Beisbol
«Es un sueño jugar en mi ciudad», Christian Villanueva vestirá la casaca de los Charros

Vuelacercas, por Salvador Cosío Gaona //
Ha sido motivo de sorpresa y beneplácito para los seguidores de Charros de Jalisco el anuncio que se hizo esta semana de que finalmente el pelotero tapatío Christian Iván Villanueva Limón, pasará a engrosar las filas de la novena jalisciense con miras a la temporada 2020-2021 de la Liga Mexicana del Pacífico LMP, el máximo circuito beisbolero profesional beisbolero jugándose en otoño-invierno, programada para iniciar en octubre próximo.
Tras muchos intentos, porque sabemos que hubo negociaciones desde hace ya varios meses, quizá años, para que Yaquis de Ciudad Obregón aceptara un trato por los derechos de Villanueva, es ya un hecho que vestirá la franela de Charros y podrá jugar en casa, con su familia, sus amigos, y su gente en el estadio de Charros de Jalisco.
En días pasados tuve la oportunidad de platicar -vía telefónica- con este joven tapatío, quien la temporada antepasada fue el mejor bateador mexicano en La Gran Carpa, y hasta hace poco se desempeñó en la Liga Japonesa de Béisbol. A continuación les comparto la entrevista que me dio.
LA ENTREVISTA CON VILLANUEVA
¿Qué significa para ti este nuevo reto de venir a demostrar ante tu público esa calidad que impera y que puede ser clave para que Charros vuelva a ser campeón?
Para mi es un gran honor el poder ir a un equipo tan ganador como lo ha sido Charros en los últimos años y pues súper contento, ansioso por ir a jugar ante mi gente y aportar mi granito de arena y bueno, estoy contento de poder ser compañero de grandes jugadores que tiene la organización y, como tú dices, el que los fanáticos me hayan recibido muy bien es un gran paso para mí y un honor; eso me obliga a entregarme más al mil por ciento cada día, jugar para mi afición, mi familia, mis amigos.
Tú debes saber que la afición jalisciense ha hecho de la plaza de Jalisco una de las más importantes del béisbol mexicano. ¿Estás consciente de esa presión que ejercerá el público?
Más que presión yo pienso que va a ser una gran motivación, imagínate si ir de contra era algo emotivo para mí, ahora ser jugador de casa pienso que me va a ayudar un poco más el saber que estoy jugando para mi gente en mi propia casa.
¿Que significa para ti integrarte a un escuadrón que con tu llegada será sin duda el infield más completo, el trabuco que estarán envidiando los demás equipos?
Fíjate que sí, de los jugadores estoy súper encantado, me la llevo muy bien con varios de ellos de siempre que juego en contra, he platicado con Manny (Rodriguez), y pues AgustÍn Murillo ya fue mi compañero, con Zazueta, Japhet Amador, siempre hemos tenido una comunicación bien y pues sí, un gran honor jugar en el mismo equipo de semejantes caballos. Espero llenar las expectativas de toda la afición, de la organización.
Para ti seguramente también será una situación que aprovecharás para vencer los retos y catapultarte hacia la Gran Carpa de nueva cuenta.
Sí, para mi es un reto el regresar a las Grandes Ligas y siempre me ha ayudado la Liga Mexicana del Pacífico. Me ha ayudado mucho como pelotero.
Por Charros han pasado peloteros que lo han logrado, Fernando Valenzuela es uno de ellos. ¿Cuál es tu opinión de Fernando Valenzuela?
El caballo de caballos, como decimos los beisbolistas. Me tocó el gran honor de compartir unos minutos con él en la Serie de Monterrey; tremendo señorón, es el ícono mexicano del Béisbol para todo el mundo, es algo yo creo inigualable.
Llegas a un parque que ya lo conociste como parte de una escuadra contraria, un parque en el que la pelota vuela, en que el equipo de Charros es dominante, en el que se batean muchos cuadrangulares y del que se espera que sea un alicate para que Christian Villanueva demuestre su poderío. ¿Estás totalmente preparado para ello?
Yo voy a disfrutar de cada juego; los resultados vienen solos, obviamente es un escenario en el que todo mundo quiere estar jugando por como se vive el ambiente, de hecho me gustaba ir hasta como espectador y ahora jugar ahí, pues imagínate, eso es un sueño jugar en mi ciudad y para mi gente.
¿Estas dispuesto a jugar cualquier posición que te pida Roberto Vizcarra, un manager que es exigente, que es buen técnico, un ganador, y campeón en ambas ligas?
Claro, no creo que sea algo difícil la primera base, yo la he jugado mucho tiempo en Triple A, y varios juegos en Grandes Ligas; el designado, con los Yaquis estuve la mayor parte designado. No tengo ningún problema y yo me adaptaré a lo que diga el señor Vizcarra, mis respetos siempre para don manager y no creo tener algún problema.
¿Un mensaje final para la afición?
Pues agradecido con todos estos mensajes y el recibimiento. Espero entregarme al mil por ciento juego por juego y puedan disfrutar. Un abrazo para toda la afición.
Christian Villanueva es pues ya parte de la organización de Charros de Jalisco, luego de la negociación alcanzada con Yaquis de Ciudad Obregón, en la cual estuvo involucrado el también joven y valioso serpentinero abridor zurdo, Alejandro Delgado, siendo que a cambio Charros entregará tres elementos importantes.
La directiva jalisciense se ha desprendido de tres buenos peloteros; el abridor Octavio Acosta, quien tuvo excelente actuación en la antepasada temporada, pero no así en la campaña anterior que recién culminó en enero pasado pero sin duda aún es un serpentinero de polendas al igual que el sólido pítcher relevista regiomontano Felipe González quien llegó a Charros la temporada anterior a la que culminó en enero, habiendo sido un pilar para la obtención del título 2018-2019, además que tuvo buena actuación en la campaña más reciente y cumplió bien iniciando como preparador de cierre y culminando como parte de la rotación de abridores. También ha dejado al equipo, siendo quizá la baja más importante el joven lanzador Jesus Camargo, un sólido prospecto con experiencia en ligas menores de la Gran Carpa.
Sin embargo, Charros gana al fortalecer su line up al tener en Christian Villanueva un infilder probado con un muy buen guante y que además de la antesala lo mismo puede jugar en la inicial como en las paradas cortas, incluso en la segunda base, sin menoscabo de que con su presencia y además su buena capacidad como bateador va a presionar adecuadamente la posición que tienen como titulares el segunda base José Manuel “Many” Rodriguez, el parador en corto Amadeo Zazueta y el camarero Agustin Murillo Pineda, que deberán aplicarse y mejorar aún más su desempeño.
Si bien son buenos los dividendos de la negociación para la directiva albiazul, es de advertir que ahora deberá trabajar para cubrir los huecos en el cuerpo de lanzadores.
Por lo pronto, se puede apreciar que Charros tiene todas sus posiciones en el campo bien cubiertas y ha fortalecido aún más su calidad ofensiva, por lo que, como ya mencionaba, la tarea para lo que viene será procurar apuntalar al staff de lanzadores a fin de consolidarse como el posible escuadrón más equilibrado de la LMP y ampliar sus posibilidades de recuperar el título de la Liga que no le fue posible obtener la temporada pasada.
Por cierto, días después de la operación entre Charros y Yaquis, se ha dado a conocer que se negoció con la Organización Sultanes de Monterrey a efecto de adquirir los servicios del experimentado lanzador José Pablo Oyerbides quien ya jugó ayudando a los blanquiazules por el título en la campaña 2018-2019 siendo en esa época a préstamo desde Mayos de Navojoa, y además recibe los servicios del outfielder y buen bateador Sergio Pérez a cambio de los derechos para que jueguen en la LMP con los regiomontanos el utility Alberto Carreón y el lanzador novel Luis de Luna, con lo que ambos conjuntos logran una buena incorporación a la vez conveniente para todos los peloteros involucrados.
E-mail: opinión.salcosga@hotmail.com
Twitter: @salvadorcosio1
Beisbol
La guerra de los pelotazos

Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //
La “guerra de los pelotazos” entre Dodgers y Padres revela la urgencia de reformar las reglas de la MLB para proteger a los jugadores y preservar el espectáculo del béisbol.
El reciente enfrentamiento entre estos equipos, más allá de un simple juego, nos obliga a reflexionar: por el bien del deporte rey, esto debe parar. Los pelotazos intencionales, aunque arraigados en rivalidades históricas, son anacrónicos y peligrosos en la era moderna, con atletas multimillonarios y audiencias globales. Es hora de un béisbol más seguro, ético y responsable.
Una tradición peligrosa
Los pelotazos intencionales forman parte de la tradición del béisbol, desde rivalidades clásicas como Yankees-Medias Rojas o Dodgers-Gigantes. Sin embargo, en 2025, estas prácticas son un riesgo innecesario. Una pelota a 100 millas por hora puede causar fracturas o lesiones graves, poniendo en peligro carreras y vidas.
La MLB ha tomado medidas estrictas contra la violencia doméstica, lo cual es laudable, pero tolerar la violencia en el campo, ante miles de aficionados —incluyendo familias con niños— y millones de espectadores por TV o streaming, tiene un impacto social profundo.
Las redes sociales reflejan la polarización entre los aficionados. Algunos defienden los pelotazos como parte del “ojo por ojo” del béisbol, guiados por sus lealtades. Otros, como Federico Pérez, los condenan: “No se trata de golpear con una pelota dura que pone en riesgo fracturas. El béisbol es un deporte, no una guerra de pandillas. Deben multar equipos y suspender jugadores para evitar intimidar a bateadores golpeándolos”.
Mario Alberto Rosa Fierro añadió: “Un lanzamiento a la cara a 100 millas puede ser fatal. Que Roberts y Shildt se pongan guantes, no pelotas”. Hobannys Cabeza propuso suspender a ambos equipos por tres juegos, con derrotas contabilizadas, para dar ejemplo a los prospectos juveniles. Cándido Castro señaló: “Los Dodgers, con su inversión en Ohtani y Freeman, deben jugar limpio; sin ellos, el equipo flaquea”.
Sanciones débiles de la MLB
Las sanciones actuales de la MLB son insuficientes. La suspensión de tres juegos a Roberto Suárez y de un juego a los managers Dave Roberts y Mike Shildt no disuade futuros incidentes. Los infractores saben que estas penas no afectan significativamente al equipo. En contraste, la NBA aborda la violencia con seriedad.
En la temporada 2023-24, impuso multas de hasta un millón de dólares y suspensiones como la de Ja Morant, de ocho juegos, por llevar un arma a un partido. Jugadores como Stephen Jackson y Gilbert Arenas enfrentaron castigos de casi 50 juegos por conductas violentas. La NBA reserva el derecho de imponer sanciones adicionales si la conducta lo justifica.
La MLB debe adoptar medidas más estrictas: suspensiones de cinco juegos para lanzadores, dos para managers, revisiones tecnológicas de lanzamientos sospechosos y campañas educativas para erradicar los pelotazos. Estas acciones no solo protegerían a los jugadores, sino que reforzarían la imagen del béisbol como un deporte de habilidad, no de agresión.
Un cambio cultural necesario
El Comisionado de la MLB, que ha impulsado cambios disruptivos como reducir los tiempos de juego, debe ahora enfrentar la violencia en el campo. Shohei Ohtani, tras recibir un pelotazo, dio un ejemplo de deportividad: en lugar de escalar el conflicto, se acercó al dugout de los Padres para calmar tensiones, mostrando respeto y caballerosidad. Este gesto, desde un jugador japonés que trasciende fronteras, debería ser un modelo para la liga.
Los managers, como Shildt y Roberts, tienen una responsabilidad ética. En lugar de avivar rivalidades, deben calmar a sus jugadores y promover el respeto mutuo. Un cambio cultural en el béisbol es esencial, destacando a figuras como Ohtani, cuya conducta contrasta con la agresividad de algunos. La MLB debe fomentar una narrativa de competencia limpia, donde el talento, no la intimidación, defina el juego.
El desafío por venir
La próxima serie entre Dodgers y Padres, del 15 al 17 de agosto de 2025, será una prueba crucial. ¿Lograrán las sanciones actuales y el liderazgo de la MLB apaciguar esta rivalidad, o seguirá la “guerra de los pelotazos” opacando el espectáculo? El béisbol merece ser un deporte donde la estrategia y la destreza brillen, no la violencia.
La reflexión es clara: el deporte rey no puede seguir atrapado en tradiciones que comprometen su integridad. Es momento de que la MLB actúe con firmeza, inspire un cambio cultural y garantice que el béisbol sea un ejemplo de respeto para las nuevas generaciones. Como dijo Manuel Álvarez, admirando a Ohtani: “El mejor béisbol del mundo requiere disciplina”. Que así sea.
Beisbol
Charros en ascenso: Pitcheo y racha ganadora

Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //
A mitad de la temporada 2025 de la Liga Mexicana de Béisbol (LMB), con 47 de los 90 juegos del rol regular disputados hasta el sábado 14 de junio, los Charros de Jalisco han encendido las alarmas con una racha ganadora que los reposiciona en la Zona Norte.
Tras vencer en siete de sus últimos ocho encuentros, incluyendo seis triunfos consecutivos, el equipo jalisciense muestra señales de recuperación tras un bache que amenazó con descarrilar su campaña. ¿Qué impulsa este resurgimiento y qué perspectivas tienen los Caporales en la pelea por los playoffs? Para responder, consulté a dos figuras clave: Luis Alberto González, director general, y Juan Carlos González Iñigo, asesor del equipo.
El pitcheo, que representa al menos el 70% del éxito en el béisbol, ha sido el talón de Aquiles no solo de los Charros, sino de varios equipos de la LMB. La salida del abridor estelar Bryce Conley, fichado por los Nacionales de Washington tras un arranque dominante, dejó un hueco en la rotación. “Su partida nos obligó a improvisar, aunque lo anticipábamos”, reconoce Luis Alberto González.
Los abridores iniciales, tanto mexicanos como extranjeros, no rindieron como se esperaba, forzando ajustes en el bullpen. En las últimas tres semanas, Charros reforzó su cuerpo de relevistas con incorporaciones como Henry Mejía, José Fernández y Alex Bustamante, despidiendo a pitchers como Vidal Nuño, Jonathan Aro y Esteban Haro. “Ahora tenemos un bullen más confiable, clave en una liga donde un juego puede requerir hasta diez relevistas”, subraya González.
Juan Carlos González Iñigo, por su parte, destaca el potente bateo del equipo, pero coincide en que el pitcheo es la preocupación central. “La pelota está más viva y volátil esta temporada, y la altitud de estadios como el Panamericano en Guadalajara, Aguascalientes o Querétaro amplifica los batazos”, explica.
La rotación sufrió tras la salida de Conley, y pitchers como el cubano Elian Leyva y Jeremy Rhoades fueron dados de baja por bajo rendimiento, sustituidos por Pavel Hernández y Dovydas Neverauskas. Sin embargo, los mexicanos Eduardo Vera, Luis Payán y el puertorriqueño Dereck Rodríguez han mostrado mayor adaptación a las condiciones del Panamericano. “Los pitchers mexicanos se adecúan mejor por su experiencia en estas alturas”, afirma González Iñigo, citando al ex ganador del Cy Young norteamericano Trevor Bauer como ejemplo de versatilidad e inteligencia, una cualidad escasa pero vital.
La esperanza también recae en el regreso de Luis Iván Rodríguez, esperado tras el Juego de Estrellas en julio, para fortalecer la rotación junto a Vera y Payán. “Con un cuerpo de diez relevistas sólidos y abridores consistentes, somos más competitivos”, asegura Luis Alberto González. Esta reestructuración llega en un momento crucial, pues la LMB es una liga impredecible donde las rachas no garantizan el éxito en playoffs.
Hace apenas unas semanas, los Charros parecían hundirse luego de tres series perdedoras, pero su reciente racha los coloca a 4.5 juegos del líder en la Zona Norte, donde Tecolotes, Algodoneros, Sultanes, Toros y Acereros libran una cerrada batalla por la supremacía, con solo 3.5 juegos de diferencia entre el primero y el cuarto.
La clave para los Charros será mantener la consistencia en el montículo y capitalizar su bateo explosivo, que ha sido un pilar en esta campaña. Los ajustes a mitad de temporada, aunque arriesgados, parecen rendir frutos, posicionando al equipo no solo para asegurar un boleto a los playoffs, sino para competir de tú a tú con potencias como Sultanes, Toros o Acereros, que combinan experiencia y profundidad en sus rosters.
Si el bullpen sigue consolidándose y los abridores mexicanos mantienen su nivel, los Caporales podrían escalar hasta la cima de la Zona Norte antes del cierre del rol regular. Por ahora, la racha ganadora en el Panamericano, frente a rivales como Leones de Yucatán, es una señal alentadora de que los Charros están encontrando su ritmo justo a tiempo.
Beisbol
La hazaña para la historia de Ronnie Camacho: 27 jonrones hace 62 años en la Liga del Pacífico

Por Gabriel Ibarra Bourjac //
El sol se alzaba implacable sobre Empalme, Sonora, aquel febrero de 1963, tiñendo de dorado las calles polvorientas que conducían al estadio de los Rieleros. Ronaldo “Ronnie” Camacho, el “roperón de Empalme”, caminaba hacia el diamante con el peso de su pueblo sobre los hombros.
En su mirada se mezclaban la determinación y el nerviosismo: sabía que la penúltima serie del rol regular en la Liga Mexicana del Pacífico sería su prueba de fuego.
Los Naranjeros de Hermosillo, líderes de la liga, llegaban a retarlo, y con ellos, dos titanes del bateo, Héctor Espino, el “Supermán de Chihuahua”, y Saúl Villegas. Ronnie cargaba 24 jonrones; Espino y Villegas, empatados con 23, acechaban su corona. El aire vibraba con la expectativa de 15 mil fanáticos que abarrotaban las gradas, ansiosos por presenciar una batalla que pasaría a la historia.
Desde el primer juego, el estadio se convirtió en un caldero de emociones. Ronnie, con su bat al hombro, sentía cada mirada mientras se paraba en la caja de bateo. El pitcher de los Naranjeros lanzó una recta alta, y el sonido del impacto resonó como un trueno: jonrón 25. La multitud estalló en un rugido que hizo temblar las gradas de madera.
Al día siguiente, en el segundo juego, otro cuadrangular surcó el cielo, el 26, y la afición ya soñaba con la gloria. Pero fue en el cuarto y último juego de la serie cuando Ronnie selló su leyenda. Con un swing poderoso, la bola voló más allá de las bardas, marcando su jonrón 27. El récord estaba hecho, y Empalme se rindió a sus pies. Ese récord, implantado hace 61 años, sigue intacto, solo igualado por Bob Darwin en 1971-1972 con Hermosillo.
El sonido que nunca se olvida
Días atrás, sentado frente a mí en una tarde cálida de junio de 2025, le pregunté a Ronnie cuál de esos jonrones había gozado más. Sus ojos, cargados de nostalgia, se iluminaron mientras respondía: “Nada es más hermoso que escuchar el sonido del impacto del bat con la bola y verla viajar arriba de las bardas”. Su voz temblaba al recordar aquel invierno del 63, cuando en su tierra natal, con los Rieleros, superó a Espino y Villegas para conquistar la corona de jonrones. “Fue una emoción inmensa”, añadió, “sentir que no le fallé a mi gente”.
Ronnie, junto a Espino, fue uno de los bateadores más temidos de México, un bombardero que acumuló 457 jonrones en su carrera: 317 en la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) y 140 en la del Pacífico, un poder que aún resuena en la memoria colectiva.
Una vida dedicada al diamante
Ronnie Camacho nació el 26 de octubre de 1935 en Empalme, un pueblo ferroviario de Sonora donde el béisbol era más que un deporte: era un rito. A los 17 años, en 1953, debutó con Fresno en la Liga de California, sucursal de los Cardenales de San Luis, siendo el más joven del equipo. En 1958, ya con los Rieleros, ganó la triple corona de bateo en la Liga Invernal de Sonora, preludio de lo que sería su gloriosa carrera.
Durante más de 20 años y 2,200 juegos, Ronnie brilló en México y Estados Unidos, jugando para equipos como Águilas de Mexicali, Tecolotes de Nuevo Laredo y Pericos de Puebla, hasta su retiro en 1975 con Aguascalientes. En 1983, su nombre ingresó al Salón de la Fama del Béisbol Profesional de México, un reconocimiento a su legado inmortal.
Un homenaje que une pasiones
El eco de sus hazañas llegó hasta Guadalajara, donde tuve el privilegio de rendirle homenaje en el Palacio Municipal, durante el último año de la administración de Enrique Alfaro, con Enrique Ibarra como alcalde interino.
Como relató Diego Morales Heredia en Conciencia Pública, destaqué a Ronnie como un ícono mexicano, un ejemplo de profesionalismo y entrega que inspira a la juventud. “Cuando hay talento, pasión y vocación, se puede lograr”, dije, emocionado, mientras recordaba mis inicios en el periodismo, nacidos de mi amor por el béisbol.
Rodeado de la peña beisbolera más apasionada del occidente, con 150 miembros, celebramos a este sonorense que encarna la grandeza del rey de los deportes. Su récord de 27 jonrones en la Liga del Pacífico, y los 39 en la LMB, lo convierten en el protagonista de las mayores proezas cuadrangulares del béisbol mexicano, un legado que sigue motivando a generaciones.
Un faro para los nuevos peloteros
Ronnie Camacho no es solo un nombre en los libros de récords; es un faro para las nuevas generaciones de peloteros que sueñan con el éxito. Su historia enseña que el talento, forjado con disciplina y amor por el juego, puede romper barreras y conquistar hazañas eternas.
En cada swing de un joven bateador, en cada grito de la afición, resuena el eco de aquellos 27 jonrones de 1963, un recordatorio de que, con pasión y entrega, el diamante siempre recompensa a quienes lo honran. Ronnie, el “roperón de Empalme”, sigue siendo la chispa que inspira a los futuros campeones del béisbol mexicano.
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