CULTURA
Futbolistas en desgracia: la ingratitud de los clubes en el retiro de los futbolistas

Miscelánea Por Esteban Trelles Meza //
La vida del futbolista es relativamente efímera, aun cuando existe personajes longevos con una carrera más que consolidada, particularmente con los guardametas que juegan un mínimo de 10 años y un máximo de 20 retirándose alrededor de los 40 años de edad (muy pocos), cuando en México se les denomina veteranos a los mayores de 30.
Bajo este contexto la plenitud de facultades físico – atléticas es entre los 20 y los 30, que nos parece en lo personal que después de esta última edad el jugador adquiere experiencia dosificando el esfuerzo por lo práctico, sin mermar sus facultades sino por el contrario, presumimos es la excelencia.
Infinidad de futbolistas se pierden en el olvido aun siendo referentes e incluso mundialistas de manera generacional (unos más otros menos), que los jóvenes actuales no son tan interesados en el pasado de lo que ocurrió con sus abuelos y padres en cuanto a afición se refiere.
La ingratitud de la empresa en este caso llámese Club Deportivo es también evidente no solo en el olvido de sus jugadores referentes, sino con los ídolos que forjó el aficionado por logros extraordinarios de su jugador favorito, sus goles, atrapadas (guardametas), jugadas espectaculares con alguna “chilena”, “rabona o tejoniza”, tiro libre, “palomita” etc, como se diría en el argot futbolístico “sudaban la camiseta”.
Esta identificación mutua entre afición y futbolista, hace la admiración e idolatría en el que ambos son correspondidos, asistiendo a los encuentros en los estadios o bien a través de la pantalla chica.
El común denominador de jugadores referentes, mundialistas, ídolos y demás, es que la inmensa mayoría obtuvieron una remuneración económica no solo adecuada sino bastante generosa (millones), que muchos no tuvieron la visión y el tino de manejar sus finanzas adecuadamente con algún negocio, bienes raíces, inversiones etc.
Debemos establecer que el Club está obligado a cumplir contratos laborales firmados por el jugador en el que ambos (Club – futbolista) se comprometen por escrito.
Es evidente que el jugador en retiro no tiene absolutamente injerencia en el Club y viceversa, que algunos dueños de equipo perpetúan su legado deportivo de algunos futbolistas con alguna fotografía o jugadas tanto en su estadio como en el Club Deportivo, como un distintivo de gratitud hacia el esfuerzo del deportista e identificación con los aficionados, principalmente los niños y jóvenes.
El equipo Pachuca va más allá del común denominador involucrando no solo jugadores nacionales, sino extranjeros en una globalización que reconoce la calidad de los llamados referentes y mundialistas, con el Salón de la Fama y la Universidad del Deporte como un tributo a perpetuar con la investidura de un saco sport y un trofeo que representa la inmortalidad deportiva.
Lo que no es correcto y desleal por parte del Club que sus jugadores sobresalientes salgan por la puerta de atrás, quedando en el olvido de los dueños de equipo por los intermediarios llámese Director Deportivo, Presidente Ejecutivo o el término que consideren adecuado según la jerarquía del directivo, que comúnmente son algunos ex – futbolistas y otros civiles administrativos, estos últimos incluso socios inversionistas o patrocinadores.
José “Pelón” Gutiérrez, campeón con “Chivas”, 1986, su padre del mismo nombre nacidos en El Salto Jalisco, zona futbolera por excelencia (Luis Estrada, Jesús Prado, Prudencio “Pajarito” Cortez, Ernesto Sánchez, Daniel Osorno el propio “Pelón” Gutiérrez Jr, entre otros), el referido jugador falleció en condiciones precarias en el Hospital Civil de Guadalajara olvidado por todos (relativamente joven).
Javier “Zully” Ledesma, guardameta extraordinario ídolo de los niños con ”Chivas” de Guadalajara, hace pocos años sufrió un problema médico grave ya retirado siendo comentarista de TELEVISA, lo dejaron a su suerte con una intervención quirúrgica bastante costosa que nadie le tendió la mano, que sus ex compañeros contemporáneos realizaron un encuentro de exhibición en el estadio de la UAG con precios módicos para apoyarlo económicamente, que por supuesto fue un paliativo no una solución.
Benjamín Galindo quien sufrió un derrame cerebral quedando sin la psicomotricidad corporal, recuperándose lenta y tediosamente con un tratamiento de terapias y rehabilitaciones, incluyendo el habla, que paulatinamente se recupera.
Omar Bravo máximo goleador histórico de “Chivas” salió por la puerta de atrás refugiándose en la UDG en aquel entonces división de ascenso de manera desapercibida futbolísticamente, desapareciendo del mapa.
Luis Plascencia máximo goleador referente de la UDG, subcampeón mundial juvenil con selección nacional (Túnez), histórico universitario e incluso existe una placa en el Estadio Jalisco por más de 100 goles en la institución universitaria, tiene el Record Guiness al anotar 2 goles contra los “Correcaminos” de la U. de Tamaulipas en menos de 2 minutos en primera división, gol olímpico entre sus hazañas.
Estando de entrenador en básicas de la UDG lo intervinieron quirúrgicamente como dirían “por su cuenta”, que la institución no lo apoyó económicamente (Alberto Castellanos Presidente), que gracias al Dr. Rafael El “Atotonilco” Ortega que lo intervino de amigos, sufragando gastos de hospitalización el mismo Plascencia en el antiguo Hospital Civil de Guadalajara.
El fino mediocampista del equipo Atlas José “Pepe” Delgado le hicieron varios homenajes para recaudar fondos después de su retiro, el último de ellos antes de fallecer, en el demolido Club Occidente de Atemajac en encuentro de exhibición con boletos de 30 pesos con una recaudación ínfima.
El ahora Gobernador de Morelos el famoso “Cuau”, su Club América lo despidió por la puerta de atrás, negándole un partido como homenaje de despedida el Director Deportivo Ricardo Peláez ex futbolista, presumiendo según ellos el mejor jugador mexicano de su historia en el equipo, que algunos villamelones lo ponen por encima de Hugo Sánchez y Rafa Márquez (absurdo).
Salvador Cabañas paraguayo, goleador con América y mundialista de su país, estando en activo sufrió un atentado de un balazo en la cabeza, de un episodio lamentable en un “antro”, acompañado de su esposa, con una recuperación lastimosamente larga que el equipo América se deslindó de él en contrato firmado apoyándole par de meses y dejándolo a su suerte sin indemnización alguna.
En este sentido lo importante sería un fideicomiso para otorgar una pensión adecuada para una vida digna en el retiro futbolístico (aquellos que lo necesitan), por medio de las empresas cerveceras, refresqueras y botaneras (obesidad), están más que comprometidos al ser patrocinadores del futbol con la venta de sus productos dañinos a la salud, principalmente las cerveceras ganando cuantiosas sumas millonarias por la ventas de sus bebidas embrutecedoras indiscriminadamente con menores de edad y la complacencia de las autoridades, para resarcir de cierta manera el daño que ocasionan.
Los propios futbolistas en activo pueden contribuir con una aportación mínima, voluntaria u obligatoria de una cantidad determinada, puesto que jamás nunca hicieron el Sindicato de Futbolistas para velar por sus propios intereses en activo y en el retiro, teniendo la oportunidad de apoyar a sus compañeros en desgracia.
E-mail: etrememodelos@hotmail.com
CULTURA
Obra de Ernesto Ríos: «Códigos», lo que hay detrás de lo que vemos

-Por Gabriela Andrade
Desde el 3 de julio de 2025, el Centro de las Artes de San Luis Potosí alberga una muestra que no solo reúne obra visual, sino también pensamiento crítico, investigación y sensibilidad poética. Se trata de “CÓDIGOS”, exposición individual del artista, investigador y académico Ernesto Ríos, que se presenta en la Galería Central del CEART con entrada libre y una duración extendida durante el verano.
La exhibición ha sido curada por Gabriela Gorab, quien propone una lectura del trabajo de Ríos como un acto de desciframiento de los lenguajes invisibles que componen el mundo: desde algoritmos hasta estructuras celulares, pasando por patrones ancestrales y símbolos tecnológicos. En palabras de Gorab, esta obra se entreteje con el latido profundo de lo que no vemos, un lenguaje encriptado en la biología, el arte y la conciencia.
UN ARTE QUE PIENSA, RESPIRA Y CALCULA
La exposición toma como punto de partida el cruce entre arte, ciencia y espiritualidad. Cada obra puede entenderse como una suerte de “interface” visual entre lo humano y lo inmaterial. Ernesto Ríos investiga desde hace años la naturaleza del patrón, tanto en lo visual como en lo conceptual. En “CÓDIGOS”, esto se manifiesta en una serie de pinturas monocromáticas que integran formas geométricas, estructuras fractales, matrices numéricas y efectos ópticos.
Estas imágenes no están hechas solo para ser contempladas, sino para ser interpretadas. Sus secuencias recuerdan lo que podríamos encontrar en un microscopio o en un telescopio: células en mutación, tejidos en movimiento, constelaciones, redes neuronales. Sin embargo, nada es literal. Ríos sugiere más que describe. Como él mismo ha expresado en otras ocasiones, su obra busca que el espectador complete el sentido, como si el arte fuera una suerte de código que necesita ser traducido desde la intuición.
CERÁMICA COMO ALQUIMIA
Además de su producción pictórica, “CÓDIGOS” incorpora una serie de esculturas cerámicas realizadas con la técnica del raku, una práctica japonesa que implica la cocción a alta temperatura, la quema con fuego abierto y el enfriamiento abrupto. Este proceso, controlado solo parcialmente por el artista, permite resultados inesperados: craquelados, texturas quemadas, tonalidades metálicas, superficies carbonizadas.
El resultado es un conjunto de piezas que, aunque nacen del fuego, parecen emerger de tiempos arcaicos, como si fueran vestigios de una civilización futura o mensajes enviados desde una dimensión paralela. Según Ríos, esta técnica le permite introducir el azar en su proceso creativo, estableciendo una conversación directa con los elementos: tierra, agua, aire y fuego. “Trabajar con raku es aceptar que no todo está en mis manos”, comentó el artista en una entrevista previa. “Es un diálogo con la materia”.
RESONANCIAS DE PANDEMIA Y TRANSFORMACIÓN
Una de las obras más significativas de la exposición es “Skull SARS‑CoV‑2”, una pieza que retoma la forma de un cráneo humano para integrarle el código genético del virus del COVID-19. No se trata de una representación mórbida, sino de una reflexión sobre cómo la biología, la ciencia y la historia se entrelazan. Para Ríos, la pandemia fue un momento que nos obligó a mirar los sistemas que sostienen la vida y también a repensar el lenguaje del miedo, de la resistencia y de la adaptación.
“La obra no busca retratar una amenaza, sino señalar un proceso de reconfiguración”, explicó. “El virus fue también un catalizador para reentender la vulnerabilidad humana y la interconexión del planeta. Lo que parece desorden puede ser parte de un nuevo equilibrio”.
UNA CURADURÍA DE ESCUCHA PROFUNDA
Gabriela Gorab, curadora de la exposición, ha enfatizado que “CÓDIGOS” no se limita a una exhibición estética. “Es una experiencia sensorial, filosófica y espiritual. Las obras de Ernesto están hechas con los ojos abiertos, pero también con los poros, con la memoria, con el cuerpo”, ha declarado. La muestra, en ese sentido, propone que cada visitante realice su propia lectura, encontrando en las formas abstractas una resonancia íntima, un eco de algo que quizás aún no sabe nombrar.
Para Gorab, el trabajo de Ríos crea una coreografía visual en la que todo está relacionado: la geometría con la biología, el sonido con la vibración, el pasado con el porvenir. “Este arte no nos dice qué pensar, pero sí nos invita a pensar distinto”, expresó.
TRAYECTORIA SÓLIDA, MIRADA INQUIETA
Ernesto Ríos nació en Cuernavaca, Morelos, y es doctor en Artes Visuales por el Royal Melbourne Institute of Technology (RMIT), en Australia. Su obra ha sido expuesta en México, Argentina, Australia, Alemania, Chile y otros países, en más de 70 exposiciones colectivas y 29 individuales. Fue el primer artista latinoamericano en ganar el Premio Siemens-RMIT de Artes Visuales en 2010.
Actualmente, combina su práctica artística con la docencia y la investigación como profesor en la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), donde impulsa proyectos de arte contemporáneo con un enfoque transdisciplinario.
EL ARTE COMO CÓDIGO VIVO
“CÓDIGOS” es, al mismo tiempo, una exposición sobre el presente, una mirada hacia el futuro y una evocación de los saberes antiguos. Nos recuerda que todo lo que vemos —y lo que no— responde a estructuras, algoritmos, vibraciones. Nos propone que el arte puede ser también una herramienta de investigación, una vía para abrir portales y formular nuevas preguntas.
Disponible durante varias semanas en el CEART de San Luis Potosí, esta muestra no solo merece ser visitada: merece ser leída, descifrada y sentida.
CULTURA
Entre libros y lectores: ¿Negocio o fomento a la lectura?

-Conciencia en la Cultura, por Luis Ignacio Arias
Finalizó el magno remate de libros en Guadalajara en su cuarta edición. En ella participaron editoriales independientes, nacionales, librerías de viejo e iniciativas como cita a ciegas con un libro.
El espíritu el evento es fomentar la lectura y la cultura en los tapatíos, para otros sectores, la verdadera finalidad es ayudar a las editoriales a deshacerse de su inventario viejo, también conocido como inventario envejecido, inventario muerto o inventario obsoleto, es decir, libros que han permanecido sin venderse durante un periodo prolongado, ocupando espacio en los almacenes y sin retribuir los costos de producción utilizados.
El evento es organizado por la Secretaría de Cultura de Jalisco y las editoriales participantes, con el fin de ofrecer a los asistentes libros con descuentos desde el 40% hasta el 70%, se podían encontrar libros desde 20 pesos. Estos descuentos pueden ser percibidos como una forma de animar al público a acercarse a la lectura y la cultura.
Pero para un sector más crítico de escritores, editoriales locales y público asiduo a comprar libros en físico, el evento tiene un fin comercial con un pretexto cultural, ya que las librerías grandes o establecidas, en esta cuarta edición Penguin y Gonvill, no ponen en descuento lo más nuevo o vendido de su catálogo, simplemente asisten con su stock regular buscando generar ventas o poniendo en descuento aquellos títulos que no han logrado vender y necesitan desalojar de sus almacenes para hacer espacio a nuevos embarque.
En sus redes sociales, algunos asistentes criticaron la falta de títulos actuales, señalaron que, en su mayoría, se trataba de libros de autoayuda, manuales de cocina, segundas o terceras partes de sagas no reconocidas o títulos de literatura clásica. Por lo que su experiencia no fue muy satisfactoria, aun así, los que se dedicaron a buscar y rebuscar en los montones de libros encontraron algún libro de su agrado.
Vendedores y consumidores tienen razón, sus posturas son válidas y no son incompatibles. La industria editorial es un negocio, cuya finalidad es producir ganancias, como cualquier otra industria. Por ello busca estrategias que acerquen al público a sus productos. El debate se da por el tipo de producto que manejan, libros. La asociación entre libros y cultura es natural, y al ser un bien intangible, de dominio público y un derecho de cualquier ser humano, el relacionarlo con el ámbito comercial genera escozor en los sectores más puristas, tradicionales o idealistas.
No es una crítica a estos grupos, la cultura es fundamental en el desarrollo del individuo y aspirar al desarrollo de ella debe ser un objetivo de cualquier sociedad y son estos mismos grupos los que suelen mantener viva escena cultural del estado. Pero cultura e industria no deberían percibirse como antagónicos, sino complementarios. Ambos tienen un fin en común, acercar a las personas a los libros.
Se puede objetar que a las editoriales no les interesa el tipo de libro, el uso que se le dé o si son leídos o no; simplemente quieren vender la mayor cantidad de ejemplares posible. Las editoriales o librerías no tienen la función de fomentar el gusto por la lectura, su función es ofrecer los productos que el público demanda; leerlos o no es decisión del comprador.
Entonces, ¿para qué sirve un libro que no es leído? Es ahí donde los sectores culturales, ajenos a los intereses comerciales, pueden colaborar, despertando el interés en la lectura, en el saber. Si alguien compra un auto, una máquina para ejercicio o cualquier otro producto y no lo utiliza, no se culpa al vendedor, sino al consumidor, incluso se podría argumentar que es su inversión y está en todo su derecho de hacer o no hacer con ella lo que quiera.
Según el módulo de análisis sobre la lectura en 2024, realizado por el INEGI, en México la población alfabetizada que practica la lectura es del 69.6%. Los libros siguen siendo lo más leído, con un 41.8% del material leído, que incluye también a periódicos, páginas de internet, revistas e historietas. No se aclara si se trata solo de libros físicos o si se incluyen las versiones digitales, pero sí se menciona que el acceso gratuito a materiales de lectura aumentó de 55.6 % en 2015 a 66.7 % en 2024.
Es decir, los lectores están recurriendo al material gratuito, una de las razones es el costo de adquirir un libro nuevo, en 2024 el salario mínimo en México fue de $248.93 por día, por lo que comprar un libro nuevo, en promedio, implica mínimo un día de trabajo para los trabajadores con salario mínimo.
Eventos como este, buscan promover la compra de libros en grupos que no tienen los recursos suficientes para adquirir un ejemplar de forma regular. El público al que busca llegar no es el que asiste de forma regular a las librerías o al FIL, donde los costos de los libros se incrementan tanto por la renta de espacios y la logista que implica armar un evento así, sino a aquellos que no cuentan con los recursos para adquirir de forma regular o en la cantidad que ellos quisieran.
Y es verdad que, al tratarse de un remate, los libros que se ofrecen no son los más demandados sino aquellos que no han logrado entrar en el gusto de los consumidores, pero eso no significa que carezcan de valor cultural o que no puedan ofrecer algo de interés.
Porque los libros son algo especial, en palabras de Rubén Darío: “El libro es fuerza, es valor, es poder, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial del amor”. Es necesario promover y fomentar no solo su compra, labor de las editoriales y librerías, sino su lectura, ya sea de forma virtual o digital, es labor del gobierno, instituciones públicas y privadas, así como de las familias, no el formar un hábito sino un gusto, por lo que la escena cultural del estado y las editoriales y librerías deberían realizar esfuerzos conjuntos y no de forma asilada o incluso antagónica.
CULTURA
Tlaquepaque celebra la edición XLVIII del Premio Nacional de la Cerámica

-Por Raúl Cantú
En una vibrante ceremonia que reunió a artesanos de todo México, el Centro Cultural “El Refugio” fue el escenario de la edición XLVIII del Premio Nacional de la Cerámica, un evento que celebró la tradición, el talento y el arte popular.
Con un récord de 912 participantes, esta premiación destacó la importancia de la cerámica como patrimonio cultural y económico de México, consolidando a Tlaquepaque como la Villa Alfarera y un referente nacional.
La presidenta municipal, Laura Imelda Pérez Segura, resaltó el valor ancestral de la cerámica, un arte de más de 4,000 años que fusiona tradición prehispánica y técnicas modernas. “En Tlaquepaque, como Pueblo Mágico y centro de la mexicanidad, asumimos la misión de preservar este oficio milenario”, afirmó.
Este año, la bolsa de premios creció un 50% hasta los 2.79 millones de pesos, entregando 36 galardones en categorías como cerámica tradicional, contemporánea, infantil y juvenil, además de reconocimientos por trayectoria.
En esta edición participaron artesanas, artesanos y ceramistas de diferentes estados de la República, como: Estado de México, Jalisco, Tlaxcala, Michoacán, Coahuila, Guerrero, Chihuahua, Aguascalientes, Veracruz, Ciudad de México, entre otros.
Los premiados fueron los siguientes de acuerdo con cada una de las categorías que a continuación se mencionan:
GALARDÓN NACIONAL DE LA CERÁMICA TRADICIONAL
Martín Hernández Sánchez, originario del Estado de México, con la obra «Una Pequeña Gran Obra».
TALENTO INFANTIL
Primer lugar, Fabiana Soteno Jiménez, originaria del Estado de México, con la obra “Muertito y Coleando”; segundo lugar, Abdiel Abdiel Valenzuela Ramos, originario de Coahuila, con la obra “Norteña” y tercer lugar a Erika Guadalupe Zacarías Pascual, originaria de Michoacán, con la obra “Mis Emociones.”
Mención Honorífica Fabrizio Torres Meneses, originario de Tlaxcala, con la obra “Mi Pulquero Tlaxiquero”.
TALENTO JUVENIL
Primer lugar, Florencia Soteno Jiménez, originaria del Estado de México, con la obra “Recipiente de los Sueños Imperecederos”; segundo lugar, Mane Aranza Delgado Fraire, originaria de Coahuila, con la obra “Juguemos” y tercer lugar, Darío Soteno Esquivel, originario del Estado de México, con la obra “Niños con las Máscaras”.
PREMIOS POR TRAYECTORIA
Premio Ángel Carranza: Gerónimo Ramos Flores, de Tonalá, Jalisco.
Premio Pantaleón Panduro: Saúl Camacho Rodríguez, del Estado de México.
CATEGORÍA: ALFARERÍA VIDRIADA SIN PLOMO
Premio San Pedro Tlaquepaque: Cristian Rodrigo Sebastián Contreras, originario de Michoacán, con la obra «Juego de Té Purépecha».
Premio Jalisco: Antonio Martínez Reyes, originario de Michoacán, con la obra «Olla Punteada Primaveral». Premio Nacional: Marcelo Montoya Vázquez, originario del Estado de México, con la obra «Cazo Decorado».
CATEGORÍA: BRUÑIDO TRADICIONAL
Premio San Pedro Tlaquepaque: Carolina Medina Santana, originaria de Michoacán, con la obra «Cántaro Matizado Bruñido».
CATEGORÍA: VIDRIADO TRADICIONAL
Premio San Pedro Tlaquepaque: Antonia Cerano Gutiérrez, originaria de Michoacán, con la obra “Piña Flor Naciente”.
CATEGORÍA: POLICROMADO TRADICIONAL AL FRÍO
Premio San Pedro Tlaquepaque: Tomasa González Sánchez, originaria de Michoacán, con la obra “California en Llamas (Hollywood)”.
CATEGORÍA: TRADICIONAL ALISADO Y DECORADO EN ENGOBES*
Premio San Pedro Tlaquepaque: Yesenia Lorenzo Camilo, originaria de Guerrero, con la obra “Danza de Chinelos”.
CATEGORÍA: FIGURA EN ARCILLA
Premio San Pedro Tlaquepaque: Luis Timoteo Vicente Jacobo, originario de Michoacán, con la obra «Cantina el Diablito Feliz». Premio Jalisco: Guadalupe de la Cruz Torres, originaria de Michoacán, con la obra «Velatorio de Monjas Coronadas». Premio Nacional: Gerardo Tena Sandoval, originario de Chihuahua, con la obra «Cuidemos la Fauna».
CATEGORÍA: CERÁMICA EN MINIATURA
Premio San Pedro Tlaquepaque: Rolando David Rodríguez Herrera, originario de Aguascalientes, con la obra «Días de Fiesta». Premio Jalisco. Carlos Ignacio Ávalos Ruiz, originario de Michoacán, con la obra «Los Trastecitos de mi Abuela». Premio Nacional. José Adolfo Soto Díaz, originario el Estado de México, con la obra «La Tlanchanita de Metepec».
CERÁMICA NAVIDEÑA
Premio San Pedro Tlaquepaque: Elizabeth Castañeda Escobar, originaria de Veracruz, con la obra «Burrito Sabanero». Premio Jalisco: Miguel Ángel González Mesillas, originario del Estado de México, con la obra «Nacimiento». Premio Nacional. Blanca Jiménez Flores, originaria del Estado de México, con la obra «Buenos Días Jesús».
CATEGORÍA: ESCULTURA EN CERÁMICA
Mención Honorífica: Carlos Vázquez Macías, originario de Jalisco, con la obra «Hijos de Maíz» y Manuel Alejandro Romo Razón, originario de Jalisco, con la obra «Gallito de Verano». Premio San Pedro Tlaquepaque: Marina Santana González, originaria de Jalisco, con la obra «Santanaceramica@gmail.com«. Premio Jalisco: Ángel Martín Álvarez Rivera, originario de la Ciudad de México, con la obra «Ello, Yo y Super Yo». Premio Nacional: José Miguel Quisberth León, originario de la Ciudad, con la obra «Imaginari».
CATEGORÍA: CERÁMICA CONTEMPORÁNEA
Premio San Pedro Tlaquepaque: Emmanuel Abelardo Zavala Flores, originario de Veracruz, con la obra “Modernidad Efímera”. Premio Jalisco, Brian Gregorio Corres Hernández, originario de Oaxaca, con la obra “Polilla”. Premio Nacional. Constanza López Caparros Íñiguez, originaria de Veracruz, con la obra “Manglar”.
CATEGORÍA: CERÁMICA TRADICIONAL
Premio Jalisco: Esperanza Felipe Mulato, originaria de Michoacán, con la obra «Fiesta de San Pedro y San Pablo». Premio Nacional. Alfredo Felipe Rivera, originario de Michoacán, con la obra “Alfarería”.
En el evento estuvieron presentes el secretario de Cultura del Estado de Jalisco, Luis Gerardo Ascencio en representación del gobernador Pablo Lemus Navarro y David Gallegos Soto, director general del Patronato Nacional de la Cerámica.
Para todos los interesados en adquirir alguna de las piezas concursantes, el Centro Cultural “El Refugio” cuenta con un espacio para la exposición y venta de las artesanías participantes, mismo que estará abierto al público hasta el 03 de agosto de 9:00 a 18:00 horas.