MUNDO
¿Cuántos enfermos hay en México? La pandemia del miedo que hace temblar al mundo
Por Jorge López Portillo Basave //
El efecto más dañino de cualquier amenaza, como lo es el riesgo a ser contagiado con el COVID19, es el pánico. Este puede ocasionar que el cerebro tome medidas contraproducentes como la generación de químicos que aumentan la presión, el azúcar y los triglicéridos. Trate de respirar profundo y de no sobre reaccionar. ¡Hágalo por su propia salud!
LA PSICOSIS COLECTIVA
El miedo colectivo exacerbado genera que los pueblos experimenten compras y ventas de pánico afectando en especial a las personas más vulnerables y causando que los servicios médicos se saturen, fallen y colapsen.
En Ciudad de México hay un brote de sarampión que debe atenderse y en Jalisco hay siempre el terrible riesgo del dengue, además de los efectos en todo el país de la influenza estacional. Si la gente se arremolina en hospitales y clínicas para pedir atención por miedo, esta pandemia podría ocasionar que otras enfermedades se salgan de control.
El COVID19 ocasiona la muerte a partir de que nuestro propio sistema inmune en su lucha por combatir al intruso entra en pánico y sobre reacciona, dañando nuestros órganos internos. Resulta irónico que el efecto psicológico del miedo que nos genera contraer dicha enfermedad está teniendo el mismo efecto –sobre reaccionar- en la vida diaria de cada comunidad que se verá afectada por la crisis económica y desabasto por la pandemia del miedo.
Acopiar en cantidades desmesuradas no ayuda de mucho y causará problemas a muchas familias mexicanas que viven al día sin ahorros o grandes almacenes de alimento, quienes serán afectadas por la escalada de precios, el desabasto y claro, la falta de recursos por la falta de empleo en los próximos dos o tres mes.
Los especialistas de todo el mundo desarrollan medicinas que puedan curar a los enfermos que hoy están en alto riesgo, evitar más contagios y muertes. Mientras tanto usted reaccione con prudencia y recuerde que en poco tiempo habrá cura y un poco después la famosa vacuna como lo señalan los especialistas de la OMS.
CUÁNTOS ENFERMOS HAY
La pregunta del millón es saber ¿cuántos enfermos hay? Esa es una de las dos preguntas más importantes y el no saberlo con certeza es una de las dos razones del pánico generalizado. La otra es el miedo a no tener vacuna o medicinas definitivas.
Afortunadamente sabemos que del 97% al 99.3 % de los pacientes se recuperan y que de hecho el 80% tienen síntomas tan ligeros que ni se enteran que tuvieron dicha enfermedad.
El no saber que se tiene dicho virus –aunque no se sienta uno mal- es parte del miedo generalizado, porque al no saber, tampoco podemos evitar el contagiar a nuestros familiares y amigos, especialmente a los que están en una población identificada como más vulnerable.
El ejemplo de Corea con centros para detección tipo “drive thru”, al estilo McDonalds, seguimiento individual vía GPS y distanciamiento social está siendo imitado por otros países que buscan evitar contagios innecesarios de personal médico y de otros pacientes, pero también ayuda a coordinar de manera eficiente los recursos siempre escasos de detección y atención de los posibles pacientes de una epidemia.
Esta pandemia es democrática le ha dado y le dará a políticos, presidentes, empresarios y de todo. ¡Imagine 15 o 30 días sin políticos peleando o echando rollo!
EL PACIENTE “0” Y LA CURVA DEL TIEMPO
A finales de la semana pasada China declaró haber encontrado al paciente “0” quien habría sido contagiado en noviembre del 2020. En este momento Europa es el epicentro de la epidemia, le seguirá EUA y seguro después será América Latina. Con base en los tiempos de contagio inicial y de control podemos esperar que en cuatro meses lo peor de la pandemia infecciosa habrá pasado, pero estaremos a medias de la crisis económica que provocó.
El caso Corea indica que para un país de 51 millones de habitantes se necesitaron 96 centros de muestreo que atiendan a un ritmo de 15 mil a 20 mil personas diarias durante 56 días para saber cuántos enfermos hay y de ahí en adelante aislar, curar y evitar más contagios. Al sábado pasado dicho país tenía un poco más de 8 mil infectados y únicamente 72 muertos. Esto sugiere que cuando se puede detectar con eficiencia a todos los enfermos, el grado de mortandad efectivo es menor al 1%.
Al sábado pasado, China había padecido casi 81 mil casos de COVID19 en una población de 1,350 millones de habitantes y tardó tres meses en controlar la epidemia que causó más de 3,189 muertos. Según estos datos el grado de mortandad fue superior al 3%, lo que parece muy elevado; algunos especialistas sugieren que esos números no son confiables ya que no se sabe si pudieron realizar el conteo de todos los enfermos y por tanto, el promedio de fallecimientos se dispara. En especial porque según la OMS, el 98% de las personas con síntomas que son examinadas, en realidad padecen otras enfermedades típicas de la temporada.
Al día de ayer en Italia había 17,660 infectados con una población de 60 millones de habitantes y 1,366 fallecidos dando una mortandad mayor al 7 % lo que es demasiado elevado. Es casi seguro que las escazas medidas de prevención y detección temprana generaron una medición deficiente. Italia tiene una población un poco mayor a Corea del Sur, por lo que medidas similares debieran dar resultados similares, lamentablemente ese gobierno no tomó medidas preventivas con la velocidad necesaria. En defensa de Italia su población tiene una edad más avanzada que Corea o México, por lo que la enfermedad también les pega más duro como lo hará en toda Europa.
México debe prepararse y asegurar su capacidad de detectar a los enfermos reales, aprender de Corea y de Italia para saber qué debe hacer. Tenemos la ventaja de que nuestra población tiene una edad promedio menor a la de Europa y a la de Asia.
Es bueno recordar que a la fecha este virus no ha causado la muerte a ningún niño y que de hecho es raro ver a niños con dicha enfermedad. La información emitida por La Organización Mundial de la Salud, indica que en China casi el 78% de los enfermos son de 30 a 69 años de edad, el 8% están en los 20´s, el 1.2% son adolescentes y menos del 1% son niños.
LOS EFECTOS FINANCIEROS
La semana pasada los mercados del país vecino y del mundo sufrieron una de las caídas más grandes en su historia, pero en un solo día también –en EUA- tuvieron la ganancia más importante de toda su historia. Parece que las medidas de apoyo financiero anunciadas por Trump, dieron paz momentánea a su economía y de paso darán un respiro a la nuestra que ya estaba enferma de hipertensión y ahora tendrá COVID19.
Durante el 2020 el debilitado peso mexicano se enfrentará con un dólar caro, ya que nuestras principales fuentes de divisas como el petróleo, el turismo, la exportación de alimentos y de bienes a EUA y claro, las remesas que envían nuestros paisanos, se verán disminuidas por las restricciones de viajes y de compras mundiales. De hecho economistas de Forbes han sugerido que la divisa podría llegar a 25 pesos por dólar.
Asia y EUA están tomando medidas para atenuar el impacto económico que incluyen, reducción de tasas de interés, diferimiento del pago del ISR, disminución del impuesto sobre nómina, suspensión de intereses de algunos créditos del sector público y otras medidas municipales similares. Europa seguramente imitará dichas medidas, por lo que también nuestro país debiese aplicarlas en sus tres niveles de gobierno.
Por lo pronto, el único país que está regresando a la “normalidad” es China quien ya abrió los supermercados y algunas fábricas de Wuhan, en tanto que la gran mayoría de Europa y EUA cancelarán eventos y cerrarán escuelas, fábricas y centros de entretenimiento al menos durante el mes de marzo –ni Las Vegas es inmune-.
Miles de personas se verán obligadas rematar o a perder sus pertenecías al no tener trabajo en las industrias del turismo, del entretenimiento, de los restaurantes, de las conferencias y de los eventos deportivos y muchos harán fortunas prestando a la usura.
Hace una semana comentamos que las cancelaciones de convenciones tendrían un impacto global de $28 mil millones de dólares, a la fecha se desconoce el impacto que México tendrá por la parálisis global, pero cuando menos será tan grande como en el 2009, cuando a raíz de la Epidemia de la Influenza perdimos varios puntos del PIB.
EL MUNDO DE LA CIENCIA FICCIÓN
A inicios de los 80´s el libro de caricaturas japonés llamado Akari, había predicho que Tokio prepararía las Olimpiadas del 2020 y que las mismas habrían de ser postergadas por una epidemia.
En 1981 el libro Eyes of Darkness hablaba de un virus creado en Wuhan, con síntomas respiratorios y causaba una epidemia en el año 2020.
¿Será que los autores tenían información para prevenir esta tragedia? ¿O será que algunos pueden imaginar el futuro? y en esta ocasión le atinaron hasta al lugar, al año y al tipo de evento e infección.
¡VAMOS A SALIR ADELANTE!
La enfermedad del COVID19 es real y debe tomarse en serio, pero el actuar con pánico es tan irresponsable como el actuar a la ligera, ambas actitudes pueden tener consecuencias personales y sociales muy dañinas. La humanidad ha salido delante de este tipo de pandemias y esta no será la excepción.
En estos momentos de crisis social, muchas empresas como Disney o MGM cerrarán sus instalaciones para evitar el aumento de contagios, pero no dejarán a sus empleados sin paga; además regalarán los alimentos almacenados para apoyar a las familias más necesitadas de la región. Ojalá y las empresas nacionales hagan lo mismo con los alimentos almacenados para eventos o parques de diversiones.
Seamos generosos, no promovamos el acaparamiento ni el alza de precios injustificada. Un poco de austeridad en la cuaresma y compartir con los que menos tienen, es una “oportunidad” que podemos aprovechar. No tengamos pánico, como en el 2009 esto pasará y si sabemos sortearlo seremos mejores que ayer. Que Dios nos Bendiga, gracias y feliz semana.
MUNDO
El nacionalismo de Donald Trump: ¿Una solución o un riesgo?
Opinión, por Samantha Contreras Guerrero //
La victoria de Donald Trump, basada en un mensaje de fuerte nacionalismo, marca un cambio que impactará tanto a Estados Unidos como al resto del mundo. Sus promesas de traer empleos de vuelta y proteger la economía estadounidense responden al descontento de muchos de sus votantes.
Su idea de “América Primero” busca hacer que Estados Unidos sea más independiente y fuerte, pero en un mundo tan conectado, esta visión enfrenta muchos retos y posibles problemas.
Para los estadounidenses, en un mercado donde casi todo se produce a través de cadenas internacionales, enfocarse en lo nacional podría hacer que los precios aumenten y haya menos opciones para los consumidores. Este tipo de enfoque proteccionista no solo implica costos altos para las empresas, sino que podría dar una falsa idea de seguridad económica, ya que el crecimiento estaría limitado solo al mercado interno, dejando de lado oportunidades con otros países.
En el ámbito internacional, el enfoque nacionalista de Estados Unidos genera preocupación entre sus aliados. Países como México, que dependen en gran medida del comercio y la inversión estadounidense, ven en riesgo la posibilidad de mantener relaciones estables e igualitarias.
El decremento en sectores como el nearshoring —donde América Latina ha visto una oportunidad de crecimiento— podrían ser afectados con este tipo de políticas. Además, al alejarse de acuerdos internacionales, Estados Unidos podría debilitar el sistema de cooperación global, necesario para enfrentar problemas complejos como el conflicto en Oriente Medio o la crisis climática.
La gran pregunta es si este regreso al proteccionismo es una solución real a los problemas económicos actuales. La inflación y la desigualdad están en aumento en todo el mundo, y Estados Unidos no es la excepción. En lugar de cerrarse, podría beneficiarse de una política que tome en cuenta las necesidades de todos sus sectores, buscando reducir las diferencias internas como la acumulación de riquezas, sin renunciar a los beneficios del comercio global.
El nacionalismo de Trump es una reacción a los problemas de un sistema económico que ha dejado atrás a muchas personas en Estados Unidos. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, el aislamiento no puede evitar generar preocupación. Aunque la intención de proteger a los ciudadanos es válida, esta ideología corre el riesgo de afectar a largo plazo a aquellos mismos sectores que busca ayudar, reduciendo la capacidad de Estados Unidos para influir y crecer en la economía global.
E-mail: samcg2002@gmail.com
MUNDO
Querámoslo o no, Donald Trump ha vuelto
Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //
Lo recuerdo, era mi cumpleaños 20 y también domingo, y corría el año de 1973, y mi padre me regalaba “El Gran Gatsby”, la muy apasionante novela de F. Scott Fitzgerald, dos de sus ejes contenidos me cautivaron: La alienación y el impulso de Jay Gatsby por sentirse aceptado por una alta sociedad segregante, aun y a pesar de ser inmensamente rico, realidad que quizá se expresa más claramente en una frase de la obra: “La vida es una lucha de apariencias, una lucha de lograr y de tener más de lo que uno merece”.
Donald Trump es un claro ejemplo, muy actual y presente en el mundo, de la fuerza del impulso de tenerlo todo: Poder económico y poder político. Donal Trump está entre los hombres más ricos de Estados Unidos, y fue el 45º y será el 47º presidente de aquella nación.
Donald, quien perdió en 2020 ante Joe Biden al buscar reelegirse como presidente de Estados Unidos, cuatro años después descarriló a Biden en su también anhelada reelección, obligándolo a abandonar la carrera presidencial, y derrotó ampliamente a Kamala Harris, la relevo en el Partido Demócrata.
Donald Trump ha vuelto al poder más fuerte de lo jamás imaginado para cumplir con sus planes de preeminencia y grandeza norteamericana e imponer su visión conservadora de Estados Unidos ante sí mismo y ante el mundo. Trump es un hombre transparente; jamás deja nada a la imaginación y dudas de sus seguidores y detractores. Así, por ejemplo, para él, la Teoría de Género tiene los días contados en EEUU y sus promotores sabrán que tienen ante sí a su peor pesadilla.
El presidente Donald Trump, a partir del 20 de enero próximo, actuará con todo el poder para poner orden en su frontera con México en dos temas fundamentales, las acciones de los cárteles de la droga, declarándolos terroristas, y el tráfico humano, ambos vistos como gravísimas omisiones del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Marco Rubio, próximo secretario de Estado norteamericano, lo ha acusado públicamente, y nos lo recordará todos los días. Rubio es de palabra dura y mano aún más dura. Para Trump y Rubio los narcotraficantes son terroristas y los perseguirá con toda la fuerza del Estado norteamericano.
La esperanza nunca debería sustentarse en la venganza. No entiendo a quiénes cifran la satisfacción de su venganza hacia López Obrador en Marco Rubio. Sea cual fuere el resultado de la dureza del nuevo secretario de Estado norteamericano, es mi deseo que México vuelva, de mutuo propio, al orden y la paz, y que el gobierno y el congreso mexicanos no nos convoquen a rasgarnos las vestiduras ante las exigencias norteamericanas. Son justas.
En México, muchos de quienes estaban a favor de Kamala Harris, hoy se muestran muy a favor de Donald Trump. Su nacionalismo se mantiene muy firme; sin embargo, aceptan que ya es tiempo de poner en orden las cosas en México pues el estado mexicano, sin duda, está doblegado y resquebrajado ante los cárteles de la droga. Claudia Sheinbaum no ha demostrado estar dispuesta a cumplir a cabalidad con su mandato presidencial en materia de seguridad a pesar de los buenos oficios de Omar García Harfuch pues, peor, no desea tomar el mando que aun detenta López Obrador.
Sheinbaum deberá entender que solo tiene de dos sopas, o se arma de valor ante los cárteles y los traficantes de gente y los combate con toda la fuerza del Estado mexicano, o los gringos cumplirán con esa su obligación constitucional, interviniendo aun en nuestro territorio. Que de nada le valdrán las bravatas de Marcelo Ebrard en materia económica ante los gobiernos norteamericano y canadiense.
Que esto nos es pleito entre escolapios en donde uno echará al otro a su padre que es bombero y lo mojará con su manguera, y el otro a su padre que es policía y lo llevará a la cárcel. Que en cosas de gobierno se actúa conforme a la ley y se cumple con los tratados internacionales. Que Naciones Unidas tiene un centro en contra del terrorismo que a México obliga.
Un adelanto de la presión internacional que el gobierno de México enfrentará en los años próximos ya lo recibimos en esta semana. La calificadora Moody’s cambió de estable a negativa la perspectiva económica de México por el debilitamiento de nuestro Estado de derecho por la reforma judicial y el deteriorado entorno institucional gubernamental, el esperado aumento en el costo de la deuda internacional de México y la mayor rigidez del gasto público, que podrían socavar nuestros resultados fiscales y económicos.
Tanto Moody’s, como los principales analistas de los futuros económicos en el mundo, coinciden en calificar como de muy alto riesgo la reciente reforma aprobada por Morena, PT y Verde al Poder Judicial. Sheinbaum, obedeciendo a López Obrador, ha decidido alterar los controles y equilibrios del poder político y económico en México, y eso se le, se nos, cobrará muy caro.
Quiero invitarte a pensar en que Trump no está para salvarnos, ni Rubio para vengarnos. Ellos tienen sus tareas más allá del Rio Bravo. De este lado, todo depende de nosotros. Vamos, ni Sheinbaum hará nada para salvarnos; a ella solo le interesa obedecer a López.
MUNDO
En riesgo la hegemonía estadounidense: El retorno de Donald Trump; retos económicos y sociales
Actualidad, por Alberto Gómez R. //
En los últimos cuatro años, la economía y la cohesión social de Estados Unidos han enfrentado un deterioro significativo, marcando uno de los periodos más complicados en su historia reciente.
La administración de Joe Biden, aunque intentó implementar políticas para estimular la recuperación tras la pandemia de COVID-19, dejó profundas brechas económicas y sociales que ahora desafían al presidente electo Donald Trump. Con un escenario global en transformación y un entorno interno polarizado, Estados Unidos se encuentra en un momento crítico de redefinición de su papel como potencia mundial.
LA ECONOMÍA BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE BIDEN
La inflación se convirtió en uno de los mayores retos durante la administración Biden. La epidemia de Covid-19 dejó tras de sí trastornos económicos; en junio de 2022, la inflación alcanzó un pico histórico del 9.1%, las tasas más altas que los estadounidenses han experimentado en 40 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) lo que, por supuesto, en la práctica suponía un recorte salarial. La explosión del gasto militar para apoyar las guerras en Ucrania y Gaza también ha alimentado la inflación.
Como resultado, el nivel de vida de las y los trabajadores estadounidenses ha disminuido bajo la administración Biden, mientras que el auge del mercado de valores ha ayudado a las y los estadounidenses más ricos a hacerlo bastante bien. Este fenómeno, impulsado por interrupciones en las cadenas de suministro globales, estímulos fiscales masivos y el aumento de los precios de la energía, erosionó el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. Aunque las medidas de la Reserva Federal lograron reducir la inflación a un 3.7% al cierre de 2024, esta cifra seguía por encima del objetivo del 2%, lo que refleja un entorno económico aún frágil.
El aumento del costo de vida se manifestó en productos esenciales. Según la Administración de Información Energética (EIA), el precio promedio de la gasolina aumentó un 40% entre 2020 y 2024. Asimismo, los alimentos básicos experimentaron un incremento promedio del 25%, afectando especialmente a las familias de ingresos medios y bajos. Esta situación exacerbó la desigualdad, ya que los salarios reales apenas crecieron un 3% durante el mismo periodo, según el Economic Policy Institute.
DÉFICIT FISCAL Y DEUDA PÚBLICA
El déficit fiscal alcanzó los $1.7 billones en 2024, mientras que la deuda pública superó los $36 billones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un incremento alarmante respecto a los $27 billones reportados al inicio de la administración Biden. Este nivel de endeudamiento, alimentado por programas de estímulo económico y políticas de infraestructura, limita la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas. Además, el creciente costo del servicio de la deuda, derivado del aumento de las tasas de interés, se ha convertido en una carga significativa para el presupuesto federal.
La brecha económica continuó ampliándose durante la administración Biden. El 1% más rico de la población concentró el 38% de la riqueza total en 2023, mientras que los sectores más vulnerables enfrentaron mayores dificultades para acceder a empleos estables, y apenas aumentaron un 4% en términos reales, según un informe de la Oficina del Censo. Según el Departamento de Trabajo, el empleo precario representó el 30% de los nuevos puestos creados entre 2020 y 2024, con un aumento notable en los contratos temporales y trabajos a tiempo parcial. Esto ha exacerbado la pobreza en comunidades vulnerables, con un índice de pobreza que aumentó del 11.4% en 2020 al 14.7% en 2024.
En 2016, Hillary Clinton demostró su desprecio por los partidarios de Trump, entonces abrumadoramente blancos, etiquetándolos como “los deplorables”, en lugar de tratar de reconocer la fuente de su ira: la gran desigualdad en el statu quo económico. Ocho años después, con un apoyo a Trump mayor en prácticamente todos los grupos demográficos, es imposible ignorar la desesperación económica que alejó del Partido Demócrata a las y los electores, cuando Biden seguía presumiendo de que la economía estadounidense durante su mandato es “la más fuerte del mundo”.
FACTORES SOCIALES: POLARIZACIÓN Y RADICALIZACIÓN
La polarización política se ha intensificado, dando lugar a movimientos separatistas que, aunque minoritarios, representan una amenaza para la unidad del país. Uno de los fenómenos más alarmantes es el resurgimiento de movimientos secesionistas en estados como Texas y California.
Líderes locales y organizaciones políticas han planteado referendos para separarse de la unión federal, alegando incompatibilidades políticas y económicas. Aunque estos movimientos no tienen un apoyo mayoritario, su existencia refleja una fragmentación preocupante en la unidad nacional. Grupos como «Texit», que abogan por la independencia de Texas, han ganado tracción en sectores conservadores descontentos con las políticas federales. Estas iniciativas reflejan el creciente desencanto con el sistema político.
La radicalización ideológica también se ha intensificado. Los crímenes de odio aumentaron un 18% entre 2020 y 2024, según el FBI, afectando principalmente a comunidades afroamericanas, asiáticas, judías y musulmanas. Este aumento está vinculado al resurgimiento de grupos extremistas y al uso de las redes sociales como plataformas para propagar discursos de odio.
RETOS ECONÓMICOS Y SOCIALES
Con la reelección de Donald Trump, Estados Unidos se adentra en un periodo de grandes desafíos. Su promesa de «recuperar la grandeza estadounidense» enfrenta múltiples obstáculos, tanto internos como externos.
Trump ha anunciado un ambicioso plan para reindustrializar Estados Unidos y reducir la dependencia de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, implementar esta estrategia requerirá superar barreras como la resistencia de aliados comerciales y la necesidad de inversiones masivas en infraestructura. También deberá manejar las tensiones con China, el principal socio comercial de Estados Unidos, en un momento en que las relaciones bilaterales están en su punto más bajo en décadas.
El presidente electo ha prometido recortes de impuestos para estimular el crecimiento económico, pero esta medida podría agravar el déficit fiscal si no se acompaña de reducciones en el gasto público. Además, la capacidad de implementar estas políticas dependerá de su habilidad para negociar con un Congreso dividido, donde los demócratas probablemente resistirán cualquier iniciativa que reduzca programas sociales.
El enfoque de Trump en políticas ultraderechistas, incluida la restricción de la inmigración y la eliminación de regulaciones ambientales, podría generar más divisiones. Aunque estas medidas cuentan con el apoyo de su base electoral, enfrentan la oposición de sectores progresistas y moderados, lo que podría derivar en mayores tensiones sociales.
EL FIN DE LA HEGEMONÍA ESTADOUNIDENSE
El bloque BRICS+ ha emergido como un desafío significativo para la hegemonía estadounidense. Con la inclusión de nuevos miembros como Arabia Saudita, este grupo busca crear un sistema financiero alternativo que reduzca la dependencia del dólar. Según el Banco Mundial, el comercio intrabloque creció un 15% anual durante los últimos cuatro años, fortaleciendo su influencia económica y política.
El dólar, pilar del sistema financiero internacional, está perdiendo su posición dominante. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción de reservas globales en dólares cayó del 61% en 2020 al 55% en 2024. Este descenso refleja una creciente diversificación hacia monedas como el yuan chino y el euro, impulsada por iniciativas del BRICS+ y otros bloques emergentes.
En el ámbito militar y geopolítico, Estados Unidos enfrenta el ascenso de China como potencia dominante en el Pacífico y la reactivación de Rusia en Europa del Este. Además, la influencia de potencias regionales como Irán y Arabia Saudita en el Medio Oriente limita la capacidad de Estados Unidos para mantener su dominio en esta región estratégica.
El futuro socioeconómico de Estados Unidos dependerá en gran medida de la capacidad de la administración Trump para manejar una economía debilitada, una deuda insostenible y una sociedad fracturada. La reconciliación política y la creación de un camino inclusivo para el desarrollo serán cruciales para evitar una crisis prolongada.
Aunque Trump tiene un historial de promover el crecimiento económico, los riesgos asociados con su estilo confrontacional y sus políticas divisivas no pueden ser ignorados. El equilibrio entre reformar el status quo y evitar una mayor radicalización será la prueba definitiva para su liderazgo.
Estados Unidos enfrenta uno de los periodos más complejos de su historia contemporánea. La administración Biden dejó un legado de desafíos económicos y sociales que el presidente electo Donald Trump deberá abordar en un contexto de polarización interna y competencia internacional.
El éxito o fracaso de las políticas de Trump determinará no solo el rumbo de Estados Unidos, sino también el equilibrio de poder en el mundo. Sin embargo, para superar estos retos, será necesario un liderazgo que trascienda la retórica divisiva y busque soluciones inclusivas y sostenibles. En un mundo cada vez más multipolar, el destino de Estados Unidos dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas realidades globales sin perder de vista los principios democráticos y la cohesión interna que alguna vez lo definieron como nación.
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