OPINIÓN
Innovadora técnica terapéutica: Estimulación magnética transcraneal

Salud y Bienestar, por Gabriela Arce Siqueiros //
¿Cómo están queridos lectores?, ¿ya están listos para que les comparta un nuevo artículo sobre bienestar? Es muy importante todo lo que pueda aportar a la salud, porque pienso que, si algo nos da la fuerza necesaria para trabajar, disfrutar y motivar nuestra vida cada día, es precisamente la salud.
La estimulación magnética transcraneal (EMT) es una técnica no invasiva que ha ganado considerable atención en el campo de la neurociencia y la medicina. Desde su introducción en la década de 1980, la EMT se ha desarrollado como una herramienta poderosa tanto en la investigación como en la práctica clínica, especialmente en el tratamiento de trastornos neurológicos y psiquiátricos. Este artículo explorará la historia, el mecanismo de acción, las aplicaciones clínicas, y las perspectivas futuras de esta técnica.
La estimulación magnética transcraneal fue desarrollada por primera vez en 1985 por Anthony Barker y sus colegas en Inglaterra. Su innovación se basó en la aplicación de campos magnéticos para inducir una corriente eléctrica en el cerebro, sin la necesidad de un procedimiento quirúrgico invasivo. Este enfoque resultó ser revolucionario, ya que permitió la estimulación de áreas específicas del cerebro de manera controlada y segura.
Inicialmente, la EMT fue utilizada principalmente como una herramienta de investigación para estudiar la excitabilidad cortical y las conexiones neuronales. Sin embargo, con el tiempo, los investigadores comenzaron a explorar su potencial terapéutico. En la década de 1990, la EMT se empezó a utilizar en el tratamiento de la depresión, un avance que marcó un punto de inflexión en su aplicación clínica.
El principio básico de la EMT se basa en la ley de Faraday de la inducción electromagnética. Un dispositivo de EMT genera un campo magnético a través de una bobina colocada sobre el cuero cabelludo del paciente. Este campo magnético penetra el cráneo y alcanza el cerebro, donde induce una corriente eléctrica en las neuronas subyacentes. Dependiendo de los parámetros de estimulación, como la frecuencia y la intensidad, la EMT puede aumentar o disminuir la excitabilidad neuronal en la región estimulada.
La EMT se puede aplicar de manera repetitiva (EMTr), lo que permite la modulación a largo plazo de la actividad neuronal. La estimulación de alta frecuencia (generalmente mayor a 5 Hz) tiende a facilitar la excitabilidad cortical, mientras que la estimulación de baja frecuencia (menor a 1 Hz) tiende a inhibirla. Esta capacidad de modular la actividad cerebral ha convertido a la EMT en una herramienta terapéutica valiosa para diversos trastornos neurológicos y psiquiátricos.
APLICACIONES CLÍNICAS
Depresión Resistente al Tratamiento. Una de las aplicaciones más conocidas de la EMT es en el tratamiento de la depresión resistente al tratamiento (DRT). La EMT se ha mostrado eficaz en pacientes que no responden adecuadamente a los antidepresivos tradicionales. En 2008, la FDA aprobó el uso de la EMT para el tratamiento de la DRT, y desde entonces, ha sido ampliamente adoptada en la práctica clínica.
Los estudios han demostrado que la EMTr aplicada al córtex prefrontal dorsolateral izquierdo, una región del cerebro involucrada en la regulación del estado de ánimo, puede reducir significativamente los síntomas de depresión. La eficacia de la EMT en la DRT ha llevado a su consideración como una opción de tratamiento de primera línea para pacientes que no responden a la farmacoterapia.
Trastornos de Ansiedad. Además de la depresión, la EMT también ha mostrado promesas en el tratamiento de trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad generalizada (TAG) y el trastorno de pánico. Aunque la investigación en esta área aún está en desarrollo, los estudios preliminares sugieren que la EMT puede reducir los síntomas de ansiedad al modular la actividad en regiones cerebrales implicadas en la respuesta al miedo y la regulación emocional.
Trastornos del Movimiento. La EMT se ha utilizado en el tratamiento de trastornos del movimiento, como el Parkinson y el síndrome de Tourette. En el caso de la enfermedad de Parkinson, la EMT se ha aplicado para mejorar los síntomas motores al estimular regiones específicas del cerebro, como la corteza motora. Aunque la EMT no puede curar el Parkinson, ha demostrado ser útil para mejorar la calidad de vida de los pacientes al aliviar algunos de los síntomas más debilitantes.
Dolor Crónico. El dolor crónico es otro campo en el que la EMT ha mostrado beneficios terapéuticos. La EMTr dirigida a la corteza motora primaria ha sido eficaz en el alivio del dolor neuropático, un tipo de dolor crónico que es a menudo resistente a los tratamientos convencionales. La EMT ofrece una opción no farmacológica para el manejo del dolor, lo que es particularmente valioso para los pacientes que no pueden tolerar los efectos secundarios de los analgésicos.
SEGURIDAD Y EFECTOS SECUNDARIOS
Aunque la EMT es generalmente segura, no está exenta de riesgos. Los efectos secundarios más comunes son leves y transitorios, como el dolor de cabeza, molestias en el cuero cabelludo y mareos. Sin embargo, existe un riesgo más grave, aunque raro, de inducir convulsiones, especialmente en pacientes con antecedentes de epilepsia o en aquellos que están tomando medicamentos que reducen el umbral convulsivo.
La seguridad de la EMT también depende de la correcta selección de los parámetros de estimulación y del seguimiento de las pautas clínicas establecidas. Por esta razón, es fundamental que la EMT sea administrada por profesionales capacitados en un entorno clínico adecuado.
PERSPECTIVAS FUTURAS
El futuro de la EMT es prometedor, con numerosas áreas de investigación en curso que podrían ampliar sus aplicaciones terapéuticas y mejorar su eficacia. Algunas de las direcciones más emocionantes incluyen:
EMT Dirigida por Imágenes. La integración de la EMT con técnicas de neuroimagen, como la resonancia magnética funcional (fMRI), podría permitir una mayor precisión en la estimulación de áreas cerebrales específicas. Esto podría mejorar la eficacia del tratamiento y reducir los efectos secundarios al evitar la estimulación innecesaria de áreas no implicadas en el trastorno.
EMT Personalizada. La variabilidad en la respuesta a la EMT entre los pacientes ha llevado al desarrollo de enfoques personalizados. Al considerar factores individuales, como la anatomía cerebral, la genética y la historia clínica, los clínicos podrían adaptar los protocolos de EMT para maximizar los beneficios terapéuticos para cada paciente.
La EMT se está explorando cada vez más en combinación con otras terapias, como la psicoterapia y la farmacoterapia. Por ejemplo, la combinación de EMT con terapia cognitivo-conductual (TCC) ha mostrado resultados prometedores en el tratamiento de la depresión y los trastornos de ansiedad. Este enfoque multimodal podría aprovechar los efectos sinérgicos entre las diferentes modalidades de tratamiento.
Más allá de los trastornos neurológicos y psiquiátricos, la EMT está siendo investigada para una variedad de otras condiciones, incluyendo el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), la esquizofrenia, y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Aunque aún es temprano en la investigación, estos estudios podrían abrir nuevas vías para el uso de la EMT en un espectro más amplio de enfermedades.
La estimulación magnética transcraneal representa una de las innovaciones más significativas en la neurociencia y la medicina moderna. Su capacidad para modular la actividad cerebral de manera no invasiva ha abierto nuevas posibilidades en el tratamiento de trastornos que antes eran difíciles de manejar. A medida que la tecnología avanza y nuestra comprensión del cerebro se profundiza, la EMT tiene el potencial de convertirse en una herramienta aún más poderosa y versátil en el arsenal terapéutico.
La investigación continua y el desarrollo de nuevas aplicaciones seguramente seguirán expandiendo el papel de la EMT en la medicina del futuro. Con el tiempo, es posible que veamos a la EMT no solo como una intervención de última instancia, sino como un componente central en el tratamiento de una amplia gama de condiciones neuropsiquiátricas, mejorando la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo.
Me despido de ustedes y les recuerdo que juntos podemos trabajar hacia soluciones que promuevan la salud. Gracias por su atención y su compromiso con este artículo, siempre quedo atenta a sus comentarios.
E-mail: siqueiros.arte@gmail.com
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Edición 798: El drenaje profundo, un paso hacia el futuro en Guadalajara

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JALISCO
Año de la Mujer Indígena: Promesas vs silencio en la Comunidad Indígena de Mezquitán

-Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac
Entre el discurso oficial del gobierno de México, liderado por la presidenta Claudia Sheinbaum, y la cruda realidad de las comunidades indígenas, se abren fisuras que revelan contradicciones inquietantes.
En 2025, declarado «Año de la Mujer Indígena» por el Congreso de la Unión y respaldado por el Ejecutivo, se pretende enaltecer el rol histórico y cultural de estas mujeres, combatir la discriminación y fortalecer sus derechos con políticas inclusivas.
Sin embargo, esta intención noble choca con actos de violencia institucional perpetrados por dependencias del mismo gobierno, como se evidencia en el caso de la Comunidad Indígena de Mezquitán, en Zapopan Jalisco.
Desde 2001, esta comunidad lleva 24 años esperando una indemnización justa por la expropiación de 26.93 hectáreas de sus tierras, utilizadas para la ampliación de la carretera Guadalajara-Ixtlahuacán del Río-Saltillo.
Esta discrepancia plantea una pregunta crucial: ¿es el reconocimiento a las mujeres indígenas un compromiso genuino o un juego de poder simbólico?
UNA INJUSTICIA DE DOS DÉCADAS
El conflicto de Mezquitán comenzó en 2001, cuando la entonces Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), hoy Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), expropió las tierras prometiendo una compensación de aproximadamente 40 millones de pesos. Sin embargo, solo se pagaron 6 millones como anticipo entre 2004 y 2005, dejando un adeudo pendiente que, conforme a la Ley Agraria y sentencias del Tribunal Superior Agrario, debe ajustarse a valor comercial.
Después de siete años de litigios contra la SICT (desde 2017) el Tribunal Agrario 16, y en noviembre de 2023, el Tribunal Superior Agrario les dio la razón a la Comunidad Indígena de Mezquitán, ordenando un avalúo por el INDAABIN para calcular el pago a valor comercial. Sin embargo, la SICT siguió interponiendo amparos frívolos, el último resuelto en diciembre de 2024, para retrasar lo inevitable.
Ahora lo que procede es que se ejecute la sentencia y que la SICT proceda al pago correspondiente, pero para ello se requiere el avaluó actualizado que debe realizar INDAABIN, donde ahora está el atorón con el tortuguismo de la dependencia.
Habrá que señalar que la Consejería Jurídica Federal del gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum, coincide y recomienda, que lo que sigue es el cumplimiento de la sentencia y darle seguimiento hasta su conclusión, es decir, el pago en favor de la Comunidad.
Fue el 18 de junio pasado en el que mediante acuerdo, el Tribunal Agrario ordenó al Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (INDAABIN) que, en un plazo de 10 días, informe sobre el trámite del avalúo solicitado por la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), con apercibimiento de multa en caso de incumplimiento, pero a la fecha no tenemos conocimiento de que INDAABIN haya cumplido ese requerimiento.
Todos estos obstáculos del poder de la burocracia, de diversas formas, ha enfrentado la Comunidad Indígena de Mezquitán, diversas formas para retrasar el proceso de pago; ahora es el «tortuguismo» de INDAABIN, que ha ignorado plazos como el de 10 días establecido el 18 de junio de 2024, bajo amenaza de multa.
Esta demora impacta directamente a 333 familias, muchas lideradas por mujeres indígenas que enfrentan pobreza y marginación como resultado de esta injusticia prolongada.
Saúl Rodríguez Barajas, presidente del Comisariado de Bienes Comunales, expresó su frustración: “Llevamos 24 años luchando por nuestros derechos, mientras el gobierno promete justicia, pero no actúa”.
Esta situación no solo contradice el espíritu del «Año de la Mujer Indígena», sino que también desvirtúa la reforma constitucional de 2024, que reconoce a los pueblos indígenas como sujetos de derecho público y obliga a consultar y compensar por proyectos que afecten sus territorios.
CONTRADICCIÓN ENTRE DISCURSO Y REALIDAD
El gobierno de Sheinbaum ha desplegado iniciativas ambiciosas para apoyar a los pueblos indígenas. En su informe de 100 días, anunció un presupuesto de 221 mil millones de pesos para 2025 destinados al desarrollo de comunidades indígenas y afromexicanas, que incluye 17 planes de justicia ya en marcha y el inicio de 13 más.
Además, lanzó el programa Apoyo Financiero a Mujeres Indígenas y Afromexicanas Artesanas (MIAA) con 500 millones de pesos, y en diciembre de 2024 restituyó 2,178 hectáreas a comunidades rarámuris en la Sierra Tarahumara.
Estas acciones, combinadas con la designación de figuras históricas como Tecuichpo, Tz’ak-b’u Aha, Señora 6 Mono y Xiuhtlaltzin como emblemas del año, buscan visibilizar el legado de las mujeres indígenas.
No obstante, el caso de Mezquitán revela una desconexión alarmante. Mientras se celebran avances simbólicos, la SICT se resiste a pagar y INDAABIN incumple sentencias judiciales, dejando a las mujeres de esta comunidad sin la indemnización que les corresponde.
Esta contradicción no es un incidente aislado, sino un síntoma de un problema estructural: las políticas públicas, aunque bien intencionadas, a menudo no se traducen en justicia tangible. La reforma constitucional de 2024, que manda consultar y compensar, debería haber agilizado casos como este, pero la inacción gubernamental lo contradice, erosionando la confianza en las promesas de inclusión.
MÁS ALLÁ DE LOS JUEGOS DE PODER
La negativa de la SICT y el «tortuguismo» de INDAABIN en el caso de Mezquitán contradicen el espíritu del «Año de la Mujer Indígena». Esta comunidad, con sus 333 familias —muchas lideradas por mujeres que encarnan los valores que el gobierno dice proteger—, merece una resolución que trascienda la retórica.
Aunque Sheinbaum no ha abordado directamente el caso, su compromiso con la justicia social indica que, con información clara, podría impulsar una solución para que 2025 no sea un ejercicio vacío. El gobierno debe actuar con urgencia, asegurando el cumplimiento de las sentencias del Tribunal Agrario.
Solo así el discurso de reconocimiento a las mujeres indígenas se convertirá en hechos concretos, dejando atrás los juegos de poder y demostrando que la justicia no es negociable. La responsabilidad recae en Sheinbaum y sus dependencias: el tiempo apremia para alinear palabras con acciones.
JALISCO
El expediente que ocultan de Eli Castro

– Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco
Por más vueltas que se le quiera dar, hay casos en los que el poder se exhibe en su versión más burda, más vulgar, más ofensiva. Tal es el caso de la señora Eli Castro, personaje de escasa trayectoria profesional —pero al parecer de relaciones estrechas con el poder—, quien durante semanas se mantuvo oculta en las nóminas y pasillos del SIAPA sin que nadie pudiera explicar a ciencia cierta qué hacía ahí, quién la nombró, bajo qué criterios fue contratada y, sobre todo, por qué ocupaba un puesto como «asesora técnica» sin tener un perfil técnico.
En estos tiempos de administración de la opacidad, cuando la transparencia es una palabra que se usa solo como adorno en los discursos oficiales, bastó con que se asomara el escándalo para que el Gobierno de Jalisco aplicara su fórmula favorita: «Ya hay una investigación en curso por parte de la Fiscalía Anticorrupción». Esa frase, que en otros países podría representar un paso hacia la rendición de cuentas, en Jalisco se ha convertido en la coartada perfecta para esconder todo lo que no quieren explicar. Detrás de esa frase se apagan los focos, se cierran los archivos y se invoca el silencio.
Pero el caso de Eli Castro no nació en SIAPA. Su historia con el gobierno jalisciense viene de tiempo atrás. Concretamente con las administraciones emecistas, la referencia es del año 2019, cuando la Secretaría de la Hacienda Pública, entonces encabezada por Juan Partida Morales -Si, el mismo funcionario que fue el administrador gubernamental de Enrique Alfaro durante su gobierno de Guadalajara y el gobierno de Jalisco y hoy director de IPEJAL-, decidió firmar con ella un contrato por la nada despreciable suma de 379 mil 170 pesos. El motivo: brindar apoyo administrativo y emitir opinión jurídica. Así, tal cual, como si se tratara de una abogada constitucionalista o de una analista con doctorado en administración pública.
¿Y cuál es la preparación académica de la contratada? El propio contrato, que le hicieron llegar a quien esto escribe, lo dice con claridad insultante: Eli Castro cuenta únicamente con estudios de secundaria. Ni una licenciatura, ni una cédula profesional, ni una especialidad. Y, aun así, el gobierno del estado decidió pagarle por emitir opinión jurídica. Como si en la Secretaría de la Hacienda Pública se hubieran quedado sin abogados, sin técnicos, sin funcionarios de carrera. Como si el presupuesto público se manejara como una bolsa personal para favorecer amigos o pagar favores.
Por si fuera poco, el periodista Pepe Toral destapó aún más esta cloaca en su cuenta en la red social X. Tras conocer el contrato, decidió hacer lo que el gobierno no hizo: pedir cuentas. Solicitó, por la vía de transparencia, los informes mensuales que la contratada debía entregar. Porque el contrato estipula —con toda claridad— que debía rendir informes mensuales sobre las actividades realizadas.
La respuesta que recibió Pepe Toral, ¡fue una joya del absurdo burocrático!: la Secretaría de la Hacienda Pública respondió que no tiene los informes, porque la contratada, en realidad, prestaba sus servicios en una dependencia distinta: el Instituto Jalisciense de Rehabilitación Social, más conocido como INJALRESO.
Pero esa respuesta es una tomadura de pelo lo que, en el caso de Pepe Toral, no es nada fácil. En ninguna parte del contrato revisado se establece que los informes puedan omitirse si la contratada es enviada a otra dependencia. Y mucho menos se menciona que INJALRESO sea la unidad responsable de vigilar el cumplimiento de sus obligaciones. El gobierno no entregó al periodista Pepe Toral los informes, ni explicó su contenido, ni señaló si alguien los recibió. Y peor aún: no hay constancia de que alguien se los haya exigido.
Frente a la falta de informes, el periodista decidió ir más allá. Solicitó que se le informara cuáles fueron los entregables, los productos concretos, los resultados derivados de la contratación. Y aquí es donde el disparate alcanza dimensiones kafkianas.
La Secretaría de la Hacienda Pública le respondió —y cito textualmente— que no puede entregar los resultados de la contratación «por tratarse de un hecho futuro a realizarse». Repito: un contrato que se firmó y concluyó en 2019, hace seis años, es considerado por la autoridad como un hecho futuro. No una omisión, no una irregularidad, no una burla: un hecho que aún no ocurre.
¿Estamos ante una administración que no distingue entre pasado y futuro? ¿O simplemente ante una estructura de encubrimiento sistemático de irregularidades?
Como si no fuera suficiente, la Secretaría también se negó a entregar copia de los cheques emitidos a nombre de Eli Castro. Alegaron que la información puede consultarse en el portal de nómina. Y, en efecto, ahí aparecen dos pagos: abril y mayo de 2019. Pero el contrato establecía una duración de abril a diciembre de ese año.
La opacidad no es casual. Es un sistema. Es una práctica. Es una forma de gobierno. Porque el caso de Eli Castro no es el único, pero sí es un emblema. Un emblema de cómo se administra el dinero público con lógica de compadrazgo, de cómo se burlan los controles internos, de cómo se simulan funciones para justificar plazas, contratos, favores.
En el fondo, el caso no trata solo de una mujer sin preparación cobrando como asesora. Trata de un gobierno que no da explicaciones, de instituciones que no documentan, de fiscalías que callan y de una sociedad que, con frecuencia, se resigna. La pregunta ya no es si Eli Castro debía o no ocupar ese cargo. La pregunta es: ¿cuántos más como ella hay incrustados en el aparato público? ¿Cuántas nóminas están infladas con nombres que no trabajan, no entregan nada y nadie los supervisa?
La indignación no debería durar solo el ciclo de una noticia. Este tipo de casos amerita un seguimiento constante, una presión sostenida, una exigencia colectiva. Porque mientras se normalice que se contrate a una presentadora de música para emitir opiniones jurídicas, sin estudios, sin experiencia, sin rendición de cuentas, no habrá reforma administrativa que valga ni discurso de austeridad que resista.
Pero, lo terrible en este caso es que, el director del SIAPA sigue sin dar la cara y dar explicaciones. Juan Partida acostumbrado a distribuir pagos generosos a su personal de confianza después de su intento de madruguete en IPEJAL para subirse el sueldo él y sus cercanos, sigue ahí.
¿Saldrá Luis García Sotelo secretario de la Hacienda Pública de Jalisco a explicar este cochinero? O ¿Solo la dejará pasar?
Y mientras la señora Castro cobraba sin rendir cuentas, el gobierno silbaba hacia otro lado… como si la corrupción, cuando es propia, no apestara.
En X @DEPACHECOS