NACIONALES
Hacer politiquería con la desventura, se ha vuelto deporte nacional: Acapulco, drama, solidaridad y politiquería

Opinión, por Pedro Vargas Ávalos //
El Estado Libre y Soberano de Guerrero, cuya ciudad más importante es el afamado puerto de Acapulco de Juárez, (la capital es Chilpancingo de los Bravo) viene a ser una de las 32 entidades federativas que integran nuestra patria, la cual por cierto, se identifica generalmente como México, pero su nombre oficial es el de Estados Unidos Mexicanos, denominación que se debe gracias al jalisciense Luis Manuel Rojas, quien, siendo presidente del Congreso Constituyente de Querétaro (1917-1918), logró que así se aprobara, venciendo la opinión de algunos diputados que proponían se llamara nuestra nación, República Mexicana.
Desde el punto de vista territorial, Guerrero (llamado así en honor del gran insurgente Vicente Guerrero) es por su tamaño, el 14 de las 32 entidades, considerando que Chihuahua es el número 1 y Jalisco, el séptimo Estado por su dimensión. En cuanto a su origen, sus caudillos (como Juan Álvarez, por cierto, el primer gobernador) intentaron crearlo desde 1840, pero no fue sino hasta 1849 -27 de octubre- cuando se erigió, siendo su superficie producto de la unión de varias comarcas de los estados de México, Puebla y Michoacán; su capital inicial fue Iguala. En cuanto a población, ocupa el lugar 13°, teniendo en cuenta que el Estado de México, es el primero, en tanto que Jalisco viene a ser el tercero.
El feraz cuanto escabroso Guerrero, ha sido un suelo sufrido desde su nacimiento. No sólo el hecho de tener gran litoral conocido como Costa Grande y Costa Chica, teniendo como parteaguas al hermoso Acapulco, es factor de los fenómenos atmosféricos, penalidades que constantemente se han registrado en la Entidad, (como ahora con el huracán “Otis”) sino que también es propicio para los movimientos telúricos y lo que es peor, para las reyertas políticas, que más bien son politiquerías. Sin embargo, invariablemente sale avante, gracias a la solidaridad tanto de sus habitantes, como de todos los mexicanos.
Con motivo del destructivo ciclón clasificación 5, bautizado como “Otis”, que azotó a la joya guerrerense -el pasado 25 de octubre-, que es Acapulco y otros municipios (como Coyuca de Benítez) aledaños, hemos presenciado que los dramas que padecen reiteradamente el puerto y su región, generan actos elocuentes de solidaridad nacional, pero a la vez, muestran lo mezquino de muchos de los actores político-económicos del país.
Las oposiciones al actual gobierno, han tomado como bandera el triste suceso, y atacan sin cuartel al primer mandatario federal, a la virtual candidata presidencial obradorista y a todo lo que huela a partidarios de la Cuarta Transformación (4T). Su contrariedad es virulenta, obsesiva y lamentablemente, fabricada con muchas falsedades. Como dice el periodista Federico Arreola: “Politizar Acapulco, insultar a AMLO, calumniar al Ejército, deportes nacionales por excelencia”. Es decir, ya no es la charrería nuestro deporte más distintivo, sino el de hacer politiquería con la desventura, pero ahora con un objetivo más específico: “politizar la tragedia para calumniar a AMLO y a las fuerzas armadas”. (SDP noticias, 30-oct-2023).
En un rápido recuento de comentócratas que han condenado al Presidente, a Claudia Sheinbaum y sus simpatizadores, podríamos anotar a: Carlos Marín, de Milenio, quien borroneó en su colaboración: “Agandalle oficial del auxilio civil”; Salvador García Soto, el de Serpientes y Escaleras de El Universal: “AMLO, mezquino, enojado y autoritario ante la tragedia”.
El director de Nexos, la revista fundada por el historiador Enrique Florescano, opinador orgánico y gran beneficiario de los regímenes neoliberales (Héctor Aguilar Camín) escribió calumniosamente: “Vemos a un presidente irritado, que quiere controlarlo y callarlo todo, y que no ha convocado a lo elemental: la solidaridad de la nación con la tragedia que cruza por Acapulco” , lo cual es soberana mentira, pues todos hemos presenciado como hasta a pie, AMLO visitó la zona damnificada y dictó medidas para enseguida anunciar una veintena de iniciativas para los guerrerenses, a la par que manifiesta y agradece la solidaridad del pueblo.
En “Excelsior”, el otrora diario de la vida nacional convertido -como el Reforma- en vocero de la reacción, su funcionario Pascal Beltrán del Río, escribió con inquina: “La tragedia de Acapulco ha dejado en claro que (lo de AMLO) es la grilla, la polarización y el cálculo electoral”. Y se le suma en “El Financiero”, un irredento panista, Juan Ignacio Zavala (hermano de Margarita la de Calderón), quien furibundo garrapatea: “A la desgracia que viven los acapulqueños y sus vecinos…, hay que sumarle la de tener a un merolico en la presidencia al que solamente le importa hablar de él”. Y podríamos seguir agregando escribidores de hígado infectado, tales Ricardo Alemán, Enrique Aranda, Leo Zuckerman, Raymundo Riva Palacio, etc., etc.
Por su parte, AMLO expresó: Todo el presupuesto, (no sólo lo que era el limitado FONDEN, que la oposición cita como panacea) si es necesario, para levantar a Acapulco y zonas siniestradas. Mostró su reconocimiento al pueblo mexicano por sus aportaciones; a la CFE porque a diferencia de otros países (entre ellos Estados Unidos, que cuando el ciclón Katrina, en agosto de 2005, duró dos meses en restablecer la electricidad) a la semana había rehabilitado el 90% del fluido. Y merece mención especial, además de la gente, el ejército y armada, junto a la Guardia Nacional que, en suma, con más de 19 mil elementos, ayudan en el restablecimiento del orden y lo dañado.
En las acciones emprendidas, anunciadas el uno de noviembre por el primer mandatario, debemos destacar: Apoyar a los familiares de quienes perdieron la vida por el huracán e intensificar la búsqueda de los desaparecidos; adelantar dos meses, desde el próximo lunes 6, el pago de todos los Programas de Bienestar: pensión a adultos mayores, a personas con discapacidad, becas, apoyo a productores, pescadores, a jóvenes, etc. Junto a lo anterior, diez mil jóvenes más del programa “Jóvenes Construyendo el Futuro”, se contratan desde ya, para realizar labores de limpieza, construcción, pintura y otras actividades, con una remuneración del equivalente a un salario mínimo. Por lo que ve a las becas para estudiantes de nivel básico, se duplicarán de 45 a 90 mil.
A las familias afectadas, se les exenta pagar el servicio de luz y de energía eléctrica, de noviembre de 2023 a febrero de 2024; asimismo, no se cobrarán impuestos desde octubre pasado al mes de febrero próximo; igualmente, se les entregará una canasta básica de 24 productos alimenticios por semana, lo que involucra a 250 mil familias damnificadas. También se otorgarán a partir del inicio de noviembre, a todos los hogares, ocho mil pesos para limpieza y pintura. Y a las viviendas afectadas recibirán desde 35 mil pesos hasta 60 mil pesos, según sus daños y con apego al censo que, hasta el uno del mes actual, llevaba censados 50 mil hogares, donde a cada uno, se entregará paquete de enseres domésticos, con cama, estufa, refrigerador, ventilador y una vajilla.
De notable trascendencia, es que se entregarán préstamos a damnificados, sin intereses, y en cuanto a empresas dañadas, se absorberá la mitad de intereses en créditos para la reconstrucción. Algo muy singular, es el hecho de que el gobierno federal destinará del presupuesto actual, 10 mil millones de pesos para el abastecimiento y mejoramiento de las líneas de distribución de agua, drenaje, arreglo de calles, alumbrado público, hospitales, escuelas; se van a mejorar los dos aeropuertos y otros servicios. En total, la cantidad que, por lo pronto, se destina a las víctimas del huracán “Otis”, rebasa los 61 mil millones de pesos, con lo cual muy pronto presenciaremos el resurgir de Acapulco y de Guerrero en general.
Es algo probado, que este huracán fue de manera imprevisible, un fenómeno destructor, lo cual es afirmado por científicos de Estados Unidos y la UNAM: el noveno día después de la tragedia, de acuerdo con la Fiscalía General de Guerrero, había 46 personas fallecidas, 56 no localizadas y casas perjudicadas más de 200 mil, además de hoteles y edificaciones diversas. Pero la tragedia permitió probar que la respuesta del pueblo, ha sido magnifica, y la intervención gubernamental, eficaz. Los críticos de la administración federal, volvieron a equivocar sus movimientos, sin advertir que la politización de las desgracias perjudica a quienes la ejercitan; en este caso, destacan los opositores y muy especialmente, la comentocracia. Ojalá que unos y otros reflexionen, sin abandonar sus legítimas posiciones, pero conduciéndose con rectitud, humanismo y solidaridad patriótica, pues debemos entender que todos estamos en la embarcación que se llama México, a la cual, sin lugar a dudas, si actuamos hombro con hombro, habremos de hacer que arribe a feliz destino.
ENTREVISTAS
Francisco Reséndiz Neri, candidato a juez de distrito: Juzgar con pasión, servir con independencia

Por Francisco Junco //
“Quiero seguir siendo juez porque es mi vocación y mi pasión. No busco poder, sino servir”, afirma con convicción Francisco Reséndiz Neri, Juez Séptimo de Distrito en Jalisco, mientras enfrenta un proceso inédito en México: la elección popular de jueces el 1 de junio de 2025.
Con más de 20 años en el Poder Judicial y nueve como titular en materia penal, Reséndiz, identificado con el número 25, defiende su trayectoria y su amor por los derechos humanos como su principal carta de presentación.
Un camino desde abajo
Reséndiz comenzó en los escalones más bajos del sistema judicial, como meritorio, haciendo copias y aprendiendo desde la base. Su carrera incluye roles como actuario penal, secretario del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y juez federal en materia de cateos y arraigos en la Ciudad de México, hasta llegar a la titularidad del Juzgado Séptimo de Distrito.
“Me mueve, el hecho de que creo que esto tiene que mejorar en la selección y que se requerirán personas de experiencia, personas independientes, que contribuyan a que subsista lo que es propiamente la división de poderes, la democracia como la conocemos actualmente, porque la defensa más cercana que tiene el ciudadano y todas las personas contra cualquier acto arbitrario, es precisamente el juicio de amparo, único en el mundo que permite anular cualquier acto”, señala, destacando su compromiso con la división de poderes y la democracia.
Retos de una elección sin precedentes
En entrevista con Conciencia Pública, Reséndiz aborda con franqueza los desafíos de esta elección. “Será difícil que la gente vote con cientos de nombres en una boleta, sin partidos ni propuestas tangibles”, admite. Reconoce riesgos, como la posible influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, pero insiste en que la solución es simple: “Apegarse a la ley, al caso concreto y a la Constitución”. Su experiencia, dice, es su escudo contra presiones externas.
Dilemas judiciales
Francisco Reséndiz Neri reconoce que uno de los grandes dilemas actuales en la labor jurisdiccional es la falta de una postura clara de la Suprema Corte respecto a la jerarquía entre los tratados internacionales y la Constitución.
“Muchos jueces, actuando de manera fundada, han establecido que debe prevalecer el tratado sobre la Constitución en ciertos casos, especialmente cuando se trata de derechos humanos”, explica. Sin embargo, esa práctica ha generado reacciones del poder legislativo, que habla de afectaciones a la soberanía nacional. “El problema es que cuando un juez aplica el tratado por encima de la Constitución, aunque sea para proteger derechos humanos, puede ser señalado o etiquetado, y eso no debería pasar”, señala.
Una justicia humana y equitativa
Cuenta cómo, en un caso de abuso sexual contra un menor, “coincidía la edad con la de mi hija. Estás tentado a echarle más cosas, pero no puedes. Tienes que ser objetivo. No puedes decidir por lo que sientes” y reafirmó que la objetividad no lo aleja de la empatía, “hay que ponerse en los zapatos de los otros. Todos tienen un proyecto de vida, todos merecen respeto”.
Propuestas claras
¿Por qué votar por él? Reséndiz enumera tres razones:
“Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona capacitada. Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona que ha administrado justicia y que tiene noción de lo que es o son los actos injustos. Y, tres, quiero que votes por mí porque siempre dialogaré por la protección de los derechos de las personas. Esa es mi directriz”, subraya.
Deuda histórica con las víctimas
Para Reséndiz Neri, el sistema penal mexicano tiene una deuda histórica con las víctimas, “el sistema ha privilegiado la forma sobre el fondo”, lamenta. Y pone un ejemplo elocuente, “no es lo mismo liberar a alguien porque no se leyó un derecho a tiempo, que porque no se comprobó su responsabilidad. Hay que cuidar las formas, sí, pero sin perder de vista la justicia de fondo”, apunta. Desde esa visión, Francisco Reséndiz cree necesario revisar la legislación para que no se convierta en un laberinto que sirva como impunidad.
El juez habla con firmeza sobre temas que no todos tocan con tanta claridad, por ejemplo, aseguró que la diversidad llegó para quedarse. “No puede haber discriminación por preferencia sexual, por origen étnico o por discapacidad. Es una deuda histórica que tenemos con los grupos vulnerables”. Defiende los protocolos para juzgar con perspectiva de género, y asegura que su compromiso es procurar una justicia que no sólo sea formalmente igual, sino sustantivamente justa.
En un México donde la desconfianza hacia las instituciones prevalece, Reséndiz ofrece su trayectoria: nueve años como titular del Juzgado Séptimo de Distrito y una carrera forjada en la experiencia.
En la inédita elección de jueces del 1 de junio de 2025, lamenta no poder prometer resultados tangibles como un político que ofrece obras públicas. “Solo prometo proteger los derechos de quienes lleguen a mi juzgado, porque así lo manda la Constitución”, asegura con convicción. “No lo hago por poder, sino por deber”.
CARTÓN POLÍTICO
Herida abierta
NACIONALES
Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.
Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.
Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.
Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.
Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.
La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.
El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.
Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.
Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.
Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.
Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.
Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.
Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.
Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.
A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.
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