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NACIONALES

Ataques y descalificaciones sistemáticas: La terca comentocracia y su visión sesgada contra el gobierno de Sheinbaum

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Opinión, por Pedro Vargas Ávalos //

Existe un sector de mexicanos que no pueden ver, oír o escuchar lo que consideran es distinto a la opinión de ellos; creen que su punto de vista debe ser contemplado como guía de la sociedad y monitor del orden político. Apoltronados en medios de comunicación tradicionales -prensa, radio y televisión- a diario pregonan sus verdades a medias y simulan desgarrarse las vestiduras ante sucesos que no aprueban.

En confesión de esa actitud, citamos lo que aseguró Héctor Aguilar Camín, luego de que el 20 de mayo del año pasado, él y 200 presuntos intelectuales firmaran un manifiesto respaldando a Xóchitl Gálvez, la derrotada candidata presidencial del PRIANRD. La frase surgió en una entrevista para los periodistas del medio informativo “Sin Embargo”. En ella expresó que deseaba el regreso de “los apapachos” a la “comunidad cultural” de parte de los anteriores gobiernos. Esos “apapachos”, les dijo el expresidente López Obrador, se reflejaba en millonarios apoyos (vulgarmente chayotes); sin embargo, asentó el tabasqueño, que era de agradecer que al menos ahora lo declararan con impúdica “sinceridad”, pues tal como afirmó el aludido Aguilar Camín: “es que antes los apapachaban en el Gobierno y ahora ya no…” (Revista Polemón, 24-mayo-2024).

Contumaces por definición, esos “comentócratas” no cejan en sus empeños de denostar a todo gobierno que no los acaricie (vulgo apapacho) por lo que, la actual administración federal -que huele a lopezobradorismo-, caracterizada ahora como “claudista”, por el nombre de la presidenta Claudia Sheinbaum (CS) es objeto de aprensivos señalamientos.

Advertida de esa conducta, la mandataria consignó en su discurso por los Cien Días, enunciado en el zócalo capitalino el domingo 12 reciente: “Nos critican algunos medios, la comentocracia: “¿por qué no nos diferenciamos?, ¿por qué defendemos los Programas de Bienestar o las obras estratégicas?, ¿por qué hay continuidad en el proyecto?” Y luego ella misma dice la razón: “siempre lo dijimos, ¿cuál sorpresa?, por eso luchamos durante todos estos años. Para eso nos eligieron, para dar continuidad a la Transformación de la Vida Pública de México, iniciada en el año 2018”.

Basta leer algunos de los diarios dizque de circulación nacional, escuchar ciertos programas radiofónicos o ver noticiarios televisivos, para darnos cuenta de que, en efecto, los “intelectuales” orgánicos, llanamente comentócratas, cada vez, en vez de reflexionar sobre su postura, insisten en sus desplantes impugnadores. Por ejemplo, escribe Carlos Elizondo Mayer-Serra: Claudia Sheinbaum, en los primeros cien días de su gobierno “Debe estar muy satisfecha. Ha reconstruido el régimen político, pasando de un sistema con ciertos contrapesos y una democracia imperfecta, a uno sin contrapesos cada vez más autoritario”. (Reforma, 2025-01-12).

En El Universal, afirma un colaborador: marcha con un maratón legislativo de una veintena de polémicas reformas constitucionales y otras tantas iniciativas por venir que cambiarán el rostro del Poder Judicial y la seguridad pública que representan el entierro del pasado régimen en la prolongada lucha por la República entre dos proyectos de nación…”. (José Buendía Hegewisch, 1-I-025).

Pero lo anterior apenas son asomo de lo que pregonaron adalides de la comentocracia, como Enrique Krauze, quien en su cuenta de X (twitter) borroneó: “Después de ser una monarquía, el 4 de octubre de 1824 México se convirtió en una república. Pasaron 200 años. En septiembre de 2024, México dejará de ser una república para convertirse en una monarquía… ¿Lo permitiremos?”. Lo anterior generó, en la misma red social, un comentario burlesco de Jairo Calixto Albarrán: “¡Creo que Krauze ve más algoritmos que Pedro Ferriz!” (agosto 24, 2024).

El otro cabecilla de la comentocracia mexicana, es sin duda Héctor Aguilar Camín, quien expuso: “Asistimos este año a la demolición constitucional de la democracia y de sus instituciones. Prácticamente quedó instalada en nuestro país una dictadura legal.” Y remata: “La democracia mexicana ha sido desmontada con los instrumentos de la democracia”. (Milenio, XII-20- 2024).

Esto ameritó una respuesta de la primera mandataria, quien tras preguntarse si practicar la democracia es autoritarismo, exclamó en una Mañanera: «Está molesto porque se le acabó el uso de recursos públicos para su beneficio» y enseguida, sobre los comentócratas manifiesta que “su enojo…les pone un velo que evita que hagan un análisis de lo que realmente está pasando en el país…un apoyo muy grande a la Cuarta Transformación…” (El Ciudadano, 27-XII-024).

Aun cuando la titular del poder ejecutivo federal afirmó que al llegar ella al poder no lo hacía sola, sino con todas las mexicanas, hay acervas críticas que la contradicen. Y una de las más destacadas es la columnista Denise Dresser, quien afirma y recontra afirma que Sheinbaum no gobierna, sino su predecesor, según declaró en redes sociales: “A 100 días de haber asumido el poder, Claudia Sheinbaum es una Presidenta Pigmalión. Detrás de ella hay un hombre que la ha moldeado y creado para asemejársele. El bastón de mando lo carga ella, pero lo mueve él.” Y con filosa pluma, opina de la reforma judicial que Claudia apoyó: “es dolorosa, surreal y decadente”. En cambio, la primera magistrada de la nación sostiene que, con tal innovación constitucional, el poder judicial se democratiza, el nepotismo termina y la corrupción en el ramo de justicia desaparecerá, siendo ahora sí rápida, expedita y gratuita para beneficio del pueblo.

Con los anteriores ejemplos, que sirven como botones de muestra de la calculadora comentocracia orgánica, o sea los antes apapachados intelectuales y escribidores de la comunicación tradicional, beneficiados en administraciones neoliberales generosamente por el erario, queda más que probado el sesgo de tales personajes. Pero podríamos mencionar centenas de “comunicadores” de la calidad de los siguientes: Sergio Sarmiento, Raymundo Rivapalacio, Ricardo Alemán, Leo Zuckerman, Azucena Uresti, Carlos Loret de Mola, Jorge Castañeda Gutman, Luis Cárdenas, Carlos Marín, Joaquín López Dóriga, Héctor de Mauleón, Ciro Gómez Leyva, Lorenzo Córdoba, Federico Reyes Heroles, Pablo Hiriart, Jesús Silva Herzog Márquez y un larguísimo etc.

Y la animadversión de los simpatizadores de la comentocracia llega hasta a los medios sociales, donde la inteligente y bella tapatía Altagracia Gómez -quien colabora con la Presidenta, sin recibir sueldo- fue infamada por la vestimenta que lució el día de la presentación del Plan México; indumentaria ciertamente muy mexicana y garbosa.

Es una verdadera tristeza que tantos y tan inteligentes articulistas-escritores, no se sumen a la unidad nacional que demanda la república. En tal tesitura se encuentran las mayorías de las oposiciones inscritas dentro de la reacción conservadora, al estilo del magnate Claudio X. González Guajardo. Más como afirmó nuestra Presidenta: a estas alturas de la historia no es la corrupción, la triquiñuela, el odio, el clasismo, el racismo y el machismo — reminiscencias de la sociedad de castas de la Colonia, del conservadurismo decimonónico y el reciente neoliberalismo— lo que genera libertad, justicia social, solidaridad, progreso y la democracia, principios que sostenemos los mexicanos en su mayoría y que son el sustento de la patria que anhelamos.

Afortunadamente, gobernadores y alcaldes de todo el país, demostraron el pasado 16 en la capital azteca, en una inédita reunión que sostuvieron con la mandataria, por voz del ejecutivo neoleonés Samuel García, de Movimiento Ciudadano, que cerraban filas alrededor de la Presidenta, secundándolo el priísta de Durango, Esteban Villegas, quien manifestó: “Estoy convencido que, cuando trabajamos unidos federación, estados y municipios, podemos hacer mucho más cosas, mucho más rápido y con mucho más efectividad. Por eso, sigamos así, unidos, porque México es más grande que cualquiera de nosotros… más grande que cualquier color… más grande que cualquier tema de grupo o particular”. (La Jornada, 16-I-2025).

Por lo anterior, es bueno que escuchen los comentócratas sesgados y sus semejantes de las derechas, lo que con firmeza exteriorizó Claudia Sheinbaum al exponer logros y propósitos con motivo de sus cien días de gobierno y que debemos suscribir la mayoría de compatriotas: “Que se oiga bien, lejos y fuerte: No vamos a regresar al modelo neoliberal; no vamos a regresar al régimen de corrupción y de privilegios, no dejaremos que regrese la decadencia del pasado, donde se gobernaba para unos cuantos…hoy tenemos un México vivo, soberano, independiente, libre, democrático, cada vez más justo, con un pueblo alegre, entusiasta y empoderado”.

Así es que, al unísono de todos los mexicanos -ojalá se sumaran los comentócratas y oposiciones- debemos secundar lo que dijo en la antedicha reunión el mandamás panista de Querétaro, Mauricio Kuri, el pasado jueves 16: “es tiempo de unidad, es tiempo de tener únicamente tres colores: el verde, el blanco y el rojo…seamos conscientes de que enfrentamos retos de gran trascendencia. La historia nos recuerda que, divididos, garantizamos la desventura; también, que cuando estamos unidos, nada derrota a las y los mexicanos”.

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NACIONALES

Elecciones del Poder Judicial: Abstención del 86 por ciento; votaron 13 millones, es decir, entre el 12.57 y 13.32%

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Por Mario Ávila //

En un ejercicio sin precedentes en la historia de México y del mundo, alrededor de 13 millones de ciudadanos salieron a las urnas este domingo para elegir por voto popular a jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial Federal.

La jornada electoral, que transcurrió sin incidentes graves en el país, marcó un hito en la democracia mexicana, aunque también dejó al descubierto los retos de un proceso inédito que busca transformar una de las instituciones más importantes del Estado.

Participación ciudadana: Un 13% acude a las urnas

A las 23:00 horas de este domingo, la presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE), Guadalupe Taddei Zavala, ofreció un corte informativo sobre la jornada electoral. Según las estimaciones del INE, la participación ciudadana osciló entre el 12.57% y el 13.32%, lo que equivale a un rango de 12.5 a 13.3 millones de votantes de un padrón de 99.7 millones de ciudadanos registrados en el Listado Nominal del Electorado.

Para obtener esta cifra, el INE recurrió a una muestra representativa de 1,644 casillas seccionales, equivalente al 2% de las más de 83 mil instaladas en todo el país. La muestra fue diseñada por expertos en estadística y matemática, garantizando su representatividad. Aunque la participación fue baja comparada con otros procesos electorales, Taddei celebró el ejercicio como “una etapa histórica para el INE, como organizador y depositario de la confianza ciudadana, que ha hecho todo para garantizar una elección transparente”.

Para contextualizar, la participación en la elección presidencial de 2024, que llevó a Claudia Sheinbaum a la presidencia, alcanzó el 61%, mientras que en la Revocación de Mandato de 2022, durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, votaron 16.5 millones de mexicanos (un 17.7%).

En la consulta para juzgar a expresidentes de 2021, otro proceso inédito, la participación fue aún menor, con un 7.4%. Si bien la elección del Poder Judicial no puede compararse directamente con estos ejercicios, la cifra del 13% refleja los desafíos de involucrar a la ciudadanía en un proceso complejo y poco familiar.

Un proceso de conteo escalonado y transparente

El cierre de casillas marcó el inicio de un arduo proceso de cómputo que se lleva a cabo en los 300 Consejos Distritales del INE, donde miles de funcionarios y ciudadanos trabajan para dar certeza a los resultados. Taddei explicó que, a diferencia de elecciones anteriores, el conteo comenzó a las 18:00 horas del mismo domingo, transmitiéndose en vivo a través de los canales del INE y bajo la supervisión de observadores electorales para garantizar máxima publicidad.

En esta elección se renovaron 881 cargos del Poder Judicial: 9 ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), 2 magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), 5 magistraturas del Tribunal de Disciplina Judicial, 15 magistraturas de Salas Regionales del TEPJF, 464 magistraturas de Tribunales de Circuito y 386 jueces de Distrito. La magnitud del proceso obligó al INE a diseñar un calendario escalonado para el cómputo de votos.

Del 1 al 3 de junio se contarán los votos para la SCJN, y entre el 3 y el 4 se computarán los del Tribunal de Disciplina Judicial. Los días 4 y 5 se dedicarán a la Sala Superior del TEPJF, mientras que del 5 al 6 se contarán los votos de las Salas Regionales.

Entre el 6 y el 8 de junio se procesarán los votos para Tribunales de Circuito, y del 7 al 10 los de jueces de Distrito. El 12 de junio se validarán los resultados, y el 15 se realizarán los cómputos nacionales, declarando la validez de la elección y entregando constancias de mayoría a los ganadores.

López Obrador reaparece y respalda la reforma

Un momento que captó la atención nacional ocurrió a las 9:50 de la mañana en Palenque, Chiapas, cuando el expresidente Andrés Manuel López Obrador, principal impulsor de esta reforma durante su sexenio, reapareció para votar en una casilla especial.

Visiblemente más delgado, con el cabello corto y vestido con una guayabera blanca con vivos guinda, López Obrador habló con los medios tras emitir su voto: “Nunca en la historia de nuestro país el pueblo había tenido el derecho de elegir directamente a jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial. Es la primera vez, por eso quise participar en esta elección histórica”.

El expresidente aprovechó para elogiar a la presidenta Claudia Sheinbaum, a quien calificó como “la mejor del mundo”, y reveló que está trabajando en un nuevo libro sobre la grandeza cultural de México. “Es la tercera vez que salgo de la quinta, porque estoy escribiendo algo que les va a gustar mucho”, adelantó, generando expectativa entre sus seguidores.

Protestas y elecciones concurrentes

Mientras López Obrador celebraba el proceso, en la Ciudad de México y otras capitales estatales se registraron marchas de protesta contra la elección, lideradas por miembros del Partido Acción Nacional (PAN), exfuncionarios del Poder Judicial y comunicadores opositores a Morena. Las críticas señalaron la falta de información, la confusión en las boletas y las irregularidades reportadas, como el uso de “acordeones” para orientar el voto, lo que algunos consideran una forma de manipulación.

Este domingo también se eligieron cargos del Poder Judicial en 19 estados de la República, además de elecciones municipales en Veracruz y Durango. En:Jalisco, Luis Zamora Cobián, vocal de la Junta Local del INE, aseguró que la jornada transcurrió sin incidentes relevantes. “Fue una buena elección, no hubo hechos que lamentar en el estado”, afirmó, destacando el esfuerzo de organización en un contexto de procesos concurrentes.

Un hito con retos pendientes

La elección del Poder Judicial Federal marcó un antes y un después en la democracia mexicana al permitir que la ciudadanía participe directamente en la renovación de una institución clave. Sin embargo, la participación del 13% evidencia los retos de un proceso complejo, con miles de candidatos y cargos poco conocidos para la población. La desinformación, la falta de campañas efectivas y las irregularidades reportadas, como el uso de “acordeones”, subrayan la necesidad de ajustes para futuros ejercicios de este tipo.

A pesar de estos desafíos, el INE reafirmó su compromiso con la transparencia y la legalidad, asegurando que cada voto será contado con certeza. Esta elección, aunque perfectible, sienta un precedente para la democratización de instituciones tradicionalmente alejadas de la participación ciudadana. Ahora, el país espera los resultados que definirán el rumbo del Poder Judicial, mientras la sociedad reflexiona sobre el impacto de este proceso en el equilibrio de poderes y la consolidación de la democracia mexicana.

LOS NÚMEROS

Los ciudadanos salieron a las urnas para elegir mil 800 puestos en los poderes judiciales locales y federales:

9 ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)

2 Magistraturas de la Sala Superior y 15 de las Salas Regionales del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF)

5 integrantes del Tribunal de Disciplina Judicial (TDJ)

464 Magistraturas de Circuito

386 personas Juzgadoras de Distrito

Se registraron 1,700 incidentes durante la jornada

De acuerdo con el corte de caja que dio el INE a las 18:00 horas, se instalaron en el país 83 mil 974 casillas, lo que representa el 99.98%. Las casillas cerraron alrededor de las 18:00 horas luego de su apertura a las 08:00 horas, después de la tradicional ceremonia de honores a la Bandera en la explanada del INE.

En tanto, el INE reportó 1770 incidentes; de los más relevantes, 500 fueron incidentes relacionados con la interferencia para impedir la realización de la jornada «sin causa justificada». Las incidencias fueron desde riesgo en casillas hasta el mal tiempo por el clima. De todas las incidencias reportadas, el 80.4% fueron atendidas.

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JALISCO

Morena en Jalisco: El fracaso de la reforma judicial y el rechazo ciudadano

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

La participación del 7.5% en las elecciones judiciales del pasado domingo en Jalisco, la más baja del país, es un mensaje contundente de la ciudadanía: un rechazo claro a la reforma judicial impulsada por Morena y una señal de desconfianza hacia las instituciones. Este resultado no solo expone las fracturas internas del partido en el estado, sino que también pone en duda la legitimidad del proceso y plantea serios desafíos para el futuro político de Morena y la presidenta Claudia Sheinbaum en una región clave.

Un abstencionismo que habla

El 7.5% de participación –equivalente a un 92.5% de abstención– no puede interpretarse de otra manera que como un fracaso estrepitoso de los operadores y liderazgos de Morena en Jalisco. Figuras como Carlos Lomelí, Claudia Delgadillo, Chema Martínez y Laura Imelda Pérez, así como la Universidad de Guadalajara, mostraron una incapacidad evidente para movilizar al electorado.

¿Dónde quedó el morenismo que prometía transformar el estado? El abstencionismo no solo refleja la falta de articulación del partido, sino también un rechazo público a lo que muchos perciben como un intento de Morena por controlar el Poder Judicial y socavar su independencia.

En mi columna del lunes, titulada “¿Democratización o control político?”, planteé si este proceso realmente democratiza la justicia o si es un mecanismo para consolidar el poder de Morena. Los números de Jalisco responden con claridad: los ciudadanos ven más allá de la narrativa oficial de “democratización” y perciben la reforma como una toma de poder, especialmente en un contexto donde Morena domina el Congreso de la Unión.

Líderes sociales como el arzobispo de Guadalajara, Francisco Robles Ortega, han criticado el proceso como un ejercicio que favorece la agenda de Morena en lugar de mejorar el sistema judicial. Su descripción de un proceso “planchado” resuena con un electorado jalisciense históricamente receloso del control centralizado, lo que explica su decisión de abstenerse.

Fragmentación y divisionismo en Morena

Otro factor detrás de esta baja participación es la fragmentación interna de Morena en Jalisco. El partido carece de unidad y de una visión compartida; en su lugar, prevalece una lucha de intereses por el control y el poder. Los liderazgos locales, más preocupados por sus agendas individuales que por un proyecto colectivo, se comportan como “perros y gatos en disputa”, cada uno aferrado a su hueso. Desde la Ciudad de México, figuras como Leonel Cota Montaño y Alfonso Ramírez Cuéllar intentaron, sin éxito, alinear a los grupos locales. A pesar de sus declaraciones públicas de unidad y de promesas de duplicar la participación, el morenismo jalisciense quedó en evidencia.

La Universidad de Guadalajara, que se involucró en el proceso, tampoco logró movilizar al electorado. Su incapacidad para mantener el registro del partido Hagamos en elecciones pasadas ya había mostrado sus limitaciones, y esta elección judicial lo confirmó. Morena le falló a la presidenta Sheinbaum al no conectar con los jaliscienses, un estado donde el partido ha enfrentado dificultades históricas para consolidarse. Si en la elección federal de 2024 Morena obtuvo resultados en Jalisco, el mérito fue del liderazgo de Sheinbaum, no de las figuras locales, marcadas por el divisionismo, el egocentrismo y el individualismo.

Desconfianza institucional y desencanto ciudadano

El 92.5% de abstención no solo es un rechazo a la reforma judicial, sino también un reflejo del desencanto con el sistema político en general. La percepción de que estas elecciones carecen de legitimidad o de un impacto real en la justicia ha exacerbado la crisis de confianza en las instituciones. Los ciudadanos jaliscienses, conocidos por su tradición de autonomía y resistencia al poder central, ven en esta reforma un intento de Morena por imponer su agenda, más que una solución genuina a los problemas del Poder Judicial, como la corrupción, el nepotismo y la falta de acceso a la justicia.

Esta desconfianza se suma a la falta de información y a la complejidad del proceso electoral. Con miles de candidatos y cargos poco conocidos, muchos ciudadanos optaron por no participar, percibiendo el ejercicio como una farsa diseñada para favorecer a Morena. La baja participación en Jalisco, comparada con el promedio nacional del 13%, refleja un sentimiento anti-morenista que podría fortalecerse en el futuro, especialmente si el partido no ajusta su estrategia.

Implicaciones para el futuro político de Jalisco

El fracaso de Morena en movilizar a los ciudadanos en un proceso tan publicitado como las elecciones judiciales expone su vulnerabilidad en Jalisco, un estado donde ha luchado por consolidarse frente a fuerzas como Movimiento Ciudadano. Esta baja participación podría fortalecer a la oposición y al sentimiento anti-morenista, abriendo la puerta a que partidos locales capitalicen el descontento ciudadano. Además, el divisionismo interno de Morena podría llevar a una reconfiguración de sus liderazgos en el estado, un proceso que será crucial para su futuro político.

¿Quiénes podrían emerger como nuevos líderes? Esa es una pregunta que aún no tiene respuesta, pero lo que sí está claro es que Morena necesita un liderazgo más inclusivo y una comunicación efectiva para reconectar con los jaliscienses. Sin estos cambios, el partido seguirá enfrentando reveses en un estado estratégico para el panorama nacional. La presidenta Sheinbaum, quien ha apostado por esta reforma como un pilar de la 4T, también enfrenta un desafío: demostrar que puede unificar a su partido y ganar la confianza de regiones tradicionalmente reticentes al proyecto morenista.

Un mensaje claro para Morena

El 7.5% de participación en Jalisco es una combinación de factores: un rechazo a la reforma judicial, una profunda desconfianza en las instituciones, una división interna de Morena y un fortalecimiento del anti-morenismo local.

Este resultado plantea un reto significativo para el partido y para Sheinbaum, quien deberá replantear su estrategia en el estado si busca consolidar su proyecto político a nivel nacional. La ciudadanía jalisciense ha hablado con su abstención, y su mensaje es claro: no basta con discursos de democratización; se necesitan acciones que realmente.

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NACIONALES

Elección judicial en México: ¿Democratización o control político?

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

La elección para renovar el Poder Judicial Federal, celebrada este domingo 1 de junio de 2025, fue presentada por Morena y la 4T como un hito de democracia directa. Sin embargo, el proceso, justificado con el discurso de un Poder Judicial corrupto y elitista, ha generado más dudas que certezas.

La baja participación ciudadana y las múltiples irregularidades sugieren que el objetivo real podría ser el control político de una institución clave para el equilibrio de poderes en México.

BAJA PARTICIPACIÓN: DESCONFIANZA Y DESINFORMACIÓN

Las encuestas de Infobae y El Economista anticipaban una participación de entre el 8% y el 23%, y el INE confirmó un 12% (unos 12.06 millones de votantes de un padrón de 100 millones). Esta abstención histórica no respalda la narrativa de Morena de un apoyo popular, sino que refleja desconfianza y falta de legitimidad. Una encuesta de Enkoll mostró que el 77% de los mexicanos no conocía a ningún candidato, evidenciando una desinformación generalizada.

La complejidad de las boletas, con 3,400 candidatos para 881 cargos y 60 distritos electorales (según la Universidad Iberoamericana), dificultó el voto informado, especialmente en zonas rurales con acceso limitado a información.

El diseño del proceso también parece haber sido opaco. La ausencia de debates públicos y la distribución de «acordeones» –listas de candidatos oficialistas– sugieren manipulación para favorecer a Morena. Estas prácticas, denunciadas por analistas, minaron el voto libre y desincentivaron la participación. La abstención masiva no es apatía, sino una protesta silenciosa contra un sistema que no garantiza transparencia ni equidad.

IRREGULARIDADES: UN PROCESO VICIADO

La jornada electoral estuvo marcada por irregularidades que refuerzan la percepción de un proceso diseñado para beneficiar a Morena. Reportes de El Universal e Infobae documentaron acarreo de votantes, compra de votos y distribución de «acordeones» por los «servidores de la nación». Estas acciones, lejos de ser aisladas, parecen coordinadas para controlar el Poder Judicial.

Además, hubo cargos «sin competencia», con candidaturas únicas en 51 posiciones federales, como en Durango (49 candidaturas para 49 cargos, según Integralia), lo que reduce la elección a una formalidad y cuestiona su pluralidad.

La complejidad del conteo, con casillas atendiendo hasta 2,250 electores (el triple que en elecciones ordinarias), generó dudas sobre la integridad del proceso. El INE enfrentó un desafío logístico sin precedentes, y la tardanza en los resultados —estimaciones para el 3 de junio en el caso de la Suprema Corte y el 5 de junio para el Tribunal Electoral— alimentan especulaciones sobre posibles manipulaciones.

EL DISCURSO DE LA CORRUPCIÓN

Morena justificó la elección señalando corrupción y nepotismo en el Poder Judicial, un discurso que resuena con una ciudadanía harta de la impunidad. Sin embargo, el análisis no resiste un escrutinio crítico. El Índice Global de Impunidad 2025 coloca a México en el último lugar de 69 países, y problemas como la falta de juzgados, la sobrecarga de casos (un juez mercantil en Monterrey maneja 15 mil casos, según Rubén Moreira) y la necesidad de capacitación persisten. Pero la solución propuesta no ataca estas raíces, sino que politiza el Poder Judicial. La presencia de candidatos alineados con la 4T, según El País, sugiere una captura institucional disfrazada de participación popular, más que una verdadera democratización.

IMPACTO EN LA DEMOCRACIA MEXICANA

La baja participación y las irregularidades tienen graves implicaciones. La abstención masiva refuerza la percepción de que las elecciones no son confiables para el cambio institucional. La manipulación del proceso amenaza la independencia judicial, pilar del equilibrio de poderes.

Si el Poder Judicial queda subordinado al Ejecutivo y Legislativo, ambos dominados por Morena, México podría deslizarse hacia un sistema de partido hegemónico, similar al viejo PRI, como advirtió PortalGuanajuato.mx.

La polarización también se ha profundizado. Mientras Claudia Sheinbaum defiende la elección como un hito democrático, críticos como Enrique Krauze y Javier Laynez Potisek la califican de «farsa» y «golpe de Estado». Esta división debilita la confianza en las instituciones y dificulta los consensos necesarios para abordar los problemas reales del sistema judicial.

UN EXPERIMENTO FALLIDO CON COSTOS ALTOS

La elección judicial del 1 de junio de 2025 no democratizó el Poder Judicial ni combatió la corrupción. Se convirtió en un ejercicio de control político que deja al sistema judicial más vulnerable. La baja participación y las irregularidades no son fallas accidentales, sino síntomas de un proceso diseñado para favorecer a Morena sobre los principios democráticos.

México necesita una reforma judicial que fortalezca la independencia, la capacitación y los recursos, no que lo someta al poder político. La factura será alta: un Poder Judicial debilitado, una democracia erosionada y una ciudadanía desencantada. La pregunta es si la sociedad mexicana exigirá una transformación real o si este episodio marcará un retroceso autoritario más profundo.

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