Beisbol
Dirigentes del beisbol nacional prometen la mejor selección preolímpica para el Premier 12

Por Salvador Cosío Gaona //
Bastante lucido y concurrido resultó el acto en que se presentó de manera oficial el torneo preolímpico Premier 12 de béisbol, cuya primera fase se desahogará en tres sedes: Seúl, Taiwán y Zapopan.
El evento celebrado en la presidencia municipal de la ex villa maicera, contó con la presencia del presidente de la Federación Mexicana de Béisbol (FMB), Enrique Mayorga y del titular de la oficina presidencial para la Promoción del Béisbol (PROBÉIS), Edgar González Abin, así como del presidente de la Liga Mexicana del Pacífico (LMP), del máximo circuito profesional de béisbol en nuestro país jugándose en otoño-invierno, el sonorense Omar Canizales Soto, y los dirigentes del club de béisbol Charros de Jalisco, Salvador Ramiro Quirarte Villaseñor, presidente del Consejo de Administración y Armando Navarro Peña, presidente deportivo de la misma organización blanquiazul jalisciense.
Durante la presentación se dieron a conocer pormenores de lo que será el gran evento del Premier 12, muchos de los cuales ya habíamos anticipado para Vuelacercas.
Los invitados especiales que tuvieron acceso al micrófono coincidieron en que México aspira a conformar la mejor Selección Nacional del deporte rey para poder ganar o al menos quedar en segundo lugar en la sede zapopana en donde enfrentará a potencias mundiales como los Estados Unidos de América del Norte, y República Dominicana, sin demeritar a Holanda.
Una vez alcanzado ese primer objetivo que ciertamente no luce fácil, nuestro representativo nacional pasaría junto con los calificados de las otras dos sedes (Seúl y Taiwán) a la llamada Súper Ronda de Tokio en donde se medirán los seis mejores de los 12 equipos que conforman el Premier 12.
Pero para llegar a ello falta un importante camino por recorrer:
De entrada, hay que recordar se formó una comisión que trabajará en forma permanente para lograr el mejor armado del seleccionado nacional, integrada por el Presidente de la FMB, el titular de PROBÉIS, así como dos gerentes deportivos del béisbol invernal y tres de equipos del béisbol estival; se sabe que los dos gerentes deportivos de equipos de la LMP son Raymundo ‘Ray’ Padilla de Charros y el de Venados de Mazatlán Jesús “El Chino” Valdés, en tanto se especula los gerentes deportivos que designará la LMB podrían ser Oscar Romero de los de Toros de Tijuana, Valentín Gámez de Acereros de Monclova, y David Cárdenas de Leones de Yucatán.
Como principal ingrediente, debemos esperar que todos o los más posibles de los 23 beisbolistas mexicanos que están integrados en equipos de Grandes Ligas en esta campaña 2019 de la Major League Baseball (LMB) sean convocados a formar parte del seleccionado nacional.
No menos importante, será que se llame a los mejores de entre los que aún no estando en el momento activos tienen la experiencia para integrarse pues son ligamayoristas ceñeros.
Evidentemente, tendrán que ser invitados los mejores peloteros del béisbol profesional del más alto nivel en invierno y verano en México, y se debe incluir obviamente a quienes están en la pelota japonesa.
Se ha venido elucubrando quién podría ser el manager de la selección mexicana; entre los posibles se ha manejado el nombre del timonel norteamericano Dan Firova; un conocido de la afición jalisciense, Juan Navarrete que ahora es buscador para equipos de Grandes Ligas y que a pesar de haber sido criticado por su forma de dirigir llevó a la novena jalisciense en la campaña 2014-2015 al subcampeonato. Se ha mencionado también a Roberto Castellón, actual vicepresidente deportivo en Charros de Jalisco, quien ya ha sido manager con varios equipos incluyendo a Charros, y ha sido jugador en varios equipos tanto en la LMP como en la LMB y tiene un prestigio como buen estratega. También se ha mencionado que podría ser un mexicano o un manager con raíces mexicanas que ha sido ya jugador de Charros de Jalisco en la época de los 90’s y que actualmente dirige un muy buen equipo en Ligas Mayores; se sabe que podría estar siendo motivado a solicitar el permiso correspondiente para dedicarlo a encabezar las tareas de la novena mexicana en el Premier 12, lo que sería algo bastante importante y que influenciaría mucho el ánimo de los peloteros y ayudaría mucho a incorporar a las grandes estrellas mexicanas que estén jugando en el mejor béisbol del mundo, las Ligas Mayores.
Cualesquiera que sea el afortunado se antoja que tendría que ser designado casi de inmediato para enfrentar el primer reto que es, junto con este grupo de trabajo antes señalado, elegir un listado de aproximadamente 50 peloteros o un poco más para de entre ellos llegar al final a los alrededor de 30 que tendrá el roster de cada equipo que participe en el Premier 12.
Listado inicial que estará sujeto a la concertación y al cabildeo que tendrá que hacerse con los peloteros y principalmente con los equipos de los que forman parte para que les den los permisos correspondientes.
Es preciso mencionar que aunque el calendario marca la primera fase del torneo del 2 al 5 de noviembre y después, si se clasifica a la súper ronda, entre el 7 y el 17 de noviembre también en Japón, no se suspenderá la agenda del calendario regular de la LMP sino simplemente los equipos que tengan jugadores que vayan a participar en el seleccionado tendrán que cederlos temporalmente y suplirlos con otros de su roster, lo que podría afectar a Charros de Jalisco porque se presume que estarán conformando el seleccionado nacional estrellas que juegan con Charros como él segunda base José Manuel ‘Manny’ Rodriguez; el parador en corto Amadeo Zazueta; el tercera base Agustín Murillo, y el receptor Gabriel Gutierrez, así como los estelares Sergio Romo, Orlando Lara, Marco Tovar y Felipe González entre otros.
Por lo pronto, falta un emocionante camino por recorrer en lo que se refiere tanto a la designación del manager como al armado del roster que tendrá la fortuna de ver participación y vestir la franela del seleccionado nacional que peleará frente a Estados Unidos, República Dominicana y Holanda su pase a la Súper Ronda de Tokio que reparte dos boletos para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
E-mail: opinión.salcosga@hotmail.com
Twitter: @salvadorcosio1
Beisbol
La hazaña para la historia de Ronnie Camacho: Superó a Héctor Espino y Saúl Villegas hace 62 años

Por Gabriel Ibarra Bourjac //
El sol se alzaba implacable sobre Empalme, Sonora, aquel febrero de 1963, tiñendo de dorado las calles polvorientas que conducían al estadio de los Rieleros. Ronaldo “Ronnie” Camacho, el “roperón de Empalme”, caminaba hacia el diamante con el peso de su pueblo sobre los hombros.
En su mirada se mezclaban la determinación y el nerviosismo: sabía que la penúltima serie del rol regular en la Liga Mexicana del Pacífico sería su prueba de fuego.
Los Naranjeros de Hermosillo, líderes de la liga, llegaban a retarlo, y con ellos, dos titanes del bateo, Héctor Espino, el “Supermán de Chihuahua”, y Saúl Villegas. Ronnie cargaba 24 jonrones; Espino y Villegas, empatados con 23, acechaban su corona. El aire vibraba con la expectativa de 15 mil fanáticos que abarrotaban las gradas, ansiosos por presenciar una batalla que pasaría a la historia.
Desde el primer juego, el estadio se convirtió en un caldero de emociones. Ronnie, con su bat al hombro, sentía cada mirada mientras se paraba en la caja de bateo. El pitcher de los Naranjeros lanzó una recta alta, y el sonido del impacto resonó como un trueno: jonrón 25. La multitud estalló en un rugido que hizo temblar las gradas de madera.
Al día siguiente, en el segundo juego, otro cuadrangular surcó el cielo, el 26, y la afición ya soñaba con la gloria. Pero fue en el cuarto y último juego de la serie cuando Ronnie selló su leyenda. Con un swing poderoso, la bola voló más allá de las bardas, marcando su jonrón 27. El récord estaba hecho, y Empalme se rindió a sus pies. Ese récord, implantado hace 61 años, sigue intacto, solo igualado por Bob Darwin en 1971-1972 con Hermosillo.
El sonido que nunca se olvida
Días atrás, sentado frente a mí en una tarde cálida de junio de 2025, le pregunté a Ronnie cuál de esos jonrones había gozado más. Sus ojos, cargados de nostalgia, se iluminaron mientras respondía: “Nada es más hermoso que escuchar el sonido del impacto del bat con la bola y verla viajar arriba de las bardas”. Su voz temblaba al recordar aquel invierno del 63, cuando en su tierra natal, con los Rieleros, superó a Espino y Villegas para conquistar la corona de jonrones. “Fue una emoción inmensa”, añadió, “sentir que no le fallé a mi gente”.
Ronnie, junto a Espino, fue uno de los bateadores más temidos de México, un bombardero que acumuló 457 jonrones en su carrera: 317 en la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) y 140 en la del Pacífico, un poder que aún resuena en la memoria colectiva.
Una vida dedicada al diamante
Ronnie Camacho nació el 26 de octubre de 1935 en Empalme, un pueblo ferroviario de Sonora donde el béisbol era más que un deporte: era un rito. A los 17 años, en 1953, debutó con Fresno en la Liga de California, sucursal de los Cardenales de San Luis, siendo el más joven del equipo. En 1958, ya con los Rieleros, ganó la triple corona de bateo en la Liga Invernal de Sonora, preludio de lo que sería su gloriosa carrera.
Durante más de 20 años y 2,200 juegos, Ronnie brilló en México y Estados Unidos, jugando para equipos como Águilas de Mexicali, Tecolotes de Nuevo Laredo y Pericos de Puebla, hasta su retiro en 1975 con Aguascalientes. En 1983, su nombre ingresó al Salón de la Fama del Béisbol Profesional de México, un reconocimiento a su legado inmortal.
Un homenaje que une pasiones
El eco de sus hazañas llegó hasta Guadalajara, donde tuve el privilegio de rendirle homenaje en el Palacio Municipal, durante el último año de la administración de Enrique Alfaro, con Enrique Ibarra como alcalde interino.
Como relató Diego Morales Heredia en Conciencia Pública, destaqué a Ronnie como un ícono mexicano, un ejemplo de profesionalismo y entrega que inspira a la juventud. “Cuando hay talento, pasión y vocación, se puede lograr”, dije, emocionado, mientras recordaba mis inicios en el periodismo, nacidos de mi amor por el béisbol.
Rodeado de la peña beisbolera más apasionada del occidente, con 150 miembros, celebramos a este sonorense que encarna la grandeza del rey de los deportes. Su récord de 27 jonrones en la Liga del Pacífico, y los 39 en la LMB, lo convierten en el protagonista de las mayores proezas cuadrangulares del béisbol mexicano, un legado que sigue motivando a generaciones.
Un faro para los nuevos peloteros
Ronnie Camacho no es solo un nombre en los libros de récords; es un faro para las nuevas generaciones de peloteros que sueñan con el éxito. Su historia enseña que el talento, forjado con disciplina y amor por el juego, puede romper barreras y conquistar hazañas eternas.
En cada swing de un joven bateador, en cada grito de la afición, resuena el eco de aquellos 27 jonrones de 1963, un recordatorio de que, con pasión y entrega, el diamante siempre recompensa a quienes lo honran. Ronnie, el “roperón de Empalme”, sigue siendo la chispa que inspira a los futuros campeones del béisbol mexicano.
Beisbol
Julio Urías y el sueño guinda: ¿Un regreso triunfal a Tomateros?

Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //
¿Es posible que en octubre veamos a Julio Urías, el talentoso pitcher mexicano, lanzar con los Tomateros de Culiacán en la Liga Arco Mexicana del Pacífico? ¿O es solo un anhelo de los aficionados que soñamos con ver al monticulista sinaloense retomar su carrera tras la sanción impuesta por la MLB, que concluirá el 17 de julio de 2025, después del Juego de Estrellas?
La afición guinda, reconocida como una de las más apasionadas de México, vibraría con el regreso de su hijo pródigo al montículo. Urías podría encabezar un roster estelar junto a ex grandes ligas como el relevista Víctor González y el poderoso Joey Meneses, formando un equipo competitivo que elevaría el espectáculo de la Liga Arco y atraería a más aficionados al estadio.
A sus 28 años, Julio Urías sigue siendo un talento excepcional. Su recta, que supera las 97 millas por hora, y su variado repertorio de pitcheos lo consolidaron como una pieza clave en la Serie Mundial de 2020 con los Dodgers de Los Ángeles. Sin embargo, su carrera se vio opacada por un caso de violencia doméstica que derivó en cinco cargos menores en Los Ángeles. Aunque la Fiscalía del Condado no presentó cargos graves, Urías se declaró no culpable a uno de los delitos, mientras que los otros cuatro fueron desestimados tras aceptar un programa de tratamiento de un año.
La MLB, tras su investigación, determinó que Urías violó la Política Conjunta de Violencia Doméstica, Agresión Sexual y Abuso Infantil, imponiéndole una suspensión que finalizará a mitad de la temporada 2025. Aunque esto le permitirá recuperar su elegibilidad, el estigma y el «pacto no escrito» entre los dueños de equipos de Grandes Ligas podrían complicar su retorno al béisbol estadounidense.
Aquí es donde surge la posibilidad de verlo en la Liga Arco con los Tomateros, el equipo de sus amores desde niño. Vestir el uniforme guinda en Culiacán, su ciudad natal, sería más que un regreso al béisbol: sería una oportunidad para reconectar con sus raíces, donde brilló en categorías infantiles y juveniles antes de ser firmado por los Dodgers a los 16 años.
La afición culichi, conocida por su lealtad, recibiría a Urías con los brazos abiertos, ofreciéndole el apoyo que necesita tras los momentos difíciles. Este retorno cumpliría un sueño que el propio pitcher expresó en 2021: jugar con el equipo de su tierra. Más allá de lo deportivo, sería un capítulo de redención personal, un mensaje de que los errores no definen el futuro de un talento generacional.
Si Urías demuestra un cambio genuino y compromiso, su incorporación a los Tomateros no solo revitalizaría su carrera, sino que también inspiraría a peloteros y aficionados, mostrando que la perseverancia puede superar los tropiezos. Su llegada sería un hito para la Liga Arco, un impulso para el béisbol mexicano y una narrativa de superación que combina datos, pasión y emoción.
Aunque no hay certeza de que Urías juegue con los Tomateros, la posibilidad existe. Todo dependerá de si un equipo de MLB lo contrata tras el fin de su sanción o si decide regresar a casa para escribir un nuevo capítulo en su historia. La pelota está en el aire, y los aficionados guindas ya sueñan con verla cruzar el plato.
Beisbol
Lecciones del diamante: La redención de Urías y Osuna

Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //
Será el El 17 de julio de 2025, cuando el comisionado de las Grandes Ligas, Rob Manfred, levantará la suspensión impuesta al lanzador sinaloense Julio Urías por violar la política de violencia doméstica de la MLB. Esta decisión abre la puerta para que “El Culichi” pueda ser firmado por cualquier equipo de la Gran Carpa, pero su camino de regreso al estrellato está lejos de ser claro.
Hace apenas unos años, hablábamos de un talento generacional, un pitcher mexicano que lideró la Liga Nacional en victorias (2021) y efectividad (2022), y que se perfilaba para firmar un contrato histórico cercano a los 200 millones de dólares, un hito para un pelotero latinoamericano. Sin embargo, su comportamiento fuera del diamante ha opacado su brillo en el montículo.
Urías, quien fue clave en el título de los Dodgers en 2020, ha demostrado ser un diamante en bruto desde los 16 años, cuando Los Ángeles lo firmó. Su talento es innegable: una recta que roza las 97 millas, un cambio y curva devastadores, y una habilidad para el pickoff que lo hizo destacar desde su debut en 2016. Pero las decisiones personales han sido su talón de Aquiles.
Dos incidentes de violencia doméstica, el primero en 2019 y el segundo en 2023, lo llevaron a ser el primer jugador suspendido dos veces bajo la política de la MLB. El video de 2023, donde se le ve agrediendo a su pareja, fue un golpe duro para su imagen y su carrera. La sanción hasta el Juego de Estrellas de 2025 refleja la gravedad de sus acciones, pero también le da una nueva oportunidad.
¿Qué sigue para Julio Urías?
La pregunta no es solo si un equipo apostará por su brazo, sino si él ha aprendido de sus errores. En 2022, escribí que un contrato de 200 millones estaba al alcance de su mano, pero advertí que su futuro dependía de mantener el enfoque dentro y fuera del campo.
Hoy, esa proyección parece lejana. Equipos como los Yankees o los Mets podrían considerar su talento, pero el riesgo reputacional es alto, como lo demuestra el caso de Trevor Bauer, quien tras una suspensión similar no ha regresado a MLB y ha optado por ligas en Japón y México. Urías, a sus 28 años, aún tiene tiempo para redimirse, pero deberá cumplir con el programa de tratamiento ordenado por la MLB y demostrar un cambio genuino.
En México, especialmente en Culiacán, esperan que “El Culichi” retome el camino. Los Tomateros de Culiacán podrían ser una opción para mantenerse activo si la MLB no le abre las puertas de inmediato. Pero más allá del béisbol, Urías debe sanar como persona. Su historia es un recordatorio de que el talento no basta si no va acompañado de responsabilidad. Ojalá, por el bien del béisbol mexicano y de él mismo, que esta segunda oportunidad no sea la última.
Son dos grandes talentos mexicanos que pareciera haber tropezado con la misma piedra para truncar sus carreras en el mejor beisbol del mundo. Los dos son sinaloenses. En su momento fueron considerados entre los mejores cinco lanzadores de Grandes Ligas, uno como inicialista y el otro como relevista.
Roberto Osuna, con su recta de fuego, ostentaba 39 salvamentos con Toronto en 2017 y parecía destinado a ser el mexicano con más juegos salvados en la historia. Sin embargo, sus errores fuera del campo los llevaron al ostracismo, dejando lecciones cruciales para los jóvenes peloteros que sueñan con brillar en la MLB.
¿Qué salió mal?
Ambos sucumbieron a la presión de un sistema ferozmente competitivo, como señaló el periodista Mario Villagrán: la MLB es una maquinaria que exprime no solo el físico, sino también la mente y el carácter.
Osuna, acusado de agresión a su pareja en 2018, fue suspendido 75 juegos y, tras una lesión en 2020, no volvió a la MLB, encontrando refugio en Japón. Sus actos no solo mancharon su reputación, sino que cerraron puertas que su talento había abierto de par en par.
La lección para las nuevas generaciones es clara: el éxito en la MLB no se mide solo en ponches o salvamentos, sino en la capacidad de administrar la fama, el dinero y las tentaciones. Urías y Osuna, con contratos millonarios en el horizonte, dejaron que decisiones personales los traicionaran.
Como escribí en 2021, cuando Urías alcanzó 20 victorias, el talento debe ir acompañado de madurez. La presión de ser figura pública, como señaló Esteban Loaiza, es inmensa, y los errores se magnifican bajo la lupa de los medios y los aficionados. Los jóvenes como Alejandro Osuna, quien debutó con Texas en 2025, o Isaac Paredes, estrella en ascenso, deben aprender a navegar este entorno.
Primero, la disciplina personal es innegociable. La MLB tiene una política estricta contra la violencia doméstica desde 2015, y casos como los de Urías, el primero en ser suspendido dos veces, muestran que no hay excepciones. Segundo, rodearse de un círculo de apoyo sólido es vital. Urías contó con su padre, Carlos, como guía en sus inicios, pero las malas decisiones lo alejaron de ese respaldo.
Osuna, por su parte, habló de ansiedad en 2017, un tema que los prospectos deben abordar con profesionales para no derrumbarse bajo presión. Tercero, entender que el béisbol mexicano depende de sus embajadores.
Cada error de un pelotero azteca no solo afecta su carrera, sino la percepción de los prospectos mexicanos en la Gran Carpa.
Para los jóvenes que hoy entrenan en Culiacán, Hermosillo o Tijuana, el mensaje es contundente: el talento los llevará a la puerta de la MLB, pero solo la integridad los mantendrá dentro (…) Urías y Osuna son un espejo donde los prospectos deben mirarse: no para imitar sus errores, sino para aprender de ellos.
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