JALISCO
Alfaro en Expo Guadalajara: Mensaje a Dante y a la Alianza Va por México, ¡candidato a presidente o nada!

Por Mario Ávila //
Contrario al espíritu de las competencias olímpicas en donde lo importante no es ganar, sino competir, para el gobernador de Jalisco Enrique Alfaro Ramírez, de cara a la competencia previa a la elección del 2024, la única condición es ganar, de otra manera no compite, es decir, o es él el candidato a presidente, o nada.
Así se expresó tajante el mandatario jalisciense, en el marco de la multitudinaria reunión de la asociación civil Confío en México en la que lanzó esta advertencia, seguramente para dos destinatarios en concreto, para Dante Delgado, el presidente del Partido Movimiento Ciudadano y para la Alianza Va X México que mucho han insistido en que el partido naranja se sume al bloque opositor integrado por PAN, PRI y PRD.
En el caso de Dante Delgado, presente en el evento efectuado en Expo Guadalajara, bien puede estar barajando algunas alternativas para competir en solitario en la contienda presidencial del 2024 y para ello ha contemplado figuras como el propio Alfaro Ramírez, como el gobernador de Nuevo León, Samuel García y el alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas.
Sin embargo, no se descarta la idea de que una vez consumándose la candidatura de Morena, quede disponible Ricardo Monreal que ya militó en MC y podría ser contemplado también como un posible candidato.
Por el lado de la Alianza Va X México, se ha insistido hasta el cansancio que bien le haría al bloque opositor la integración de Movimiento Ciudadano para que pudieran crecer las posibilidades de éxito de vencer al partido en el gobierno.
De ahí que la condición que este fin de semana anunció Enrique Alfaro, pueda ser por partida doble, lo que significa que no está dispuesto a ir a una elección interna ni en su propio partido, ni en el grupo tripartito alentado por Gustavo Hoyos y Claudio X. González. Lo que Alfaro necesita es una designación directa o no cuenten con él para ninguna candidatura.
De hecho, para no discriminar y dejar tranquilos a quienes piensan que Alfaro está más cerca de hacer equipo con López Obrador que con la oposición, lanzó también un mensaje que desalentaría a Morena si es que piensa en él como un aliado. En la parte central de su mensaje, dijo: “Yo no voy a negociar tampoco embajadas o chambas, para entregar nuestra dignidad y mucho menos a nuestro estado”.
Muy lejos está pues, el espíritu de una competencia deportiva, que el de una competencia política, lo que deja en claro que Alfaro Ramírez rechaza contundentemente la frase célebre que se le atribuye al barón Pierre de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos, pronunciada en la inauguración de los Juegos Olímpicos de 1932, en donde dijo: “Lo importante no es ganar, sino competir”.
Y nos referimos al tema de la competencia deportiva, ligado a la competencia política, porque en evento tuvo lugar este sábado en las instalaciones de Expo Guadalajara, el mismo escenario en donde se efectuaba en paralelo el registro de los participantes en el Medio Maratón de Guadalajara, en donde por millares los participantes se inscriben con el objetivo de llegar a la meta como única ilusión, es decir les basta con participar, porque saben que lo importante no es ganar, sino competir.
Pero hablando también de la Expo Guadalajara, vale la pena recordar que ese recinto la última vez que fue visitado por las huestes del Partido Movimiento Ciudadano, comandadas por los mismo que hoy gritaban eufóricos “¡Pre si den te… pre si den te!”, apenas tres meses atrás, en el mes de noviembre del 2022, llegaron coléricos al recinto para intentar sabotear la inauguración de la Feria Internacional del Libro que ahí se celebraba.
Hoy, los rostros de Manuel Romo, de Quirino Velázquez, de Salvador Zamora y de Héctor Pizano, entre muchos otros, no eran con el ceño fruncido, sino con la sonrisa permanente; los gritos no eran de rechazo, sino de que solo lanzaban vítores; hoy su objetivo no era sabotear el evento que en Expo Guadalajara se celebraba, sino que lo que buscaban era crear un ambiente de fiesta entre más de un millar de militantes de Movimiento Ciudadano (burócratas en su inmensa mayoría) que respondieron a la convocatoria. En síntesis, hoy en Expo Guadalajara jugaban de local, no de visitante.
La presencia de Enrique Alfaro en la reunión de Confío en México, resultó con mucho la más taquillera de las que se han efectuado en los meses más recientes, en donde se ha tenido la participación de políticos como Gustavo de Hoyos, Claudio X. González, Enrique De la Madrid, Ricardo Monreal, Mariano Palacios, Santiago Creel y Beatriz Paredes, entre otros.
Es decir, se ha caracterizado por ser un foro de puertas abiertas esencialmente para opositores a Morena y a la Cuarta Transformación, de ahí que hoy se distinguió entre los más de mil asistentes, el regidor de Morena en Zapopan, Alberto Uribe, quien fue un amigo personal de Alfaro Ramírez cuando juntos se formaron en las filas del PRI y cuando en el 2005 abandonaron al tricolor para enrolarse primero en el PRD y después en el Partido Convergencia, el antecedente de lo que hoy es Movimiento Ciudadano.
Ahí, desde un punto discreto en la parte trasera del enorme salón, Alberto Uribe escuchó cómo su entrañable ex compañero se candidateaba a la presidencia de la República para el 2024, diciendo puntualmente: “Me niego contundentemente a creer que la elección del 24 está ya definida el día de hoy, a esta historia le quedan muchos capítulos todavía por escribirse”.
A este país -dijo-, lo podemos rescatar con la movilización política real, con mujeres y hombres de carne y hueso, no con membretes. A este país lo podemos rescatar si logramos encontrar los puntos de coincidencia que nos permitan trabajar juntos en un solo propósito, no si somos capaces de construir acuerdos para repartirse diputaciones y plurinominales. “En ese juego yo no voy a entrar, yo no ando buscando hueso, ni chamba. Lo dije antes y lo digo hoy. No voy a volver a ser candidato a nada en mi vida, si no es a presidente de México”.
Ante ello vino luego el grito ya ensayado en varias ocasiones por las huestes emecistas de Jalisco: “¡Pre si den te… pre si den te…!”.
Ofreció también, seguir manteniendo una comunicación cercana y estrecha con Confío en México y expuso: “Queremos seguir construyendo condiciones de gobernabilidad con todas las fuerzas políticas, digo todas, porque con Morena hemos podido también establecer una agenda de entendimiento y de trabajo que va más allá de la lucha electoral y cuando llegue el momento yo estoy seguro que Jalisco va a saber levantar la voz, que Jalisco va a saber organizarse y que desde Jalisco se va a construir el futuro de México.
DISCURSO MEGALÓMANO
“Lo que sí sé, es la enorme responsabilidad que recae aquí en Jalisco. Aquí se va a decidir en muchos sentidos el futuro de México y tenemos que estar todos a la altura y yo sé que así va a ser porque finalmente nuestro estado en su aniversario, sus 200 años de existencia tiene que recuperar la idea de esas mujeres y hombres que construyeron la República; tenemos que ir más allá de los análisis simplones y reduccionistas de la realidad, que plantean las cosas en blanco o negro, o hay una alianza o perdemos. No es así, lo que tiene que haber es un proyecto que integre, que una, que aglutine, si hay alianza o no hay alianza ese es el final del debate, lo primero es entorno a qué nos vamos a integrar, e insisto, en torno a las agendas de los dirigentes nacionales de los partidos, de una vez lo digo y los digo públicamente porque no tengo problema en hacerlo, en esa yo no juego”.
Y para fundamentar su condición de ser el candidato a la Presidencia, o nada, Enrique Alfaro, hizo una especie de comparación con los aspirantes que se han pronunciado por diversos partidos políticos: “Yo tengo respeto por aquellos hombres y mujeres que han expresado la posibilidad de participar como candidatos a la presidencia de México, pero yo quiero saber cuántas de esas opciones, gobiernan un estado como Jalisco; cuántas de esas opciones, han tenido un camino en el que hayan construido una fuerza política como la que construimos acá; cuántos hombres o mujeres de este país, pueden hablar de haber logrado convencer a un millón y medio de ciudadanos como logramos nosotros hacerlo en la elección del 2018; cuántas mujeres y hombres de los que se plantean como alternativas, tienen la capacidad de tener como su carta principal, los resultados de gobierno y el cumplimiento de mis responsabilidad públicas”.
CLEMENTE CASTAÑEDA DERROCHÓ POPULARIDAD
Otro de los fenómenos que se pudieron percibir en el encuentro de emecistas, usando el foro de Confío en México, fue el hecho de que el senador Clemente Castañeda pasó a ser el segundo personaje más apreciado del encuentro, ya que antes y después de la celebración del protocolo, estuvo rodeado de infinidad de simpatizantes que le pedían la tradicional “selfi”.
Este derroche de popularidad de “Pachis” en el seno de la familia naranja, contrastó con el vacío que recibió el alcalde de Guadalajara Jesús Pablo Lemus Navarro, que llegó al salón arropándose a la espalda de Enrique Alfaro, pero luego fue desplazado de esa posición por Dante Delgado.
De ahí en adelante, Lemus Navarro se limitó a recibir el saludo solo de los personajes notables del PRI y del PAN que asistieron al evento, como Arturo Zamora Jiménez, Emilio González Márquez, Herbert Taylor, Fernando Guzmán Pérez Peláez, Juan Alonso Niño Cota y otros más, pero nunca se vio tan apapachado por la base del Partido Movimiento Ciudadano, como le ocurrió al senador Clemente Castañeda.
Vale la pena regresar al tema del deporte, en este caso del atletismo cuya prueba de resistencia en los 21K se celebró este domingo en las calles de la capital jalisciense y decir que si bien Pablo Lemus salió primero en la arrancaba por la gubernatura de Jalisco y aparentemente se ha mantenido a la cabeza en la mayor parte de la ruta, por algunos momentos ha perdido el paso, se ha excedido en la confianza, ha cometido errores al no bajar el ritmo al llegar a los centros de abastecimiento, ha tropezado con obstáculos que él mismo ha puesto en el camino… y muy cerca viene ya, al entrar a la recta final de la carrera, el senador Clemente Castañeda tratando de hacer valer el adagio que reza: Caballo que alcanza gana. Lo cierto es que ésta podría ser una carrera con un final de fotografía.
JALISCO
El horror de Teuchitlán alcanza a Alfaro

De Frente al Poder, por Óscar Ábrego //
La primera semana de diciembre del año pasado escribí en este espacio una colaboración que titulé “Alfaro y el karma de la vida”.
En esa ocasión afirmé:
“Enrique Alfaro deja con su adiós una larga estela de agravios.
“Durante su estancia en el poder siempre privilegió satisfacer su apetito egocéntrico.
“Se sabe muy bien que con el tiempo creció su agrado por la sumisión absoluta de sus colaboradores.
“El control férreo fue su sello particular.
“Incluso algunos de sus chiqueados más cercanos admitían en lo corto que sus furiosas reacciones no eran más que una proyección de su personalidad soberbia e intolerante.
“Se dice del karma que toda acción tiene una consecuencia y que todo lo que se envía al universo volverá a nosotros.
“Si atendemos esto, entonces quizás el ahora ex gobernador de Jalisco debe prepararse para carear las consecuencias de esta ley inevitable”.
No pasó mucho tiempo para que el horror de Teuchitlán lo alcanzara.
Lo que son las cosas, mientras disfrutaba de lo lindo en Europa, se le apareció el rostro macabro de lo que fue su sexenio en materia de desaparecidos.
Las consecuencias serán muchas.
Por lo pronto, me aseguran que Pablo Lemus ni siquiera tiene ganas de responderle las llamadas y que derivado de este y otros asuntos, emprenderá una serie de medidas para despojar a Jalisco y a su gobierno de todo aquello que huela a alfarismo.
Tomar el control de partido MC sería una de sus primeras acciones.
Por cierto, en el centro del drama heredado por Alfaro Ramírez, es pertinente colocar el nombre de quien fue la mente perversa de la pasada gestión: Hugo Luna.
Sabemos que al margen de haber sido el zalamero más cercano, toda decisión institucional pasaba por su aduana, de tal modo que en la mira del actual gobierno su persona se vuelve un objetivo prioritario.
El fuero es un tema que ya está en revisión.
Al respecto, no sé si la justicia se encargará de estos dos personajes; sin embargo tengo fe en que el veredicto de la historia los colocará en el lugar que se merecen, porque ambos –hay que decirlo con toda claridad- se comportaron como unos miserables con los colectivos de padres y madres buscadoras.
Les ignoraron, descalificaron y re-victimizaron.
Por eso creo que podrán escapar de la ley, pero del karma, jamás.
En X: @DeFrentealPoder
*Óscar Ábrego es empresario, consultor en los sectores público y privado, escritor y analista
político.
CARTÓN POLÍTICO
¿Dormirá tranquilo en Madrid?
JALISCO
La justicia, un privilegio inalcanzable: Teuchitlán, la negación como crimen de Estado

Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
Hay maneras múltiples de negar un crimen, formas infinitas de enterrar un cuerpo, procedimientos diversos para desaparecer personas, ideas, realidades. En México, especialmente en Jalisco, el gobierno parece haberlas aprendido todas. El más reciente y grotesco episodio de negación oficial se escenifica alrededor de un rancho en Teuchitlán, cuyo nombre, «Izaguirre», se volvió sinónimo del horror: fosas, huesos quemados, restos calcinados, zapatos sin dueño.
Pero, según la fiscalía general del Estado, allí nunca hubo hornos crematorios. Así lo dijeron, con palabras oficiales, tranquilas, demasiado tranquilas, con la frialdad de quien niega para no actuar.
Héctor Flores, vocero del colectivo Luz de Esperanza, habla con el tono cansado de quien ya conoce todas las versiones oficiales. «Quieren minimizar la crisis, callar lo que dicen las familias y los medios», señala. No habla desde la teoría; lo suyo es la práctica cotidiana de una búsqueda desesperada, un intento de hacer justicia con propias manos, mientras el Estado responde con burocracia y negaciones. Y no habla solo de Teuchitlán, sino de una realidad que atraviesa todo México: más de 15,000 desaparecidos solo en Jalisco y decenas de miles más en todo el país. Números que aumentan, cifras que no despiertan acción sino indiferencia.
«La confianza está en las familias, no en las instituciones», sentencia Flores. Las palabras golpean con fuerza porque reflejan una verdad ya inocultable: el Estado ha dejado hace tiempo de ser garante de seguridad para convertirse en cómplice por omisión, por negligencia, por indiferencia. Flores lo explica sencillo, pero la simplicidad de su denuncia encierra toda la complejidad del fracaso institucional: «La federación no puede lavarse las manos echándole la culpa a los estados. La delincuencia organizada es competencia federal y tienen que actuar».
Pero México es el país donde los gobiernos siempre encuentran razones para no actuar. La Fiscalía argumenta que necesita denuncias formales para iniciar carpetas de investigación. Las familias responden que denunciar es ponerse en peligro, es exponerse a la violencia del crimen organizado, protegido por autoridades corruptas. La paradoja es brutal: se exige que las víctimas, ya violentadas, vulnerables, amenazadas, sean quienes se arriesguen aún más para hacer el trabajo que el Estado rechaza.
La negativa oficial sobre los hornos de Teuchitlán no solo busca invisibilizar la tragedia, sino evitar las consecuencias internacionales que podría acarrear el reconocimiento de un crimen que claramente constituye una violación masiva de derechos humanos. Flores apunta hacia organismos internacionales, como la Corte Interamericana de Derechos Humanos o la Corte Penal Internacional, advirtiendo que esta crisis, de ocurrir en cualquier país europeo, sería inmediatamente calificada como una emergencia global. Pero ocurre en México, donde los muertos pesan menos, donde los desaparecidos son culpables antes que víctimas.
La negación no es solo federal, es también local. Enrique Alfaro, gobernador saliente de Jalisco, dejó en herencia un récord macabro: pasó de 5,000 a más de 15,000 desaparecidos durante su mandato. Colectivos como «Por Amor a Ellxs» recuerdan cómo Alfaro prometió diálogo y puertas abiertas, pero solo entregó indiferencia y abandono. María del Refugio Torres resume así el gobierno de Alfaro: «ineficaz, lleno de omisiones y deficiencias».
Ahora la responsabilidad recae en Pablo Lemus, sucesor político que, al parecer, ante esta prueba está actuando a destiempo. En reuniones en noviembre del año pasado, previas a la toma de poder, Salvador Zamora, quien ahora es secretario general de Gobierno, asistió solo para sacarse la foto. No escuchó, no conversó, no actuó, en esta crisis, no ha aparecido.
La crisis institucional no se detiene en el Ejecutivo. Jonathan Ávila, del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (Cepad), denunciaba al finalizar la administración de Enrique Alfaro que no había ni siquiera un programa estatal de búsqueda en Jalisco y que el rezago en el Servicio Médico Forense alcanzaba niveles vergonzosos: más de 9,400 cuerpos sin identificar.
Mientras las autoridades siguen negando la realidad, las familias se organizan y protestan. Este sábado pasado, frente al Palacio de Gobierno de Jalisco, más de dos mil personas gritaron consignas claras y dolorosas: «El Estado sí sabía, Alfaro sí sabía». Lo sabían porque es imposible no saberlo, porque los campos del horror no nacen en secreto sino bajo el amparo de complicidades. Daniela Gómez, quien busca a su hermano desaparecido, resume el sentimiento común: «No es posible que haya más de 18,000 desaparecidos y solamente seis buscadores en el gobierno».
La vigilia del sábado fue otra demostración del dolor transformado en resistencia. Héctor Águila Carvajal, padre de otro desaparecido, pidió unidad: «Sigamos uniendo fuerzas, el dolor no cesa». Y no cesa porque la respuesta oficial sigue siendo mínima, burocrática, cínica.
Y lo de que Teuchitlán no se trata de un caso aislado. La lista de sitios donde se repite la tragedia es dolorosamente extensa: desde la macabra «Gallera» en Veracruz hasta los cuerpos disueltos en ácido por el infame «Pozolero» de Tijuana, pasando por la escalofriante cifra de restos en «La Bartolina», Tamaulipas. Un catálogo infernal de barbaries toleradas, acaso protegidas, por autoridades que prefieren mirar hacia otro lado.
Esta crisis no puede seguir siendo escondida bajo excusas burocráticas ni minimizada con comunicados oficiales. Los colectivos lo denuncian: Teuchitlán no es un caso aislado, sino un símbolo más de la impunidad institucionalizada. Héctor Flores alerta sobre al menos seis puntos más similares en Jalisco, que nadie quiere investigar porque nadie quiere reconocer lo evidente.
Desde Madrid hasta Nueva York, mexicanos en el exilio exigen lo básico: reconocer el término «sitios de exterminio», proteger efectivamente a las buscadoras, garantizar justicia y reparación. Es un grito desesperado, es una demanda urgente, y es, sobre todo, una advertencia: la negación no borrará los muertos, solo prolongará el sufrimiento.
Negar lo evidente es una forma más de violencia. México merece más que excusas. Las víctimas merecen más que palabras. Y la justicia, que debería ser obvia, hoy parece un privilegio inalcanzable.
En X @DEPACHECOS
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