vinculantes pero sí pronunciamientos políticos.
Aparte, el artículo 133 de la Constitución establece que los tratados internacionales son parte de la Ley Suprema de la Unión, junto con la Constitución y las leyes del Congreso.
Palabras más, palabras menos, ante el inminente riesgo de violaciones a los derechos humanos por la puesta en práctica de una reforma judicial cuyos jueces electos por el voto popular atenderían las recomendaciones de quienes los colocaron para “administrar la justicia” y no a la interpretación de la Constitución en sus primeros 29 artículos relativos a las garantías individuales o derechos del hombre y la mujer, el gobierno de México podría recibir una condena internacional y verse obligado a modificar parte de su reforma al Poder Judicial de la Federación.
Eso por un lado, pero por otro, podría ser una oportunidad para que el régimen impuesto por López Obrador y perfeccionado por Claudia Sheinbaum, quite los candados constitucionales que le oprimen aún, el propósito de establecer de una vez por todas un régimen en manos de una sola persona, es decir, una autocracia en la que las libertades y derechos humanos de sus ciudadanas y ciudadanos se sujetarían a la voluntad del Estado, el mismo que sería capaz de declarar de utilidad pública, toda propiedad privada.
NO HABRÁ DIÁLOGO CON LA OPOSICIÓN
SI LA presidenta Sheinbaum hizo de manera personal una crítica pública al nuevo dirigente nacional del PAN, Jorge Romero, es porque está enviando un mensaje de que no habrá diálogo alguno con la oposición… Decir que Romero es “el jefe del cartel inmobiliario” en la ciudad de México, podría haber corrido a cargo de la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez o de la presidenta de MORENA, Luisa María Alcalde, pero no fue así… Un asunto de bajo perfil fue tomado como un pretexto para decir a todos los mexicanos que esta “construcción del segundo piso de la cuarta transformación”, solo gobernará para los simpatizantes, haciendo a un lado a todo aquel o aquella que piense diferente… Adiós entonces a la aspiración de un llamado desde palacio nacional a la unidad de las y los mexicanos…
JALISCO
Madruguete legislativo: El pacto silencioso que define la política jalisciense
Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
El reloj marcaba las 2:33 de la madrugada cuando la 64 Legislatura del Congreso de Jalisco, bajo el tenue resplandor de la noche, decidió consumar lo que muchos en el recinto describieron como un “madruguete”. En una sesión cargada de tensión, se aprobó la integración de las 20 comisiones legislativas, un acto que, más que ser un simple trámite administrativo, reveló la maquinaria oculta que mueve los hilos del poder en el estado.
Mientras la mayoría de los legisladores dieron su voto favorable, los cinco integrantes del Partido Acción Nacional (PAN) se opusieron con firmeza. Claudia Murguía Torres, coordinadora de la bancada panista, alzó la voz contra lo que calificó como un “acuerdo vergonzoso” entre Movimiento Ciudadano (MC) y Morena. Con un tono severo, señaló la falta de transparencia y la premura innecesaria de una sesión que, según ella, podría haberse realizado con luz de día y mayor deliberación.
La crítica de Murguía resonaba más allá del recinto: “No hay urgente necesidad”, afirmó, cuestionando la prisa por votar cuando aún quedaban días para cumplir el plazo legal. Y, sin embargo, su voz parecía ahogarse en un entorno donde las alianzas veladas y los intereses partidistas ya habían definido el resultado.
El coordinador de MC, José Luis Tostado, respondió con la habilidad retórica que caracteriza a los políticos experimentados. Negó cualquier pacto exclusivo con Morena y afirmó que los acuerdos fueron alcanzados con siete de los ocho grupos parlamentarios. Pero los hechos hablan más alto que las palabras, y el reparto de las presidencias de las comisiones legislativas parece contar una historia distinta.
EL REPARTO DEL PODER
Movimiento Ciudadano, como era de esperarse, se quedó con las comisiones clave: Hacienda y Presupuestos, Seguridad y Justicia, Movilidad y Transporte, entre otras. Con estas posiciones, MC asegura su dominio sobre los recursos financieros, la agenda de seguridad y los proyectos de movilidad, consolidando así su narrativa de partido hegemónico en Jalisco.
Morena, por su parte, tomó el control de comisiones que, aunque importantes, carecen del impacto presupuestal que caracteriza a las de MC. Igualdad Sustantiva y de Género, Vigilancia y Sistema Anticorrupción, y Participación Ciudadana son comisiones que encajan con la retórica progresista del partido, pero cuyo alcance real en términos de poder legislativo es limitado.
El PAN, relegado a un papel testimonial, mantuvo las comisiones de Asistencia Social, Familia y Niñez, así como Gobernación. Estas presidencias son más un consuelo simbólico que una herramienta de influencia real. Mientras tanto, el PRI y los partidos minoritarios —Hagamos, PVEM, PT y Futuro— obtuvieron presidencias que parecen más un intento de mantenerlos en la mesa de negociación que una concesión de poder auténtico.
LA SOMBRA DE UN PACTO NO TAN SILENCIOSO
El PAN, con razón o sin ella, parece haber sido el único partido dispuesto a denunciar públicamente lo que otros solo murmuran en los pasillos: la existencia de un acuerdo entre MC y Morena. Aunque ambos partidos lo niegan, su coordinación para sacar adelante esta votación en una sesión de madrugada sugiere que hay más en juego que el cumplimiento de un plazo legal.
En este contexto, la declaración de Julio Hurtado, diputado panista, resulta especialmente elocuente: “El que hoy estemos debatiendo este tema a las 2 de la mañana habla por supuesto de lo vergonzante que es para Movimiento Ciudadano arrancar esta Legislatura entregándole el control de lo que hoy es la gran coyuntura nacional”.
EL PESO DE LOS NOMBRAMIENTOS
La sesión no solo fue polémica por la distribución de las comisiones. También se tomó protesta a Eduardo Fabián Martínez Lomelí como secretario general del Poder Legislativo. Martínez Lomelí, cercano al gobernador Enrique Alfaro, es una figura clave en la operación legislativa y su continuidad refuerza la influencia de MC dentro del Congreso.
Su permanencia no es un detalle menor; representa el control administrativo y técnico del Legislativo, un poder que muchas veces opera lejos de los reflectores, pero que es crucial para la agenda de cualquier partido en el gobierno.
LA GLOSA 2024: OBRA DE TEATRO EN PUERTA
Otro de los puntos aprobados fue la realización de la Glosa 2024 los días 20, 21 y 22 de noviembre. Este ejercicio de rendición de cuentas, en teoría, debería ser una oportunidad para que los legisladores cuestionen a los titulares de las dependencias gubernamentales sobre su gestión. Sin embargo, los antecedentes nos enseñan que estas sesiones suelen ser más un espectáculo político que un verdadero ejercicio de fiscalización.
LA COREOGRAFÍA DEL PODER
Lo ocurrido en esta primera sesión de madrugada de la 64 Legislatura no es un hecho aislado; es una muestra del entramado político que define a Jalisco. Movimiento Ciudadano, Morena y los demás partidos están inmersos en un juego donde la prioridad no es el bien común, sino la consolidación de poder. Las críticas del PAN, aunque legítimas, también deben ser vistas con escepticismo; ningún partido está libre de pecados en esta danza de intereses y no podemos olvidar que, la legislatura pasada el PAN tenía en Claudia Murguía a la diputada más naranja de los azules.
Si algo dejó claro esta sesión inaugural, es que el Congreso de Jalisco no será el espacio para el debate plural. Los acuerdos entre MC y Morena marcarán la pauta, mientras el resto de las fuerzas políticas se adaptan o perecen. En la penumbra de la madrugada, las decisiones se tomaron con una urgencia cuestionable y una opacidad indignante. Para los ciudadanos, queda la amarga certeza de que, en este juego de poder, su voz sigue siendo un eco perdido en el vacío legislativo.
En X @DEPACHECOS
NACIONALES
El costo de la transparencia
Opinión, por Salvador Romero Espinoza //
La propuesta de reforma al artículo 116 de la Constitución para desaparecer a los 32 institutos de transparencia locales del país, nos costará casi 20 veces más de lo que actualmente nos cuestan dichos institutos, de acuerdo a la distribución de funciones y obligaciones que establece para las contralorías de cada una de las casi 7,000 autoridades estatales y municipales del país.
En primer lugar, hay que señalar que el presupuesto aproximado del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) es de 1,000 millones de pesos anuales, mientras que el presupuesto aproximado de los 32 institutos de transparencia locales del país, ronda los 1,300 millones de pesos al año; el Instituto de Transparencia Jalisciense (ITEI), por ejemplo, tiene un presupuesto aproximado de 60 millones de pesos anuales, básicamente el mismo desde hace 12 años; es decir, la totalidad de los 33 institutos de transparencia cuestan a cada mexicana y mexicano alrededor de $17 pesos al año, menos de lo que cuesta un refresco.
De esos presupuestos, alrededor del 70% de los recursos se destina a lo que se conoce como “Capítulo 1000”, es decir, al pago de sueldos, salarios, prestaciones y honorarios de las personas que apoyan a dichos institutos de transparencia a cumplir con sus funciones, que en el INAI son alrededor de 800 personas y en el resto de los institutos de transparencia del país alrededor de 1,200 personas; el ITEI, por ejemplo, tiene una plantilla de personal de 94 personas.
Por su parte, la propuesta de reforma constitucional, denominada de “simplificación administrativa”, cuya finalidad es la destrucción de 39 organismos constitucionales autónomos (creados como contrapesos al poder público), establece también una propuesta de modificación al artículo 116 (relativo a las atribuciones de las entidades federativas), que violenta completamente el esquema federalista mexicano y el principio de soberanía de los estados que forman nuestra República, pues prohíbe a las entidades el que puedan preservar a sus institutos de transparencia, a pesar que dicho artículo fue concebido para reconocerles atribuciones a las entidades federativas, no para imponerles prohibiciones.
En dicha propuesta de reforma se establece la desaparición obligatoria de los 32 institutos de transparencia del país para que cada contraloría o equivalente de cada autoridad, realice las atribuciones que actualmente realizan dichos institutos, entre otras, conocer de las quejas, impugnaciones, recursos e inconformidades que presente la sociedad en contra de la opacidad de las instituciones públicas, así como las verificaciones a sus portales de transparencia y la capacitación a su personal y a la sociedad civil.
Este esquema conllevaría un enorme gasto presupuestal, dado que -haciendo a un lado a la Federación- actualmente existen casi 7,000 sujetos obligados (o autoridades) estatales y municipales (en Jalisco rondan los 600), por lo que una debida tutela de los derechos fundamentales a la información y a la protección de datos personales, que actualmente está encomendada a los institutos de transparencia, implicaría que en cada contraloría de cada autoridad se contrataran, al menos, 3 tres nuevas personas: una responsable de la resolución de recursos en materia de acceso a la información y de las denuncias por incumplimiento de obligaciones de transparencia; otra responsable de las verificaciones a los portales de transparencia y de la capacitación; y otra especializada en resolver controversias relacionadas con la protección de datos personales.
En otras palabras, en el discurso oficial para justificar la destrucción de los institutos de transparencia, se ha señalado que son costosos para el presupuesto y que su desaparición implicaría un ahorro para el erario público, sin embargo, con el esquema propuesto, si en verdad se quieren proteger adecuadamente estos derechos humanos, se tendrían que contratar a alrededor de 21,000 personas nuevas para tutelarlos de manera eficiente por los sujetos obligados estatales y municipales (en contraste con las alrededor de 1,200 personas que actualmente laboran en los 32 institutos locales), por lo que, en realidad, este esquema propuesto, además de todas las implicaciones negativas que tiene, también nos costaría a las y a los mexicanos, cuando menos 17 veces más de lo que actualmente nos cuestan los institutos de transparencia locales del país.
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