OPINIÓN
¿Conspiración neoliberal?

Opinión, por Pedro Vargas Ávalos//
Un sector del empresariado, los vestigios de la oposición, un radical grupo opositor (farmacéutico, hospitalario, muchos medios de comunicación, la comentocracia balconeada) da la impresión de que fomentan ataques concertados, teniendo en la pandemia del coronavirus 19 la circunstancia ideal para embestir la Cuarta Transformación. La gota que derramó el vaso, a su juicio, fue el informe del Presidente Andrés Manuel López Obrador, expresado el domingo 5 de este mes de abril.
Para el líder de la que se denomina IV Transformación de la vida nacional, o sea el primer mandatario de la nación, el eje fundamental para salir de la crisis que provoca la pandemia, es el apoyo a 22 millones de mexicanos empobrecidos, el otorgamiento de dos millones cien mil créditos para el sector privado y el informal, así como la creación de dos millones de empleos a partir de este mes. Y todo eso sin endeudar a la nación ni aumentar impuestos o dar gasolinazos. Complementariamente, el secretario de Hacienda Arturo Herrera, informó que se tomarán “medidas adicionales” a las anunciadas por el presidente si los cambios en la economía lo demandan, para lo cual la evalúan todos los días.
La postura del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) dirigido por el equilibrado señor Carlos Salazar, presionado por grupos radicales del empresariado (como la Coparmex y Concamin), a partir del martes 7 de abril fue de enfrentamiento al gobierno. No cabe duda de que al maduro dirigente (hasta la fecha) lo orillaron a esa actitud, parte de sus representados que están airados porque, al viejo estilo del prianismo, esperaban una especie de rescate. Algunos empresarios de plano apuntaron lo que venían acariciando desde su derrota en las elecciones de julio de 2018: Amlo, corriges o te vas. Salazar les hizo eco, aunque les advirtió: Los que crean eso, organícense y participen cuando venga el plebiscito de revocación del mandato presidencial.
Afirma el escritor Pedro Miguel, que para esos grupos, tal pareciera que el mejor escenario nacional sería el de Guayaquil (donde la pandemia hizo estragos), lo cual significaría una catástrofe para México y desde luego el fracaso del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, hemos de reflexionar que los empresarios más ricos, como Carlos Slim, Germán Larrea o Ricardo Salinas, tienen buena relación con el presidente. Dentro de esa idea, a Palacio Nacional llegaron el 7 de abril, Antonio Del Valle, presidente del Consejo Mexicano de Negocios (CMN), así como los empresarios Emilio Azcárraga, dueño de Televisa y Valentín Diez Morodo, presidente del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (COMCE). Todos, a la par del primer mandatario, han expresado su disposición para colaborar y salir de la crisis.
Pero los medianos y pequeños patrones aseguran que no encuentran ese puente y que el primer magistrado no comprende a las empresas, en su firme idea de ayudar a los pobres. El inconveniente mayor es que todo eso y más, estos empresarios lo expresan con crispación, o sea, sumamente irritados, exasperados, asomando antipatías y desbordando sus pretensiones.
Dicen esos empresarios no tan grandes, que ellos otorgarán vacaciones pagadas durante abril (es la Semana Santa y de Pascua, tradicionalmente de asueto) para asegurar el aislamiento, pero a cambio, el gobierno debería regresar rápidamente los saldos favorables del IVA de 2020, aplazar el pago de ciertos servicios que genera (electricidad, etc.), o impuestos como el sobre la renta (ISR) o el IEPS, incluso diferir cargas sociales como las cuotas al IMSS, para pagar unos y otros en plazos el año que viene, y a los que sean puntuales darles estímulos. Finalmente piden un fondo público de cien mil millones de pesos para que la banca de desarrollo, les garantice el otorgamiento de créditos por la banca privada. Todo eso, aseguran casi en tono de amenaza, que le conviene al gobierno porque, de no otorgarse tales facilidades, las empresas cerrarán y los trabajadores serán problema del régimen por muchos años, pues engrosarán las filas de los pobres.
Al hablar de rescate, pensaban los empresarios en préstamos externos, olvidándoseles patéticos ejemplos como Haití o Argentina, países donde el brutal resultado de las carretadas de deuda exterior que promovieron, los llevó a la bancarrota, que se traduce en tragedias para sus pueblos. La deuda siempre ha empobrecido a los más necesitados, porque para pagarla se tienen que relegar programas sociales, de salud y comunicaciones, de edificar casas de estudio, centros rurales y en general infraestructura.
Sobre la pandemia, el problema es mundial, y lo ideal sería que hubiese soluciones de esa índole. Pero no hay líderes de tal magnitud para implementar medidas de corte global, (como fue el Plan Marshall) que serían las recomendables: Trump, es un bodrio, el hoyo negro del orbe; Merkel, está desgastada; Macrón, vacío, en tanto que Boris Johnson es vano y de pilón contagiado. ¿China? no es una democracia, por lo que cuando actúa lo hace obsesionada por sus intereses. La ONU no tiene capacidad para implementar medidas de magnitud y el Fondo Monetario Internacional, solo ve como servir el interés de las grandes potencias.
Volviendo al encaramiento de empresarios con el gobierno, diremos que es natural haya diferencias entre el poder del estado, legítima, democráticamente electo, y el poder económico (donde no hay democracia y se había mal acostumbrado a meterse en lo político). Son dos sectores claramente definidos pues el público no tiene como meta el lucro y en cambio el otro, lograr ganancias es su resaltante objetivo. Eso no debe implicar la pérdida de la unidad nacional, indispensable para salir avante de este trance. Ojalá que la crispación pase, y ahora esas discrepancias solo sean en público y con sensatez, no como en otros tiempos, en que se hacían en lo oscuro y tramando conjuras.
MUNDO
Musk, el gran perdedor en su choque con Trump

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
El enfrentamiento entre Elon Musk y Donald Trump, dos titanes que pasaron de aliados a fieros adversarios, revela una lucha de poder con profundas implicaciones. Musk emerge como el principal perdedor, con daños a su reputación, empresas y capital político, mientras Trump consolida su autoridad y avanza su agenda.
Este choque, más allá de una disputa personal, refleja tensiones entre nacionalismo y globalismo, errores estratégicos de Musk y desafíos para países como México en un contexto de políticas proteccionistas.
Musk cometió un error al integrarse al gobierno de Trump, asumiendo que su riqueza, influencia mediática y popularidad en redes le otorgarían un rol protagónico en Washington. Subestimó la dinámica política estadounidense, donde el poder reside en cargos electos, no en asesores externos. Su visión globalista y tecnocrática chocó con el nacionalismo de Trump, especialmente en temas como aranceles y gasto público, generando fricciones con figuras clave de la administración, como Peter Navarro y Howard Lutnick.
La incursión política de Musk tuvo un costo elevado para sus empresas, particularmente Tesla. Las acciones de la compañía se desplomaron, con pérdidas estimadas en 9,000 millones de dólares en valor de mercado, tras la controversia con Trump. Esta caída, junto con las críticas a su gestión, refleja una pérdida de confianza de los inversores, quienes percibieron que Musk priorizó ambiciones políticas sobre la innovación tecnológica. La estabilidad de Tesla y su futuro están ahora en entredicho, evidenciando el impacto desastroso de esta aventura.
El choque entre Musk y Trump también fue una batalla de egos. Musk, acostumbrado a liderar, no estaba preparado para un rol subordinado en una administración que exige lealtad absoluta a Trump. La ruptura era previsible: dos personalidades dominantes compitiendo por controlar la narrativa política en un momento de reacomodo del orden global. Musk buscó influir en políticas que beneficiarían a Tesla y SpaceX, como desregulación y contratos federales, pero subestimó el costo reputacional y financiero de alinearse con Trump.
En un contexto geopolítico, la agenda proteccionista de Trump, que prioriza la economía estadounidense frente a competidores como China, chocó con la visión globalista de Musk, defensor del libre comercio.
Este desacuerdo refleja tensiones más amplias entre nacionalismo económico y globalización, con implicaciones para México. Los aranceles propuestos por Trump podrían imponer nuevas barreras comerciales, afectando la economía mexicana, que depende de su relación con Estados Unidos. México debe prepararse para negociar con una administración fortalecida tras neutralizar a Musk.
Musk podría argumentar que su incursión política buscaba beneficiar a sus empresas a largo plazo, consolidando su imagen entre los círculos conservadores que apoyan su discurso de libre mercado. Sin embargo, los resultados inmediatos muestran un fracaso: no logró influir en las políticas clave y sacrificó la estabilidad de sus compañías. Su falta de experiencia en el ámbito público lo hizo vulnerable a los juegos de poder de Washington, una lección que otros empresarios han aprendido a un costo similar.
Para recuperar su posición, Musk debe enfocarse en restaurar la confianza en Tesla y sus otras empresas, evitando futuras incursiones políticas mal calculadas. Su reputación como innovador está en riesgo, y la percepción de oportunismo político podría alejar a inversores y consumidores. Mientras tanto, Trump sale fortalecido, manteniendo el control de su administración y demostrando que, en la política estadounidense, el poder electoral supera a la influencia mediática o económica.
El caso de Musk es un recordatorio de que el poder económico no siempre se traduce en poder político. Su intento de influir en Washington, sin comprender las dinámicas de poder, resultó en un revés significativo.
México y América Latina, por su parte, enfrentan el desafío de adaptarse a un entorno de políticas proteccionistas, donde la fortaleza de Trump podría complicar las relaciones comerciales. La lección es clara: en los juegos del poder, la estrategia y la preparación son tan cruciales como la ambición.
P.D. Tras su ruptura el 5 de junio de 2025, Musk acusó a Trump en X de aparecer en los archivos de Epstein, sin pruebas. Trump lo llamó “loco” en Truth Social, amenazando con cancelar contratos del gobierno estadounidense con Musk. Tesla perdió 150 mil millones de dólares. Musk reclamó la victoria electoral de Trump en 2024; Trump lo acusó de ingratitud, marcando un quiebre definitivo.
Beisbol
Julio Urías y el sueño guinda: ¿Un regreso triunfal a Tomateros?

Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //
¿Es posible que en octubre veamos a Julio Urías, el talentoso pitcher mexicano, lanzar con los Tomateros de Culiacán en la Liga Arco Mexicana del Pacífico? ¿O es solo un anhelo de los aficionados que soñamos con ver al monticulista sinaloense retomar su carrera tras la sanción impuesta por la MLB, que concluirá el 17 de julio de 2025, después del Juego de Estrellas?
La afición guinda, reconocida como una de las más apasionadas de México, vibraría con el regreso de su hijo pródigo al montículo. Urías podría encabezar un roster estelar junto a ex grandes ligas como el relevista Víctor González y el poderoso Joey Meneses, formando un equipo competitivo que elevaría el espectáculo de la Liga Arco y atraería a más aficionados al estadio.
A sus 28 años, Julio Urías sigue siendo un talento excepcional. Su recta, que supera las 97 millas por hora, y su variado repertorio de pitcheos lo consolidaron como una pieza clave en la Serie Mundial de 2020 con los Dodgers de Los Ángeles. Sin embargo, su carrera se vio opacada por un caso de violencia doméstica que derivó en cinco cargos menores en Los Ángeles. Aunque la Fiscalía del Condado no presentó cargos graves, Urías se declaró no culpable a uno de los delitos, mientras que los otros cuatro fueron desestimados tras aceptar un programa de tratamiento de un año.
La MLB, tras su investigación, determinó que Urías violó la Política Conjunta de Violencia Doméstica, Agresión Sexual y Abuso Infantil, imponiéndole una suspensión que finalizará a mitad de la temporada 2025. Aunque esto le permitirá recuperar su elegibilidad, el estigma y el «pacto no escrito» entre los dueños de equipos de Grandes Ligas podrían complicar su retorno al béisbol estadounidense.
Aquí es donde surge la posibilidad de verlo en la Liga Arco con los Tomateros, el equipo de sus amores desde niño. Vestir el uniforme guinda en Culiacán, su ciudad natal, sería más que un regreso al béisbol: sería una oportunidad para reconectar con sus raíces, donde brilló en categorías infantiles y juveniles antes de ser firmado por los Dodgers a los 16 años.
La afición culichi, conocida por su lealtad, recibiría a Urías con los brazos abiertos, ofreciéndole el apoyo que necesita tras los momentos difíciles. Este retorno cumpliría un sueño que el propio pitcher expresó en 2021: jugar con el equipo de su tierra. Más allá de lo deportivo, sería un capítulo de redención personal, un mensaje de que los errores no definen el futuro de un talento generacional.
Si Urías demuestra un cambio genuino y compromiso, su incorporación a los Tomateros no solo revitalizaría su carrera, sino que también inspiraría a peloteros y aficionados, mostrando que la perseverancia puede superar los tropiezos. Su llegada sería un hito para la Liga Arco, un impulso para el béisbol mexicano y una narrativa de superación que combina datos, pasión y emoción.
Aunque no hay certeza de que Urías juegue con los Tomateros, la posibilidad existe. Todo dependerá de si un equipo de MLB lo contrata tras el fin de su sanción o si decide regresar a casa para escribir un nuevo capítulo en su historia. La pelota está en el aire, y los aficionados guindas ya sueñan con verla cruzar el plato.
MUNDO
El rompimiento de Musk con Trump

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
El quiebre se anticipaba, lo que muchos preveían ocurrió antes de lo esperado: la ruptura entre el magnate Elon Musk y el presidente Donald Trump. Musk, quien había apoyado fervientemente a Trump durante su reelección en 2024 y fue nombrado jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), anunció su separación del gobierno trumpista, frustrado por políticas que calificó de “absurdas” y decepcionantes.
Críticas contundentes a la política fiscal
El 3 de junio de 2025, Musk arremetió en la plataforma X contra la ley “One Big Beautiful Bill Act”, aprobada por la Cámara de Representantes, que incluye recortes de impuestos por billones de dólares y un aumento en el gasto de defensa. La describió como una “abominación repugnante”, advirtiendo que incrementará el déficit presupuestario en $600 mil millones para el próximo año fiscal, según señaló en CBS News.
Musk, quien logró ahorros estimados en $175 mil millones a través de DOGE, criticó que el proyecto contradice sus esfuerzos de austeridad, alertando que “este nivel de gasto excesivo llevará a Estados Unidos a la esclavitud de la deuda”, con un déficit proyectado de más de $2 billones anuales y un 25% de los ingresos gubernamentales destinados a intereses.
Tensiones económicas y políticas
Análisis independientes de la Oficina Presupuestaria del Congreso respaldan las preocupaciones de Musk, estimando que la ley podría elevar el déficit entre $2.3 y $3.8 billones en una década, aunque cuestionan la efectividad de las cifras de DOGE por inconsistencias. Además, la eliminación de incentivos para vehículos eléctricos en el proyecto afecta directamente a Tesla, lo que podría influir en la postura de Musk, cuya empresa ya enfrenta protestas y caídas en ventas por su asociación con Trump.
Mientras tanto, Trump defiende los recortes fiscales, aunque reconoce aspectos mejorables, y su administración, a través de Stephen Miller, niega que la ley agrave el déficit, contradiciendo los análisis.
Un rompimiento con repercusiones
La ruptura no solo refleja diferencias ideológicas sobre el gasto público, sino también tensiones comerciales, como los aranceles que Musk ya había criticado por su impacto en Tesla. Aunque Trump no ha confrontado directamente a Musk, la influencia del magnate podría complicar el avance de la ley en el Senado, donde enfrenta resistencia de republicanos fiscalmente conservadores.
Este quiebre evidencia las complejidades de una relación marcada por intereses económicos y políticos en conflicto, dejando un escenario incierto para ambos.
Un futuro incierto en el tablero del poder
El rompimiento entre Elon Musk y Donald Trump no solo sacude la política fiscal estadounidense, sino que también podría redefinir alianzas en el escenario global. La salida de Musk del gobierno trumpista, junto con su capacidad para influir en la opinión pública y en el Senado, amenaza con frenar la ambiciosa «One Big Beautiful Bill Act», mientras las tensiones comerciales y los intereses de Tesla agravan el distanciamiento.
Este quiebre podría debilitar la cohesión del bloque republicano, afectar la credibilidad de Trump en temas económicos y abrir un nuevo capítulo de incertidumbre, donde la voz de Musk, aún poderosa, podría moldear el rumbo de Estados Unidos en un momento crítico.
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