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NACIONALES

Ataques y descalificaciones sistemáticas: La terca comentocracia y su visión sesgada contra el gobierno de Sheinbaum

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Opinión, por Pedro Vargas Ávalos //

Existe un sector de mexicanos que no pueden ver, oír o escuchar lo que consideran es distinto a la opinión de ellos; creen que su punto de vista debe ser contemplado como guía de la sociedad y monitor del orden político. Apoltronados en medios de comunicación tradicionales -prensa, radio y televisión- a diario pregonan sus verdades a medias y simulan desgarrarse las vestiduras ante sucesos que no aprueban.

En confesión de esa actitud, citamos lo que aseguró Héctor Aguilar Camín, luego de que el 20 de mayo del año pasado, él y 200 presuntos intelectuales firmaran un manifiesto respaldando a Xóchitl Gálvez, la derrotada candidata presidencial del PRIANRD. La frase surgió en una entrevista para los periodistas del medio informativo “Sin Embargo”. En ella expresó que deseaba el regreso de “los apapachos” a la “comunidad cultural” de parte de los anteriores gobiernos. Esos “apapachos”, les dijo el expresidente López Obrador, se reflejaba en millonarios apoyos (vulgarmente chayotes); sin embargo, asentó el tabasqueño, que era de agradecer que al menos ahora lo declararan con impúdica “sinceridad”, pues tal como afirmó el aludido Aguilar Camín: “es que antes los apapachaban en el Gobierno y ahora ya no…” (Revista Polemón, 24-mayo-2024).

Contumaces por definición, esos “comentócratas” no cejan en sus empeños de denostar a todo gobierno que no los acaricie (vulgo apapacho) por lo que, la actual administración federal -que huele a lopezobradorismo-, caracterizada ahora como “claudista”, por el nombre de la presidenta Claudia Sheinbaum (CS) es objeto de aprensivos señalamientos.

Advertida de esa conducta, la mandataria consignó en su discurso por los Cien Días, enunciado en el zócalo capitalino el domingo 12 reciente: “Nos critican algunos medios, la comentocracia: “¿por qué no nos diferenciamos?, ¿por qué defendemos los Programas de Bienestar o las obras estratégicas?, ¿por qué hay continuidad en el proyecto?” Y luego ella misma dice la razón: “siempre lo dijimos, ¿cuál sorpresa?, por eso luchamos durante todos estos años. Para eso nos eligieron, para dar continuidad a la Transformación de la Vida Pública de México, iniciada en el año 2018”.

Basta leer algunos de los diarios dizque de circulación nacional, escuchar ciertos programas radiofónicos o ver noticiarios televisivos, para darnos cuenta de que, en efecto, los “intelectuales” orgánicos, llanamente comentócratas, cada vez, en vez de reflexionar sobre su postura, insisten en sus desplantes impugnadores. Por ejemplo, escribe Carlos Elizondo Mayer-Serra: Claudia Sheinbaum, en los primeros cien días de su gobierno “Debe estar muy satisfecha. Ha reconstruido el régimen político, pasando de un sistema con ciertos contrapesos y una democracia imperfecta, a uno sin contrapesos cada vez más autoritario”. (Reforma, 2025-01-12).

En El Universal, afirma un colaborador: marcha con un maratón legislativo de una veintena de polémicas reformas constitucionales y otras tantas iniciativas por venir que cambiarán el rostro del Poder Judicial y la seguridad pública que representan el entierro del pasado régimen en la prolongada lucha por la República entre dos proyectos de nación…”. (José Buendía Hegewisch, 1-I-025).

Pero lo anterior apenas son asomo de lo que pregonaron adalides de la comentocracia, como Enrique Krauze, quien en su cuenta de X (twitter) borroneó: “Después de ser una monarquía, el 4 de octubre de 1824 México se convirtió en una república. Pasaron 200 años. En septiembre de 2024, México dejará de ser una república para convertirse en una monarquía… ¿Lo permitiremos?”. Lo anterior generó, en la misma red social, un comentario burlesco de Jairo Calixto Albarrán: “¡Creo que Krauze ve más algoritmos que Pedro Ferriz!” (agosto 24, 2024).

El otro cabecilla de la comentocracia mexicana, es sin duda Héctor Aguilar Camín, quien expuso: “Asistimos este año a la demolición constitucional de la democracia y de sus instituciones. Prácticamente quedó instalada en nuestro país una dictadura legal.” Y remata: “La democracia mexicana ha sido desmontada con los instrumentos de la democracia”. (Milenio, XII-20- 2024).

Esto ameritó una respuesta de la primera mandataria, quien tras preguntarse si practicar la democracia es autoritarismo, exclamó en una Mañanera: «Está molesto porque se le acabó el uso de recursos públicos para su beneficio» y enseguida, sobre los comentócratas manifiesta que “su enojo…les pone un velo que evita que hagan un análisis de lo que realmente está pasando en el país…un apoyo muy grande a la Cuarta Transformación…” (El Ciudadano, 27-XII-024).

Aun cuando la titular del poder ejecutivo federal afirmó que al llegar ella al poder no lo hacía sola, sino con todas las mexicanas, hay acervas críticas que la contradicen. Y una de las más destacadas es la columnista Denise Dresser, quien afirma y recontra afirma que Sheinbaum no gobierna, sino su predecesor, según declaró en redes sociales: “A 100 días de haber asumido el poder, Claudia Sheinbaum es una Presidenta Pigmalión. Detrás de ella hay un hombre que la ha moldeado y creado para asemejársele. El bastón de mando lo carga ella, pero lo mueve él.” Y con filosa pluma, opina de la reforma judicial que Claudia apoyó: “es dolorosa, surreal y decadente”. En cambio, la primera magistrada de la nación sostiene que, con tal innovación constitucional, el poder judicial se democratiza, el nepotismo termina y la corrupción en el ramo de justicia desaparecerá, siendo ahora sí rápida, expedita y gratuita para beneficio del pueblo.

Con los anteriores ejemplos, que sirven como botones de muestra de la calculadora comentocracia orgánica, o sea los antes apapachados intelectuales y escribidores de la comunicación tradicional, beneficiados en administraciones neoliberales generosamente por el erario, queda más que probado el sesgo de tales personajes. Pero podríamos mencionar centenas de “comunicadores” de la calidad de los siguientes: Sergio Sarmiento, Raymundo Rivapalacio, Ricardo Alemán, Leo Zuckerman, Azucena Uresti, Carlos Loret de Mola, Jorge Castañeda Gutman, Luis Cárdenas, Carlos Marín, Joaquín López Dóriga, Héctor de Mauleón, Ciro Gómez Leyva, Lorenzo Córdoba, Federico Reyes Heroles, Pablo Hiriart, Jesús Silva Herzog Márquez y un larguísimo etc.

Y la animadversión de los simpatizadores de la comentocracia llega hasta a los medios sociales, donde la inteligente y bella tapatía Altagracia Gómez -quien colabora con la Presidenta, sin recibir sueldo- fue infamada por la vestimenta que lució el día de la presentación del Plan México; indumentaria ciertamente muy mexicana y garbosa.

Es una verdadera tristeza que tantos y tan inteligentes articulistas-escritores, no se sumen a la unidad nacional que demanda la república. En tal tesitura se encuentran las mayorías de las oposiciones inscritas dentro de la reacción conservadora, al estilo del magnate Claudio X. González Guajardo. Más como afirmó nuestra Presidenta: a estas alturas de la historia no es la corrupción, la triquiñuela, el odio, el clasismo, el racismo y el machismo — reminiscencias de la sociedad de castas de la Colonia, del conservadurismo decimonónico y el reciente neoliberalismo— lo que genera libertad, justicia social, solidaridad, progreso y la democracia, principios que sostenemos los mexicanos en su mayoría y que son el sustento de la patria que anhelamos.

Afortunadamente, gobernadores y alcaldes de todo el país, demostraron el pasado 16 en la capital azteca, en una inédita reunión que sostuvieron con la mandataria, por voz del ejecutivo neoleonés Samuel García, de Movimiento Ciudadano, que cerraban filas alrededor de la Presidenta, secundándolo el priísta de Durango, Esteban Villegas, quien manifestó: “Estoy convencido que, cuando trabajamos unidos federación, estados y municipios, podemos hacer mucho más cosas, mucho más rápido y con mucho más efectividad. Por eso, sigamos así, unidos, porque México es más grande que cualquiera de nosotros… más grande que cualquier color… más grande que cualquier tema de grupo o particular”. (La Jornada, 16-I-2025).

Por lo anterior, es bueno que escuchen los comentócratas sesgados y sus semejantes de las derechas, lo que con firmeza exteriorizó Claudia Sheinbaum al exponer logros y propósitos con motivo de sus cien días de gobierno y que debemos suscribir la mayoría de compatriotas: “Que se oiga bien, lejos y fuerte: No vamos a regresar al modelo neoliberal; no vamos a regresar al régimen de corrupción y de privilegios, no dejaremos que regrese la decadencia del pasado, donde se gobernaba para unos cuantos…hoy tenemos un México vivo, soberano, independiente, libre, democrático, cada vez más justo, con un pueblo alegre, entusiasta y empoderado”.

Así es que, al unísono de todos los mexicanos -ojalá se sumaran los comentócratas y oposiciones- debemos secundar lo que dijo en la antedicha reunión el mandamás panista de Querétaro, Mauricio Kuri, el pasado jueves 16: “es tiempo de unidad, es tiempo de tener únicamente tres colores: el verde, el blanco y el rojo…seamos conscientes de que enfrentamos retos de gran trascendencia. La historia nos recuerda que, divididos, garantizamos la desventura; también, que cuando estamos unidos, nada derrota a las y los mexicanos”.

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ENTREVISTAS

Francisco Reséndiz Neri, candidato a juez de distrito: Juzgar con pasión, servir con independencia

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Por Francisco Junco //

“Quiero seguir siendo juez porque es mi vocación y mi pasión. No busco poder, sino servir”, afirma con convicción Francisco Reséndiz Neri, Juez Séptimo de Distrito en Jalisco, mientras enfrenta un proceso inédito en México: la elección popular de jueces el 1 de junio de 2025.

Con más de 20 años en el Poder Judicial y nueve como titular en materia penal, Reséndiz, identificado con el número 25, defiende su trayectoria y su amor por los derechos humanos como su principal carta de presentación.

Un camino desde abajo

Reséndiz comenzó en los escalones más bajos del sistema judicial, como meritorio, haciendo copias y aprendiendo desde la base. Su carrera incluye roles como actuario penal, secretario del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y juez federal en materia de cateos y arraigos en la Ciudad de México, hasta llegar a la titularidad del Juzgado Séptimo de Distrito.

“Me mueve, el hecho de que creo que esto tiene que mejorar en la selección y que se requerirán personas de experiencia, personas independientes, que contribuyan a que subsista lo que es propiamente la división de poderes, la democracia como la conocemos actualmente, porque la defensa más cercana que tiene el ciudadano y todas las personas contra cualquier acto arbitrario, es precisamente el juicio de amparo, único en el mundo que permite anular cualquier acto”, señala, destacando su compromiso con la división de poderes y la democracia.

Retos de una elección sin precedentes

En entrevista con Conciencia Pública, Reséndiz aborda con franqueza los desafíos de esta elección. “Será difícil que la gente vote con cientos de nombres en una boleta, sin partidos ni propuestas tangibles”, admite. Reconoce riesgos, como la posible influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, pero insiste en que la solución es simple: “Apegarse a la ley, al caso concreto y a la Constitución”. Su experiencia, dice, es su escudo contra presiones externas.

Dilemas judiciales

Francisco Reséndiz Neri reconoce que uno de los grandes dilemas actuales en la labor jurisdiccional es la falta de una postura clara de la Suprema Corte respecto a la jerarquía entre los tratados internacionales y la Constitución.

“Muchos jueces, actuando de manera fundada, han establecido que debe prevalecer el tratado sobre la Constitución en ciertos casos, especialmente cuando se trata de derechos humanos”, explica. Sin embargo, esa práctica ha generado reacciones del poder legislativo, que habla de afectaciones a la soberanía nacional. “El problema es que cuando un juez aplica el tratado por encima de la Constitución, aunque sea para proteger derechos humanos, puede ser señalado o etiquetado, y eso no debería pasar”, señala.

Una justicia humana y equitativa

Cuenta cómo, en un caso de abuso sexual contra un menor, “coincidía la edad con la de mi hija. Estás tentado a echarle más cosas, pero no puedes. Tienes que ser objetivo. No puedes decidir por lo que sientes” y reafirmó que la objetividad no lo aleja de la empatía, “hay que ponerse en los zapatos de los otros. Todos tienen un proyecto de vida, todos merecen respeto”.

Propuestas claras

¿Por qué votar por él? Reséndiz enumera tres razones:

“Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona capacitada. Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona que ha administrado justicia y que tiene noción de lo que es o son los actos injustos. Y, tres, quiero que votes por mí porque siempre dialogaré por la protección de los derechos de las personas. Esa es mi directriz”, subraya.

Deuda histórica con las víctimas

Para Reséndiz Neri, el sistema penal mexicano tiene una deuda histórica con las víctimas, “el sistema ha privilegiado la forma sobre el fondo”, lamenta. Y pone un ejemplo elocuente, “no es lo mismo liberar a alguien porque no se leyó un derecho a tiempo, que porque no se comprobó su responsabilidad. Hay que cuidar las formas, sí, pero sin perder de vista la justicia de fondo”, apunta. Desde esa visión, Francisco Reséndiz cree necesario revisar la legislación para que no se convierta en un laberinto que sirva como impunidad.

El juez habla con firmeza sobre temas que no todos tocan con tanta claridad, por ejemplo, aseguró que la diversidad llegó para quedarse. “No puede haber discriminación por preferencia sexual, por origen étnico o por discapacidad. Es una deuda histórica que tenemos con los grupos vulnerables”. Defiende los protocolos para juzgar con perspectiva de género, y asegura que su compromiso es procurar una justicia que no sólo sea formalmente igual, sino sustantivamente justa.

En un México donde la desconfianza hacia las instituciones prevalece, Reséndiz ofrece su trayectoria: nueve años como titular del Juzgado Séptimo de Distrito y una carrera forjada en la experiencia.

En la inédita elección de jueces del 1 de junio de 2025, lamenta no poder prometer resultados tangibles como un político que ofrece obras públicas. “Solo prometo proteger los derechos de quienes lleguen a mi juzgado, porque así lo manda la Constitución”, asegura con convicción. “No lo hago por poder, sino por deber”.

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CARTÓN POLÍTICO

Herida abierta

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NACIONALES

Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

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Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //

Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.

Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.

Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.

Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.

Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.

La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.

El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.

Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.

Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.

Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.

Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.

Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.

Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.

Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.

A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.

 

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